O2
Nuevamente se encontraba en aquella iluminada habitación, sosteniendo uno de sus brazos sobre el borde de la camilla, a la vez que con la mano libre reacomodaba la almohada de su padre tras su cuello. Se aseguró de que no se encontrara en una posición perjudicial para él y luego se sentó en la silla ubicada al lado.
Observó en silencio al hombre por algunos largos minutos, analizando inevitablemente la situación a la que apenas había sido involucrada ayer y sus ojos amenazaron con empañarse al empezar a crear las suposiciones más fantasiosas al respecto. Además, la noche anterior no había podido sentir más que recelo contra su madre, pues a pesar de encontrarse reacia a las palabras de Jennie, esto de cierta manera logró afectar la imagen que tenía de su padre.
Y en realidad, la castaña no estuvo tan equivocada al decirle que la mantuvieron ignorante al tema para no "destruir su pequeño castillo de cristal", en donde evidentemente todo era muy transparente, pero su cariño, amor y respeto a su padre le habían funcionado como un buen telón que por tantos años lo cubrió cómplicemente.
Aun con todo lo que estaba sintiendo, a pesar de no poder recibir alguna de las tantas respuestas que necesitaba de su parte, la voluntad para visitarlo seguía estando presente en la pelinegra, por lo que permaneció a su lado durante una hora más, aproximadamente.
Informó sobre esto con una llamada rápida a su madre, quien había decidido no aparecer por el hospital durante el día, sino por la noche, cuando encontrarse con SuJin, la madre de Jennie, fuese menos probable. Luego procedió a guardarlo y tomar sus cosas, caminando hacia la puerta con intenciones de salir de la habitación.
Abrió, siendo cuidadosa de no perturbar el prolongado silencio en el que se había mantenido durante la última hora, y se aseguró de cerrar de la misma manera, empezando a recorrer el pasillo tranquilamente mientras observaba algunas de las pinturas decorativas que se encontraban ubicadas en las paredes a su paso.
No transcurrió tanto tiempo en el que se hubo aproximado casi al final de aquel amplio e iluminado pasillo, hasta que sintió un inofensivo pellizco en su antebrazo, lo cual consiguió sobresaltarla levemente y buscar al causante de dicha acción. Prestando atención a su derecha, pudo divisar el rostro con expresión burlesca de una castaña.
—¿Piensas robarte uno, o por qué tanto interés?
Lisa la miró entrecerrando los ojos y moviendo su cabeza para mofarse de la pregunta.
—Aunque así fuera, no es de tu incumbencia.—espetó mientras se cruzaba de brazos—. Además, ¿qué haces aquí? Te dije que no quería verte de nuevo.
—Así me lo digas cien veces, no dejaré de venir para ver a papá —respondió serenamente, mientras que la pelinegra dejó escapar una fuerte exhalación, rodando sus ojos con desagrado.
—Me sorprende lo segura que estás de ser su hija, pues considerando que fue capaz de mentirme a mí, nada te asegura lo contrario a ti —comentó con dureza—. No te lo tomes a mal, pero estando en tu lugar, empezaría a cuestionar absolutamente todo de él.
Jennie se removió incómoda, desviando su mirada a la vez que apretaba su mandíbula para controlar lo que sea que fuese a decir, sin antes poder evitar pensar en lo difícil que sería encontrar el lado apacible de la menor y la gran cantidad de paciencia que eso requeriría.
—Mira, niñita, independientemente sea mi padre biológico o no, ese hombre me crió como uno, de la misma manera que a ti, así que relájate un poco y empieza a acostumbrarte a verme por aquí.
—No me llames así, solo eres tres años mayor que yo —reclamó hastiada.
—No lo digo por tu edad, tu actitud es suficiente motivo para hacerlo —recibió una mala mirada de parte de la chica, entrecerrando sus ojos amenazadoramente—. ¿O prefieres que siga utilizando tu favorito? Ya sabes, el...
—¡Basta! —interrumpió, colocando sus manos sobre los hombros contrarios por inercia—. Tú ganas, llámame "niñita" si quieres, pero en mi vida quiero volver a escucharte decir el otro.
