Mi señora del metro Copilco
El metro se detiene en la estación Copilco; voy en mi viaje rutinario, rumbo a Zapata, de regreso a casa. el resoplido del tren me advierte que deje de leer. subo la mirada. el vagón no va tan lleno, pero ya hace calor; en la línea tres siempre hace calor.
Mi silla verde está pegada a la ventana; suelo buscar ese asiento cada que me trepo al tren: ese vagón y ese lugar en específico.
Entonces, me asomo a la derecha, a través del cristal. Y la veo. Mi señora del metro Copilco.
Bueno, yo la llamo señora, pero ni siquiera sé su sexo; podría decir que su rostro es andrógino; quizás hasta masculino; pero no me importa: para mí, es una señora, poderosa y dominante en los murales del andén.
Destaca entre el resto de pinturas que flanquean las vías eléctricas. Hay muchas y preciosas, sí, reproducciones de verdaderas obras de arte humanas esparcidas a lo largo del mundo y de la historia. Pero ninguna es tan provocativa como aquella.
No sé quién es o fue; o si siquiera fue alguien en su momento. No sé de dónde vino o donde se dejó encontrar; no me he tomado la molestia de investigarla en lo más mínimo. Me han ganado más las ganas de llenarla de alabanzas y rendirle este humilde homenaje.
Una ráfaga de colores interrumpe mi vista. Escandaloso como siempre, el otro tren llega. Es solo cuando ambas ventanas coinciden, que puedo seguir contemplando a esa dama, como los retazos de un fotograma perdido.
No sé bien exactamente que es lo que me hace adorarla; si son sus ojos blancos y en trance, su ángulo en que me mira, piadosa, la luz fría del foco que le alumbra la cara o el rojo vivo que le contornea la cabeza.
En mi vagón se escucha el pitido de las puertas antes de cerrarse. Resoplo, abstraído. El metro continúa con su viaje. Mis pupilas siguen a su señora lo más que pueden hasta que el túnel se cubre de negro.
Salgo de mi trance con un suspiro. Entonces bajo la mirada y mis ojos vuelven al libro que traigo en las manos. La lectura continúa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro