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03. Verdad

Con pasos trémulos se adentró por primera vez al hospital, preguntando por el paciente que quería ver y asombrando a algunos miembros del personal médico. Si era sincero, muy en el fondo lo que deseaba era correr lo suficientemente lejos de ahí, lejos de aquellas personas que lo veían como si fuese algún objeto en exhibición o especie en peligro de extinción.

Los enfermeros lo miraron con confusión y desconfianza adornando sus facciones, dando a entender que sólo familiares tenían permitido ingresar a ver a los pacientes y haciendo referencia al hecho de que nadie había ido a visitar a dicha persona en mucho tiempo.

ㅡLo siento, pero no puedo permitirte el acceso si no eres un familiar directo o no posees el permiso de alguno de ellos para poder estar aquí ㅡindicó uno de los jóvenes vestidos pulcramente.

El enfermero tenía en su mirada el cansancio insano y la desolación reflejados, provocando en el castaño una mezcla de lástima y náuseas que no supo definir, lo deprimente del lugar parecía enfermarlo. Era como si un muro imaginario dividiera el mundo dentro y fuera de ese hospital, como si el enrejado que había visto en la entrada significase el adentrarse a un mundo completamente diferente.

ㅡDe verdad necesito pasar a verlo, es muy importante ㅡdijo con un tono de súplica actuado, haciendo uso de sus dotes de actor y colocando ojitos de cachorro que sólo él sabía hacerㅡ. ¿Por qué no le preguntas si quiere verme? Si acepta, entraré para hablar con él, si él se niega simplemente me iré y no vuelvo hasta obtener el permiso.

Supo desde el principio que estaba jugando con fuego, tratando de hablar con alguien que nunca en la vida había visto. Lo más probable era que el tipo dijera que no quería ver a nadie ㅡsobre todo a un desconocidoㅡ y después de eso él tendría que irse sin poder volver a pisar ese lugar pues el permiso no tenía a quién pedírselo.

Era un todo o nada, pero él era Jeon Jungkook y tampoco estaba dispuesto a perder.

El enfermero en recepción meditó durante algunos segundos lo propuesto por el castaño, una expresión de confusión y desconfianza siendo tan evidente que causaba incomodidad. Dando una última mirada de arriba a abajo al contrario, el chico uniformado suspiró con fuerza cuando tomó su decisión.

ㅡEstá bien, iré a hablar con él y le preguntaré ㅡcaminó en dirección a uno de sus compañeros y le susurró algo al oído que Jeon no pudo escuchar, el otro chico asintió y seguido a ello el enfermero con el que había tratado se dirigió nuevamente a élㅡ. Sígueme, hablaré con Park y tú me esperarás fuera de su habitación, si él acepta podrás pasar y después yo iré a buscarte cuando sea hora de que te marches. ¿Has entendido?

Jungkook asintió con una sonrisa de labios apretados, no pudiendo responder por el fuerte golpeteo del corazón dentro de su pecho y el intenso pitido en sus oídos. ¿Qué sentía exactamente? ¿Miedo? ¿Angustia? ¿Anticipación?

Vio como el azabache, aparentemente mayor que él, tocó suavemente con sus nudillos la superficie de la puerta frente a ellos, alguien abrió desde el interior e impidió que Jeon tuviera una vista completa de lo que se encontraba dentro, aunque tampoco podía darse una idea al estar todo en la completa penumbra.

Ambos hombres ㅡenfermero e internoㅡ comenzaron una plática aparentemente amena en voz baja. Murmullos ininteligibles y facciones tranquilas descansando en el rostro del enfermero. Jeon quería apostar a que ellos eran amigos, y es que parecían conocerse de toda la vida.

Jungkook, tan observador como siempre, notó como el rostro sereno del azabache tomaba una breve y ligera mueca de sorpresa para luego curvar sus gruesos labios en una hermosa sonrisa. Había una expresión completamente diferente a la que el castaño había visto por primera vez.

Luego de unos segundos más, la puerta fue cerrada con suavidad y el enfermero se alejó de la entrada.

ㅡDice que puedes pasar, que le da gusto que alguien haya venido a visitarlo después de tanto tiempo ㅡla suave sonrisa se mantenía en el rostro de porcelana y el castaño se permitió asentir nuevamente.

ㅡMuchas gracias, supongo que ya puedo entrar ¿no? ㅡdando cortos pasos en dirección a la puerta, el menor hizo afán por ingresar y el azabache asintió.

ㅡPor supuesto, recuerda que vendré por ti cuando se termine el horario de visita ㅡle recordó antes de dar media vuelta para irse.

ㅡClaro, estaré pendiente ㅡdijo imitando las acciones del enfermero y dando la vuelta. Cuando estuvo a nada de tocar la perilla sintió como era sujetado del hombro con fuerza, el susto del imprevisto haciéndolo casi saltar.

ㅡPor cierto, mi nombre es SeokJin ㅡescuchó que hablaba detrás de él, un tono suave y plano que le hizo estremecer de forma imperceptible.

Después de eso el enfermero se fue sonriendo, una sonrisa tan grande que llegaba a sus ojos, que hacía a sus pómulos elevarse y a sus encías mostrarse con amplitud. Poco a poco, SeokJin se perdía de la vista de Jeon.

Jungkook giró la perilla y la puerta se abrió con un suave chirrido, oscuridad dándole la bienvenida de inmediato. Dentro de esa habitación no había luces encendidas y las cortinas se encontraban corridas, privando al cuarto de la luz necesaria. El castaño podía ver la claridad de la mañana chocando con la gruesa tela que le impedía el paso.

Frente a la puerta había un enorme ventanal que permitía distinguir siluetas en el interior por lo que Jungkook supo que había alguien sentado delante de él, a pesar de no poder ver su rostro sabía que la persona le miraba directamente, provocando inquietud en su sistema.

ㅡHola, tú eres Jimin ¿no es así? ㅡpreguntó mientras se adentraba a la la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas.

El otro chico no respondió, simplemente asintió de manera efusiva mientras movía su mano de un lado a otro a modo de saludo. Al parecer Jimin aún no tenía la confianza de hablar con él.

ㅡSoy Jeon Jungkook y pertenezco a un grupo de periodistas de la empresa Kim, dirigida por Kim Taehyung ㅡexplicó con sencillezㅡ. Vine en un intento de hablar contigo, tengo algunas preguntas que me gustaría hacerte ya que me encuentro interesado en tus respuestas. Para mí y el joven Kim, tu opinión es importante ㅡdijo de forma suave, tratando de transmitir una tranquilidad que ni él mismo sentía.

El otro chico rió tiernamente, aún sin revelar su rostro, y movió la silla a un lado suyo, una muda invitación para que el castaño tomara asiento a pocos centímetros de distancia.

ㅡBien, me sentaré aquí contigo ㅡmurmuró quitando poco a poco su mochila, escuchando otra pequeña risa entre dientesㅡ. ¿Puedo encender las luces? ㅡpreguntó recibiendo una clara negación seguido de un gruñido en protestaㅡ. ¿Y las cortinas? ㅡinsistió escuchando una nueva negativa.

El azabache comprendió que no habrían cambios en la opinión del joven por lo que se limitó en sacar sus cosas, dejándolas sobre la mesa y acomodando todo de modo que fuese sencillo encontrarlas. No era amante del orden o algo parecido, pero últimamente había adquirido costumbres bastante compulsivas.

Suspiró con cansancio antes de mover el asiento y dejarse caer sobre él con pesadez palpable, en cuanto sus glúteos tocaron la superficie de la silla el otro chico se puso de pie y caminó en dirección a la ventana, acariciando con la yema de sus dedos la suave tela de las cortinas.

ㅡ¿Las abrirás? ㅡpreguntó haciendo referencia a las persianas y viendo como el chico asentía.

Jimin no le dio oportunidad al castaño de pensar siquiera, en un solo movimiento separó la tela que cubría el gran ventanal y Jungkook tuvo que cerrar los ojos de inmediato al sentirse cegado por la enorme cantidad de luz que entró en la habitación. Cuando Jeon abrió de nuevo sus orbes y se había acostumbrado a la luz, lo primero que llamó su atención fue el cabello rubio contrario, ondulado y sedoso a simple vista. Labios gruesos que parecían encajar perfectamente con el rostro redondeado y que en ese momento se encontraban esbozando una sonrisa esplendorosa al punto de parecer grotesca.

ㅡEs bueno verte, pensé que nunca tendría la oportunidad ㅡlo primero que dijo el chico dejó a Jungkook helado ipso facto, obligándolo a ponerse de pie por la sorpresa y temor adueñándose de sus faccionesㅡ. Vamos, vuelve a sentarte, tenemos mucho de qué hablar ¿cierto?

Era un tono sardónico que cualquiera pudiese haber notado. Jimin se burlaba de él en su cara y de la manera más dañina posible.

Como si fuera algún tipo de maldición indescriptible su mente le recordó la similitud a aquella voz que solía atormentarlo diariamente, que lo perseguía por las noches y lo asfixiaba hasta dejarlo inconsciente.

ㅡHasta hace poco dijiste que mi opinión era importante ¿qué sucede ahora? ㅡinsistió comenzando a reír, esa risa ruidosa y taladrante, una risa que somete la mente de cualquiera.

Jeon podía sentir el corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho, el oxígeno entrando con más dificultad en su sistema y las piernas comenzando a flaquear. Era un ataque de ansiedad o pánico, realmente no estaba seguro, pero podía decir con certeza que estaba a nada de colapsar.

ㅡSiéntate, Jungkook ㅡa pesar del tono irónico el castaño no se vio capaz de desobedecer aquella orden, por lo que con movimientos pusilánimes se acercó de nuevo a la mesa y tomó asiento en donde el rubio le indicaba.

Jimin sonrió y Jungkook percibió un pitido en sus oídos por la sensación de asfixia en su máximo esplendor.

Esa era la primera entrevista.

Dando pasos de plomo y esquivando a algunos trabajadores del hospital, ingresó hasta la recepción siendo recibido por un atractivo azabache. Los cabellos rojizos se pegaban a su frente por la delgada capa de sudor que cubría la piel de su rostro y que permitía ver la preocupación brotar de cada poro de su ser.

ㅡBuenos días ¿tú eres el encargado de aquí? ㅡpreguntó de inmediato, saltándose los protocolos sin perder la cordialidad. El chico frente a él asintió.

ㅡAsí es, soy SeokJin ¿puedo ayudarlo en algo? ㅡahora fue el turno del pelirrojo de asentir y simultáneo a ello buscar en sus bolsillos con desespero.

ㅡEs sobre él ㅡmencionó al mismo tiempo en que señalaba una fotografíaㅡ. ¿Lo conoces? ¿Ha venido aquí muy seguido? ㅡSeokJin asintió con una sonrisa tranquila.

ㅡSí, es Jungkook ㅡlas facciones despreocupadas poco a poco fueron tornándose en muecas curiosas y confusasㅡ. Solía venir diario pero últimamente no lo ha hecho, para ser honestos no viene desde hace un par de días ㅡdijo al buscar mucho más en su memoria.

El pelirrojo maldijo entre dientes y guardó nuevamente la fotografía sin importarle en qué bolsillo quedaba.

ㅡ¿Sabes a quién viene a ver?

ㅡSí, es un chico que ingresó hace poco, pero no puedo darte más información ㅡel azabache se mordió los labios con nerviosismo mientras el chico frente a él deformaba por completo su rostro hasta adquirir una mueca atormentada.

SeokJin sólo cumplía con su deber, no podía dar información detallada a personas que no confirmaran ser familiares cercanos de los internos.

ㅡSé que no te doy demasiada confianza, creo que empecé mal ㅡdijo, aunque el reclamo era más para sí mismo que para el contrarioㅡ. Mi nombre es Kim Taehyung, encargado de la empresa de periodismo Kim. Soy amigo de Jungkook y su superior en la empresa. Unas semanas atrás Jeon me pidió vacaciones y se las cedí sin ningún problema, habíamos tenido mucho trabajo así que permití que todo el personal se fuera y cerramos la empresa por dos semanas.

ㅡ¿Es necesario que escuche todo esto?

ㅡLo es, por favor hazlo, necesito ayuda ㅡsuplicó.

SeokJin suspiró, pensando en todo el trabajo que aún le esperaba.

ㅡBien, continúa.

ㅡYo viajé fuera de la ciudad para ver a mi familia y regresé ayer, lo primero que hice fue buscar a Jungkook pero él no aparece por ningún lado, ya avisé a la policía y me contacté con todos nuestros conocidos pero nadie sabe de él. Fui a su casa y lo único que encontré fueron envases de comida precocinada, cintas de él entrevistando a alguien y un artículo escrito por su propia mano.

ㅡ¿Me estás diciendo que mandaste a Jungkook a trabajar en vacaciones? Eso no habla muy bien de ti ㅡmencionó con una ceja en alto y Taehyung gruñó.

ㅡ¡Yo no le pedí nada! Eran sus vacaciones ¿por qué haría algo así? ㅡSeokJin simplemente se encogió de hombrosㅡ. De verdad necesito tu ayuda ㅡsuplicó.

ㅡ¿En qué se supone que puedo ayudarte?

ㅡNo sé, en lo que sea que me dé alguna pista del paradero de mi amigo.

ㅡNi siquiera me parece convincente lo que dices.

ㅡTe estoy diciendo la verdad ¿por qué no puedes creerme y ayudarme? ㅡel azabache podía escuchar la desesperación en la voz ajena, los ojos brillosos por el temor y la ansiedad.

ㅡ¿Jungkook sabía hablar con señas? ㅡel cambio de tema fue tan abrupto que hizo a Taehyung enfurecer.

ㅡEntiendo que no quieras creerme pero ¿a qué viene esa pregunta tan estúpida? ㅡla reacción por parte del pelirrojo hubiese causado molestia inmediata en SeokJin en otro momento, sin embargo, justo ahora podía ver que el tema tocado por Taehyung tenía una seriedad que rasgaba la angustia y desesperación.

ㅡLo que dijiste me pareció incoherente porque Jimin es mudo y a no ser que Jungkook sepa entender el lenguaje de señas, desconozco cómo se comunicaron.

Taehyung se sintió como al principio, en la nada. No entendía qué había sucedido con su castaño amigo, tampoco comprendía el porqué Jungkook había hecho ese trabajo para desaparecer inmediatamente después.

ㅡ¿Puedes decirme cómo fue que Jungkook llegó aquí? ㅡSeokJin asintió sin pensar, tratando de traer los recuerdos de pocos días atrás. El azabache podría jurar que rogó a todos los dioses que conocía por rememorar hasta el más mínimo detalle.

ㅡLlegó sin un permiso para ver a Jimin así que le negué la entrada, él me insistió mucho y me propuso preguntarle a Jimin sobre si podía entrar a verlo.

ㅡ¿Le preguntaste?

ㅡPor supuesto que lo hice y me pareció sorprendente el hecho de que él quisiera ver a un completo desconocido. Al principio lo atribuye a que siempre ha estado solo y ansiaba la compañía de alguien que no fuera los enfermeros de siempre.

ㅡ¿Y después?

ㅡEl resto te lo puedes imaginar tú mismo, Jungkook entró y siguieron hablando por varios días, una semana para ser exactos.

Taehyung lo pensó seriamente antes de proponerle algo al azabache de delicadas facciones.

ㅡ¿Crees que pueda entrar a verlo?

ㅡ¿Te refieres a Jimin? ㅡel pelirrojo asintióㅡ. No lo sé, sólo enfermeros y familiares pueden pasar.

ㅡPor favor, SeokJin. Necesito saber qué sucedió con mi amigo ㅡlos orbes llorosos y atemorizados fueron los que doblegaron al mayor.

Suspirando, SeokJin asintió cediendo a la segunda petición por parte de un desconocido.

ㅡNo puedes estar mucho tiempo dentro, así que aprovecha los minutos que tendrás ㅡdijo mientras salía de detrás de su escritorio y caminaba a la puerta que dividía la recepción de los cuartos con pacientes.

Taehyung le seguía de cerca, pasos que no perdían su fortaleza a pesar de sentir nervios inundando su cuerpo.

SeokJin se detuvo frente a una puerta en específico en una invitación muda de abrir. El pelirrojo lo observó antes de dirigir su mano a la perilla la cual tembló imperceptiblemente sin que fuera capaz de girarla.

ㅡNo te prometo que él te responda, pues te digo que Jimin es mudo, pero por lo menos espero que te dé alguna pista de dónde se encuentra Jungkook ㅡTaehyung asintió e ingresó a la habitación que se encontraba en penumbras, siendo esperado por SeokJin desde fuera de la misma.

