...

— Llegó la putita traidora. — Lee se burló mientras veía cómo sus hombres arrastraban a Jimin. El castaño gimió de dolor al verse arrojado al frío piso de la casa en donde vivía el jefe. El hombre mayor le vio con superioridad.

— Yo no te traicioné. — Escupió Jimin aquello con rencor. — Cumplí con todo lo que me pediste.

— ¿Y quién está diciendo que me refería a mí? — Rió el mayor mientras veía al castaño acomodarse en el piso. — Traicionaste al que era el amor de tu vida, ¿A que es gracioso? Jimin-ssi. — Sonrió.

Jimin negó. Aquello no se sentía bien, había algo dentro de él que le estaba haciendo sentir incómodo, y aunque trataba de reír con la misma soltura con la cual lo hacían sus compañeros, no pudo.

Lee se dio cuenta de ello con solo verlo.

— Verás Jimin, no pareces contento. — Mencionó con reproche en su voz. — Pensé que eso era lo que querías. — Le recordó. Jimin asintió dubitativo mientras recordaba cómo había dejado al mayor en aquella habitación.

Para este momento seguramente ya estaba camino a la policía

Seguramente ya sabía que lo había traicionado.

— Huh Jimin, debo decir que tengo mucho pesar en el corazón, comprendería el hecho que me odies ahora. — Mencionó el mayor con falso dolor mientras veía al chico en el piso. Jimin frunció el ceño. — Puede, que quizás, tu chico fuera inocente de varias cositas. — Rió divertido. Jimin le observó con atención, sintiendo el ritmo acelerado de su corazón. — Pero tranquilo, te aseguro que estará bien cuidado en prisión. — Le guiñó el ojo mientras hacía una seña para que los demás hombres salieran y lo dejaran a solas con Jimin.

— ¿De qué estás hablando? — Preguntó desconfiado mientras veía a su jefe arrastrar una silla y sentarse frente a él. — Lee. — Insistió el castaño viéndolo desesperado.

— Nuestro querido Agust quizás no sabía de la muerte de tus padres. — Soltó con fingida inocencia. — Y quizás, no era tan malo como te he hecho pensar.

— Lee. — Jimin pronunció aquel nombre con temor y el mayor se regocijó ante aquel tono de voz.

— Lo siento Jimin, eras el único punto débil de Agust y yo lo necesitaba fuera de mi camino. — El mayor se encogió de hombros, notoriamente despreocupado ante lo que había dicho. — Y sabes, quizás mi propósito no es tu chico, pero es el hijo de quien arruinó mi vida. Alguno tiene que pagar por los pecados del otro y bueno... Si con el padre no pude, con el hijo sí.

— Me mentiste. — Mencionó sin emoción alguna Jimin.

— Diciéndolo así suena feo, pero sí, y te usé también. Aunque supongo que no te arrepientes ¿verdad? — Alzó las cejas animadamente. — Probaste el pastel antes de que se fuera a la cárcel. — Rió.

Jimin se levantó del suelo de forma brusca mientras tomaba entre sus manos la camisa del mayor y lo pegaba contra la pared, la silla en donde estaba sentado el hombre cayó al piso de forma estruendosa. Lee rió sarcásticamente tratando de disfrazar la mueca de dolor tras aquel golpe.

— ¿Te gusta rudo eh? — Rió. — ¿Te jodieron duro también Jimin-ssi? — Aquello no hizo más que incrementar la furia en el menor quién golpeó con fuerza la cara del hombre. Lee se dejó mientras sentía como un fino hilo de sangre salía libremente de sus labios.

— Confié en ti. — Jimin le recordó.

— ¿Y eso que debería importarme? — Preguntó. — Te di comida y te cuidé como si fueras una puta princesa, te enseñé a defenderte y te hice un nombre en las calles. ¿Quién le debe más a quién? — Cuestionó. — ¿O es que te enamoraste otra vez del chico bonito que fingía ser normal ante tus ojos?

— Y-Yo no. — Titubeó.

— Tú sí. — Rió. — Pero la jodiste.

— Por tu culpa. — Rebatió Jimin mientras sentía todo el peso de sus actos golpearlo.

— Y lo traicionaste y... ¿Sabes qué Jimin-ssi? — Lee negó mientras se llevaba la mano a la cara y limpiaba la sangre. Jimin le observó. — En este mundo, las traiciones no se perdonan.

— Él me va a entender. — Susurró ido, recordando todos los tratos buenos que había tenido YoonGi con él.

Lo había arruinado todo.

— En eso te equivocas ternurita. — Susurró el hombre con pesar mientras chocaba su frente contra la del menor. Jimin quiso llorar ante todo lo que estaba enfrentando y aquello levantó la moral del hombre frente a él. — No importa que tan bien te hayas dejado coger o que tan importante fueras para él, estás jodido ahora porque eres un sucio traidor. — Concretó besando castamente la frente del castaño y dejándolo solo en medio de aquella casa.

...

Jimin despertó de forma brusca al escuchar el sonido de la puerta abriéndose. Se arrastró hacia la esquina de la habitación tratando de evitar golpearse las zonas de su cuerpo que dolían. El chico frente a él nunca lo había visto, era alto de cabello negro y vestía con una bata blanca con ropa limpia y bonita.

Seguramente era un médico.

— NamJoon dijo que no estabas tan mal, pero mira el chiquero de habitación que te dieron. — Mencionó con asco el chico mientras veía el deplorable estado de aquel cuarto, la iluminación era escasa, la única ventana que había estaba cubierta por una cortina negra, el colchón que servía como cama, estaba todo sucio y harapiento mientras que el piso estaba lleno de basura y desperdicios. — Tuviste que hacer algo muy malo para que te estén tratando con tantos honores. — Rió sin gracia mientras depositaba un bolso en el piso y se agachaba para abrirlo y sacar unos guantes.

— ¿Me van a mutilar pieza por pieza? — Preguntó sin más.

— Para nada chico, yo no hago esas cosas. — Se quejó ofendido mientras sacaba algodones y alcohol. — Necesitaré agua. — Susurró para sí mismo mientras se levantaba y se acercaba a la puerta, hablando con alguien que estaba detrás de esta, cuando terminó, volcó toda su atención nuevamente en el pobre chico que tiritaba escondido de él. — Mi nombre es SeokJin. — Se presentó.

— Soy Jimin. — El chico de cabellos rosados susurró con la voz rota. — ¿Qué vas a hacer?

— Voy a curarte, Nam me dijo que necesitaba ayuda con alguien que Vante hizo mierda así que aquí estoy. — Mencionó encogiéndose de hombres. — De esos tres, mi chico es el más bueno, algo vio en ti que le provocó compasión y por eso estoy aquí.

— ¿Nam? — Preguntó confundido.

— RM. — Jin sonrió. — El bonito de sonrisa con hoyuelos. — Especificó cuando escuchó el golpe en la puerta y vio una pequeña charola con agua en el piso. — No me dijeron mucho sobre ti, pero espero que puedas salir de esto.

— No lo creo. — Jimin comentó sin gracia mientras veía al más alto acercarse a él. — Me voy a morir aquí. — Sentenció.

YoonGi arrugó las fotos que tenía en manos mientras sentía la rabia correr por todo su cuerpo. Lo había traicionado realmente. Una pequeña parte de él, en lo más profundo de su interior rogaba porque el pastelito bonito no lo hubiese hecho, pero cuando aquellas fotos con el jefe de la pandilla enemiga llegaron a sus manos, no pudo sentir más que una profunda decepción.

Y tristeza.

YoonGi lo sabía cuándo lo había visto, era su Jimin. El chico lindo que había estado en su mente desde que lo había visto siendo un pequeño joven, el mismo que creyó haber perdido en aquel incendio, y el puto traidor que lo había mandado a la cárcel y se había burlado de él y sus sentimientos.

— Tienes visita Agust. — El rubio asintió a mala gana mientras a su mente llegaba la imagen de Jimin. Avanzó en silencio por el pasillo hasta que se sentó frente a su visita. Taehyung le sonrió de forma amable.

— El fin de semana. — Habló de forma directa Taehyung. — Y te tengo un regalito en casa.

YoonGi sonrió. Pronto se verían nuevamente. 

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.❣

Muchísimas gracias por el primer 1k en lecturas, me han alegrado muchísimo.

Gracias también por comentar y votar.

¿Qué creen que pasará cuando se vean YoonGi y Jimin? Me gustaría leer sus teorías.👀💥

YoonGi al final lo sabía todo, bueno no que el chico trabajaba con una pandilla enemiga, pero si que era su Jimin, hasta a mi me da cosita.😭

Disculpen cualquier error y muchas gracias por leer.

¡Hasta la próxima!
.