Jimin inhaló profundamente de las pequeñas lineas blancas mientras veía al bueno para nada que habían traído ante ellos, el joven ni siquiera tenía la valentía de verlos a la cara después de tanto trabajo y dinero malgastado en él.

— Era sencillo. — Mencionó Lee mientras miraba al pobre infeliz en el piso. — Solo tenías que meterte en la cama de ese cabrón ¿qué dificultad representaba para ti? — Mencionó levantándose de su asiento y propinándole una patada al cuerpo tembloroso en el suelo. — Es que eras muy bonito. — Susurró agachándose a la altura del hombre tirado en el piso y llevando sus manos a la cara del joven. — Pero ahora eres un total desperdicio. — Comentó con pena mientras miraba a su gente. — Llévenselo, no nos sirve más.

— ¡No! — Gritó el chico por primera vez. — Puedo intentarlo de nuevo. — Aseguró con una mueca de dolor. Lee rió.

— Puedes quizás. — Mencionó encogiéndose de hombros. — Pero no lo harás. — Y en medio de gritos de terror, sus hombres se llevaron al chico que ya no sería más un habitante en este mundo.

— Eso fue cruel. — Susurró Jimin mientras jugaba con su teléfono. — Aunque si te soy sincero no vi nada. — Rió. — Estaba entretenido viendo donde carajos irme a follar esta noche.

— Eres muy bonito Jimin. — Mencionó Lee evaluándolo. Jimin le guiñó el ojo divertido mientras el mayor lo observaba de arriba abajo. — ¿Qué estarías dispuesto a hacer para subir de posición? — Cuestionó. La diversión en el rostro del menor desapareció rápidamente.

— Ni de coña. — Se adelantó el chico de cabellos rosados. — No me van los hombres.

— Tú te metes en lo que sea que te guste.

— Agust no me gusta. — Rió. — Aparte, no lo metería, me lo meterían y he cuidado mucho eso.

— Pero solo piénsalo. — Lee lo observó. — Podrías dejar de ser solamente Kitty Gang el consentido de esta mafia, para ser el sub-líder. — Jimin jadeó impresionado. — Solo tienes que enamorarlo, sacarle la información y venderlo, ¿qué puede salir mal de esto?

— Me va a reconocer. — Rió llevándose las manos al cabello. Lee negó rodando los ojos.

— Te lo pintas, serás un chico universitario como toda la cuerda de imbéciles que hemos mandado, tienes un encanto natural Jimin, puedes hacerlo. — Le guiñó el ojo divertido. — Frecuentarás ese maldito bar al que suele ir, te presentaras como un simple chico nuevo que se llama Park Jimin, puedes engatusarlo con tu castidad. — El mayor rió burlón mientras Jimin negaba divertido.

— Ese es mi nombre verdadero. — Le recordó.

— Lo sé, una mentira menos, me da flojera inventar un nuevo nombre. — Se encogió de hombros. — Fingirás que vienes de otra ciudad, usa tu acento de Busan si quieres, lo enamoras, te dejas hacer lo que sea. — Jimin se tensó en su lugar. — Tomas lo que necesitamos y lo vendemos. — Sonrió. — Es sencillo, Kitty, mi querido chico podría hacerlo. — Lee avanzó hasta él y jugó con su cabellera. — Agust D nos debe mucho, ¿recuerdas? — Jimin asintió.

— Lo haré. — Suspiró sonoramente mientras veía al mayor, después de todo... ¿qué podría salir mal?

...

Jimin rodó los ojos ante la ayuda innecesaria que el chico frente a él le estaba dando, según tenía entendido se llamaba JungKook y era el dueño del apartamento que estaba rentando, el joven era carismático y muy alegre, quizás en alguna otra oportunidad hubieran sido buenos amigos, pero en ese tiempo Jimin solo tenía en mente conocer a Agust D, cumplir su parte del trato y largarse de una buena vez.

— Bien, JungKook, no necesito más ayuda. — Le cortó secamente mientras veía al menor dejar una caja en la mesa. — Muchas gracias por todo. — Agradeció. El pelinegro asintió.

— Cualquier cosa que necesite me avisa Jimin-hyung. — El castaño asintió mientras veía al menor salir del apartamento. Jimin observó el lugar un momento antes de dejarse caer en el sofá, sacó el teléfono de su bolsillo y lo desbloqueó para encontrarse con la foto de Agust D como fondo de pantalla, una risita escapó de él, seguramente su jefe había hecho eso.

— Agust D. — Susurró el nombre mientras observaba fijamente la foto del rubio. Una pequeña punzada de dolor lo recorrió de arriba abajo mientras recordaba al chico con el cual solía jugar cuando era más joven. — Nos volvimos a encontrar y para bien o para mal,  vas a caer y pagarás todo lo que debes.

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Hola!

Muchas gracias por los comentarios y votos del capítulo pasado, realmente me han alegrado mucho, mucho.

Voy a relatar por medio de capítulos cortos, medianos y largos, como fue que Jimin llegó hasta Agust D, empezando por este y terminando con el capítulo que da inicio a todo, así sabrán como fue que llegó Agust a la carcel, pensaba hacerlo por medio de flashbacks, pero decidí invertir un poco más en la historia.

¿Cómo creen ustedes que Jimin lo conozca? ¿Será muy fácil para él obtener a Agust en sus manos? Eso lo iremos descubriendo mientras avance la historia.

Me alegrarían mucho, muchito, si me dejaran algún comentario y sus votos.

¡Hasta la próxima!

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