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C i n c o

Quizás...
Si el miedo hubiera predominado.








POVIrene.






—¿S-Suho? —de pronto solté.

No podía creerlo, no entendía como o porqué el estaba aquí. Su cuerpo tirado inerte en aquel duro suelo, abrigado de forma insuficiente ante el gran frío de madrugada y su semblante, tan triste y melancólico para ser Año Nuevo.

Se veía destruido, estaba destruido.

Tan feliz y sonriente acostumbrada a verlo, tan cálido y "amable" todo el tiempo pero ahora parecía alguien diferente. No parecía el Suho que conocía.

Se que soy muy buena y que debería de ignorarlo para seguir con mi camino pero no podía, a pesar de lo que me hizo y de lo tan desgraciado que podía resultar ser no podía dejarlo ahí así como si nada, si alguien lo llegaba a ver sería un gran problema para la compañía.

Con temblor y miedo empecé a acercarme a él, no parecía escucharme, creo que estaba dormido.

De alguna forma verlo así tan inocente y cálido no me causaba tanto miedo, el miedo que me causo y la razón por la que tanto lo desprecie.

De imprevisto al acercarme veo un gran líquido a su lado y una botella de vidrio rota. Abrí los ojos cual platos y me sorprendí con todo eso.

—¿¡Pero qué te ha pasado!? —exclamé de pronto, de tanta sorpresa terminé soltando la bolsa a mi lado mirándolo boquiabierta. Él solo se atinó a mirarme sorprendido, apostaba a que estaba igual que yo, sorprendido al verme.

—¿I-Irene...?

Y una vez más nuestras miradas chocaron de forma eléctrica erizandome la piel por completo, me tensé apretando los puños con fuerza obligándome a no sentir aquel vacío en mi interior. Me dolía, ciertamente lo hacía.

Rompí aquel contacto visual no cayendo ante su mirada suplicante, no caería otra vez ante sus mentiras.

Inhale y exhale, una y otra vez tratando de tranquilizarme. Vamos, otra vez, una vez más hablando con Suho no me haría daño. La ansiedad me estaba matando y sentía como cada vez mi corazón latía de prisa; tenía miedo, le tenía miedo a él.

—S-Suho... —bien hecho Irene, lo menos que quería era sonar miedosa y ahora lo había arruinado.

Con lentitud y mirando hacia todas las direcciones posibles traté de buscar a alguien, algún indicio de alguna persona vagando por las oscuras calles de Seúl pero no había nada, nadie.

Arrugue la nariz y froté mis ojos hinchados, tenía que ayudarlo pero él no debía de ver este lado mío. Nunca se lo permitiré.

Saqué mi celular y mientras veía los contactos dude. El 90% son chicas y el otro 10% son unos cuantos chicos, eran pocos los que no me asustaban y lo peor es que esos pocos deben de estar en la fiesta de Heechul, no quería molestar a nadie y ser un estorbo.

Donghae.

No.

Shindong.

No.

Minho.

No.

¿Por qué todos tenían que ir a esa fiesta? Y ¿qué hacía Suho aquí tirado en ves de estar allá? Yo no fuí porque sabía que él estaría. Estaba disfrutando tanto mi año nuevo y me lo viene a arruinar de esta forma pero, por alguna razón no lo sentía como un estorbo, nunca lo sentí así...

De forma inesperada una bombilla alumbró mi cabeza. ¡Si! ¡Leeteuk no estaba en la fiesta!

Rápidamente marqué su número desesperada y lo coloqué en mi oído. Él podía ayudarme, espero que no este durmiendo o algo; por lo poco que me dijo había mencionado que no iría a la fiesta porque quería quedarse solo en casa, relajarse, pensar y descansar. Era un muy buen tipo y me dolía el hecho de saber que fue abandonado por su padre, su historia era un tanto complicada ya que al parecer nunca recordó vivir con su madre mientras que su padre se la pasaba pidiendo dinero prestado con deudas por doquier.





«Trabajaba como un burro. Día y noche sin descanzar»





Cuando escuché eso por primera ves junto a sus sollozos me desgarró el alma, desde siempre fue tan humilde tratando de salir adelante cargando a su papá y abuelos pero, todo se fue a la basura cuando de pronto aquel ser tan desgraciado cometió uno de los peores pecados.

El dinero y la fama de Leeteuk se lo tiene muy bien merecido, yo diría que hasta debería de tener más por su genuino y destrozado corazón.

¿Hola? —escuché su cálida voz un tanto somnolienta del otro lado de la línea sacándome de aquellos pensamientos.

—Hola, por favor necesito tu ayuda —pedí apresurada.

¿Qué sucede?

—Fuí a comprar algo de cerveza y jugos para mis amigas, y me encontré a Suho tirado, borracho y desangrándose —tal vez decirlo sonaba peor que pensarlo.

¿¡Qué Suho qué!? —tuve que alejar el celular de mi oído para no quedar sorda.

—Te enviaré la dirección, por favor ven con nosotros. No creo que sea muy seguro por aquí —pedí mirando a los lados. Temía por Suho y temía por mí.

Voy, voy. Mandame la dirección rápido e iré por ustedes, Irene cuidate, la calle debe de ser peligrosa por los montones de borrachos que deben de haber.

—Si, lo sé, adiós.

Y colgué.

De pronto sentí como algo me jaló del pie, solté un grito de sorpresa mirando hacia abajo topándome con aquel pelicastaño arrastrándose en el suelo.

—¡Suho no! —exclamé agachándome a su altura. —¿Qué haces?

—Tocándote, queriendo saber si esto es un sueño, si es una cruel alucinación de un imbécil borracho —sus palabras, duras y llenas de dolor ¿por qué estaba tan dolido? ¿qué lo tenía tan afligido?

—Estoy aquí, no es un sueño —respondí pero aún así, por más convincente que haya sonado el seguía aferrándose a mi tobillo del pie temblando mucho. —Suho, estoy aquí.

Insistí pero el no parecía hacerme caso, resignada me senté a su lado en el sucio suelo. No quería hacer esto, odio sentarme en lugares así. Estúpido, sabe que no me gusta estos lugares.

Su agarré se empezó a aflojar y él nuevamente me miró a los ojos, algo que no correspondí.

—¿Q-Qué haces sentada? —preguntó con dificultad.

—¿No puedo sentarme?

—E-El piso esta sucio, puedes ensuciarte la ropa, n-no te gusta... —arrugó la nariz mirándome tiernamente con su expresión preocupada.

—No me mires así —dije seca.

—¿Cómo?

—No me gusta tu falsa amabilidad.

—I-Irene... —su voz, nuevamente parecía romperse pero eso no fue lo único que escuche haciéndose añicos.

—No me mientas, Suho. Todo acabo hace años ¿por qué sigues aferrándote a algo que no existe? —lo miré fastidiada y aunque no lo estuviese no quería que descubriera mis verdaderos sentimientos. Tenía que seguir con esta falsa fachada.

—¿Y por qué no me dejas si quiera preguntar? —empezó a llorar, no era la primera vez que lo hacía enfrente mío, la última ves fue hace unos tres años, recuerdo que me dolió y mucho pero ¿saben qué? Ahora, por alguna razón parecía dolerme el triple. Estúpido, eres un estúpido, un maldito tonto ¿por qué lloras? ¿P-Por qué me haces llorar?

—S-Suho... —sin quererlo solté un pequeño sollozo, rápidamente tapé mi boca pero mis ojos picaban. Maldito infeliz, él sabía que en estas épocas me ponía sensible.

Rápidamente lo empujé bruscamente y decidí correr. Después de todo Leeteuk llegaría en cualquier momento y se lo podría llevar, no era mi problema, él no lo era pero, algo tomó bruscamente mi muñeca haciéndome girar y chocar contra un fornido pecho.

Aquellos brazos tan cálidos y familiares rodearon mi cintura tan delicadamente como si de un cristal se tratase.

