D i e c i n u e v e
Quizás...
Las heridas de sus
corazones sanaron.
POVʼ Irene.
—¿Qué debería de regalarle...? —pensé en voz alta con frustración. Enfrente de la laptop buscando perfectos regalos para parejas. Con este domingo libre decidí aprovechar e investigar qué podría darle a Suho en el día del amor y la amistad, si, el 14 de febrero está a solo cuatro días y no tengo nada planeado.
Ambos hemos pasado por cosas feas y horribles en todos estos años. Nos quisimos bastante en nuestro momento como adolescentes en su primer noviazgo, algo que si fue pero apenas en nuestros primeros años veinte. Ahora cuatro años después, habíamos cambiado un poco, seguimos siendo las mismas personas pero no éramos los mismos hormonales principiantes con una vida que brilla corazones y felicidad.
Quería buscarle algo bonito, que demostrara lo mucho que lo aprecio pero que tampoco fuera súper empalagoso y juvenil. Debe de ser algo maduro, no quiero hacerle galletitas como una tonta colegiala. No, tengo veintiocho años, ¿Debería comprarle algún reloj o colonia? ¿No es un regalo un vacío y típico?
—¿Y si le haces chocolates? A Suho-Hyung le gustan las chicas que cocinan —de pronto la voz de Joy opinando a mi lado me sobresalta.
—¡Me asustaste!
—No es mi culpa que andes super pegada a la computadora desde hace horas —se defendió.
—Estoy ocupada, ¿Qué quieres?
—Ayudarte a decidir por fin el regalo para Sunbae, a él le gusta las chicas que cocinan —volvió a repetir obvia.
—Tonta, no es que le gusten las chicas que cocinan, si no le gusta una chica que cocina —mascuye en un susurro. Juro que lo pensé y no me había dado cuenta que lo dije en voz alta.
—¿Qué? —por suerte mi compañera no entendió mi balbuceo.
—Nada —negue. —Pero no quiero hacerle galletitas de corazones, se supone que soy la fría Irene, no puedo...
—¿Vas a ser fría con el amor de tu vida? Pobre hombre —puso los ojos en blanco y se sentó a mi lado.
—El año que viene cumplo treinta, no soy de esas pequeñas y jóvenes colegialas súper enamoradas del chico más guapo del instituto que le hacen galletitas y chocolates llenos de full amor —expliqué con obviedad. No puedo hacerle un regalo tan... Así.
—¿Los adolescentes son los únicos que comen galletas y chocolates?
—... No.
—¿Entonces? ¿Qué te lo impide?
—No lo sé... Me da pena.
—¡Qué no te de pena! ¡Apuesto a que le encantaría comer algo hecho por ti, todos sabemos lo rico que cocinas y hace cuatro años no prueba nada tuyo, vamos!
—Bueno... Puede ser —con inseguridad asiento.
¿Debería?
POVʼ Suho.
—¿Entendieron? —cuestioné exasperado hacia mis dos compañeros, los cuales se quedaron mirándome con perplejidad. Ambos sentados en mi cama viéndome dar círculos encima de la alfombra mientras hablaba y hablaba.
—Entonces... Déjame recapitular —dijo Kai pensativo. —Estas frustrado porque San Valentín es en cuatro días y no sabes qué regalarle, estuviste todos estos días del mes de Febrero preocupado por buscar algo bueno pero nada te ha gustado.
—Exacto, ¿Qué creen que debería darle? —exclame y me senté en el borde de la cama mientras abrazo una almohada.
—Fácil, joyas —opinó Baekhyun —A las chicas les encanta.
—No, eso es lo primero que siempre le regalaba.
—¿Ropa? ¿Maquillaje? —dice el moreno indeciso.
—¿En serio? ¿No tienes nada mejor?
—No sé, si fuera tu le regalaría algo bonito, caro y con un buen significado, además de no sé, una carta hecha a mano —se defendió encogiéndose de hombros.
—Haría lo de la carta si no fuera porque a ella no le gusta, dice que son cosas de adolescentes no de adultos —digo apretando los labios.
—¿Y si igual le haces una carta bonita? Capaz diga que no le gusta pero resulta que como viene de ti, ¡De pronto le gusta! —aseguró Baek.
—No sé —murmuró indeciso. —No es de las chicas que son super abiertas con sus emociones, tal vez la haga vomitar arcoiris y se moleste conmigo.
—¿Tú quieres escribirle una carta?
