Sexto Defecto
6- Su torpeza en pociones:
— ¡Potter!— el grito de Draco provocó que el moreno casi derramara parte de la poción caliente sobre sí.
—Draco, ¿podrías no gritarme en el oído?— Harry bufó, aún moviendo la poción y frunció el ceño. — Estoy a tu lado, no necesitas alzar la voz para que te escuche.
Draco ignoró el comentario y apartó al Gryffindor del caldero.
—Ni siquiera te habría gritado si fueses más cuidadoso. — gruñó, comenzando a remover la poción de forma lenta. — El Veritaserum debe removerse de forma lenta y cuidadosa. ¿Es que acaso no pusiste atención a nada de lo que leímos o de lo que hemos visto en clase? En serio, Potter, me sorprende que hayas llegado hasta acá.
—No hace falta que seas en brusco ¿sabes?— Harry comentó, mirando casi embobado los movimientos delicados del rubio, sin que este se percatara. — Además, nunca he sido muy bueno siendo delicado…
—Típico de un Gryffindor, la delicadeza no está en su naturaleza. — replicó, de forma desinteresada, concentrándose en la poción. Le gustaba hacer ese tipo de comentarios sarcásticos o insultantes (quizá para conservar algo de su antigua rutina y porque siempre era divertido cabrear a Potter), pero sin la intención de herir realmente.
—Cállate, ya sabes que nunca he sido bueno para eso…— El rubio sonrió de lado al escucharlo— Y quita esa estúpida sonrisa, que sabes que soy mejor que tú en quidditch.
—Eso no lo aceptaría ni bajo la Imperius, Potter. — Negó, mirándole unos segundos, sin quitar su sonrisa. — Sólo es suerte.
— ¡Ya quisieras! Los premios de Gryffindor dicen lo contrario.
Draco lo ignoró, observando cómo la poción pasaba a un tono azulado.
—Volviendo a tu incapacidad para crear buenas pociones y a mí brillantez en la materia…— Comentó, dirigiendo su vista al moreno— Ahora sólo falta dejarla cocer a fuego lento por 28 días. El tiempo suficiente, tomando en cuenta que el proyecto se entrega en un mes. ¿Trajiste los pergaminos?
Harry rodó los ojos, pero asintió, sacando los rollos de su bolso y dos plumas.
—Perfecto. ¿Te parece bien si acabamos con lo que resta del ensayo hoy para salir de esto?— Algo en la mirada de Harry se oscureció ante las palabras del rubio, pero asintió. — Bien, comencemos.
Draco nunca aceptaría en voz alta (como muchas otras cosas) que el hecho de que esta vez se sentara casi rozando el brazo de Potter debido a la extrema cercanía de sus cuerpos, fue adrede. Total, siempre podría usar la excusa de que no podía ver el pergamino a más distancia.
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