—E-Escuchame —suplicó sintiendo como sollozaba en mi cuello —¡Escuchame por una maldita vez!











POV’ Suho.







Ya estaba harto de ser un cobarde, no lo haría, definitivamente nunca más la dejaría ir. No sé si sea por el hecho del efecto del alcohol que me tiene tan dolido y demostrativo pero cuando vi como esa chica de pelinegra cabellera me daba la espalda otra vez, actúe de manera tan precipitada que solo corrí.

Agradecía estar ebrio ya que, si estuviera sobrio nunca la hubiera perseguido y abrazado de aquella forma.

Ya era hora, tenía que hablarle. Le haría saber todo, ella tiene que saberlo todo.

—Nunca me dejaste hablar, nunca me dejaste explicar. No supe qué te paso pero l-lo siento, l-lamento haber lastimado tú corazón, l-lamento haberte hecho daño, s-siento mucho el haberte h-hecho ll-llorar. Y-Yo s-soy malo, s-soy un m-maldito cobarde que t-te lastimó el corazón, u-un c-cobarde q-que n-no s-supo luchar durante c-cuatro años... Lo lamento, lo siento tanto... —No sabía que más decir, las palabras me eran difíciles de pronunciarlas, mi llanto imposible de parar y mi corazón, cada vez más hondo, intensificándose aquel vacío de forma voraz, oscuro y sin salida.

—S-Suho no... —trató de alejarse pero no la dejé. No ahora que estaba tan cerca.

—¿Q-Qué hice mal? Dímelo, por favor... —mi voz, suplicante y triste.

No tenía nada que perder actuando así, no me importaba perder la pizca de dignidad que me quedaba, sólo necesitaba saber qué hice mal.

—Tu sabes lo que hiciste —me dijo pero aunque pareciera querer sonar dura su voz se iba debilitando.

Por fin había derrumbado aquella pared de acero que tanto la alejaba de mí y ahora, intentaría hacer las cosas bien. Esta, mi meta del 2019.

—No lo sé, nunca lo supe. Y-Yo lo único que he hecho fue a-ayudarte, n-nunca quise hacerte daño, t-te lo juro... —ante esto último la alejé un poco de mí y con mis manos temblorosas las coloqué en sus frías mejillas calentándola. No quería besarla, lo único que hice fue mirarla a los ojos, que me viera y notará la verdad, la única real verdad de la que tanto hablaba.

Por un momento, en aquella mirada dura y fría vi algo de duda, una extraña incógnita había aparecido en su interior, algo pensaba, algo dudaba ¿qué tanto dudaba? ¿qué tanto pensaba? ¿qué tanto le hice en el pasado?

—¿Cómo... —paró, parecía dudar como si no estuviese segura de que fuera lo correcto —¿No lo sabes?

¿Saber qué?
Esta duda me estaba matando, me estaba abrumando.

¿Cómo pude soportar estos cuatro años aquello? Ahora simplemente parecía un infierno, uno del que me gustaría salir, despertar y pensar que fue un simple y mal sueño.

—¿Qué tengo que saber? —al decir aquella pregunta su mirada confundida se intensificó más, algo andaba mal aquí, muy mal y tenía que resolverlo. Pase lo que pase, quiera o no el mundo, en este instante descubriré todo, así el mundo se destruya o pase un huracán, no me detendrán en esto.

—Tú...

Yo...


—¡Ustedes! —un gritó sorpresivo nos sacó de nuestra burbuja personal dándonos cuenta de todo el alrededor. Irene me empujó fuertemente pero por el mal equilibrio caí al suelo para luego mirarla confundido.

—¡Oppa Leeteuk! —exclamó nerviosa mirando al auto estacionado al lado de nosotros.

¿Leeteuk? ¿Qué hacía él aquí?

Lo miré incrédulo saliendo del auto apresurado, su semblante serio y preocupado. —¿Qué hacían?

—¡Nada! —respondió por mi la pelinegra. Algo que me enojo ¿por qué lo llamo oppa?

—Ven, Suho. Te llevaré a tu casa a menos que quieras ir a la fiesta otra vez —dijo tomándole del brazo y colocándolo por detrás de su hombro.

Con su ayuda empecé a caminar con temblores hacía el auto y me tiré en la parte de atrás acostándome para tener todo ese gran asiento mío.






«Esta más cómodo de lo que pensé pero eso no quita el hecho de que lo maldiga en toda la noche, interrumpió mi momento más preciado»





Ya todo se estaba empezando a poner borroso, podía escuchar las lejanas voces de aquellos dos hablando en el frente. No me interesaba tanto, otro día hablaría mejor con ella, sin terceros innecesarios.

—¿Qué paso? No me mientas...

—Shh... Suho esta aquí.

—Si, aquí, contigo en medio de la noche.

—No pasó nada...

—¿No te duele verlo?

A pesar de que no estaba tan inmerso en aquella conversación lo último captó mi atención ¿dolor? ¿Por qué una hermosa Reina tenía que sufrir innecesariamente por un plebeyo? Ash... Quien sea aquel maldito lo partiré en dos, lo juro.

Estaba tan borracho he ido, poco a poco caía en los brazos de morfeo pero ¿saben qué? Gracias a que Morfeo es un vil y traicionero ser sentí como unas arcadas amenazaban salir de mi boca. Sí, vomité en el auto de Leeteuk.

—¡No! ¡mi auto!

Y aunque debería de estar arrepentido de haber vomitado en el auto de mi Sunbae no me importó solo me reí malévolamente tipo Chucky y lo miré de forma maliciosa. Ahora estábamos a la par, él me hizo molestar quitándome a Irene y ahora yo arruinando su auto. A mí parecer, un trato justo.

—¡Suho, no! ¡no otra vez!

Metí un dedo en mi boca vomitando otra vez. Él se lo merecía.

—¡Suho! ¡no! ¡chico malo, chico malo!

No dejaba de reír, disfrutaba tanto haciendo esta maldad e inclusive Irene soltó una pequeña risa risueña y él solo le envió una mirada asesina.

—Irene, tu tampoco.

—Lo siento, Oppa.

Otra vez le decía aquella palabra, ya verá Leeteuk, le haré otra cosa a su auto. Sonreí mirando hacia la ventana, era infantil pero no me importaba, nadie tocaba mis cosas. Todo el mundo lo sabía.

De pronto el tiempo pasó, mis ojos se cerraron y mi mente se perdió. No supe qué pasó, olvide todo, sus risas, a Irene, a Leeteuk enojado, las charlas que tuve con ella. Mi mente era un vaivén de pensamientos somnolientos pero sonreí, sí, lo hice ¿y saben por qué?

Por primera vez en mi vida agradecía ser un imbécil marginal, un tonto cobarde, un don nadie depresivo porque si no fuera así tal vez ni siquiera habría salido de la fiesta, no hubiera vagado por las calles y no la habría visto a ella  ¿quién lo diría, no?

Pero, Quizás... Si el miedo hubiera predominado en aquel instante, si me hubiera dejado llevar por el rechazo, la hubiera dejado ir viendo aquella cabellera azabache desaparecer con el viento, no estaría con Irene, no me encontraría fastidiándole la vida a Leeteuk y nunca hubiera descubierto que ella también estaba sufriendo.

Si. Yo, Suho, era un egoísta y por primera vez en esta noche agradecía este hecho.






(...)






—Agh... ¡Maldita jaqueca! —susurré con desespero tocándome la cabeza —Apuesto a que Heechul se aprovecho de mi pobre cuerpo —como pude coloqué mis pies en el suelo mientras sobaba mis ojos pero por alguna razón sentí todo suave, movía mis piernas arrastrándolas por aquella superficie extraña.


«¿Qué es...?»

Justó antes de que le hechará un ojo escuché un jadeo y como una mano empuja mis pies. Solte un gritó de exaltación.

¿¡Quién estaba en mi cuarto!?

