POV' Suho.

6 de Jun. Del 2013.

Escuchaba los gritos eufóricos de los fans, como aquella felicidad y adrenalina me transmitían una cierta carga eléctrica que viajaba entre mi sangre pasando sobre todo mi cuerpo dejándome aturdido. La música me dejaba sordo, los increíbles pasos de bailes cansados y las notas altas desgarraba mi cálido interior que estaba a punto de desmoronarse, todo había sido diferente a mi debut, me estaba cansando, me estaba destruyendo por dentro y no sabía como hacer para remediarlo. Si me preguntaran ¿qué harías si pudieras devolver el tiempo y remediar tu peor error? ¿Lo harías? Sí, definitivamente lo haría, no firmar el contrato con la SM Entertaiment.

Pero era solo un niño, un simple chico de diesiseis años que quería cumplir sus sueños de ser cantante ¿suena absurdo, no?. No sabía si decir que estar en Exo había sido mi mejor decisión o mi peor error, pues a pesar de los innumerables sacrificios que hago en el día a día siempre hay personas que luchan por mí, me apoyan y nos hacen ser lo que somos, ellas son las EXO-L. Las que le dan algo de luz a toda esta oscuridad de la fama.

Hace unas semanas hicimos nuestro tan esperado regreso con una canción titulada “Wolf”, nunca en toda mi vida había pensando que en un abrir y cerrar de ojos superamos a todos nuestros Hyungs y Sunbaes de nuestra compañía, que ahora nuestros deseos se estaban haciendo realidad y aunque debería de estar muy feliz por eso, no lo estaba, simplemente tenía un agrio sabor en la boca ya que solo nosotros sabemos lo que sufrimos, lo que mentimos, lo que nos aguantamos y lo que hacíamos en nuestro día a día; todo era inhumano...

Aunque no todo era tan malo como había mencionado, pues, estar ahí en el escenario, cantando nuestro más reciente éxito junto a todas esas personas que pagaron no se cuánto dinero, esperaron no se cuentas horas solo para vernos así sea desde lejos; ellas daban todo por mi y debería de devolverles aquel favor.

Después de terminar aquel destructivo baile acabando con toda la fuerza que me quedaba, o más bien que nos quedaba, ahora había llegado el momento de despedirnos de nuestros fans, ellas se desilusionaron y empezaron a pedir a gritos más. Querían más de nosotros pero yo ya estaba lo suficientemente cansado como para responderles que sería para la próxima. En cambio, Baekhyun, quien se obligó a sonreír como si no estuviera nada cansado saco una fuerza que no pude yo hacer.

—¿¡Les gustó la presentación!? —grito a todo pulmón sonando eufórico, feliz y el típico bromista que era o mostraba ser. Todas las fans gritaron un "sí" que resonó por casi todo el lugar.

Los chicos y yo nos emocionamos, ver aquello, ver sus sonrisas y lo tanto que nos aman nos hace querer ser mejores personas, mejorar por ellas y seguir adelante aún así sabiendo que una ves detrás de las cámaras lo único que recibiríamos eran regaños.

—¡Pues las esperaré en la próxima presentación! ¡Las amo! —dijo con tono burlón pero divertido aquel chico castaño/rubio.

—Gracias, gracias, gracias... —eso era lo único que podíamos decir los chicos y yo mientras nos ibamos, nos despedimos con señas de corazones en las manos y cálidas sonrisas. Pero al traspasar el escenario y llegar hacia donde las cámaras no daban, la seriedad de nuestros managers era notoria. Algo habíamos hecho mal y nos castigarían por ello.

Eran las una de la mañana y en vez de ser como un grupo normal que volvía a su hogar para dormir después de una presentación, nosotros tuvimos que cambiarnos con rapidez ya que nos apresuraron para volver al gran y moderno edificio, el cual era nuestra compañía. Privilegiosa y totalmente inalcanzable.

Subimos al cuarto piso, en donde estaba lleno de salas de práctica. El manager nos indicó esperar en aquel largo pasillo dejándolos solos y desorientados.

—¿Ahora qué hicimos mal? —se preguntó Luhan con el ceño fruncido teniendo los brazos cruzados mientras estornudaba.

—¿Todavía te sientes muy mal? —le pregunto Tao con preocupación mientras lo tomaba del rostro y lo examinaba. —Estás muy pálido y tienes mucha fiebre.

