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Las luces brillantes y estrelladas y la gente inmaculadamente vestida casi podrían hacerte olvidar los terrores de la guerra, casi, pero para Draco Malfoy, estar de pie en el salón de baile con gente mezclada intercambiando bromas le parecía una farsa. La guerra no era agradable, y se sentía extraño celebrar en su honor.

-No te preocupes, a nosotros también nos hace sentir raros.-dijo Harry expresando los pensamientos de Draco.

Se giró para ver al condecorado héroe de guerra acercándose a grandes zancadas con su encantadora esposa del brazo. Ginny iba vestida con un elegante vestido azul noche que hacía que su flamante pelo rojo resaltara más de lo habitual.

-Me dijeron que habría consecuencias si no venía.-Draco miró a Ginny de forma señalada.

-Es por tu propio bien.-le reprendió ella.-Hace semanas que no ves la luz del sol.

-Es técnicamente de noche, amor.-murmuró Harry divertido.

-¡Ya sabes lo que quiero decir!

-¿Cómo te sientes?-le preguntó Draco a Ginny, dejando caer cariñosamente un beso en su mejilla.

Si alguien le hubiera dicho hace unos años que estaría asistiendo a los eventos del ministerio con los Potter y saludando tan cariñosamente a la Weaslette, los mandaría a hacer las maletas directamente a San Mungo, pero a veces la vida te lleva en direcciones extrañas como esa.

-Como si necesitara que este pequeño bicho saliera de mí lo antes posible.-dijo Ginny dramáticamente.-Lo juro, nunca he estado tan jodidamente frustrada por las posiciones para dormir en mi vida.

-Bueno, esperemos que no sea demasiado pronto.-se rió Draco.-Por otra parte, si sacaras un bebé Potter aquí y ahora, estoy seguro de que el ministerio encontraría una forma de conmemorarlo también.

-¿Cuándo viene Hermione?-preguntó Harry nervioso.-Pronto harán los discursos de bienvenida, y ya sabes que siempre nos ponen de pie para ello como malditos pavos reales.

-¿Temes que tengas que hacerlo solo ahora que Ron se fue con los yanquis?-Ginny sonrió.

Su hermano menor había tomado el relevo y ayudó a George a administrar la tienda de bromas después de la guerra, sus habilidades estratégicas habían ayudado a su hermano a expandir sus productos a prácticamente todo el continente, ahora su próximo objetivo era Estados Unidos, y Ron había insistido en buscar personalmente a los mejores proveedores.

-Aterrado.-dijo Harry, completamente serio.-Prefiero luchar contra una horda de mortífagos que desfilar entre esta gente como el chico del cartel del Ministerio.

-Eso es lo que obtienes por ser el chico que simplemente no moriría.- sonrió Draco.

La expresión de ansiedad de Harry se calmó cuando puso sus ojos en algo a lo lejos detrás de los hombros de Draco y Ginny.

Ginny miró hacia atrás, y sus labios se dibujaron en una sonrisa impresionada.-Siempre ha limpiado muy bien.

Draco se puso rígido, casi preparándose antes de que necesitara darse la vuelta, fiel a su palabra, había hecho todo lo posible para amordazar a su lobo. A pesar de lo que le dijo a Granger, realmente no quería que mantuvieran la distancia, pero también sabía que la única razón por la que ella estaba siendo tan amable con él era porque había sido mutilado, y no podía soportar la idea de que ella lo compadeciera lo suficiente como para permitirle quedarse. Y a diferencia de lo que les había dicho a los Potter, ponerle una correa a su lobo fue una de las cosas más difíciles que había hecho en su vida, y era una lucha todos los días. Si el trabajo no lo agotaba, seguramente lo hacía su lobo. El perro sarnoso no había cerrado la boca sobre Granger desde que salió de su apartamento hace meses.

Hermione esto...

Hermione eso...

Hermione debería estar aquí...

Lo estaba volviendo loco, pero era un hombre orgulloso y estaba decidido a salir victorioso.

Finalmente dándose la vuelta, captó la visión de Granger, su mente se quedó felizmente en blanco al verla. Su hermoso cabello castaño con reflejos color caramelo estaba suavemente recogido en un moño desbordante con rizos sueltos que enmarcaban su rostro y nuca, llevaba un vestido blanco que se ajustaba alrededor de su torso como una segunda piel antes de separarse en pétalos de tela transparente y fluida que flotaban alrededor de sus piernas de manera halagadora. Parecía una maldita ángel.

Su asombro fue rápidamente superado por la rabia cuando vio al hombre que se deslizó a su lado, extendiendo su brazo con una sonrisa encantadora. Quería sacárselo de la cara a puñetazos, ella debería estar aquí con él, no ese imbécil. Draco negó rápidamente con la cabeza, tratando de despejarse, Ese no eres tú, es el lobo, se dijo.