Miro al alto moreno y pensándolo bien niego. —Solo llevamos dos semanas saliendo, es muy rápido.
—Bueno, búscale algo bonito de una marca cara, como una cartera de PRADA.
—Kai, ella promociona PRADA —le corte.
—Bueno, un perfume de Channel o también... —de pronto una pícara sonrisa apareció en su rostro acercándose sutilmente a mi. —Si quieres aprovechar e ir a otro nivel en tu relación, una lencería de Victoria Secret es lo ideal para una perfecta noche.
—¿¡Qué te pasa!? —le aviento la almohada. —¿Quieres que me golpee y me mate? Si hago eso me va a terminar, solo llevamos dos semanas. Dos semanas, Jongin y esta relación no es cualquier relación, es seria, educada y con principios.
—Los principios se irán cuando empieces a sentirte necesitado —Baekhyun se rió.
Yo solo ruego los ojos. —Ustedes no ayudan para nada. Tengo que pensar con mi cerebro, ¿Saben? Irene ha pasado por muchas cosas y esperaré a que ella esté lista.
—Oh... ¿Eres de los que usan ese truco para sentirse deseados? ¿Prefieres verla necesitada de ti? —se rió a carcajadas Baek por sus palabras.
—Como que se les pego lo ignorante, ¿no? —bufe con molestia.
Tome mi abrigo y billetera, de pronto me apetece salir.
—No entiendo porque te mortificas tanto por un regalo, ¿sabes? —apresuro a decir Kai. —Simplemente búscale algo bonito que nazca de tu corazón, nosotros no la conocemos tanto como tú, no sabemos tanto de ustedes cómo ustedes mismos.
—Bueno, hablando en serio —el más delgado dejo de reír y más calmado dijo —Nini tiene razón, soy el que menos ha tratado con ella, más me la paso con Wendy, es más divertida y abierta. Solo regálale lo que quieras y sientas, nosotros solo podemos recomendarte cosas pero tú eres el de la decisión final.
—Exacto.
—Y veo que quieres que sea muy especial, ¿no?
—Quiero que sea muy especial, Joohyun no es cualquier chica —asegure. —Iré a pasear un poco, despejar mi mente a ver si encuentro algo.
—Esta bien, nos vemos más tarde, Hyung.
—Adiós.
Me despido de mis compañeros y salgo de la casa pensativo, con la mente en algún lado del mundo.
¿Qué debería de regalarle?
Tal vez digan que estoy exagerando pero no es cualquier regalo, sino será el primer regalo que le daré desde que empezó nuestra "relación". Aunque ahora que me doy cuenta no hemos formalizado nada, tengo que hacerlo. Debo de hacerlo.
Al llegar al estacionamiento y entrar al auto, no se que me paso de pronto que termine tumbando las llaves debajo del asiento. Que tonto, ando distraído.
Me agacho y reviso debajo de mis pies pero no las consigo.
—¿Dónde están? ¿Dónde están? —cuestiono en susurros. Me levanto y me inclino hacia los asientos de atrás en una posición incómoda buscando las llaves debajo del mueble, con mi trasero al aire. Ojalá no haya ninguna fanática loca y le tome fotos a mi retaguardia.
Logro encontrar la llave pero además mi mano se topa con un objeto extraño. Tomo todo y lo saco a la luz volviendo a sentarme de nuevo en el asiento soltando un suspiro.
Inmediatamente capto a una chica con su celular apuntando hacia mi lugar. Dios, lo decía en broma pero creo que de verdad flashearon mi trasero.
Ella al notar que la vi, salió corriendo antes de siquiera poder hacer algo. No me interesa mucho y lo dejo pasar, luego buscare a la chica.
Bajo la vista hacia mis manos y la sorpresa se nota con mi boca abierta en forma de O.
Es el cristal de Lesoto, el que le compre en navidad pero no fui capaz de dárselo. Se suponía que yo bote todos esos regalos y los queme para dar inicio a un nuevo yo pero... Este de alguna manera seguía aquí, conmigo, acompañándome a todos lados.
Sin evitarlo, esbozo una sonrisa y acaricio el objeto entre mis manos.
—Podré haber dado una nueva página en mi vida, pero mi amor por Irene siempre seguirá ahí, presente —pensé en voz baja. Con mi corazón feliz, ya se lo que le voy a regalar. Tomaré esta joya y crearé algo de nosotros y solo para nosotros.
