...

— Siempre lleva esto en una de tus mangas.

— ¿Un clip? — Cuestionó el rubio queriendo reírse del menor. — ¿Me estás diciendo que esto me va a salvar la vida en cualquier oportunidad? — Inquirió burlón mientras el menor frente a él negaba.

— Hyung, es algo muy útil. — Agregó sin desanimarse por la burla que estaba presente en la mirada del rubio. — Cuando no tengas llaves, esto te puede ser de mucha ayuda. — Agust asintió mientras veía como el castaño envolvía varios clips en la manga interna de su camiseta. — Confía en mí, hyung.

— Ni siquiera sé tu nombre, además quien confía pierde.

— Me llamo JungKook. — Se presentó. — Un día vendrás a mí y me agradecerás. — Le guiñó el ojo divertido. El rubio rió.

— Está bien JungKook-ah, si eso pasa estoy seguro que vendré a ti.

...

Aquel recuerdo llegó de forma abrupta haciéndolo despertar en el acto. YoonGi observó nuevamente el lugar, una rápida mirada le sirvió para darse cuenta que estaba solo, o por lo menos eso quería creer. Como pudo, empezó a forcejar con sus dedos, arrastrando el segundo dobladillo que tenía la chaqueta que cargaba puesta. Quiso darse por vencido en más de una oportunidad, pero cuando un leve roce metálico surcó sus dedos, solo tenía en mente insistir lo más que pudiera hasta lograr atraer por completo el pequeño clip, estaba seguro que cuando lograra quitarse aquellas esposas, tendría marcas, pero nada de eso importaría, menos cuando logró obtener el pequeño objeto por completo en sus manos.

— JungKook. — Susurró el nombre del menor mientras luchaba con el pequeño clip en sus manos para que este no se cayera al piso. — Tienes unas ideas brillantes. — Susurró mientras deformaba el clip y tanteaba ciegamente con él por encima de donde estaría el seguro. — Si esta mierda se abre, juro que voy a ir por ese idiota y le voy a comprar una puta casa. —Susurró encajando la punta del clip en un pequeño círculo y moviéndolo de forma brusca. Fue cuestión de minutos cuando la presión ejercida en su mano derecha dejó de ser tan fuerte, el rubio emitió un gemido de dolor cuando movió el brazo hasta él, tenía una marca roja en la mano, pero estaba libre.

Con cuidado de no hacer más ruido del necesario, deslizó su mano libre por la parte interna de sus pantalones, a la altura del bolsillo de dónde sacó una pequeña navaja que siempre le acompañaba. Sabía que su arma no estaría con él, seguramente se había perdido en el camino cuando el carro sufrió el choque, pero mientras pudiera liberar sus extremidades, se quedaría tranquilo.

Solo esperaría a que la presa llegara hasta él.

...

Taehyung observó con el ceño fruncido hacia Jimin mientras este parpadeaba confundido frente a él. La misma pregunta que el menor había hecho rondaba por la mente del peli-rosado.

— No lo sé. — Respondió seguro de sí mismo. Taehyung tensó la mandíbula mientras ajustaba el agarre de su arma. — Pero...

— ¿Pero? — Inquirió el menor, interrumpiéndole de forma brusca.

— ¿Cómo sé que esto no lo hiciste tú? — Taehyung parpadeó confundido antes de explotar en sonoras carcajadas. Los hombres detrás de éste observaron en silencio aquel intercambio de palabras.

— ¿El tinte te dañó el cerebro? — Espetó divertido mientras negaba. — Es mi puto hermano, ¿qué mierda gano yo con hacerlo desaparecer?

— Estar al mando de esto. — Mencionó fríamente Jimin mientras le observaba fijamente. — Estabas en su contra porque me dejó vivo.

— Él que te quiera ver muerto no me hace querer matar a mi hermano, no seas idiota. — Mencionó secamente. Jimin se encogió de hombros mientras le veía.

— ¿Y cómo sabes que está muerto ahora? — Inquirió. Tae parpadeó confuso mientras negaba. — Además, eso puedes decirlo tú ahora, ¿pero quién está seguro de las palabras que él dijo? — Cuestionó viendo a los hombres detrás de Taehyung. Una serie de murmullos se escucharon detrás del menor y éste quiso maldecir a todos y cada uno de los que estaban ahí dudando de él.

— ¿Quieres poner a mi gente en mi contra para poder salir libremente de esto?

— No, quiero que veas la cara de quien te está salvando la vida, imbécil. — Y solo fueron segundos exactos en los cuales Jimin sacó el arma que reposaba oculta en su pantalón y disparaba a un hombre castaño que se encontraba a escasos dos pasos de Taehyung.

El menor volteó incrédulo mientras veía caer el cuerpo de un hombre que a ciencia cierta, nunca había visto con su equipo.

— ¿C-cómo? — El moreno titubeó mientras veía a Jimin.

— Se llamaba MinHyuk, trabajaba para Lee, estoy seguro que alguien más debió ir con YoonGi y por eso los perdimos.

— ¿Dónde están ahora? — Jimin se dio la vuelta mientras observaba la casa.

— Están en el sótano. — Mencionó seguro. — Conozco otra entrada, síganme.

...

— Perdimos comunicación con MinHyuk señor.

— ¿No sabes nada de Vante ni Kitty? —El menor negó. Lee asintió mientras se levantaba de su asiento. — ¿Los hombres que están dentro de la casa?

— Están cumpliendo sus labores señor. — Lee asintió.

— Iré a visitar a mi regalito, cualquier cosa me dices por el intercomunicador.

...

— Tus piernas son delgadas, eres chiquito y casi ni tienes pinta de chico malo. — La voz burlona de Lee se escuchó mientras veía al rubio sentado en la misma posición. El pálido le devolvió la mirada y aquello lo hizo retroceder años atrás.

Justo aquella vez cuando había visto la molestia en el rostro de YoonSuk.

— Incluso miras igual que él.

— Pero no soy él. — Negó el menor mientras le retaba con la mirada. Lee rió divertido mientras avanzaba hasta el rubio, su mirada se paseó por el cuerpo de arriba abajo antes de sentarse a horcajadas sobre éste.

— He escuchado muchas cosas de ti. — Susurró mientras tomaba el rostro del pálido entre sus manos. YoonGi no se alteró ante la cercanía, simplemente le siguió observando con superioridad. — ¿Por qué me miras así?

— Porque sí. — Respondió con simpleza.

— ¿Qué tan bien lo hace Kitty? — Preguntó de forma repentina, logrando que la mirada del rubio cambiara. — ¿Lo hace bien? Él estaba muy asustado cuando lo mandé contigo, pero mira... Logré lo que tanto quería, desestabilizar al hijo de mi enemigo.

— ¿Y qué quieres ahora? — Rió divertido. — ¿Qué te joda igual que a él?

— ¿El pequeño y tierno Jimin te lo perdonaría? — Inquirió divertido el mayor. — Supongo que sí, otra traición más que sufra no quiere decir nada. — Mencionó divertido. El rubio rió mientras movía de forma brusca las manos.

Lee no lo vio venir.

El fuerte impacto de las cadenas impactó en su rostro haciendo girar de forma brusca su rostro y por consiguiente, caer al piso. El rubio no lo pensó mucho cuando cayó  fuertemente encima del cuerpo de Lee, haciendo que este gimiera por el dolor que proporcionó el peso extra sobre él. Agust rió divertido mientras tanteaba entre los pantalones del hombre, cuando encontró lo que buscaba, simplemente tomó el arma entre sus manos.

— ¿Nunca te han dicho que en este negocio no debes ser tan confiado?

— ¿Q-Quién lo dice? — Cuestionó el mayor mientras trataba de retener las muecas de dolor. El rubio estaba haciendo presión con una de sus rodillas en todo su abdomen, mientras que su otra pierna hacia presión de forma lateral. Lee negó mientras sentía el escozor en su rostro todavía le dolía lo suficiente la cabeza para poder coordinar alguna acción y estaba seguro que el golpe había golpeado lo suficiente como para romperla. — Te has confiado dos veces, igual de estúpido que tu padre. — El rubio rió mientras negaba.

— Soy igual que mi padre en muchas malditas cosas. — Mencionó divertido mientras sostenía en su mano la misma navaja que había usado para liberar sus piernas. — Estoy igual de loco como él, como tú. — Susurró lo último mientras sin contemplación alguna, clavaba la pequeña navaja en una de las manos de Lee. El cuerpo debajo del rubio se removió por el dolor mientras los gritos adoloridos escapaban sin filtro alguno. Agust negó mientras volvía a emplear toda su fuerza para mantenerlo retenido.

El sonido de pasos apresurados se escuchó desde afuera y el rubio simplemente sacó la pistola y apuntó hasta donde creyó que estaba la puerta.

— Señor Lee... Se encuen... — El sonido de un disparo y el cuerpo cayendo fue lo único que se escuchó. Agust observó sin emoción alguna al chico que ellos habían identificado meses antes como el asistente de Lee.

— Vives diciéndole a Jimin que no eres como nosotros, pero estás igual de podrido. — Negó el mayor mientras observaba con ojos vacíos en la misma dirección que el rubio.

Aparentemente era el final.

 — Estás loco, D.

— La vida me hizo la mierda que tienes encima de ti. — Mencionó serio mientras apuntaba la misma arma contra la frente del mayor. — Cuando me tenías ahí me dijiste que estaba en el lugar donde moriría, te equivocaste... — Susurró burlón mientras colocaba su dedo en el gatillo. — Pero cuando salí de la cárcel, juré que el hijo de puta que me vendió me las pagaría... Buen viaje Lee, dale mis saludos a mi padre en el infierno.

El sonido de un disparo fue lo último que se escuchó en el lugar.

Perfidia.✔

...

¡Hola! ¿Cómo están?

No sé si lo que diré tomará desprevenido a alguien, pero este es el capítulo final de Perfidia.

Lo que vendría a ser el capítulo 15 sería el epílogo de esta historia. (Anteriormente dije que serían 16, así que no lo terminé tan antes de tiempo).

¡Muchas gracias por leer este fanfic! ¡Sería el 4to fanfic en finalizar en un año! 

Tenía muchas ideas para Lee y su final, pero al igual que yo tenía muchas ideas, existen muchas personas sensibles, entonces no quiero tener ningún tipo de problema con mi cuenta, así que me fui por la medida más sencilla para acabar con el antagonista.

¡Nos leemos pronto en el epílogo!

¡Disculpen cualquier error! 

» © MarinaLightweight. 

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