Y ahí vi a Chanyeol con un maquillaje espantoso de payaso y con una bota de sombrero, una camisa como pantalón y un short como... ¿camisa? ¿Q-Qué es esto?

Definitivamente se volvieron locos en esa fiesta, realmente locos. Por alguna razón no me sorprendió pensar en el hecho de encontrar a Baekhyun metido en la bañera siendo un sacrificio humano para Kyunsoo.

Me levanté con torpeza sin aplastar a Chanyeol y empecé a caminar hacía la puerta tambaleándome. Genial, ¿no? A parte de tener que soportar los inmensos dolores de cabeza en el día a día ahora en la noche había bebido, siento como todo me esta dando vuelta y no se como logré tomar la perilla de la puerta en un solo intento pero justó cuando la abrí algo me sobresaltó.

—¡Nooo! —Chanyeol gritó sentándose pero con los ojos cerrados para luego caer nuevamente al suelo como si fuese un zombie. —Señora brillitos le dije que la tartaleta fue robada por Donner, Blitzen y Vixen, esos rufianes alfareros merecen el castigo de ir a los suburbios de la Cuidad abandonada debajo del rascacielo.


¿Excuseme?
¿Con qué clase de idiotas he vivido gran parte de mi vida?


Sacudí la cabeza restándole importancia para luego salir del cuatro mientras tomaba mi cabeza con ambas manos. Sí, tal vez la cabeza me dolía pero antes ansiaba ver quienes estaban en la bañera, era muy tentador aquel pensamiento.

Rápido y con ayuda de la pared, mi fiel amiga, caminé hacía el baño abriéndolo y topándome con una gran sorpresa.

—¿Q-Qué es...? —entrecerré los ojos confundido. El espejo estaba despedazado, el grifo todo roto y el agua salía ferozmente hacía la pared, y eso... ¿Es una tubería qué salió del techo? Miré más a fondo notando a Baekhyun tirado en la bañera con un sostén, una peluca y un nefasto maquillaje con los labios rojos, al lado de el se encontraba Sehun con un martillo y un extraño disfraz del Joker.

Wow, definitivamente están locos.

Necesito tomar una foto de esto ¿dónde habré dejado mi celular? No me acordaba haberlo visto en el cuarto, tal vez y este en la sala.

Salí con rapidez y emoción cual niño haciendo una maldad. Oh... una venganza perfecta por todo el maltrato y estrés que me han causado estos años, sí, este sería un lindo comienzo para el 2019. La sala se veía netamente normal, y miraba unos cuantos cuerpos tirados por ahí, sigo sin entender el porqué todo el grupo esta en esta casa, tenemos dos apartamentos y nos dividimos. Soportar a Chanyeol, Kai y Sehun todos los días no era una tarea fácil.

Me acerqué a la mesa central y veo dos celulares, el cual uno era de mi pertenencia. ¡Sí! Ahora podré ir a tomar la foto pero apenas lo agarré una llamada sonó, no tuve tiempo de ver quien era solo contesté colocándolo directamente a mi oreja. Espero que sea rápido, necesito tomar las evidencias y luego ir por mi pastilla.

—Hol... —estaba saludando tan amablemente pero del otro lado de la línea fuí interrumpido.

—¿¡Cómo pudiste, ah!? ¡eres un maldito imbécil! —me exalté dandome cuenta de que por alguna razón esa voz me era tan familiar pero no la reconocía.

Alejé un momento rápido el teléfono y ví el nombre «KimLip ».

¡Rayos! Confundí mi teléfono con el de Kai, a parte de que ese engendro me mintió diciendo que ya no la amaba ¿y qué explicaba con ese corazón? Después de esto iría a tutobearlo.

—Oye, soy...—y otra vez fuí interrumpido por gritos y llantos.