Jennie se carcajeó ante la desesperación de la pelinegra, arqueando sus cejas con diversión al notar el vigor con el que sostenía sus hombros y se negaba a soltarle si no paraba de reír; aunque, se vio obligada a desistir de ello pronto por respeto al lugar en el que se encontraban.
—Olvídalo, ya no será gracioso si tú lo apruebas, pero intentaré pensar en otro que también detestes —le guiñó, para después tomar ambas muñecas de Lisa y apartar sus manos con delicadeza de sus hombros—. Ahora, si me disculpas, iré a ver a papá un momento. Desearía quedarme para molestarte un poco más, pero debo regresar a la universidad y no puedo perder más tiempo.
—Como sea, no me interesa —se encogió de hombros rápido, sintiéndose levemente avergonzada por haber establecido un involuntario contacto físico con la mayor.
Jennie negó con su cabeza, acompañado de una media sonrisa en sus labios, con la que se dio la vuelta para adentrarse en el pasillo por el que Lisa recién salía, y empezó a alejarse. No obstante, la pelinegra se mantuvo pensativa por unos segundos en el mismo lugar, hasta que el recordatorio de algo importante la hizo querer retractarse de haber finalizado la charla de esa manera.
Se giró nuevamente para seguir a la mayor, yendo a paso rápido para alcanzarla antes de que ingresara a la habitación de su padre, y estando a unos cuantos metros la llamó por su nombre por primera vez para conseguir su atención.
—Oye, Jennie —dijo casi en un susurro. La mencionada se detuvo y se volteó con su ceño ligeramente fruncido ante la sorpresa—. Hay... hay algo que quería decirte, o más bien, pedirte.
—¿Tú, pedirme algo a mí? —cuestionó incrédula.
—Sí, de hecho, es algo muy simple... o eso creo —su valor de hace unos minutos había sido remplazado por cierta timidez que le impedía saber cómo dirigirse al punto exacto—. Tal vez te parezca extraño, pero sería muy importante para mí.
—Solo dime lo que quieres, Lisa.
—¿Estarías dispuesta a realizarte una prueba de ADN? —soltó finalmente, jugando con sus manos de manera ansiosa.
—Tienes que estar bromeando. Dime que no hablas en serio —rebatió, demostrando escepticismo tanto en su expresión como en su tono de voz.
—Lo siento, pero hablo muy en serio. Necesito deshacerme de la duda que no me ha dejado en paz desde ayer.
—Adiós, Lisa —se despidió secamente para continuar caminando y dejar atrás a la pelinegra.
Finalizó su camino hacia la habitación, adentrándose en esta cuanto antes, al mismo tiempo que Lisa soltó un caprichoso pataleo sobre el suelo al no conseguir su objetivo tan fácilmente como pensó que lo haría. Ahora tendría que encontrar la manera de persuadirla para volver a pedírselo sin ser rechazada o ignorada por segunda vez.
Sin embargo, a pesar de lo mucho que Lisa había titubeado para pedirle tal cosa, siendo consciente de que tal vez había sido complicado para ella llegar a ese punto, Jennie no dudó en negarse al sentirse personalmente atacada con la petición. Eso era demasiado, y sinceramente, no comprendía su obsesión con el tema, en lugar de simplemente aceptar que su padre cometió un error que estaba teniendo muchas consecuencias.
Apartando ese pensamiento de su cabeza, se concentró en su celular que había empezado a sonar dentro del bolsillo de su pantalón. Atendió la llamada entrante de su mejor amiga con un suave suspiro en su intento por concentrarse en lo que sea que tuviera que decir.
—Hey, Jisoo —saludó con pocos ánimos—. ¿Terminó temprano la clase? Creo que llegaré un poco tarde hoy...
—Por primera vez en mucho tiempo agradezco recibir clases unas horas antes que tú —interrumpió sin poder contenerse más—. Jen, debes venir ahora mismo, lo digo en serio.
