• Capítulo 12 •
—Hah... —suspiró acomodándose la ropa— «Que vergüenza, ¿Que pensará de mi ahora?...»
Todoroki no sabía cómo sentirse, estaba seguro de que le gustaba Bakugō, pero a la vez no sabía si debería continuar con eso, dudaba si lo que sentía era real y brotaba naturalmente de él o si era algo que inculcaron en él en alguna parte del proyecto.
—¿Qué haré ahora?...
Se queda pensativo por un rato, pero luego escucha el sonido de un dron acercándose, eso lo haría voltear a ver por todos lados hasta encontrarse con el objeto.
—Malditas cosas... —enojado, se encuentra cerca de atacarlo con su lado caliente cuando de la nada una voz lo detiene.
—Alto.
Era la voz de la doctora, su cuerpo inmediatamente se quedó paralizado, había olvidado el efecto de su voz a pesar de estar o no grabada.
—No vengo a desafiarte, Todoroki kun, lo único que quiero es que me escuches y tomes una decisión.
—Gh-
Aún quieto frunce el ceño, ahora sabía por lo que había estado pasando Bakugō al momento de caer bajo los efectos de ese kousei y lo complicado que era hablar.
—Escucha con atención, Bakugō san está en riesgo de sufrir graves efectos secundarios debido al proyecto, si no se le aplican los respectivos químicos para estabilizarlo, podría incluso morir. Tienen dos días para regresar al laboratorio y seguir con el proyecto.
Escuchar aquello lo haría estar atónito, pero no estaba para nada de acuerdo con regresar a aquel lugar, sabía que no era mentira lo que decía, debido a que en los documentos del proyecto que leyó poco antes de escapar, decía sobre la "estabilización".
—Si de verdad te preocupas por el bienestar de Bakugō san, será mejor que lo traigas de vuelta.
Entre toda la celebración, un bicolor finalmente aparece, estaba demasiado perdido, no sabía qué hacer ni a dónde ir, ni siquiera sabía porqué estaban celebrando.
A lo lejos observa a Katsuki, que se encontraba hablando con un hombre.
¿Estará más tranquilo? ¿Debería acercarse?
Cuando estuvo decidido a caminar junto a su compañero, un grupo de mujeres risueñas se le acercan.
—¿Ñuqayku Tusuyku?
—¡Tususunchik!
Aquellas lindas chicas indígenas parecían estar muy interesadas en él, no lo dejaban avanzar y le impedían ver al rubio ceniza.
Suelta un suspiro en forma de derrota y se deja llevar por las chicas, no les dijo nada pero al parecer ellas entendieron que estaba aceptando y a pequeños jalones se lo llevaron a la zona de baile.
—¡Katsuki! ¡Mira, mira!
La pequeña al ver tal escenario no pudo evitar regresar dónde el rubio ceniza y su padre, ver al chico de dos colores estar parado más tieso que una roca en la "pista" de baile mientras las mujeres le bailaban era algo muy gracioso ante sus inocentes ojos.
Bakugō al ver el lugar que la menor señalaba y encontrar al heterocromático rodeado de mujeres simplemente frunce el ceño.
—Jaja, su primer choque cultural —comentó el ex científico.
—Seguro que se está divirtiendo... —habló entre dientes sin despegar su mirada del ajeno, en su tono de voz se notaba su molestia.
—¿Mm? ¿Katsuki phiñasqachu? —cuestionó observando la penetrante mirada que el rubio le dedicaba a su compañero.
—No.
No, no estaba molesto, se sentía diferente, está vez era como un apretón en el pecho, algo que hacía que quisiera desaparecer a todas esas chicas y golpear al heterocromático... Bueno, tal vez si estaba algo molesto.
—«Parece molesto» —pensó Todoroki al sentir la pesada mirada de Bakugō en él— «¿Será por lo de hace rato?... Espero que no...»
Era evidente, no le quitaba la vista de encima y su ceño estaba fruncido, como si le estuviera diciendo, "¿Qué mierda estás haciendo? Sal de ahí maldito bastardo" o algo similar.
—Bueno, iré con mi esposa un momento, con permiso, sigue disfrutando de tu estancia en la isla.
—Bien —responde sin voltearlo a ver, pero cuando apenas se va la pequeña niña se pone frente a él.
—¿Katsuki amas a Todoroki? —preguntó de forma casual, como si no fuera la gran cosa. Bakugō no pudo evitar observarla con un sonrojo y una mueca de indignación.
—¡No! ¡Claro que no! —gritó avergonzado.
Algunos voltearon con intriga, seguro querían saber si había algún problema pero al darse cuenta de que no era nada malo siguen con lo suyo. El de ojos rubí suelta un suspiro tranquilizándose un poco.
—¿Qué te hace pensar que me gusta ese idiota?
—Bueno, miras diferente, algo como "Nadie toca a Todoroki" —imitó intentando hacer una voz intimidante y algo gruñona.
—Yo no diría eso.
