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El insistente sonar de la ambulancia retumbaba en los oídos de aquel hombre que, desesperado, entraba en la parte trasera de la misma para acompañar a los paramédicos en su camino hacia el hospital. Se liberó de su saco ante el asfixiante calor interno que le provocaba la situación y le brindó una mirada de angustia a su hermano yaciente sobre la camilla.

Todo había ocurrido tan repentinamente, que solo esperaba no haber reaccionado demasiado tarde cuando llamó a Emergencias. Aún no se explicaba la manera en la que su cuerpo cayó al piso pocos segundos después de salir de su oficina, donde estuvo hablando con él sin ningún problema aparente, y ahora rogaba que no se tratara de algo realmente grave.

Sin embargo, una fina línea de sangre recorría su sien, producto del golpe que se asestó contra su escritorio durante la caída, consiguiendo aumentar su nerviosismo al notarlo. Mas no hizo falta continuar atormentándose cuando en cuestión de minutos la ambulancia se detuvo frente al hospital más cercano a la oficina en la que trabajaba como asistente de su hermano, CEO de una de las mejores cadenas de hoteles de la región.

Agradeció mentalmente que el proceso de llevarle a recibir atención médica fuera inmediata, a pesar de que no le fue permitido ir más allá de la sala de espera y se resignara a esperar los resultados mientras caminaba de un lado a otro con impaciencia.
Eran apenas las nueve de la mañana, pero se vio en la necesidad de cancelar toda la agenda programada para ese día, pues no podía dejarla en manos de nadie más.

Al menos una media hora después, se puso de pie rápidamente cuando el doctor llamó al familiar de Kim Woo-han para notificarle de su estado, sintiendo preocupación y alivio al mismo tiempo cuando se le informó que su hermano se encontraba con vida, aunque desafortunadamente había sufrido un derrame cerebral y se encontraba en estado de coma.

Recibió la noticia con pesar, empezando a evaluar lo próximo que haría luego de quedarse nuevamente a solas en la sala de espera, a lo que casi pasa por alto la importancia de avisar a sus familias de lo sucedido. Así que sacó su celular y se dispuso a hacer la primera llamada, pero se encontró en un repentino dilema que no le permitió continuar con ello por unos segundos.

No sabía a cuál de las dos esposas de su hermano llamar.

Su mirada se mantuvo sobre la pantalla del celular, con sus dedos a punto de presionarla y con la latente indecisión rondando por su cabeza. Inhaló profundamente, soltando por la boca el aire retenido con cierta frustración.

Tal vez tomar una decisión en ese momento y en ese estado, no era algo que debía hacer; sin embargo, al verse ahogado por la preocupación, no lo pensó más y marcó el número de una de las mujeres, quien atendió la llamada a los pocos segundos.

—¡Jihun! —saludó la fémina con entusiasmo—. ¿Cómo estás?

—No muy bien. Me temo que tengo malas noticias.

—Dime, ¿sucedió algo?—preguntó, cambiando su tono a uno más consternado.

—Es Woohan, estoy con él en el hospital ahora mismo—escuchó a la mujer balbucear sin entender realmente lo que decía—. Sufrió un derrame cerebral en el trabajo. Creo que debes venir.

La llamada se cortó en cuanto terminó de decirlo, desconcertándolo por un momento, pero suponiendo que se debía a que su cuñada no quiso esperar más para salir hacia allá. Y ahora, su atención había vuelto a la pantalla del celular, al cual dirigió sus dedos con persistente inseguridad para marcar el número de la otra mujer involucrada en la vida del hombre de delicado estado de salud.

La conversación que tuvo con la misma fue bastante similar a la anterior, pero a último momento cambió de opinión e intentó retractarse impulsivamente, aunque realmente terminara siendo en vano.

—Oye, SuJin, no quisiera sonar grosero, pero tal vez sea mejor que no vengas. Al menos no por ahora.

—¿Pero qué dices? —preguntó con indignación—. ¿Cómo se te ocurre pedirme algo así?

—Es que... tú sabes. Taeng está aquí.

—Claro, hasta en estos casos yo debo comportarme como la amante, ¿no? —se quejó—. Pues no me importa, Jihun, iré de todas formas. Te agradecería que me envíes la ubicación del hospital.

Con gran preocupación, la mujer finalizó la llamada con el hermano de su esposo, quien volvió a cuestionarse seriamente si había hecho lo correcto, pero de cualquier manera envió la dirección exacta del hospital como le fue pedido, ya que SuJin residía en un distrito diferente al suyo con su hija.