—¿Qué? —frunció su ceño con confusión ante las palabras sin sentido de su amiga—. ¿Debe ser ahora? Estoy en el hospital con mi padre, pensé que te lo había dicho ayer.
—Cierto... —susurró más para sí misma que para la castaña—. ¿Sabes? Olvídalo, podemos hablarlo cuando estés aquí.
—Pero si es tan importante dímelo ahora, no puedes pedirme que solo lo olvide cuando te escuchas tan alterada.
—Tu padre es más importante, créeme. Te espero en la cafetería, ¿sí? —Jennie respondió con un sonido afirmativo a pesar de seguir sintiéndose aturdida.— Bien, nos vemos luego.
La llamada finalizó al instante, dejándole un mal sabor de boca y un extraño presentimiento de que algo no estaba bien. Pero de igual manera guardó su celular de nuevo, parándose al lado de la camilla de su padre y colocando toda su atención sobre él, lo cual, al cabo de unos minutos, le hizo volver a tener desagradables e intrusivos pensamientos.
Se incomodó al sospechar que podría deberse a los estúpidos comentarios que había escuchado de Lisa hace unos pocos minutos, pero de igual manera decidió ignorarlo por su propio bien.
Luego de un tiempo considerable, verificó la hora en el reloj de agujas que se encontraba sobre la pared, y se dispuso a abandonar la habitación cautelosamente. En cuanto estuvo saliendo del hospital, recibió una notificación de mensaje de su actual pareja, Ning Yi, a quien todos se referían como NingNing cariñosamente a petición de la misma.
Se detuvo un segundo para leerlo, mas no contestó de inmediato, pues debía apresurarse en llegar a la universidad; aunque, de igual forma la vería apenas lo hiciera. El mensaje no trataba acerca de nada que implicara urgencia, solamente era un común saludo de buenos días en el que indicaba que ya se encontraba esperándola para verle nuevamente, por lo que Jennie sonrió al leerlo y empezó a andar hasta su auto en el estacionamiento.
NingNing se había criado con su familia en Seúl, pero por mucho tiempo deseó estudiar en la universidad de Gangnam, lo cual consiguió exitosamente al finalizar la escuela. Apenas cursaba su primer año, a diferencia de Jennie que asistía al tercero, pero lograron coincidir hacía ocho meses al haber sido asignada como la persona que le daría un recorrido por la facultad a la pelirroja.
Intercambiaron sus números de teléfono, y semanas más tarde, se enteró de que la chica había aprobado su examen de admisión y estaba por iniciar la misma carrera que ella. Por lo tanto, dada la situación, ambas empezaron a frecuentarse cada vez más, tanto fuera de la universidad como en ella durante sus espacios libres, encontrando cosas en común, así como una inevitable atracción romántica que surgió al poco tiempo. Y fue de esa manera cómo una encantadora relación de cinco meses se consolidaba a día de hoy.
Jennie emprendió camino agradeciendo que el tráfico no pareciera ser un problema esa mañana, pero de todos modos el trayecto de vuelta a Gangnam le resultó ligeramente prolongado por un momento. Y no era para menos, cuando las ansias por saber lo que Jisoo tenía para decirle eran tan grandes, que la estaban haciendo sentir aún más impaciente con cada minuto que transcurría. Pero a pesar de ello, pronto estuvo estacionándose en su destino y bajando del auto.
Se aseguró de tener el tiempo suficiente, para después adentrarse en dirección a la cafetería, en donde le fue fácil ubicar a su amiga de cabello oscuro con las puntas tintadas de un rubio sutil, y que la esperaba sentada en una de las mesas de la zona izquierda.
—Por fin estás aquí —expresó con alivio al tener a Jennie incorporándose al otro lado de la mesa—. ¿Cómo está tu padre?
—Sigue en coma, no es como que pueda tener mejorías por ahora.
Jisoo apretó sus labios mientras asentía en comprensión, palmando delicadamente el dorso de la mano de su amiga.
—¿Has vuelto a discutir con esa chica?
—¿Con Lisa? No exactamente, ella es muy testaruda, pero intento no dar pie a que ocurran discusiones. Lo que menos necesito ahora es tener una relación incómoda con ella, aunque resulte ser tan difícil de tratar.