—Mirada de Katsuki dice eso.
—Las miradas no hablan —respondió ya algo cansado de toda esa situación.
—Pero pueden decir muchas cosas... —sonrió la menor tomando la muñeca del ajeno— La mirada de Katsuki ser rara, pero a Ayaki gusta de eso ¿yachankichu imarayku? —cuestiona esperando a que el otro respondiera.
—Mmm... ¿Por qué?... —responde por intuición sin saber que había acertado con la pregunta de la menor.
—Porque es brillante... Da miedo, pero también me hace sentir segura.
Katsuki la ve enternecido, sonríe y pasa una mano al cabello de la niña y la acaricia.
Ambos rieron de esa situación, sin darse cuenta de que ahora el bicolor era el que observaba esa escena, recién hace unos minutos había logrado escapar de las mujeres para al fin estar nuevamente solo.
—«¿Será el momento indicado para acercarme? Tengo que hablar con él...»
—¡Todoroki! —escuchó la voz chillona de la pequeña llamarlo a lo lejos.
Alza la mirada con curiosidad y ve que Ayaki lo saluda, Bakugō solo estaba serio mirando otro lado... Sus piernas se movieron en contra de su voluntad haciendo que se acerque al rubio ceniza y a la pequeña morena
—¿A Todoroki gusta raymichay? — pregunta observándolo con ilusión, se veía curiosa y muy animada.
—Am... Sí, es muy entretenida... —comentó viendo de reojo la fiesta a sus espaldas.
—Que bueno —sonrió satisfecha por su respuesta, pero su madre no tarda en llamarla—, ah, mamay me llama, Chaylla kutimusaq —volvió a dedicarle una sonrisa para luego correr, el bicolor se quedó extrañado ante la repentina acción de la menor, no entendió bien lo que dijo y ni siquiera escuchó que su madre la llamara.
—Hey, bastardo... ¿Seguirás parado ahí mirándome de arriba o te sentarás?
No hay respuesta por parte del medio albino y sólo procede a sentarse al lado del de él. Silencio... bueno al menos entre ambos, el resto del mundo seguía con lo suyo.
—Bakugō yo...
—Cállate, no me lo recuerdes —interrumpió ruborizado.
—Lo siento.
—Te perdono, pero olvida todo lo que ocurrió hoy ¿de acuerdo? —su petición lo hizo mirar el suelo, olvidar todo lo que había sucedido definitivamente era imposible— Y así yo también olvidaré lo tuyo...
—De acuerdo.
La brisa de la noche en la playa era muy relajante, la luna llena junto con el cielo estrellado hacían de la noche una vista nocturna hermosa. El fuego de las antorchas y de la enorme fogata los mantenían cálidos. El sonido de las olas al ir y venir iban al compas de los tambores, las voces de fondo apenas eran audibles para nuestros protagonistas.
—Bakugō, hay algo de lo que tengo que hablarte.
—¿Qué pasó?
—Cuando estaba solo en el bosque... Apareció un dron, era la doctora Hirano, y me dijo que tenía que llevarte de nuevo si no quería que murieras.
—Me niego, seguro y es mentira.
—No creo que sea mentira, has estado sufriendo de efectos secundarios y no han parado.
—Se pasarán solas.
—No creo que funcione así.
—No moriré por una idiotez como químicos en mi cuerpo.
—Es que- yo leí los documentos del proyecto que te estaban haciendo, en el día seis tenían que inyectarte químicos para estabilizarte y así no sufrir de efectos secundarios.
—Me niego a regresar a ese lugar, Todoroki.
—Pero, ¿y si se pone peor?
—Tch, no me importa, llegaremos a la ciudad, que ahí me anulen todos los químicos, porque si voy a ese laboratorio seguirán con el proyecto y lo terminarán.
—¿Y si no logran anular los químicos?
—Deja de pensar en eso, estaré bien.
Suspira y se pone de pie, no quería ser convencido por el bicolor de regresar a ese lugar, se negaba por completo, con solo imaginarlo su cuerpo temblaba y sentía un dolor abdominal, angustiante.
—Me dio sueño, iré a dormir —corta la conversación y camina a la cabaña que les pertenecía.
—Buenas noches... —se despide observando como se va.
Tal vez tenía razón, actualmente los héroes profesionales podían ayudar en lo que sea con tal de salvar a alguien, seguro podrían regresar antes de los dos días y quitarle los efectos de los químicos.
Después de unos minutos pensando y tratando de convencerse de que todo iba a estar bien, Ayaki regresa y lo observa un poco seria.
—¿Qué sucede?
—Todoroki amar a Katsuki ¿Mana?
—¿Estuviste viendo?
—Lo amas ¿Mana?
—Me dejaste solo con Katsuki para que hablemos ¿no? —la pequeña niña toma un poco de su cabello y lo peina con sus dedos, parece estar algo avergonzada.
—Ayaki querer ver a Katsuki feliz.
Continuará...
NarikoHN
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro