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⇄ 17 [Narrado] ⇆

Seokjin se miró al espejo nervioso como nunca antes, ni siquiera cuando Seokie nació estuvo tan nervioso como ahora y demonios, ¿Como no iba a estarlo? Si luego de años sin que nadie se interesara en un padre soltero tendría una cita.

De nuevo la espinita de la duda volvió a molestar con lo mismo, ¿Como reaccionaria Jungkook a saber que tenía un pequeño de menos de un año? ¿Saldría corriendo? ¿Fingiría estar a gusto y luego no le hablaría?

Su mente se mantuvo llena de preguntas hasta que interrumpida por el tono de su teléfono y una pequeña sonrisa apareció en sus labios al ver un mensaje de Jungkook. 



Tal vez debía hacer lo que decía Solar y dejar de comerse la cabeza con cosas que ni siquiera habían pasado.

Volvió a acomodar sus gafas y retoco el bálsamo labial que hacía ver un rojo "natural" en sus labios y sus mejillas se sonrojaron al pensar que el vería sus labios.

Por todos los cielos, tenía 25 debía dejar de actuar como una colegiala.

—Pequeño Seokie, ¿Le deseas buena suerte a tu papi? —como si contestara lanzo un chillido y Jin sonrió enternecido para luego llenar su rostro de besos. —Pórtate bien con Hana, papi volverá a la hora de siempre, ¿Okay? —dejo un beso en su frente y lo mantuvo en sus brazos hasta que su niñera vino para cuidarlo.

Hana era una universitaria que necesitaba recursos para los materiales de su carrera y como había mostrado dedicación y amor por su hijo, se lo podía entregar hasta con los ojos cerrados.

—Dile a tu papi adiós, Seokie—la chica agito un poco la mano del pequeño que le dedicaba una tierna sonrisa sin dientes de por medio. —Nos vemos, Señor Kim

—Cuídate Hana, hay comida en el refrigerador y ya te he dicho que me digas Seokjin—tomo su típico bolso marrón, aseguro sus cosas y salió de casa, no sin antes darle una última mirada a su pequeño que jugaba con la cadena que la chica traía.

Seokjin le dio una mirada al cielo azul y con una larga respiración camino hacia aquel café esperando que aquella cita fuese mejor de lo que pensaba.  



Jungkook había llegado temprano, como media hora temprano, por el simple hecho de que no podía quedarse quieto en su casa a esperar que fueran las 7 para poder ver a Seokjin y de solo pensar en su nombre sonrió.

Joder ni siquiera era una persona madrugadora.

Aquel chico era lo más hermoso que había visto, tenía dibujos y dibujos de el en su SketchBook de tanto que había pensado en él, en ese momento pensaba que no volvería a verlo, pero de alguna u otra forma el universo se combinó para darle la oportunidad.

La música suave que resonaba en sus audífonos lo distraía mientras estaba sentado en el banco que estaba frente a la calle que daba al café Just One Day en el que se reunirían.

Inspecciono su ropa nuevamente, llevaba unos pantalones oscuros ajustados y rotos en los mulos y rodillas, llevaba botas y una camisa blanca de rayas azules que se transparentaba, originalmente la camisa tapaba sus tatuajes, pero decidió subir las mangas para enseñarlos llevándose miradas de todo aquel que pasaba cerca suyo, como si jamás habían visto a alguien con tintura en la piel.

De pronto se sintió ligeramente asustado que, entre tanto piercing, tatuaje y su estilo podría ahuyentar a Seokjin de nuevo, pero no le duro mucho porque se había dicho que, si pasaba de nuevo entendería que Seokjin lastimosamente no era para él.

Le encantaba, demonios le había cautivado con solo verlo sentado en un banco y le dolía pensar en que podría no aceptarlo por simples cosas.

Sus pensamientos y malas vibras se fueron volando a ver al causante de todo.

Seokjin caminaba con seguridad, pero a la vez podía ver cierta timidez desde la forma de que sus manos se balanceaban o sus ojos entre esas gafas que le quedaban perfectas. El todavía no lo veía, pues estaba mirando dentro de la cafetería buscándolo y se dio el gusto de verlo unos segundos más.

Sus pantalones oscuros adornando sus piernas, su camiseta beige, incluso sus zapatos le hicieron suspirar.