—Era de esperarse, la noticia está lejos de ser la más liviana que recibirá en su vida —Jennie atrapó su mano para entrelazarla con la suya y empezar a juguetear distraídamente con ella—. ¿Piensas actuar como su amiga, como su hermana, o qué es lo que planeas hacer?
—Sinceramente, no lo sé. Supongo que lo primero será conseguir que deje de ponerse tan a la defensiva cada vez que nos encontremos —soltó una pequeña risa nasal con cierto desgano—. Realmente intento entenderla, pero hoy casi pierdo la paciencia cuando me pidió que me hiciera una prueba de ADN. ¿Puedes creerlo?
Jisoo mostró una mueca de infortunio ante lo escuchado, aunque igualmente podía pensar más allá de lo desagradable que debía ser eso para Jennie, objetivando solo para sí misma que la chica tendría sus razones para pedir algo así. Pero, sin duda, era una situación complicada para ambas.
—En fin, necesito olvidar eso. Detesto sentir que intenta manipularme de alguna forma y no quiero pensar que es así —negó con su cabeza brevemente y apartó esos pensamientos para enfocarse en otro tema importante—. ¿Qué fue eso que sucedió por teléfono hace un rato? No entiendo, todo parece estar bien contigo.
Jisoo se felicitó mentalmente por haber logrado ocultar el nerviosismo latente en su cuerpo, puesto que no quería bombardear a la castaña con la información apenas llegara, pero por más que deseara no tener que ser quien se lo dijera, estaba en la obligación moral de hacerlo.
Al momento en que sus labios se separaron para pronunciar las primeras palabras, una pelirroja apareció de la nada frente a la mesa con un chillido de emoción, sentándose al lado de Jennie y abrazándole por los hombros afectuosamente. Por lo que, al verse interrumpida de manera tan abrupta, Jisoo tomó un poco de aire por la boca antes de sonreírle forzadamente a la novia de su mejor amiga.
—¡Hola, amor. Hola, Jisoo! —saludó con muchos ánimos a ambas chicas, siendo Jennie la única que lo devolvió de la misma manera, tomando su cintura y dejando un corto beso sobre su mejilla—. ¿Qué hacen?
—Jisoo estaba por contarme algo que la tenía muy preocupada hace una hora —contestó con una media sonrisa, regresando su mirada hacia su amiga para indicarle que podía continuar de todas formas.
—Así es, Jen, pero me temo que será en otro momento —empezó a levantarse de la mesa, a la vez que tomaba sus pertenencias y miraba la hora—. Acabo de recordar que debo pasar por la biblioteca antes de nuestra próxima clase, así que... te veo ahí.
—Oye, pero...
—Te guardaré un lugar, pero no llegues tarde. Adiós, Ning.
—A-Adiós —alcanzó a susurrar con confusión la pelirroja, volteando hacia Jennie con extrañeza.
La castaña simplemente se alzó de hombros, pareciendo encontrarse igual de confundida que su novia, pero un silencio incómodo se formó entre ambas, el cual intentó ser evitado por Jennie al sonreírle a NingNing después de tomar su mano y besar el dorso de esta.
—Creo que es mejor que vaya a clase, así puedo saber qué acaba de pasar con Jisoo —la menor asintió en silencio—. ¿Nos vemos más tarde?
—Claro, JenJen, no hay problema —pronunció tiernamente su apodo al mismo tiempo que pellizcaba una de sus mejillas suavemente.
La mencionada volvió a sonreírle de vuelta y poco después se levantó de la mesa para iniciar su camino hacia el salón correspondiente, con el único pensamiento en su cabeza de cuán incómodos habían sido los últimos minutos, deseando saber la razón de ello, si es que siquiera existía alguna.
Reafirmó su mochila sobre su espalda para tomar las escaleras arriba con una expresión neutral en su rostro, llegando en cuestión de unos cuantos pisos. Al entrar a su salón, pudo observar a Jisoo ubicada en el fondo de este, con su respectivo bolso guardando el lugar de Jennie a su lado. Se apresuró para llegar hacia ella y se sentó rápidamente del lado derecho de la mesa compartida, manteniendo una mirada curiosa sobre su amiga en silencio.