—¿Podrás soportar? Creo que nos vienen otras dos horas más de trabajo —asumió Baekhyun a la espectativa mientras miraba en el largo pasillo en donde todavía no habitaba nadie más que nosotros.

—Castigo —corrigió Kris de brazos cruzados y rostro cansado. —Dilo bien, son dos horas de castigo.

Yo en cambio suspire realmente agitado y recargue la espalda contra la pared soltando mi bolso a un lado. Estábamos muy exhaustos, no podíamos dar más pero al parecer teníamos que seguir, seguir con aquel infierno que nos guiaba a nuestros sueños.

—Podemos hacerlo, nosotros podemos chicos —asegure hacia todos queriendo darles fuerzas, era el líder, por lo tanto tenía que ayudarles en todo, darles fuerza y confianza. —Somos EXO, nada puede contra nosotros, recuerden todo lo que hemos logrado en menos de un año, ¿acaso no significó nada para ustedes?

—Si, vamos, nosotros podremos, ¡a luchar! —decía Xiumin dando pequeños saltos y golpes como si estuviera en una pelea de boxeo. Aún estando cansado podía seguir demostrando aquella gran sonrisa que hacía cerrar sus ojos poniéndolos más pequeños de lo que estaban.

—Oh... Veo que aún tienes fuerzas, debe ser por todo el ejercicio que estás haciendo, Hyung ¡mira tu cuerpo! —exclamó Baek divertido mientras le daba una mirada de picardía y le pellizcaba los muslos.

—¡Auch! ¡Oye, eso duele! Déjame —inquirió Xiumin con risa pero a la vez un tanto de dolor y vergüenza. Su rostro, el cual se volvió rojo por la pena, sin duda alguna Xiumin era muy penoso.

Todos empezaron a reír y manosear aquellas piernas ejercitadas del mayor mientras discutían en broma y el solo los regañaba pidiéndoles que paren, pero no sé cómo ni por qué, empecé a escuchar una conversación de algunas personas —que probablemente trabajaban en la empresa— sobre un grupo femenino o algo así, la razón rara de la que estaba mencionando era de que de alguna forma me interesó seguir escuchando, algo me atrajo, aunque ellos parecían hablar con las chicas.

Hace unos dos años había escuchado entre los pasillos la preparación de un nuevo grupo femenino, el cual no querían agregarles muchas integrantes y ahora este plan, al parecer, se estaba poniendo en marcha.

Todos los chicos de pronto se callaron y miraron por detrás de sí con seriedad, en donde provenían las voces. Inconscientemente me giré y vi a algunos inversionistas y grandes gerentes de la SM, por detrás de estos venían cuatro chicas, creo que ellas eran las que iban a debutar.

Las miré una por una curioso sintiendo una extraña carga eléctrica y atracción que no sabía de donde provenía, algo se avecinaba, algo realmente fuerte. La primera que llamó mi atención fue una alta pelinegra, era la más alta con lacios carnosos y un cuerpo realmente esbelto con más curvas de lo que una coreana normal luciría; la segunda tenía unos ojos chiquitos y muy finos, definitivamente a ésta sí la había visto, todos hablaban de ella y su gran habilidad del baile aunque no me acuerdo de su nombre; la siguiente que vi era una chica con la cabeza más redonda y ojos con doble párpado, cargaba un flequillo —siendo la única en portarlo— y una combinación de ropa extraña siendo muy estilo al extranjero; y por último vi a una Reina.

Ella, con una belleza imperial y dotes que la hacían ver como una, era chiquita, pálida junto a una larga cabellera negra y ojos profundos. Se veía a simple vista refinada, intocable, elegante y divina, ella era simplemente inimaginable para mis ojos. Y de pronto estos más se acercaban a nosotros poniéndome más nervioso y ansioso de lo normal, no paraba de mirar a aquel hermoso rostro cabizbajo.

—Buenas noches —hablaron los demás chicos con respeto dando una reverencia a lo que yo repentinamente reaccioné y doble mi espalda junto a ellos.

—Buenas noches, chicos —asumió uno de nuestros principales inversionistas. El Señor Jung. —Por lo que escuché su canción esta yendo demasiado bien, los felicito a todos.

—Gracias, solo hacemos nuestro trabajo —agradecía nuevamente dando una reverencia junto los chicos. Al yo hablar llame la atención de las chicas, quienes me miraron, incluida aquella belleza.

—Sigan así —dijo este mayor poniendo su mano en mi hombro en signo de apoyo a lo que le sonreí con satisfacción. Después de esto, aquellos se fueron de ahí dejándonos otra vez solos en aquel inmenso pasillo.

—Wow, ellas son muy bonitas —asumió Xiumin boquiabierto no dejando de babear por aquellas chicas.

—¿Cómo eran sus nombres...? —se preguntó Chanyeol confundido como si se los hubiera aprendido pero actualmente los había olvidado, eso creo. —Seulgi y... Joy, son las únicas que me acuerdo sus nombres.

—Bueno... Yo solo se que hay una canadiense llamada ¿Chelsea? ¿Wendy? Algo así era... —Asumió Kris confundido sin recordar. —Es que he escuchado que varias veces me dicen “ahora no serás el único canadiense” y cosas así.

—Y la última, ¿quién será? —se preguntó Baekhyun pensativo de forma dramática y juguetona.

—Es Irene —dijo Sehun hablando por primera vez.

—Uhh....¿Y cómo lo sabes, pillin? ¿Ah? ¿Ah? —le preguntó Chen de forma de broma con picardís dándole con el hombro al maknae. Por alguna razón algo extraño en mi estómago se contrajo, no entendía esto, ¿acaso tenía hambre? Sí, eso debía ser.

—Me la encontré varias veces, ¿ustedes no? Lleva años aquí —asumió Sehun dejándome confundido ¿cuántos años debe de haber llevado ella aquí? ¿Y cómo es que nunca la vi?. —A parte se volvió la favorita del CEO.

—¿Y cómo es que nos hablas con tanto relajo? ¡Más respeto! —reclamó Xiumin dándole un pequeño golpe al chico de al lado que era como el doble de su tamaño.

—Diselo a tu tamaño —se burló el Maknae haciéndonos reír a todos.

Ay Sehun, era todo un irrespetuoso...

De pronto me di cuenta de que necesitaba ir al baño, las ganas aparecieron de repente y no podía hacer nada, tenía que dejarlo salir ya.

—Chicos, iré al baño que no aguanto, ya vuelvo.

Salí corriendo con rapidez sin espera a lo apurado, aunque tenía mis razones, específicamente eran dos, la primera es que me regañarían los managers si vuelven y no me ven, y la segunda, es que en serio me estaba haciendo encima.

Después de un minuto salí del baño de hombres más relajado y preparándome para ir con los chicos, justó cuando me giré hacía otro pasillo la veo. Veo a la hermosa Reina enfrente de mis ojos sentada en un banco con lágrimas que no dejaban de caer. Estaba llorando.

Algo en mi pecho se estrujó a tal punto de sentir un extraño vacío, definitivamente algo me estaba pasando por verla llorar. Me acerqué con lentitud y compré agua en la máquina expendedora sin decir palabra, ella tampoco lo hizo, más bien, nisiquiera me había puesto el ojo encima como si no le interesara.

Al agarrar el agua me senté en el banco juntó a ella y extendí mi brazo. —Toma, necesitas relajarte.

—Gracias...  —agradeció de forma cortés y tomó el agua aún si quiera mirarme, solo bebió el agua de aquella botella.

Pasaron segundos, los cuales los sentí estremadamente largos y eternos silencios, los cuales decidí romper.

—¿Estás bien? —le pregunté con un tono de voz que se notaba estar preocupado.

Ella se giró sorprendida al verme, por segunda ves en este día nuestras miradas chocaron causando aquel extraño efecto eléctrico, había algo en ella, algo en su mirada, algo que solo tenía esta chica que me hacía caer rendido a sus pies.

Ella, mi reina, la gran perdición que me arrepentí conocer.

Ahora sí, aquí va de nuevo aquella verdadera pregunta:

¿Qué harías si pudieras devolver el tiempo y remediar tu peor error? ¿Lo harías? Sí, elegiría nunca haberla conocido, nunca haberle hablado y nunca haberme declarado.

Ella, quizás era mi perdición, mi hermosa perdición.

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Hola, lectores❤️
Espero que les haya gustado este prefacio en donde se demuestra el inicio de esta gran historia de amor.