El azabache sentía las piernas flaquear con cada segundo transcurrido, tallaba las palmas de sus manos sobre la tela blanca del pantalón que llevaba para después frotarlas entre ellas y morder sus uñas. Taehyung no estaba en un estado demasiado diferente, dentro de la habitación sólo podía abrir cada vez más los ojos, el corazón bombeando fiero dentro de su pecho ㅡal punto de creer que podría sufrir un ataque cardiacoㅡ y el sudor frío bajando por su nuca.

Casi veinte minutos después Kim Taehyung salió de aquel cuarto que permanecía en penumbras, con la mirada perdida y la piel más pálida de lo normal al punto de causar preocupación en SeokJin.

ㅡ¿Sucedió algo malo? ㅡpreguntó el azabache en cuanto lo vio salir. No hubo respuesta, sólo una escueta negación.

ㅡNo, todo está bien ㅡmentiras, todos mentían. Taehyung no giró para verlo y comenzó a caminar, con Jin siguiéndole de cerca.

ㅡ¿Te dijo dónde está Jungkook? ㅡmencionar el nombre de su amigo no favoreció la situación. El pelirrojo se encogió de hombros, sintiendo su cuerpo temblar por completo.

ㅡAlgo así... Me dio a entender que era mejor dejarlo de buscar ㅡexplicó sin dejar de caminar, confundiendo aún más a SeokJin.

ㅡ¿Por qué dices eso?

El azabache estaba siendo demasiado insistente, o quizás demasiado curioso, Taehyung no lo supo con certeza, pero eso le generó un escalofrío que lo hizo detenerse. Girando súbitamente, SeokJin vio la mirada perdida y el miedo palpable que no había visto nunca en una persona.

ㅡJungkook está con él, los dos están en esa habitación ㅡmurmuró con paranoia, sujetando los hombros contrarios antes de salir corriendo sin mirar atrás.

SeokJin bufó, incrédulo de semejante estupidez.

¿En qué momento había caído en una broma como esa? Él no lo sabe, pero ya era suficiente desperdicio de tiempo como para invertir más en la comprensión de algo sin importancia.

SeokJin estaba seguro de que Jungkook no estaba ahí. Él mismo había llevado el desayuno por la mañana para el rubio y en ningún momento vio a Jeon. Aunado a ello, resultaba ilógico que alguien lo haya dejado pasar tan temprano. Sonaba estúpido siquiera considerar la idea.

Con ese pensamiento en mente se dirigió al resto de sus compañeros de trabajo y pidió el almuerzo de Park. En los pocos meses que el rubio llevaba alojado en ese centro psiquiátrico él había sido el encargado de todos sus cuidados, alimentación, vestimenta, paseos por el jardín, entre otra larga lista de etcéteras.

En cuanto tuvo entre sus manos la bandeja con platillos se dirigió a la habitación, caminando por el estrecho pasillo hasta escuchar las voces que brotaban tenues desde el interior. Agudizando su oído pudo percibir la voz de Jungkook, la risa suave y el timbre levemente agudo. Sí, era Jungkook hablando con alguien más y asumió rápidamente que la otra voz era de Jimin, una voz igual de dulce que dejaba salir breves carcajadas cada cierto tiempo. Ellos hablaban de sueños y demencia, de niños y alucinaciones.

SeokJin rió a carcajadas mientras seguía caminando, con la bandeja entre sus manos que emitía un tintineo agudo por su tambaleante pulso, con el corazón bombeando como loco y los nervios comenzando a traicionarlo. Siguió su camino, prefiriendo llevar el almuerzo más tarde a tener que toparse con una imagen que realmente no quería apreciar.

Rió a carcajadas con lágrimas brotando de sus ojos y recorriendo sus mejillas.

Y es que nadie entendía, parecía que nadie era capaz de comprender lo que sucedía. Al principio ni el propio Jungkook entendió la situación.

Ellos estaban destinados a estar juntos, Jimin había esperado demasiado tiempo por él y era justo que al fin estuviera a su lado, pasando por el tormento que les pertenecía.

Y ahora sonreían, no era necesario conocer la felicidad para sonreír como ellos lo hacían.

[Total de palabras en el Three Shot: 9,521]

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