-Gin, ¿por qué está Mione aquí con McLaggen?

Los ojos de Ginny se alzaron con sorpresa.-Ella me dijo que tenía una cita, ¡pero nunca hubiera adivinado a McLaggen! Honestamente estaba pensando que podría ser Neville.

-¿Crees que vendría con Neville?-exclamó Harry.

-Él es bastante atractivo en estos días.-se encogió de hombros Ginny.-Además, a Hermione realmente le gustaba, por lo que yo sé, apenas podía tolerar a McLaggen en su día.

Hermione los vio con alivio, dirigiéndose hacia ellos con Cormac justo a su lado.

-¡Gin! ¡Te ves hermosa!-Hermione abrazó a la bruja, a pesar de haberla visto hace apenas una hora.

-Tú eres la indicada para hablar.-silbó Ginny en voz baja, mirándola de arriba abajo.

-Llegas justo a tiempo para el desfile anual.-Harry hizo una mueca, viendo como Kingsley hacía su entrada. No pasaría mucho tiempo antes de que fueran convocados para un reconocimiento especial.

-Oh, Godric, no otra vez.-Hermione puso los ojos en blanco. -Draco.- asintió cortésmente hacia él.

Él asintió de vuelta.-Granger.

Hubo una breve pausa incómoda después de que sus ojos se encontraron y ninguno pudo apartar la mirada.

-Ustedes recuerdan a Cormac.-presentó Hermione, sus manos apretando su brazo con más fuerza mientras apartaba los ojos del hombre lobo parcial.

-Sí.-Ginny asintió críticamente.-Aunque no puedo decir que te recuerde queriendo tener algo que ver con él desde la última vez que lo comprobé.

-¡Ginny!-gritó Hermione, sorprendida por la falta de tacto de su amiga.

-No, está bien.-Cormac dejó escapar una risa afable.-Era un poco idiota en el pasado, probablemente ella no quería tener nada que ver conmigo.

-Entonces, ¿qué cambió?-Ginny le preguntó con franqueza.

-Lo hice, crecí.-dijo con seriedad.-La guerra le hizo eso a mucha gente.-se encogió de hombros.

-Touché.-asintió Ginny.

-Así que, McLaggen, ¿escuché que te vas a quedar para Puddlemere estos días?-preguntó Harry, cambiando la conversación a terrenos más seguros, Hermione le lanzó una mirada agradecida.

-Así es.-asintió.-Ser auror parecía lo más útil que podía hacer nada más salir de Hogwarts, ya que muy poca gente podía entrar en el ministerio sin ser blanco de ataques, pero después de la guerra, me pareció una buena oportunidad para cambiar a algo que realmente me gustara.

-¡Bien por ti, tendré que ir a un partido tuyo!

-Sí, bueno, vamos a estar mucho más ocupados cuando vuelvas a montarte en tu escoba, ¿eh Weasley?-Cormac sonrió a Ginny.

-Cuenta con ello McLaggen.-rió Ginny, calentándose con él marginalmente.

Hermione no pudo evitar notar la forma en que los ojos de Draco se mantuvieron en ellos, casi mirando con desprecio a Cormac. Sin embargo, su postura era tan poco amenazante como podía serlo mientras daba un sorbo a un vaso de licor oscuro.

-¡Oh, creo que veo a Katie!-dijo Hermione, suspirando con alivio interno.-¡Disculpen, los alcanzaremos más tarde!-medio arrastró a Cormac lejos del grupo, sintiéndose demasiado inquieta por el hombre que no había visto en meses.

-¡Hermione!-Katie saludó emocionada.-Cormac.-le dijo con la cabeza.

Katie ya sabía acerca de Cormac, en parte porque se había topado con ella cuando estaba a punto de recoger a Hermione para cenar después de uno de sus turnos. Estaba en el año de Katie en Hogwarts, e incluso ella estaba sorprendida por el hombre en el que se había convertido. Uno pensaría que ser un jugador profesional de Quidditch habría inflado su ego aún más, pero la guerra realmente lo había humillado. Todavía era dueño de su confianza y encanto, pero ya no era el idiota que solía ser. Y afortunadamente, había aprendido a domar esas manos errantes suyas o, de lo contrario, Hermione nunca lo habría dejado llegar a una segunda cita.

-Katie.-sonrió.-¿Puedo traerles algo de beber, señoritas?

Ante sus asentimientos, se dirigió a traerles sus refrescos.

-Entonces, ¿por qué parecía que estabas huyendo de ya sabes quién?-preguntó Katie con conocimiento de causa.

-Malfoy estaba con Harry y Ginny.-Hermione ni siquiera se molestó en intentar negarlo.