POV' Omnisciente
Los días pasaron con la suculenta foto de una perfecta toma del trasero de Suho haciendo furor en todas las redes sociales. Algo que avergonzó inmediatamente al muchacho más no tomó acciones legales ya que sabía que la chica no lo hizo con mala intención y además muchas fans lo tomaron con humor, inclusive sus compañeros que ahora no dejan de manosear su trasero.
"Suho buscando las llaves del auto"
"El trasero de Suho"
Esas son las búsquedas del momento.
—Ya ni quiero ir a ver a Irene —dijo el líder de EXO soltando un bufido de frustración, mientras algunos de sus ridículos compañeros se ríen de él.
—¿Por qué? Tu retaguardia capaz la conquistó más —se carcajeo Chen.
—Los odio —murmuré rencoroso.
—Pero si por ti, postee una foto de mi trasero en intragram, esta buenísimo —dice Baekhyun apuntando su celular. —¡Tiene más de dos millones de corazones!
—Te pasas, que vergüenza —se sobo la frente Kai siendo el más normal.
—Yo lo haría pero soy plano —Chanyeol se seca su lagrima imaginaria —Lo que sufren los planos...
—Si tu eres plano ¿entonces que soy yo? —exclamó Baek.
—Claro que no, tu tienes más que yo —contestó obvio para acercarse y tomar entre sus manos la retaguardia ajena.
El rojo intenso adorno el rostro del más bajito para empujar al gigante. —¡Oye! ¡Respeta el espacio personal de las personas, estúpido mono!
—¡Si el año pasado entraste cuando me bañaba y me tocaste todo!
—Te estaba ayudando a limpiarte —se defendió como niño para cruzarse de brazos.
—¿Y cuál es la diferencia con hoy?
«Que ahora estoy seguro de mi sexualidad» Algo que se tentó a decir pero no se atrevió.
—Yo me largo, ustedes hagan todo lo que quieran, pasaré este catorce de febrero con el amor de mi vida, pierdanse —soltó el líder, un poco de malas para levantarse.
—Yo también —asintió Chen dejando sorprendidos a todos, inclusive a Suho el cual se detuvo.
—¿Tienes novia?
—.... ¿Tal vez? —dijo apenado dándose cuenta de su metida de pata, se rasca el cabello nervioso —Nos estamos conociendo.
—"Nos estamos conociendo" pero los ves aparearse en todos los lugares posibles —burló Baek haciendo reír a algunos.
Chen solo sonríe —No soy como ustedes para avergonzarme estas cosas, ¡yo disfruto del sexo y si lo quiero tener lo tengo, no como otros! —exclamo obvio dándole una indirecta al líder del grupo.
—¿Quién puede soportarte? De verdad quiero conocerla —pregunta Xiumin entrando a la sala junto a Kyunsoo, logrando escuchar las últimas palabrerías.
—No es famosa, pero es muy bonita. Se las presentaría, el problema es que es penosa.
—Si, si, si penosa pero cuando tienes la verga metida en su... —la boca del más hablador es tapada por el gigante con rapidez, posicionándose detrás del más pequeño.
—¿Puedes dejar de soltar tantas desvergonzidades con esa pequeña boquita? Tienes un cuerpo de niña indefensa pero lo que dices... —Chanyeol dejo las palabras al aire asumiendo lo obvio. Baekhyun asintió sin hayar de otra, más por el hecho de la incomoda cercanía que tiene con el menor pero más alto.
—¿Y ustedes a donde irán hoy? —le preguntó Suho a sus compañeros. —Ya se que Chen y yo estaremos con nuestras... Parejas.
—Que aburrido, yo solo quiero quedarme a dormir —contestó Sehun soltando un bostezo.
—Xiumin-hyung y yo haremos unas compras y visitaremos a su familia, nada interesante —comenta Kyunsoo.
—La vida de los solteros, visitar a los padres con casi treinta años en San Valentin, genial —alzó el meñique un poco irónico el mayor.
—Yo los acompaño, no tengo nada que hacer —dijo Kai con rapidez a los dos chicos. —Es mejor ir con ustedes a que emborracharme en algún lugar, perderme y dejar que tomen una foto de mi trasero en medio de la calle.
—No se que sentirme con respecto a eso —mascullo nuestro protagonista un poco indignado pero también a su vez comprensivo, Jongin aún sigue un tanto despechado por la chica de Loona, ojalá pueda superarlo, pensó.
—Bakkie y yo tenemos una cita —apresuró a decir el más alto de todos, después de haber soltado la boca del más pequeño, para apoyar su mentón encima de la cabellera castaña con comodidad ya que le lleva una cabeza de diferencia.
—¿Qué? ¿Y cuándo lo hablamos que no me acuerdo?
—Solo hazme caso y ya.
—Soy mayor que tu, tu tienes que escucharme —se remueve tratando de quitar al gigante encima de suyo pero le es difícil por la diferencia de fuerza.
—Pero según las fans somos novios y yo soy el que va arriba, así que tu me tienes que hacer caso —levanta pícaramente las cejas de arriba abajo varias veces hasta verse gracioso.
—Ignorare eso y solo porque no tengo nada que hacer y no quiero quedarme como un despechado holgazán durmiente te acompañaré, pero tu pagas todo —se cruza de brazos algo ofendido y con el orgullo en alto.
—Esta bien, nos vemos —se despidió el líder con una sonrisa a sus compañeros. —Tal vez hasta mañana para algunos.
Dicho esto y escuchando la respuesta de los chicos sale del hogar.
El recorrido fue bastante rápido y sin importancia. Se dirigió al edificio en donde Red Velvet vive, llamó a la líder de ese grupo, cuando bajo arrancó y se dirigió a una casa que había comprado años atrás. A pesar de vivir con los miembros siempre es bueno tener una casa propia para su privacidad.
Le pareció curioso que la muchacha trajera un bolso detrás de sus hombros, sabe que ella usualmente no le gusta usarlos.
Al llegar al estacionamiento, deja el auto aparcado. Sale y se apresura para llegar al otro lado y abrirle la puerta a la chica como todo un caballero, pero había llegado tarde y ella salió del auto.
—Oh, ¿querías... Querías abrir mi puerta? —preguntó un poco apenada al darse cuenta.
—Yo... Bueno si, pero no importa —se rasca la nuca incomodo.
—Si quieres, puedo devolverme y así tu...
—No tranquila, pasa.
El chico la invito a pasar y ambos se adentraron a su lujoso hogar casi vacío, el cual lo lleno de muebles días antes además de haberlo mandado a limpiar de arriba a abajo aunque aún así se nota deshabitada.
—Esta muy bonito —admite la pelinegra quedando admirando unos cuantos cuadros en los pasillos. —¿Ahora coleccionas retratos de reconocidos pintores?
—Más o menos, hay que adornar con algo las paredes, ¿no? —responde para quedarse mirando un cuadro específico algo que la chica noto.
—¿Y ese?
—Es mi favorito —dice con honestidad.
—Es bonito, ¿tiene un significado especial?
—Aunque no lo parezca, si lo ves de lado, te das cuenta que hay una familia.
—¿En serio? ¿Cómo? —cuestionó curiosa y ladea la cabeza a un lado, buscando aquella forma dicha por el chico.
Suho se acerca y la toma delicadamente del cuello para hacer que su rostro se gire al otro lado. —Ahí está, debes verlo así.
—Si, lo veo. Wow, no me di cuenta antes, de verdad forma una familia.
—Ese es el significado de la obra, "La familia"
—Es lindo, debes querer mucho a tus padres, yo también, aunque ya no los veo tanto como antes por el trabajo y las diferencias de vida.
—Claro, me pasa igual. Quiero a mis padres y hermano pero también me gustaría crear mi propia familia, creo que es por eso que me gusto el retrato, sería lindo tener una hija tan bonita como tú. —responde genuino. Al darse cuenta de lo que había dicho se avergüenza, Irene a principio de sus veinte le había dicho que también le gustaría casarse pero ahora la Irene a finales de sus veinte, ha escuchado en más de una ocasión que no piensa en tener ni un solo niño.
Ella fuerza una sonrisa y asiente. —Lo sé, soy bonita. Espero que tu futura esposa sea tan bonita como yo.
—Vamos a la sala —apresura a decir el mayor para evitar que se genere un incómodo silencio. No quiere que las diferencias de ellos los haga pasar momentos para nada agradables, debe evitarlo y más en este día.
Ambos llegan a la sala y se sientan.
—Te tengo un regalo —dijo él a la muchacha y de un cajón saco una cajita pequeña como el de un anillo.
Los ojos de la chica se iluminan y una tonta sonrisa se forma en sus labios. —No tenías porqué, si es muy caro no lo voy a aceptar.