—¿¡C-Cómo te atreviste a hacerme esto!? ¡Cobarde, maldito, perro, infeliz! ¡Ojalá nunca te hubiera conocido! ¡E-Eres un ser despreciable! ¿¡Cómo pudiste decirme que me querías en Octubre, ah!? ¿¡p-por q-qué me dijiste todas esas l-lindas palabras si t-tenías a o-otra!? ¿¡M-mientras estabas c-conmigo e-estabas con ella, n-no!? —su voz furiosa y enojada poco a poco se fue apagando demostrando una llena de dolor y sufrimiento, sus llantos llegaban directamente a mi oído haciendo que mi corazón doliera. —¿P-Por q-qué me h-hiciste e-esto? ¿n-no te b-bastaba e-estar con u-una?

Oh dios, ¿qué clase de problema sucedió?

—KimLip... —solté con una voz entrecortada ¿qué hizo Kai para dejarla tan mal? ¿qué le hizo ese maldito infeliz hacía aquella pobre chica?

De pronto la línea se cortó y vi todas las notificaciones que le llegaron a su celular, habían empezado desde hace media hora y llegaban un sin fin, ¡podría jurar que va por los millones! ¿¡qué esta pasando!?

Con rapidez me dirigí a la mesa y vi otro el celular, este sí era el mío. Lo tomé y desbloqueé. Oh no, ¿¡por qué tengo tantas notificaciones también!?

—Algo esta pasando... —mi cabeza nuevamente dolió siendo una punzada repentina y gracias a que me apoyé en el sofá hubiera caído al suelo. —V-Voy a descubrirlo...

Entre a la primera página que vi, algo debía de aparecer. EXO esta en todos los portales ¡en todos los lados!



» NOTICIA DE ULTIMA HORA
Se revela que Kai, el cantante de la famosa agrupación de EXO, se encuentra en una relación amorosa con Jennie, de BlackPink. La SM entertaiment anuncio que esta noticia era cierta y se revelaron fotos de la salida. E inclusive se afirmó que llevan desde Octubre viéndose a escondidas, el mismo moreno lo afirmó. «


¿Qué has hecho, Kai?

—Ah, hola, Suho —y de pronto su voz resonó en toda la sala haciendo eco en mi mente. Lo vi, al parecer recién se había hechado un baño ya que se encontraba secando su mojado cabello, se veía tan relajado, tan normal y sin nada de remordimientos, tanto que me enojó.

Mi sangre hirvió de tanta rabia contenida que empezaba a agruparse. El ¿acaso era mi amigo? ¿mi amigo era aquel insensible ser que jugó con una inocente chica?

Oh no... Ya verá ese idiota.

—¡Maldito insensible! —solté un gran rugido haciendo que todos los cuerpos de mis amigos se sobresaltarán e inclusive Kai. No esperé mucho y solo corrí a él y le estrellé un gran y único puñetazo que nunca olvidará en toda su vida. Definitivamente le daría la paliza de su vida a este tipo en honor a KimLip.

Y sin más me abalancé contra él lleno de odio y rabia, usándolo como un saco de boxeo.

Ya verás, Kai, de lo que soy capaz...













••••••







Diccionario


*Oppa: Es una palabra que usan las chicas hacia los chicos que son mayores que ellas, significa "hermano mayor" pero, también lo dicen hacia sus novios o hasta también en forma de coqueteo.


Bueno y ¿qué les pareció el capítulo?
¿qué creen que le haga Suho a Kai? Y principalmente ¿qué fue lo que exactamente pasó en el pasado de Surene? Debió de ser algo más, ¿no?

Gracias y siento la tardanza con el capítulo.

Acá les dejo un Gif, me pareció buena en la parte de Suho volteando a mirar a Kai, así todo enojado con ganas de matarlo.

Y esta de Leeteuk, de Súper Junior. Él es un amor en persona, para los que no lo conozcan lo que mencione de su vida es cierto. Su padre poseía muchas deudas y él se tuvo que encargar de pagarlas mientras lo cuidaba junto a sus abuelos. Hasta que un día por el 2014 ese señor mató a sus propios padres (osea los abuelos de Idol) y se suicido para dejarle una nota muy cruel a su hijo. Para las fanáticas que quieran saber más en internet esta todo.





Besitos😘😘























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