Le resultaba verdaderamente difícil pensar en hacer algo mejor en ese momento para evitar cualquier enfrentamiento, por lo que solo guardó su celular y emprendió camino hacia la cafetería del hospital en busca de algo que calmara su ansiedad mientras alguna de las dos mujeres no aparecía.

Entretanto, una pelinegra que se encontraba a punto de salir de su casa fue detenida por la agitada voz de su madre, haciéndola girar sobre sus pies con extrañeza, únicamente para ver a la mujer bajar las gradas a paso veloz.

—Mamá, voy tarde a la universidad, no me pidas que te lleve a ningún lado. Dile a Eric, lo vi hace un momento en el jardín —reafirmó la correa de su bolso sobre su hombro y tomó el pomo de la puerta, dispuesta a salir cuanto antes.

—Espera, es sobre tu papá. Acaban de decirme que está en el hospital —informó con desesperación—. Tu tío Jihun dice que no se encuentra muy bien.

Lisa frunció el ceño, sintiendo pequeño un vacío en su estómago al recibir la noticia, pero sin detenerse a hacer más preguntas, abrió la puerta principal y salió con su madre siguiéndole por detrás.

Subieron al auto de la chica, quien empezó a conducir inmediatamente hacia el hospital más cercano de la zona con la mujer que no paraba de expresar su preocupación cada cinco segundos a su lado, mas ella se limitaba a guardar silencio en un intento por mantener la calma ante la situación, lográndolo arduamente hasta su llegada al lugar.

Primero bajó su madre y luego lo hizo Lisa, posterior a estacionarse correctamente. Ambas entraron directo a la recepción, en donde preguntaron por el hombre recién ingresado, recibiendo los datos de su habitación e indicándoles que ya le era posible recibir visitas.

Habían pasado cerca de veinte minutos desde que recibió la llamada de su cuñado, pero no lo veía por los alrededores de la sala de espera, ni en el pasillo hacia la habitación, así que solamente tomó la mano de su hija y ambas se adentraron en silencio al lugar. La enfermera asignada se levantó de su silla al verlas, empezando a explicar el estado del hombre y después brindándoles algunas indicaciones.

—Les sugiero que la visita sea corta, el señor está muy delicado por ahora y es importante que no se le sobreestimule con ruidos o distracciones fuertes —la mujer verificó su intravenosa antes de empezar a caminar hacia la puerta.

—Gracias —respondió Lisa por lo bajo.

Se acercaron lentamente al aludido, a quien su esposa tomó de la mano con cuidado y su hija lo observó desde el otro lado, poniendo una mano sobre su hombro para acariciar este suavemente.

—Tendré que buscar a Jihun luego, necesito saber cómo sucedió esto —susurró la madre, más para sí misma que para la chica frente a ella—. Por ahora, lo más importante es mantenernos al pendiente de su salud. No soportaría perderlo.

—No digas eso, papá estará bien —intentó tranquilizar Lisa.

Taeng asintió con un profundo suspiro, sentándose en el lugar en el que se encontraba la enfermera anteriormente, sin dejar de ver a su esposo con preocupación. Lisa, por su parte, tomó su celular y notó que tenía algunas llamadas perdidas de sus amigas, además de varios mensajes en los que estas preguntaban la razón de su ausencia en la universidad.

—Vuelvo enseguida —informó, rodeando la camilla y mostrando el celular a su madre para dar a entender lo que haría.

Pulsó la primera notificación de alguna de las chicas que había llamado, devolviéndola inmediatamente mientras caminaba hacia la puerta de la habitación y la abría para salir de esta. Sin embargo, para su sorpresa al abrir la puerta, una chica castaña también había tomado el pomo por el lado contrario, provocando que tirara de ella hacia adentro por la fuerza con la que haló.

Lisa actuó rápidamente para evitar que la chica se estrellara contra su cuerpo, poniendo ambas manos sobre los hombros contrarios para detenerla, frunciendo su ceño al fijarse en su rostro y no reconocerlo, tanto el de ella como el de la mujer que la acompañaba, de quien no pudo notar su presencia hasta segundos después de haber apartado la mirada de la castaña.

Su celular había caído al suelo durante el incidente, pero se dispuso a recogerlo de inmediato para cortar la llamada que ya había sido atendida previamente. A su vez, notó cómo la chica se mantuvo en silencio mientras la observaba con una expresión que no supo definir si era de sorpresa o de curiosidad.