-Oh, bueno, ya no lo está, pero definitivamente sigue vigilándote.

Hermione se giró sorprendida, vislumbrando a Malfoy de pie con su amigo Theodore Nott. Fiel a la palabra de Katie, sus ojos en ella la estaban calentando incluso a pesar de la distancia entre ellos.

-No lo veo en meses y ahora la única noche que tenemos que estar en el mismo lugar, y él no me dejará olvidar que está aquí.-se quejó Hermione.

-Oye, olvídate de Malfoy.-le dijo Katie en tono de apoyo.-Estás aquí con un hombre absolutamente hermoso del brazo, deberías estar disfrutando de la noche.

-Lo sé pero..

-Nada de peros.-dijo ella con severidad.-De hecho... gracias McLaggen.-dijo aceptando las bebidas de él mientras se acercaba, empujando suavemente a Hermione hacia él.-Creo que Hermione necesita una vuelta en la pista de baile.

Los brazos de Cormac se deslizaron hábilmente alrededor de su cintura para atraparla de su pequeño tropiezo.-Vaya Granger, pensé que nunca lo pedirías.-dijo juguetonamente, llevándola hacia la pista de baile.

Katie sonrió satisfecha cuando Cormac acompañó rápidamente a Hermione a la pista de baile antes de que ésta pudiera entender lo que había pasado. Se giró para ver a Malfoy mirando con desprecio a la pareja. Cuando él se volvió y se encontró con sus ojos, levantó una ceja con conocimiento de causa, como si dijera "¿Qué vas a hacer al respecto?"sus ojos se posaron de nuevo en la pareja, haciendo agujeros en la cabeza de McLaggen. Si las miradas pudieran matar... pero la atención de Malfoy vaciló cuando Nott le habló en voz baja, asintiendo discretamente hacia Katie, lo que hizo que su columna vertebral se pusiera rígida. Asintiendo juntos, los dos hombres se separaron, dirigiéndose en direcciones opuestas. Estaban tramando algo, Katie lo sabía en sus huesos.

-Realmente no necesitas bailar conmigo.-insistió Hermione, sintiéndose mal por él.

-Hermione, quiero bailar contigo.-Cormac la acercó suavemente.

-Oh...

-¿Sabes que he estado extrañamente obsesionado con tener un baile apropiado contigo desde que me abandonaste en la fiesta de Sluggy en Hogwarts?

-Cormac.-comenzó Hermione culpablemente.

-No, no.-se rió, deteniendo su disculpa en seco.-Sé que era un imbécil presuntuoso en ese entonces, y solo me invitaste para poner celoso a Weasley en primer lugar.

-Cómo..

-Puede que fuera presumido, pero nunca fui tonto.-le sonrió divertido.

-Por supuesto que no.-dijo en tono de disculpa.-Si te sirve de algo, lo siento por usarte así.

-Está bien, lo hubiera preferido a no conocerte en absoluto.-se encogió de hombros, observándola.

Aunque hubiera sido un imbécil, su interés por Hermione siempre había sido real. Ahora que había crecido y tenía sus prioridades claras, ese interés se había convertido en un flechazo. No es que la bruja lo supiera. No quería asustarla.

-Oh, no.-dijo Hermione preocupada, mirando por encima de su hombro.Cormac miró hacia atrás para ver a Katie, que estaba bailando con alguien que recordaba de Hogwarts, Katie le pareció un poco rígida, y parecían estar hablando intensamente en tonos bajos y silenciosos.

-¿No es él de tu año?

-Sí.-asintió Hermione ¿Por qué estaba bailando con Theodore Nott?-No creo que Katie se sienta muy cómoda con él.

Cormac miró a su compañera de clase una vez más, y fiel a la palabra de Hermione, ahora veía la tensión en su postura y el ligero pánico en sus ojos mientras miraba a su alrededor como si buscara una escapatoria.

-¿Crees que ella necesita un rescate?-le preguntó Cormac a Hermione.

-¿Podrías por favor?-Hermione exhaló aliviada.-Gracias, Cormac.

Cormac se separó de ella, haciéndole una leve reverencia con la mirada fija en ella antes de girar para ir a ayudar a Katie. Hermione esperó a que él le diera un golpecito en el hombro a Theo, interrumpiendo cortésmente su baile, antes de darse la vuelta para salir de la pista, para su suerte, se dio de bruces con una persona alta y ancha, sus brazos subieron para agarrar la parte delantera de su abrigo mientras tropezaba, pero él ya le había rodeado la cintura con un brazo de forma segura.

Levantó la vista, sorprendida por la familiar mirada inquisitiva.

-Granger.

-Malfoy.

-¿Me concedes éste baile?

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