── : O2 🌫
La familia Han siempre estuvo muy lejos de ser perfecta, ellos eran un desastre, no tenían nada bueno o algo destacable.
Por ende, la infancia de Jisung fue muy disfuncional, el pequeño no vivía, él debía sobrevivir en esa casa.
La infidelidad de su padre generó un quiebre en todos.
Su mamá perdonó la infidelidad, pero, ya no era la misma de antes. Dejó preocuparse por sus hijos, solo se centraba en su trabajo y de vez en cuando, recurría al alcohol como escape.
Su padre nunca fue un hombre ejemplar, él era violento y desconsiderado, no tenía empatía, era malo y no le importaba lastimarlos.
Changbin tampoco fue un buen hermano, él dejó el colegio, y comenzó a cometer delitos, como a sus padres no les importaban, él hacía lo que quería.
No obstante, en el medio de todo el caos, estaba un pequeño e indefenso Jisung, que no entendía porque su papá le pegaba, no entendía porque su mamá le gritaba, y tampoco comprendía porque su hermano le pedía que le diga a la policía que estuvo cuidandolo.
Lo que más afectó al pequeño, fue la falta de apoyo de su familia.
Changbin no dudo en romperle todas sus herramientas y proyectos que tanto esfuerzo le habían costado. Su padre le revoleo una botella de cerveza, mientras le gritaba que no lo moleste, cuando fue a mostrarle el pequeño robot anti agua que creó. Su madre se le rió en la cara, cuando le fue a pedir permiso para ir a una feria de ciencias.
Su infancia estaba llena de sucesos y experiencias muy negativas, que le generaron un gran daño y lo llevaron a odiar a su familia.
Tanto era su odio, que él mismo se prometió que sería perfecto, que sí llega a tener una familia, esta iba a ser perfecta, sus hijos, su pareja, todo iba a ser perfecto, él no iba a ser como sus padres.
En una ocasión, leyendo artículos por internet, se encontró uno que hablaba sobre el pacto con la madre naturaleza.
Este consistía, en crearle un altar, rodeado de plantas, en el centro debía estar vacío y ahí, debía dejar caer su sangre. Lo que seguía, era cuidar el lugar durante una semana entera, sí tras esa semana, el jardín estaba florecido en el sector donde la sangre fue derramada, la madre naturaleza había aceptado el trato propuesto.
Jisung había prometido a la madre naturaleza que se encargaría de cuidar el medio ambiente, que sería una persona más considerada y destruiría a toda persona que le genere un daño al planeta, en cambio, le pidió que todo lo que él haga le salga perfecto y logré triunfar en la vida.
El pacto había sido aceptado, así que poco a poco, las cosas fueron mejorando en la vida de Jisung, pero aún, tenía tres muñecos que no le servían, que eran imperfectos, así que simplemente decidió eliminarlos.
Y fue fácil, solo tuvo que abrirles la boca cuando dormían, y tirarles agua junto a un hielo, para que luego, mueran ahogados.
Como su familia era tan irrelevante, nadie se preocupo por la desaparición de los Han, así que puso manos a las obras y comenzó a crear sus nuevos muñecos.
Tras largos meses de trabajo, logró crear tres prototipos, los cuales podían hacerse pasar por humanos fácilmente.
Para darle la cereza al postre, cortó y refacciono la piel de sus familiares, para luego colocarla en los prototipos.
Lo mejor fue cuando los encendió, y la efectividad en ellos superaba el 90%, Jisung ese día lloró de felicidad.
Tenía sus muñecos, así que luego empezó a trabajar en la casa.
Primero refacciono todo con la ayuda de sus prototipos, creó tableros de carga, los cuales se encendían cuando el prototipo apoyaba su espalda en ellos.
Mientras tanto, se encargaba de cuidar el planeta, asesinando a cada persona que hacía cosas que lo dañaban y proyectando plantas de energías renovables.
Todo iba de maravillas, y Jisung estaba tan feliz, pero él, no se había dado cuenta, que mientras más pasaba el tiempo, más dañino se volvía.
Llegó un punto, que lo único importante para él era la perfección, y todo debía ser perfecto, incluso, llegó a obsesionarse con la idea de crear un mundo perfecto.
Su infancia tan disfuncional le dejó secuelas, que se veían en la búsqueda de la perfección como lo bueno, como lo que debía ser, sin importarle, lo que cueste llegar a ella.
No obstante, eso se quebró, cuando tuvo a Minho llorando en frente suyo.
En ese momento, se dio cuenta que al final, él también era otro muñeco de su casa, uno que se había olvidado de sentir y tuvo que tener a su novio llorando para darse cuenta del daño que generaba.
Aquel quiebre, le hizo darse cuenta que nunca estuvo cumpliendo su pacto, solo mataba a personas que él consideraba malas o dañinas para el planeta, y nada más, nunca llevó a cabo sus proyectos de energía renovable, ni nada.
Como no podía volver al pasado y arreglar lo que hizo, decidió cambiar.
Y sus cambios eran notorios, más para Minho, que veía como Jisung hacía olas con las personas que había llevado para animarlo.
Él había cambiado bastante en los últimos meses, se abrió más ante él y comenzó a hablarle sobre su pasado. Intentaba consolarlo cada vez que se sentía mal, se quedaba hasta el final de sus partidos, sin importar si ganaba o no, también era más demostrativo y cariñoso.
Jisung estaba siendo una renovada y mejor versión de sí mismo, también para el mundo, ya que comenzó con sus proyectos de energías renovables.
Creó la primera planta, que abastecía a su vecindario por completo. Se sumó a marchas y organizaciones que luchaban por el cuidado ambiental, y también, comenzó a trabajar en organizaciones en contra del maltrato infantil.
Jisung ya no quería tener una casa de muñecas perfecta.
——¡Ganaste, Honnie! ——gritó emocionado, corriendo hacía él.
——¡Ganaste, Honnie! ——repitieron en unísono el equipo de robots poristas, que había creado Jisung para ir animar a su novio.
Minho sonrió, no sabía de dónde habían salido tantas personas para ir animarlo.
——Gracias por venir a apoyarme, Hanji.
El menor le sonrió, antes de estampar sus labios contra los de Minho, sintiendo el éxtasis inundar su cuerpo.
Su presente era mucho mejor que su pasado, estaba siendo feliz y cumpliendo todo lo que se proponía.
Ya no buscaba la perfección, ahora entendía que para ser perfecto, los sentimientos debían desaparecer, pero, él no era un muñeco, era un simple humano, y en su naturaleza, estaba sentir.
Por eso, cuando Minho despertó todas esas emociones y sentimientos en él, se dio cuenta que su máscara se derrumbó.
También, entendió, que el amor era mágico, tan mágico, que podía ayudar a sanar a un corazón tan roto y apagado como lo era el suyo.
Desde las 7 pm, que estuve editando estos capítulos, espero que no se me haya pasado algún error, bueno, sí ven un error o algo, ¿podrían avisarme?
En fin, ¿le gustó? Iba a dejarlo solo
en un capítulo, pero,, creo que es
mejor dejar este capítulo también.
Les quiero muchoo, besoss. 💜💞💖
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