Entré al baño, por suerte estaba vacío.

Si no me separaba de el, iba a decirle todo y no, no podía decirle.

Tenía que mantener mi secreto, no podía decirle que lo amaba, que el alma gritaba y rogaba por la suya, que mi cuerpo ardía cada que me acercaba a el o cada que escuchaba su voz...

Su hermosa voz que tantas emociones y reacciones había causado en mi.

Si lo abrazaba, el pensaría que estoy loca y no, no quiero que piense esto de mi, lo amo tanto, aunque ahora me sienta un poco confundida, me gusta Joss y casi no puedo ocultarlo.

¡Dios!
¡es algo tan especial y único, algo que jamas había sentido con nadie!

Me lave la cara y salí del baño. Joss ya me esperaba.

Se veía tan hermoso ahí recargado en uno de los enormes pilares que estaban a las orillas del pasillo.

Su hermosa cabellera le combinaba perfectamente con sus ojos y con su playera negra, la cual, estaba tan entallada que dejaba ver los músculos marcados de su cuerpo.

Su pantalón de mezclilla azul y sus vans rojos le quedaban perfecto.
Él es tan perfecto.

Pero tenia que disimular ante tanta belleza.

Me acerqué y vi que de nuevo revisaba su celular, aunque, mientras me iba acercando, pude notar como, de vez en cuando, me miraba de reojo y sonreía.

–¿Estás bien?– preguntó mientras se incorporaba.

–Si, gracias, ¿Nos vamos?– dije cortante y comencé a caminar.

Mis manos aun temblaban y el lo notó.

–Entonces si estas bien, ¿Por que estás temblando?

–¿Que te importa?, tengo frío – dije en tono molesto.

–¡Jajaja! No me hagas reír– soltó una risa sínica – ¿Frio? Jajajajaja , si tu lo dices.

Voltee mis ojos hacia arriba y seguí caminando.

Llegamos al salón y de su mochila, sacó un chocolate.

–Ten, endulzate la vida, doña amarguras– dijo mientras tendió la mano para darme el chocolate.

–Ja Ja, muy gracioso– Dije en tono sarcástico.

Tomé el chocolate y lo puse en mi mochila.

Durante las clases, de vez en cuando, Joss volteaba y me tiraba una sonrisa...

Yo dirigía mi mirada hacia otra parte tratando de esquivar la Suya.

Constantemente, checaba su celular y, un poco triste al ver que no había ese mensaje que tanto deseaba, se incorporaba y escribía en su cuaderno.

Al sonar la campana de salida, recogí mis dos plumas y el cuadernillo que tenía sobre la mesa, Joss, en su intento por irse lo mas deprisa posible, tiró sus cosas y al ver el desorden que había causado, me dispuse a ayudarle a recogerlas.

De pronto, un cosquilleo recorrió mi brazo derecho, voltee y él tenía su suave mano sobre la mía.

Yo no supe que hacer y sólo retiré mi mano lo mas rápido posible, me agache para que no notara lo enrojecida que estaba...
Tomé mi mochila y salí de ahí.

–¡Lu!, ¡Lu, espera!

Los gritos de Joss retumbaban en mi cabeza, haciendo que mi corazón latiera con mucha intensidad.

Salí de ahí corriendo, saqué las llaves del coche y me puse en marcha hasta llegar a mi casa.

Bajé del auto y subí rápidamente a mi habitación. Me tiré en la cama y grité lo mas fuerte que pude.

En mi mente solo se podía escuchar esas hermosas palabras que dijo Joss sobre mi...

Sobre la chica anónima de sus llamadas.

Aquella que lo hace soñar y suspirar, yo soy esa chica de la que el tanto habla pero no se lo puedo decir...

No ahora.

*-*-*

Bien, diré que está historia es una de las que más he amado, luego de Anónimamente tuya y condenado a protegerte

Amo a los personajes y a la basta imaginación de mi mejor amiga Lu

Espero la apoyen y os leo luego