Esperaba no quedar como un ridículo, loco por alguien que apenas conocía frente a él.

Jungkook se levantó, plancho su ropa y cruzo la calle quedando justo detras de Seokjin que al sentir una presencia detras suyo se dio vuelta, de pronto las mejillas del castaño se pintaron de un lindo pero intenso rosa.

Concéntrate, Jungkook debes saludarlo como una persona normal.

—Buenos días, Seokjin

—Buenos días, Jungkook—miro sus manos y las escondió detras de él antes de volver a verlo. — ¿Acabas de llegar?

—No, tengo tiempo aquí—hizo un ademan para restarle importancia. — ¿Quieres entrar o quieres ir al parque primero?

—Entremos, no he comido nada

—Perfecto—Jungkook actuó por inercia y abrió la puerta para Seokjin quien con una sonrisa nerviosa agredió y entro primero siendo recibido por el olor del café mañanero y el dulzor de los postres. — ¿Está bien aquí?

Jin asintió, ni siquiera sabía dónde era, pero imaginaba que era un buen lugar y lo era, estaba cerca al ventanal y estaban uno en frente del otro, en parte era bueno para Jungkook, pero para Seokjin, ver demasiado al menor causaría descontrol y no quería decir o pensar estupideces.

—Se que sonara extraño, pero soñé con que te volvía ver

—Pero, ¿No recuerdas como te trate?

—No niego que me dolió, pero yo me lo busque—se encogió de hombros y le dio una pequeña sonrisa, Seokjin se fijó en el piercing de su labio y tuvo que apartar la mirada cuando Jungkook paso la lengua por ellos.

De pronto hacia calor.

—Deberíamos pedir, ¿No crees?

—Está bien

Cada quien pidió lo que iba a desayunar y Jungkook descubrió que Seokjin era amante del dulce por el postre que había pedido, era demasiada azúcar a esa hora de la mañana, pero quedo encantando al ver sus mejillas llenas cual ardilla mientras degustaba el postre.

—Te ves hermoso cuando comes

Seokjin se tapó la boca para no escupirle a Jungkook encima por el repentino halago y le dio un largo trago a su café frio.

—No digas esas cosas

— ¿No digo la verdad? —dijo Jungkook divertido mientras le daba un pequeño sorbo a su café caliente.

—Es que... es extraño

—Empezare a creer que es un halago hacia mi—bromeo un poco.

—Eres extraño—finalmente dijo y miro los tatuajes de su mano. —Nunca había conocido a alguien que no piense antes de hablar

—He perdido oportunidades por pensar, si lo hubiese pensado jamás te hubiese invitado y me hubiese perdido de ver esas lindas mejillas sonrojadas

—Dios, seguro tienes muchas novias—dijo tratando de desviar el tema e ignorar el calor de sus mejillas.

—Novios—corrigió. —Y solo tuve 3, todos me salen corriendo o les interesa alguien mas

— ¿Quién se interesaría en otro cuando te tiene a ti? —Seokjin juro que lo había pensado, pero la sonrisa de oreja a oreja de Jungkook le hizo saber que no.

Mierda.

—Eso fue un ataque justo al corazón—se tocó el pecho con una sonrisa que ni un examen sorpresa se lo quitaría. —Pero no lo sé, seguro no es tu caso

—No soy un experto solo he tenido una novia y algo así como una pareja, jamás supe que éramos

—Por lo que dices termino mal, ¿Lo recuerdas?

—Me dejo muy buenos recuerdos y me hizo vivir experiencias inolvidables, pero no me gustaría volverlo a ver—movió un poco su cuchara.

—No hablemos de eso mejor, ¿En qué trabajas? Porque en—miro el reloj de su celular. —30 minutos deberías estar allá

—Soy maestro de primaria

— ¿Te gustan los niños?

—Al principio no, pero luego les agarre cariño aparte me preparan para cuando Seokie sea grande—Seokjin cayó en cuenta que de nuevo no había pensado en hablar, no temía hablar de su hijo solo que no sabía cómo el menor reaccionaria.

Por todos los cielos, ¿Cuándo fue que la opinión de Jungkook le importaba a ese nivel?

— ¿Seokie?

Jin respiro hondo, sabía que el día llegaría, pero no esperaba que fuese en la primera cita.

—Si, Seokjung, mi hijo

Seokjin no pudo mantener la mirada y le dio un trago a su bebida antes de volver a ver a Jungkook quien sonreía, enternecido por lo que le había dicho.

—Seokie—susurro. —Si es tu hijo seguro es hermoso

—Es la personita más hermosa que he visto

—El y tú también, creo que Seokie es muy afortunado de tenerte de padre—miro el reloj y suspiro, deseaba que esa hora fuera eterna. —Lastimosamente yo tengo clases y tu debes trabajar, así que vamos, te acompañare a tu trabajo

—No es necesario, Jungkook

—No lo es, pero quiero—ambos se levantaron y Jungkook fue a pagar lo que habían comido antes de que Seokijn pudiera quejarse.

— ¿Por qué pagaste todo? —dijo Seokjin tan pronto salieron y fue recibido con la sonrisa traviesa de Jungkook.

—Para tener una excusa de invitarte a salir, tu pagas en la próxima

—Muy astuto

—En serio no quiero perder ninguna oportunidad contigo, pero mientras, hablemos de Seokie, ¿Cuantos años tiene?

—Apenas 7 meses—explico Seokjin mientras caminaba a su lado. —Nació sano y fuerte, su único defecto, como lo llama Solar, es que hace mucha caca pero es un niño que come mucho

Jungkook rio al imaginárselo.

— ¿Fue difícil al principio?

—Si, muy difícil recuerdo que lloraba en las noches y yo no podía descubrir que quería o que le pasaba, incluso me puse a llorar con él en unas de esas veces y el que termino consolándome fue el—Jungkook admiro el brillo que los ojos de Seokjin destilaban al habla de su pequeño hijo. —Aun sigo aprendiendo, pero en ningún momento he dejado de amarlo

— ¿Quién dejaría de amar a Seokie? Por como lo dibujas, tiene que ser un bebé muy tierno

—Lo es, algún día lo conocerás

Seokjin pensó eso que dijo, ¿Realmente llegarían al punto de presentarse a su familia y amigos?

—Esperare con ansias eso

Ambos quedaron en un cómodo silencioso, Jungkook miro el lindo perfil de Seokjin y soltó un pequeño suspiro ¿En serio podría ser parte de la vida de aquel hermoso chico?

Jungkook detuvo su caminar cuando Seokjin lo hizo, estaban justo en frente de la primaria en la que el mayor trabajaba y ambos se miraron como si quisieran huir de sus responsabilidades y seguir hablando.

—Gracias por salir conmigo hoy, Seokjin me confirmaste que, si quiero ser parte de tu vida y si me dejas, ser el causante de que tus lindas mejillas se sonrojen, demonios, pero que poeta soy

Seokjin primero se había sonrojado, luego lo miro extraño y por último soltó una carcajada haciendo que los maestros y niños estaban ahí los vieran.

—Tu risa es hermosa

—Es como un limpiavidrios

—Y única—se encogió de hombros. —Nunca había odiado tener que ir a la universidad como ahora

—Tienes que ir, Jungkook

—Espero poder repetir esto—Jungkook fue rápido al tomar la mano de Seokjin quien pareció recibir una corriente. —Espero tener una oportunidad para entrar en tu vida y la de Seokie también

—Aún es muy pronto, ¿No crees?

—No lo creo, respetare lo que decidas hacer, pero por mi parte no perderé el tiempo e iré directo por lo que quiero—acaricio su mano y luego de unos segundos la soltó. —Te escribiré después, cuídate Seokjin

—Cuídate, Jungkook—susurro viendo como por fin se daba vuelta y caminaba de vuelta, lo miro irse hasta que desapareció de su vista.

— ¿Quién es ese galanazo que te hizo reír?

Seokjin dio un salto al escuchar a su compañera, Lia, detras suyo.

—Al fin te veo coquetear

—No estaba coqueteando

—Ay aja, si tus ojos parecían dos focos mientras lo mirabas, por poco te salen estrellas

—Para—se quejó con la cara roja causando la risa de Lia.

¿Tan ilusionado se veía al lado de él?  






Muchisimas gracias por todo el apoyo que le han dado, me sorprende como mucha gente vota. Espero que les siga gustado, se les ama mucho por aqui.

—Kim ♪ 

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