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— Yo no quería ser así. — Mencionó YoonGi mientras se acomoda lo mejor que puede en la cama del menor y evita mirarlo demás. Está nervioso y siente como el sudor corre por su rostro y cuello, pero está determinado a hacerlo porque quiere ser transparente por primera vez en su vida. — Mi padre era el hombre más poderoso y aterrador de toda Daegu, era normal que todos pensaran que yo quería ser igual que él, pero no era así. — Rió sin gracia alguna mientras le tocaba recordar aquellos tiempos no tan bonitos para él. Jimin escuchó en silencio mientras una pequeña parte de él siente un poco de compasión por el mayor. — Crecí antes de tiempo y tuve que verme envuelto en cosas que no quería, era solo un chico de catorce años cuando mi papá me entregó un arma.

— Hyung, pareciera que estuvieras apunto de confesarme un asesinato. — Finge un escalofrío mientras a su mente llegan pequeños recuerdos del chico frente a él, lo que YoonGi le estaba contando según sus cálculos era un año o dos antes de haberlo conocido.

— Porque es lo que estoy haciendo. — Dice de forma seca. Jimin abrió los ojos de forma desmesurada. — Mi padre mató a un hombre que le debía frente a mí. — YoonGi no lo ve. Ni siquiera sabe qué punto de la habitación está viendo. — Fui obligado a crecer y dejar las cosas que me gustaban, de repente no había salidas a las prácticas de baloncesto, tampoco había noches de películas con mi madre, solo eran horas de mi vida siendo robadas por el hombre que me tocó como padre y su legado.

— ¿En dónde está tu padre? — Preguntó verdaderamente interesado.

— Murió en un intento de escape de prisión, los policías descubrieron a quienes organizaron el motín y cuando estuvo a punto de estar completamente libre, un francotirador lo derribó. — Jimin asintió mientras sentía una lucha de emociones en su interior, el Jimin de años atrás, quería abrazar al pálido y no dejarlo ir jamás, el Jimin de ahora, el que había crecido y sabía la verdad de todo, quería simplemente reírse en su cara.

Era todo lo que merecía, ellos habían matado a sus padres. Era un castigo justo.

— Tenía diecisiete cuando lo conocí, era rellenito y usaba lentes más grandes que su cara. — Rió. Jimin niega divertido porque recuerda perfectamente cuanto odiaba esa etapa de su vida. — No había llamado la atención de nadie pero si había llamado la mía, era diferente y me agradaba su forma de ser. — Comentó con una sonrisa adornando su rostro. — Lo veía desde lejos pero luego me dije que tenía que actuar como un chico grande y acercarme a él. — Jimin asintió perdido en los recuerdos. — Primero me mandó a la mierda, así como tú. — Le señaló. — Luego como que lo consideró y terminó convirtiéndose en mi chico.

— ¿Tan rápido? — Preguntó Jimin arqueando la ceja.

— No, no fue tan rápido pero hablar de él me hace sentir mal, entonces solo te contaré un resumen para no sentir esta mierda de sentimiento atorado en mi pecho. — Jimin suspiró sonoramente mientras a su mente llegaba el pensamiento que lo que el mayor sentía era culpa. ¿Quién no? Había dirigido la operación de venganza en contra de sus padres. Sin embargo, muy contrario a lo que el castaño pensaba; YoonGi simplemente sentía una profunda tristeza que con el pasar de los años no había cesado. — Antes de que él muriera, mi padre fue arrestado, tuve que distanciarme un poco de él y tomar responsabilidades que no quería tener, era un chico joven e ingenuo. — Niega mientras ríe sin algún rastro de diversión. — Un chico normal que debía involucrarse con gente de mierda, que tuvo que dirigir a un grupo de personas que nunca había visto pero que esperaban por sus órdenes.

Jimin escuchó en silencio mientras fingía comprensión delante del mayor, su mano masajeaba la espalda de éste intentándole dar consuelo mientras que asentía las veces que creía conveniente.

No le creía, algo dentro de él quería gritarle que dejara los juegos, que sabía perfectamente que todo lo que estaba diciendo era mentira, Jimin lo recuerda perfectamente, ¡Él lo había visto con sus propios ojos! 

YoonGi se movía con demasiada familiaridad con esa gente para decir ahora que todo era un teatro.

— Ojala las cosas fueran diferentes. — Mencionó Jimin mientras veía al pálido cubrirse la cara con sus manos. 

«Ojala pudiera creerte.» Pensó mientras acariciaba el cabello rubio del mayor. Los años los habían separado, varias veces habían estado en el mismo lugar, él como Kitty y el chico a su lado como Agust D, dos personas que estaban hechas para un solo objetivo, destruir a quien se interpusiera. Por eso no podía creerle, le había visto varias veces, incluso aquella vez en donde estuvieron frente a frente. Había visto desde primera plana que el chico que había amado, era una persona despiadada y cruel.

