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Perfecta Obsesión

Taehyung observó al rubio que bailaba despreocupadamente al otro lado del lugar.

Meneaba sus caderas y torneadas piernas de un lado para otro mientras se restregaba junto a una chica que estaba seguro no conocia. Pero estaba seguro que en esa fiesta nadie lo hacia.

Lucía como si hubiera bebido lo suficiente para desmayarse y estaba sorprendido que no hubiera vomitado ya. Pero no lo haria, sabia que no, pues Jungkook jamas se permitiria eso.

Jeon Jungkook era perfecto.

Demasiado perfecto a decir verdad. Siempre destacando, siempre brillando, y siendo un total opacador para la multitud que lo rodeaba.

Ebrios chicos universitarios que no podian darse cuenta de que estaban ante la presencia de un ser que estaba más allá de este mundo.

El era perfección desde la punta de su pie hasta el más fino de sus cabellos.

Y Taehyung lo detestaba.

Jungkook era un estudiante unos años más abajo que él, y a pesar de ser mucho más  nuevo en la institución, se había ganado un lugar entre los populares de la universidad.

Taehyung por otro lado, a pesar de tener ya varios años ahí, seguía siendo tan introvertido como siempre. Jamás tuvo muchos amigos, y quienes lo hacian, eventualmente terminaban por aburrirse del semblante frío y serio del chico ocasionando que se alejaran.

El castaño se preguntaba cómo era que la pequeña escoria se las ingeniaba para agradar a todos y tenerlos alrededor de su dedo meñique solo con aletear sus espesas pestañas para ellos.

Esos idiotas no merecían estar en presencia de un personaje como lo era Jeon Jungkook, ciertamente Taehyung tampoco creía que él lo hiciera, pero el hecho de conocerlo algunos años atras le daba a su pecho ese pequeño sentimiento de derecho de antiguedad.

-¿otra vez te vas a quedar ahí? solo mirando al idiota ese, toda la noche.

-buenas noches para ti también Hyuna.-respondió sin despegar la mirada del chico que ahora bebia de una botella.

-Taeyung-ssi deberias dejar de mirarlo todo el tiempo, eres muy apuesto, cualquiera querria salir contigo.

Taehyung sabía que la chica tenía buenas intenciones, Hyuna era lo más cercano a agradable que conocia. No eran amigos, pero ella habia estado en cada fiesta a la que el asistió para poder observar a Jungkook.

-ninguno me interesa.-le dijo con la esperanza que dejara aquello.

-¿por qué?-preguntó  la chica algo confundida.

-Porque no son él.

¿Qué podía tener Jungkook que los otros no tuvieran?

Todo, el chico era intachable, perfecto, era hermoso.

Con un cuerpo atlético, y un rostro que derrochaba inocencia y sensualidad al mismo tiempo, siempre había sido considerado la cúspide de la imaginación.

Taehyung sabía eso, así como estaba al tanto que formaba parte de clubs de fotografía y pintura. Sabia su cumpleaños, sabía quiénes eran sus amigos y con quien había salido. Conocía como la palma de su mano todo lo que el rubio había hecho durante los últimos años de su vida.

Cada premio, reconocimiento, medalla, él había estado presente.

Sabía que su obsesión podia rozar lo espeluznante, pero el motivo era mucho más simple.

Por más óptimo que Jungkook le pareciera y a pesar que estaba un poco obsesionado con él, el mayor sentimiento dentro del pecho de Taehyung no era admiración o algo parecido. El mayor sentimiento era el desprecio.

Taehyung lo menospreciaba, quería verlo sufrir, verlo llorar, que le rogara por piedad. Y daría lo que fuera por ser él, el verdugo del sufrimiento de Jungkook.

No siempre se sintió asi respecto al chico, Taehyung tenia 17 años cuando conoció a Jungkook, el tipo era nuevo en el pueblo y recién había ingresado en el mismo salón que su mejor amiga de esa entonces, Kim Mina.

Aún recordaba el caluroso día de verano en que Mina le habló por primera vez de él. Su amiga se enamoró del chico apenas lo había visto. Y no la culpaba. ¿Quién se resistiría a tal par de ojos y labios perfectos? 

Jungkook lucía inocente y puro, no importaba que no lo fuera, Taehyung sabía que se había acostado con tantas chicas que le era difícil saber con exactitud el número. Sabía que Jungkook era heterosexual hasta la médula y si ponía el ojo en una chica, con solo tronar los dedos ellas caerían ante él. 

Mina no fue la excepción.

Taehyung había conocido a Mina desde sus primeros años de vida, había estado en todos los momentos especiales de su vida.

Ella había sido su todo y él había sido el de ella.

No fue hasta la escuela secundaria que Jeon Jungkook le arrebató lo que más quería.

Como era de esperarse, cuando un chico y una chica pasan tanto tiempo juntos eventualmente uno de ellos se terminaria enamorando. Para des fortuna de Taehyung, él había sido el tonto chico enamorado de quien era su mejor amiga.

Alguien que no podía tener.

Y el simple hecho de escucharla hablar de su admiración por Jungkook le hacia doler el alma. 

Pero aquello no fue todo, pues Taehyung había aprendido a guardar y suprimir sus sentimientos perfectamente. Sonreírle cada día a su mejor amiga mientras esta le hablaba del tonto chico de su clase le costó un corazón roto, pero siempre habia podido soportar eso con tal de no perder a la chica.

Después de un tiempo, y sin saber cómo, Mina se las arregló para conseguir que Jungkook se fijara en ella, salieron por un tiempo en el cual ella se ilusionó y fue dejando de lado a Taehyung.

En esa entonces despreciaba a Jungkook por robarle a su mejor amiga y la chica de quien estaba enamorado, pero todo se termino de pudrir el día en que Mina le entrego su virginidad al idiota de Jeon

Como era de esperarse de un chico caliente de secundaria, Jungkook se aburrió y la dejó.