—¿Vas a decirme por qué huiste así cuando llegó NingNing, o voy a tener que seguir ignorando que estás comportándote muy extraño hoy? —cuestionó, sacando su laptop y colocándola sobre la superficie de la mesa con cuidado.
Jisoo estaba evitando su mirada, no podía disimularlo ante la castaña por más que intentara pretender que solo se encontraba leyendo en su celular, hasta que recibió un suave toque en su hombro para llamar su atención, lo que la hizo soltar el aparato sobre la mesa y con un suspiro se volteó hacia su amiga, colocando una de sus manos sobre su sien para sostener su cabeza mientras la miraba.
—¿Cómo está tu relación con NingNing? La verdad, Jennie.
La castaña frunció el ceño y ladeó su cabeza en confusión por la pregunta.—Todo va bien, no ha habido ningún problema entre ella y yo. ¿Por qué preguntas eso?
Jisoo apretó sus ojos por unos segundos mientras negaba con su cabeza, pero después pasó a acomodarse correctamente sobre la silla, mostrando evidente inseguridad respecto a lo que diría, mas no podía postergarlo por más tiempo.
—Esa maldita te está engañando. Lo comprobé temprano por la mañana, y juro que si no haces algo al respecto, yo misma iré a arrancarle cabello por cabello para que deje de actuar tan hipócritamente contigo después de enterarme de lo que está haciendo —determinó con agresividad, dejando a su amiga boquiabierta ante la reciente acusación.
El profesor entró al salón e impidió que Jennie continuara indagando en lo que acababa de escuchar, pero se mantuvo bastante desconcertada por unos momentos, conteniéndose de salir corriendo del lugar en busca de la chica en cuestión para pedir explicaciones. Sin embargo, era algo que no podía hacer sin antes escuchar la versión completa de lo que Jisoo afirmaba.
Con suerte se trataba de una simple confusión, pero en tanto llegase a ser verdad, no dudaría en terminar con la pelirroja inmediatamente, aunque de esa manera se sumara una nueva desgracia a la lista.
En definitiva, esa semana pretendía acabar con ella y su casi agotada fuerza mental, por lo que prefirió pretender que no había escuchado nada hasta que la clase finalizara, dejando a una Jisoo expectante por su actitud, quien solo volvió su mirada al frente después de comprender que su amiga no hablaría con ella en ese momento.
Pensó en lo satisfactorio que resultaría si convenciera a Jennie de pagarle con la misma moneda a su novia, pero no tenía idea de a quién podría involucrar en ese malévolo plan. Aunque seguramente eso no implicara un gran problema para ella, pues no tardaría mucho en conseguir que NingNing se arrepintiera de sus estúpidas acciones.
A fin de cuentas, era literalmente imposible que alguien no deseara estar con Jennie Kim.
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Diferencia entre hermanastros/as y medio hermanos/as.
Los hermanastros no están relacionados genéticamente entre ellos y tampoco tienen afinidad consanguínea, ya que ellos se conocen o se relacionan simplemente por el hecho de que sus padres están casados entre sí. Básicamente, no son familia como tal, ni legal ni biológicamente.
Mientras que, los medios hermanos sí están relacionados y comparten un parentesco de sangre. Uno de los dos padres, ya sea la mamá o el papá, es compartido por ambos; o sea, tienen a alguno de los dos en común como progenitor, lo cual los liga biológicamente en cierto porcentaje. Legalmente, ellos sí son considerados pertenecientes a la misma familia.
Espero haberme dado a entender, pero si no fue así, podría intentar explicarlo de otra forma a quien lo necesite, sin problema. Pero básicamente esa es la diferencia que a veces causa cierta confusión.
Gracias por leer, espero que tengan una bonita semana y que todo vaya bien. Mucha buena vibra y ánimos para continuar, los tqm. Besitos en la cola. ✨
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