No iba a creerle.

— Yo iba a dejar todo por él. — Aquellas palabras vuelven a salir de los labios del pálido. — Lo amaba, aunque puedes decir que es estúpido porque solo éramos un par de jóvenes, pero sabía que lo quería conmigo, quería ser diferente por él, pero no fui a buscarlo y él murió. — Lo último es acompañado por un pequeño sollozo que rompe una parte del corazón del menor. Está a su lado, destruido y tan débil que pudiera deshacerse de él tan fácilmente, sin embargo; no sabe en qué momento lo hace ni porque motivo es arrastrado hasta él.

Quizás es su viejo yo, que sigue perdidamente hechizado por el chico que se rompe en llanto a su lado.

Pero lo aferra en un fuerte abrazo que no tarda en terminar con un beso, un simple contacto que rompe murallas alrededor de ambos y los acerca de una forma más íntima, siendo guiados únicamente por lo que sienten y no por su raciocinio. Jimin no lo entiende, está completamente perdido, pero quizás por una noche el puede olvidar, así que cuando sus manos ayudan al mayor a retirarle la camisa y él es colocado de forma delicada en la cama, cuando incluso su ropa y el resto de la ropa del mayor desaparece dejando paso libre a la desnudez de ambos, en el preciso momento en que sus miradas se conectan, sabe que definitivamente debe olvidarse de las responsabilidades que tiene encima, olvidarse que él es Kitty Gang, un arma de doble filo que terminaría dañando al chico que lo ve de forma honesta, al chico que le había abierto su corazón de la forma más sincera, y el chico que lo amó de todas las maneras posibles, en cuerpo, en alma, incluso en la memoria.

Porque para YoonGi, todo había sido sincero, pero para Jimin no.

...

No pasan más de un mes para que Jimin sepa todo sobre YoonGi, ambos están más unidos que nunca, siendo YoonGi quien pasaba a buscarle por las tardes y le platicaba lo frustrante y cansado que podía llegar a ser su vida.

— ¿Sabes algo? Si me lo pides, podría dejar todo por ti. — Menciona YoonGi de repente mientras lo ve envuelto en sabanas. Jimin se tensa en su lugar pero se repone al instante. — Pero tendrías que soportar a mis amigos, por lo menos los más cercanos, Taehyung-ah tiene un sueño de conquistar a un chico bailarín e incluso lo he visto buscar información sobre universidades. — Ríe divertido. — Hoseok y Nam han soñado con dejar todo atrás.

— Es tu vida y no te pediría que cambies nada por mí. — Menciona sin emoción. — Mientras regreses a mi sano y salvo, estoy bien. — YoonGi sonríe mientras le deja un beso en la frente. Jimin por su parte se siente mal. El peso de cargar con una doble vida ante el mayor lo estaba volviendo loco e incluso lo hacía odiarse.

Ya no sabía nada.

Lo bueno o lo mano, no tenía discernimiento sobre ello.

— Voy a salir con los chicos hoy, vamos a desviar un camión que trae una droga desde Busan, el plan es atacar una pandilla que quiere por la fuerza tomar parte de nuestro territorio, prometo regresar a ti.. — Jimin asiente sabiendo muy bien de quien se trataba. 

Aquel camión era de Lee.

...

— Estoy hasta la mierda. — Mencionó serio Taehyung mientras pateaba con furia una caja que había sacado de aquel camión. No había drogas, solo latas de reciclaje. — Estábamos seguros de que iban a pasar por aquí.

— Por lo visto así no fue. — Menciona del mismo humor Hoseok mientras observa el camión. — No puedo evitar pensarlo, pero siento que hay algo raro. — Aquello capta la atención de un apartado NamJoon y los tres se reúnen lo más lejos que pueden de YoonGi antes de hablar. — Alguien está dando información sobre nosotros.

— No hace falta que lo digas. — Nam, quien se hacía conocer como RM asintió convencido de lo que su compañero de viajes le decía. — Siempre hemos logrado desviar todo lo que no tiene que tener lugar en nuestro territorio. ¿Por qué ahora estamos fallando? ¿Qué sabes de los hombres de Lee? — Vio a Taehyung. — El tal Kitty, ¿dónde está?

— Se lo tragó la tierra. — Mencionó Hoseok pero Taehyung niega. Muy diferente de lo que la mayoría piensa, el chico es astuto y sabe que la manzana podrida está cerca.

— El chico que está con hyung no me cae bien. — Sin embargo, aunque aún no contaba con el conocimiento de que sus sospechas eran ciertas, Tae se permite comunicar lo que siente. — Nam, estaré ausente porque lo estaré vigilando.

— No creo que... — Hoseok iba a hablar pero el NamJoon le interrumpe.

— Tienes mi permiso.

...

Lee.

Lo hiciste bien Jimin. Sigue así.

El castaño siente un mal sabor de boca pero no se deja atormentar por el sentimiento, nadie sabía nada sobre él y cuando todo acabara, Agust D estaría hundido en la cárcel y él muy lejos.

...

Dos meses han pasado y las cosas no se han calmado, YoonGi solamente es un manojo de nervios mientras que Jimin lo observa caer poco a poco.

— ¿Confías en mí, hyung? — Preguntó el castaño que reposaba sobre su regazo mientras trazaba círculos imaginarios en el pecho del mayor. El rubio observó a la pequeña cosita adorable y con un asentimiento se dispuso a hablar.

— Lo hago, sí. — Respondió paseando una de sus manos por el esbelto cuerpo desnudo de su acompañante. — Aunque una vez escuché algo interesante. — El castaño parpadeó confuso tensándose en su lugar antes de volcar toda su atención en el mayor.

— ¿Q-Qué escuchaste? —Cuestionó mientras trataba de mantener a raya los nervios dentro de él.

— Maldito el hombre que confía en otro hombre. — Susurró depositando un casto beso en la frente del menor. Jimin rió.

— Oh... ¿El gran Agust D ahora es creyente? — Preguntó burlón mientras depositaba leves besos en el pecho del mayor. El pálido negó. — Me decepcionas.

— Es solo que... — Suspiró sonoramente sintiéndose tranquilo en la comodidad de su habitación junto al chiquillo que lo había enamorado. Jimin lo calló con un beso. — Las cosas están saliendo mal, todo está cayendo, los chicos han estado teniendo bajas, nunca había estado tan mal.

— No hay problema hyung, nadie te está traicionando. A veces las cosas son así. — Mencionó encogiéndose de hombros. — Todo pasa por algo, además recuerda que no todo lo bueno dura para siempre. — Y con aquello dicho juntó sus labios en un demandante beso tratando de infundir un poco de tranquilidad dentro del mayor.

...

— Tengo información Lee. Van a recibir un cargamento en una fábrica que se encuentra a las afueras de Daegu, Yoon.. Agust no va a estar, solo Hope y RM, será una tarea fácil.

— Hay un cambio de planes Jimin-ssi. — La voz de Lee se escuchó seria. — Iremos a desviar el camión pero tú entregarás a Agust con la policía. — Jimin parpadeó incrédulo e intentó hablar varias veces pero nada salía de él. — ¿No escuchaste?

— No puedo hacer eso.

— ¿No puedes? — Lee rió secamente y Jimin sintió un escalofrío recorrerlo de arriba abajo. — Acabaré con tu vida y la de ese bastardo en un abrir y cerrar de ojos si intentas negarte.

— Lee, ese no era el trato, yo no iba a entregarlo. — Dice lo más serio posible, pero lo único que recibe es una risa exagerada por parte de su jefe.

— Tienes un minuto Jimin. — Y con aquellas palabras dichas, Lee cortó. El castaño solo pudo observar al chico que dormía tranquilamente en su cama y un sentimiento de amargura lo invadió.

¿Por qué dudaba? YoonGi lo merecía, había matado a sus padres, había acabado con su vida. Sus manos temblaron mientras marcaba el número de la policía.

Tenía que hacerlo, no había vuelta atrás.

Y cuando la voz del otro lado de la línea se escuchó, Jimin cerró los ojos fuertemente.

— Sé la ubicación de Agust D, por favor vengan rápido, estamos en los apartamentos cercanos a Joe's Bar, más exacto, Jung-gu, 16-11, piso dos apartamento 104.

No volteó a verlo, solamente se acomodó lo mejor que pudo antes de irse y dejar solo al mayor.

«Lo siento YoonGi.» Fue lo último que pensó antes de salir por completo del edificio y ser prácticamente arrastrado a un carro que estaba esperándole. 

¡Hola!

Con este capítulo terminamos con la parte del recuerdo. 

Releí el capítulo 1  para juntarlo con este y estaba que me tiraba por un puente, porque tuve unos errores, y aunque no eran tan graves, me quedé: Wtf? JAJAJAJAJA.🤣🤣  Ya los corregí, ya puedo estar en paz.

Si bien Jimin no quiso entregar a YoonGi, tuvo que hacerlo.  Aunque bro, estos carajos van a sufrir cuando vuelvan a verse, eso está seguro.😭 Pero creo que más YoonGi. ¿Están de acuerdo con esto?

Por otra parte, Lee es malvado y sabe lo que hace.

Muchas gracias por leer Perfidia. 

Gracias por votar y comentar, espero que este capítulo fuera de su agrado.

Si ven algún error, diganme :(((( Por pequeño que sea, no me molestará.

¡Hasta la próxima!

¡No olviden seguirme!

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