Estuvo a punto de hacer un comentario con molestia respecto al suceso, mas pronto se vio interrumpida por la voz de su madre a sus espaldas.

—¿Qué crees que haces aquí?—la escuchó decir más alto de lo que debería.

—Estoy aquí por la misma razón que tú —respondió la otra mujer que acompañaba a la castaña, adentrándose a la habitación con decisión.

—¡¿Acaso no te da vergüenza?!—se exaltó Taeng.

Completamente confundida, Lisa divagó su mirada entre las dos mujeres sin comprender qué estaba sucediendo, para después observar a la que parecía ser su hija seguirle por detrás de brazos cruzados.

Ambas tenían un porte bastante parecido, rasgos felinos y una mirada lo suficientemente feroz como para intimidar a quien lo permitiera, lo cual la hizo ponerse a la defensiva aún sin saber por qué, solo estando dispuesta a defender a su madre de quien sea que fueran esas personas.

—Por favor, Taeng —contestó con serenidad la mujer recién llegada—. No te desgastes, no pretendo discutir contigo.

—¡¿No pueden dejarlo en paz ni siquiera en su lecho de muerte?!

—Mamá... —Lisa necesitaba respuestas que nadie estaba dándole, pero fue más grande su preocupación al ver a su madre alzar la voz cada vez más.

—Lisa, sal un momento por favor, hablaremos después —pidió con un tono más calmado a su hija, quien obedeció casi por inercia al ver cómo hablaba con tal seriedad, la cual le causó un inevitable escalofrío.

Decidió no cerrar la puerta al salir e intentó distraer su atención concentrándose en su celular, pero aún podía escuchar algunos murmullos salir de la habitación, rascando en su curiosidad al no lograr escuchar con claridad.

—Él no va a morir —intervino la chica de dudosa identidad—. Todo estará bien siempre y cuando usted no se empeñe en provocar lo contrario con sus gritos.

—Eso es lo único que te interesa, ¿cierto? Saber si va a morir o no para asegurarte de tomar al menos unas migajas de su fortuna.

Esta vez fue Jihun quien apareció por la puerta, presentándose al medio de la pelea para detener el escándalo que estaban formando aquellas mujeres y arrepintiéndose profundamente de haber llamado a cada una al mismo tiempo.

Al notar la presencia de su tío, Lisa volvió a adentrarse a la habitación en conflicto, ignorando completamente la previa orden de su madre, pues ahora necesitaba respuestas y su incertidumbre no le permitió quedarse esperando más tiempo afuera como si nada estuviese sucediendo.

—Taeng, por favor, vamos a calmarnos y bajar la voz. Se escuchan sus gritos por todo el pasillo y saben que Woohan no puede estar expuesto a un ambiente como este.

—¡Tú no te metas, Jihun! Que seguramente fuiste tú quien llamó a esta gentuza —señaló despectivamente a la madre e hija frente a ella.

Por su parte, Lisa no sabía si quería salir corriendo de ahí o realmente quedarse a averiguar por qué demonios su madre estaba a estallar por el enfado. Simplemente su cuerpo no respondía, a la vez que su mente entraba en conflicto y se negaba a sí misma todas las suposiciones que empezó a crear, esperando que todo esto que estaba sucediendo no fuera más que un malentendido.

—Tenía que hacerlo, ellas también son parte de su familia y merecen saber lo que está pasando —alegó el hombre con desespero.

—¡No digas estupideces, ellas no son nadie!

Harta de sentirse excluida y confundida, Lisa decidió alzar la voz también con exasperación.
—¡¿Alguien podría explicarme qué significa este ridículo número que están montando frente a mi papá moribundo?!

—Nada, cariño, al parecer estas personas se confundieron de habitación —Taeng se acercó a Lisa, acariciando sus hombros con firmeza mientras les dedicaba una mirada enfurecida a los demás presentes.

—Eso no es cierto, mi madre y yo estamos aquí por la misma razón que ustedes —la castaña se dirigió a Lisa precisamente, mostrándose molesta por la situación también—. No seas boba, ¿acaso no es lo suficientemente obvio?

—¡Cállate de una vez! —le gritó Taeng.

—Atrévete a hablarle así de nuevo a mi hija y verás cómo con menos razón me moveré de aquí —amenazó SuJin, quien impresionantemente nunca demostraba alteración como todas las demás.

—Entonces... —la chica miró a Jihun con su ceño fruncido, señalando a Lisa antes de continuar— entonces ella no lo sabe. ¿Verdad?

—¿Qué es lo que no sé?

—No, no lo sabes —insistió, confirmándoselo a sí misma—. ¿Tú eres Lisa, no?

La mencionada solamente asintió con extrañeza, mirando de mala manera a la chica que aparentemente la conocía. Se cruzó de brazos mientras le veía de pies a cabeza por primera vez, reparando en su atuendo, el cual consistía en un jersey negro de marca, junto con unos jeans de mezclilla ligeramente holgados y un bolso azul marino colgando de su hombro derecho.

Taeng colocó su mano sobre su sien y empezó a masajearla ante el estrés por el que estaba pasando ahora mismo. Era consciente de que no podría ocultarlo más, debía aceptar que su hija estaba a punto de saber la verdad de una manera poco agradable.

Y era completamente su culpa, pues nunca consideró la posibilidad de que algo así llegase a pasar en algún momento, creyendo tontamente que podría ocultarlo por siempre de Lisa, así como ella había decidido ignorarlo por su propio bienestar mental. Una decisión un tanto egoísta si se evaluaba fríamente.

—Yo sé muy bien tu nombre —retomó la castaña, empezando a acercarse lentamente hacia Lisa—, tanto como que eres mi hermana.

La pelinegra empezó a reír nerviosamente mientras se giraba a ver a su madre, esperando que esta le confirmara que lo que acababa de escuchar no era cierto, pero al ver su pálida y pesarosa expresión, supuso que no se trataba de ninguna broma o malentendido.

—¿T-Tu hermana?—preguntó con tono quebradizo—. Estás mintiendo, ¿no?

—Claro que está mintiendo, no sabe lo que dice. No la escuches, Lisa. —intervino Taeng.

Sin importarle mínimamente lo mucho que la mujer intentara negar sus palabras, continuó dirigiéndose hacia Lisa—. Ese hombre que ves ahí, también es mi padre.

Empezó a negar con su cabeza, mirando con desprecio a la chica que acababa de destruir por completo la imagen perfecta que había construido de su padre desde que era una niña, siéndole imposible que algo como eso fuese a ser verdad. Ella debía estar muy equivocada.

Si bien el hecho de tener una madre distinta las hacía medio hermanas, nada borraba el hecho de que su padre aparentemente tenía otra familia de la cual ella jamás fue consciente; por lo tanto, su conmoción fue mayor que la que pudo ser en cualquier otra situación.

—Podemos discutir esto en otro lugar—comentó Jihun cautelosamente ante el silencio que se formó por unos segundos.

—Siento mucho que te hayas enterado de esta manera—volvió a decir la castaña, ignorando las palabras de su tío.

No quería atormentarse con la noticia, pero tantas cosas habían sucedido en un plazo tan corto de tiempo, que simplemente no pudo más con ello y su vulnerabilidad amenazó con mostrarse ante tal circunstancia.

Sin embargo, afortunadamente obtuvo la resistencia mental para apretar sus puños a cada lado de su cuerpo, tomando una profunda inhalación antes de iniciar su camino fuera de la habitación, golpeando el hombro de la otra chica con el suyo al salir de ahí.

Las cuatro personas restantes se miraron entre sí con la misma incomodidad cada uno, siendo la hija de SuJin la segunda en salir de ahí, dispuesta a seguir a Lisa para intentar entablar una conversación decente con ella, aunque dudara de la posibilidad de conseguirlo.

En cierta forma podía comprenderla, pero no por ello permitiría que su lado de la familia continuara pisoteándoles como acostumbraba a hacerlo su madre, eso se había acabado.
Y si era necesario forzar una repentina relación de hermanas para conseguirlo, entonces eso es lo que haría.




[250922]

Editado

Así es, Perfectly Wrong por fin regresó. Realmente lamenté mucho que la hayan borrado sin alguna razón aparente, pero ya qué. Espero que alguien todavía quiera leerla jsjs.

Agradezco a la linda personita que se tomó el tiempo de armar un pdf con la historia para poder enviármela y así recuperarla. Lo aprecio mucho. 🤍

Si vienes de mis otras historias, un besito en la cola para ti. Y si es la primera que me lees, bienvenido seas, también un besito en la cola para ti. Gracias por leer, espero se encuentren muy bien.✨

[090125]

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