—En realidad no lo es tanto, yo puedo pagar eso y más solo por mis seres queridos —asumió y le extiende el objeto a la chica, la cual la tomó con nerviosismo.
—Si es mucho, me voy a avergonzar de mi regalo, ¿es un anillo, no? Te mataré, Junmyeon —decía con humor y nervios. Al abrir el regalo se da cuenta que en realidad no es lo que ella pensó que sería.
Es un llavero. Pero no cualquiera, sino es un hermoso llavero.
—¿Crees que te iba a dar un anillo que no podrías usar por todos lo fanáticos locos y muy intuitivos? —cuestionó obvio el muchacho.
—Esta muy bonito —murmuró ella con un muy bonito sentimiento en su pecho.
—Me alegro.
—Pero... —levanta la vista con el ceño fruncido. —Te conozco desde hace casi cinco años y se que esto, no es propio de ti. ¿Este es uno de los regalos? ¿Tienes más? ¿O es hecho de algún mineral super caro traído de África? —obviamente la chica conocía al muchacho como la palma de su mano. Con todos los años que han pasado y los múltiples y super costosos regalos que él le ha intentado dar pero ella rechazar, se dio cuenta rápidamente que había algo más en el precioso llavero.
Suho ríe un poco. —Vaya, me conoces bien.
—Lo hago.
—Solo —carraspea incómodo. —Te lo diré pero no me lo devuelvas, ¿si?
—¿Qué tan caro es? Sabes que no me gusta recibir regalos así, me hacen sentir que estuviera endeudada contigo. Nunca los acepte con temor a hacer que creas que te abriría mis puertas, ahora que somos algo no sabemos si perduraremos por siempre, es incómodo al terminar y devolver los regalos dados.
—Supongamos que en un futuro hipotético terminamos ¿qué tienen que ver los regalos que nos dimos? Es como si yo terminará mi amistad con los chicos y les exigiera que me devuelvan todo lo que les he dado, es ilógico. No te sientas endeudada, esto es algo que hacen las parejas, se dan cariño, atención y regalos bonitos, no mires el dinero detrás de lo que te doy, no es importante —específico con suavidad, tomando a la chica de la mano para entrelazaro con la suya.
—¿Pareja?
—Es irónico, pero el material del llavero está hecho con Lesotho, una joya muy cara, lo admito. Lo compré para ti en Diciembre pero nunca pude ser capaz de dártela, intenté botarlo y quemarlo junto a todos los regalos que te compré pero nunca aceptaste o no me atreví a darte, duré un mes creyendo que lo había quemado pero parece que se cayó debajo de mi asiento...
—¿No me digas que la foto de tu trasero buscando las llaves era en realidad por esto? —cuestionó Irene tratando de aguantarse la risa. Claro que no es de todos los días despertarse en una mañana y ver que el buen trasero del chico que te gusta está en todas las redes sociales. Sus amigas se rieron, sin duda un momento icónico e histórico para la historia del kpop.
—L-Las llaves si se me c-cayeron, las buscaba y también encontré el cristal —reveló mientras sus orejas enrojecen. Que pena, no quería que ella mencionara aquello. Con sus amigos lo puede soportar pero con el amor de su vida en frente, es completamente lo contrario. Se siente avergonzado de sí mismo, hasta con ganas de ir y demandar a todo el mundo. —... Era un collar, decidí cambiarlo por el significado de la joya.
—¿Y cuál es?
—Un amor que perdurará para toda la eternidad, se tiene que hacer una promesa de amor la cual se quedará aún cuando nosotros vayamos a morir, así me lo dijeron pero decidí amoldarlo a mi manera —aseguró. Saca de su bolsillo las llaves del auto y muestra el mismo llavero solo que en colores más neutros mientras en el la chica es pastel. —No necesito que nuestro amor perdure en un aburrido collar que nunca utilizarás y se quede guardado en una caja como si nuestro amor estuviese cohibido. Mande a hacer unos llaveros porque nuestro amor está presente en todo momento, en el día a día, no en algo extravagante como un lujoso collar para ocasiones específicas sino un simple llavero que cargaremos todos los días. Es lindo y sencillo pero sobre todo, siempre presente. Eso es lo más importante para mi ahora, en un mes mi mente cambió de pensar completamente y siento que es algo bueno, estoy progresando y aprendiendo pero no por mi familia, por amigos ni por ti, estoy mejorando por mi.
—Antes dependías demasiado de mi, me gustabas y lo sigues haciendo pero era asfixiante, me alegro que estés mejorando —extendió la palma de su mano para sobar el brazo del chico. —Conservaré el regalo, es lo más realista que me has regalado. Gracias por todo de ti.
Ella le regala una sonrisa que le es contagiada al chico.
Después de unos segundos de silencio cómodo, Irene toma el bolso y saca dentro de él una caja como del tamaño de un libro, decorado de colores claros, como azul y blanco. Avergonzada se lo extiende al muchacho.
—Se que te gusta mi comida, por favor disfruta mis dulces hechos para ti —dice cabizbaja sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
—Gracias... —agradece con timidez y toma la caja.
—Ábrelo y dame tu gusto.
—Está bien.
Con ansias el chico desata el lazo azul cielo y abre la cajita, encontrándose con varios chocolates decorados de forma muy bonita, con diferentes formas. Notó el esmero de la líder de Red Velvet al ver en el centro dos chocolates, ambos tienen la forma animada de sus rostros, totalmente tierno.
—Apuesto a que es rico.
El muchacho toma el que tiene forma de su rostro y le da un mordisco. Irene es reconocida por ser una buena cocinera en su equipo, es la que más se encarga de esa área entre sus compañeras. Hace años logró probar unas cuantas veces algunas loncheras hechas de ella para él. Pero nunca se imagino probar algo así. ¿Así como? Así de salado y agrio.
Intenta mantener su expresión y fuerza una sonrisa al ver la mirada expectante de ella. No quería desilusionarla.
—¿Y cómo está? La verdad no alcance a probar cuando lo hice —dijo ella ansiosa.
—Muy... Muy rico —alza el dedo pulgar forzoso.
—A ver, déjame probar —toma rápidamente la que tiene forma de su cara y le da un mordisco curiosa, mientras Suho tiene una expresión horrorizada, no alcanzo detenerla.
Rápidamente Irene escupe todo el chocolate y se seca la lengua con la servilleta, asqueada. —¡No puede ser, Yeri confundió la sal con el azúcar! —exclamó realmente molesta. —Lo siento, lo siento tanto, debí de haberlo probado. No todas mis amigas saben cocinar, no puedo creer que se confundiera, en verdad lo lamento, es mi culpa.
—Tranquila, en realidad no está tan mal —respondió no queriendo ver una expresión culpabable, triste y sobre todo desilusionada de la chica. Sabe que es de las personas que se esfuerza mucho para darle a alguien, apuesta a que pasó horas pensando en como hacerle el chocolate y hasta de que color comprar la caja. Es muy detallista y supersticiosa.
Con una sonrisa se termina el chocolate de un bocado y toma el que la chica le dio un mordisco también, para tragarlo.
—Pero si sabe horrible, ¡no te lo comas!
—No me importa, es un regalo tuyo y estoy muy feliz ¿Qué? ¿No puedo comerlo? —intenta tomar otro pero ella lo detiene.
—¿Tienes ingredientes en tu casa?
—Creo que si, a veces mi mamá pasa por acá cuando se estresa de la suya.
—Ven, te haré otra cosa para comer, es San Valentin y tengo que darte un regalo decente —lo jalo del brazo levantándolo.
—No es necesario, de verdad. Yo...
La Chica lo calla dándole un fugaz pico en los labios, dejándolo anonadado por el acto. Luego pone su dedo encima de los belfos del muchacho. —Shh... Solo acata mis órdenes.
Inmediatamente asiente sumiso cayendo ante los hermosos encantos de la muchacha.
Juntos se pusieron un delantal, sacaron ingredientes de la nevera llenando el mesón, ensuciaron, batieron, hornearon y sobre todo, se divirtieron pasando aquella tranquila tarde.
Sin estar en algún restaurante extravagante, viajando a lugares exóticos o con regalos excesivamente lujuriosos. Solo ellos dos, complementándose el uno al otro. Sus corazones honestos y leales.
Quizás... Las heridas de sus corazones empezaron a sanar.
Quizás... Este nuevo comienzo es la mejor decisión que han tomado.
Quizás... A partir de ahora puedan afrontar juntos los problemas del futuro.
Porque ambos se aman y están dispuestos a dar todo por el otro.
A partir de ahora, Suho protegerá bien a su hermosa Reina. No dejará que nada ni nadie la dañe, no de nuevo.
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