Sola y rota.

La pobre chica no aguanto aquello, y por más que Taehyung estuvo ahí para ella, el peso de un corazón roto pudo más que el amor que Taehyung pudo darle. Pues unos meses despues, Mina no lo soporto mas y decidió suicidarse.

Los padres de la chica eran muy conservadores, siempre procurando guardar las apariencias, por eso, cuando su hija decidio terminar con su vida, no solo enterraron su cuerpo, enterraron la verdad. Nadie tenía porque enterarse que la desgracia de la familia tenía nombre y apellido. Todos lo olvidarían con el tiempo.

Pero Taehyung no lo olvidó, jamás lo hizo, siempre estuvo al tanto de los movimientos que el chico hizo los siguientes años a la tragedia.

Para su sorpresa y molestia, Jungkook ni siquiera se inmutó, siguió con su vida como normalmente lo hacía. Como si la vida de su mejor amiga no hubiera importado, como si no hubiera significado nada.

Aquello había sido la razón de su furia, pero con el transcurrir de los años, y con el pasar de simplemente odiarlo a verlo todo y todos los días, aquello ocasiono que esa horrible y enfermiza obsesión se fuera transformando en un fuerte anhelo y deseo de poseerlo en todas las formas posibles.

Sin embargo, aún lo odiaba, y se odiaba por anhelar a alguien tan horrible como él.

Pero a pesar de que queria follarlo, hacerlo venirse y gritar su nombre, aún quería vengarse.

Y lo haría.

Prometió que haría a Jungkook pagar y arrepentirse por lo que había hecho.

Prometió que el chico lloraría y le pediría perdón por el simple hecho de seguir respirando.

Así fuera lo último que hiciera.

-¿Taehyung?-la aguda voz le saco de sus pensamientos

-¿si?

-decía que tu chico se fue.-dijo haciendo una mueca.

Taehyung enfoco sus ojos en el mismo lugar donde había visto a Jungkook por última vez y no pudo encontrarlo.

Alarmas sonaron en su cabeza. Él nunca lo perdía de vista.

-¿a dónde?-preguntó esperanzado de que Hyuna supiera darle una respuesta.

-no lo sé.-se encogió de hombros.- solo desapareció, probablemente está en una de las habitaciones de arriba con alguien.-señalo.

-iré a buscarlo.-dijo sin dudar.

-humm.-le interrumpió.-no creo que quiera ser molestado. Taehyung, creo que esta con una chica.

-el chico estaba ebrio, dudo que siquiera se le pueda parar.-respondió seriamente.

-bien.-Hyuna rodo los ojos.- haz lo que quieras, como sea.

Taehyung ignoró a la chica y se abrió paso entre la gente que se amontonaba en aquella vieja casa la cual se encontraba a unas calles de la universidad.

Cuando pudo llegar a las escaleras y subir al segundo piso. No fue difícil dar con la habitación en la que Jungkook había desaparecido puesto que era la única bloqueada.

Golpeó fuertemente y esperó unos segundos. Cuando nadie le abrió no se detuvo de repetir la acción. Esta vez mucho más insistente.

-¡largo!-gritó una voz perteneciente a una mujer.

-Abre la puerta.-dijo mientras volvía a golpear violentamente.

Los minutos pasaron y nadie abrió.

Taehyung resopló algo molesto.

No era que le preocupara lo que estuviera pasando del otro lado, pero era consciente de que Jungkook había bebido mucho más de lo que alguna vez habia presenciado. Y él no iba a permitir que al chico le pasara algo si no era él quien lo provocaba.

Todo en Jungkook le pertenecía, en especial su dolor.

Golpeó la puerta con todas sus fuerzas y esta vez fue abierta revelando a una chica bajita que lo miraba con altanería y una fina ceja levantada.

-¿necesitas algo, maldito bruto?-preguntó de forma molesta.

-¿dónde está Jungkook?

-¿quién?-le miro como si no supiera de quien hablaba.

Era Jeon Jungkook, dudaba que no supiera su nombre.

-el chico rubio y alcoholizado que arrastraste contigo, creyendo que nadie se daría cuenta.

La chica desvío la mirada y pensó en su respuesta.

-él...él está ocupado.- lo recorrió con la mirada dándole una expresión arrogante.- ¿quien eres tú?

-soy su hermano.-mintió ya cansado de la actitud molesta de la chica.-vengo por él.

-oh, lo siento, tendrás que volver después.-amago cerrar la puerta, dándole una sonrisa poco amistosa.-él está durmiendo. Adiós.

Taehyung atravesó su mano entre la puerta y el marco. Y aprovechando que era mucho más grande que la chica, irrumpió en la habitación a la fuerza.

-largo.-dijo tomándola del brazo y arrastrándola hacia fuera bruscamente.

-¡oye!-gritó la chica.

-piérdete.-le ordenó mientras no le daba oportunidad de ingresar y cerraba la puerta en su cara.

Taehyung espero unos segundos hasta que escuchó a la chica murmurar "idiota" y después pudo percibir un par de pasos alejándose.

Volviendo su atención al chico que dormía placidamente en la cama y negó lentamente como si no pudiera creerlo.

Se veía magnifico, incluso estando ebrio y con la ropa desacomodada debido a lo que sea que esa chica le estuviera haciendo antes de que Taehyung llegara.

Se acercó hasta la cama y su mano pico por sentir aquella tersa y nivea piel.

Y no se privó de ello.

Con el dorso de su mano se permitió sentir el calor que emanaba su dulce mejilla. Tomó un mechón de su largo y dorado cabello para quitarlo de su rostro, revelando sus cejas.

Observó detenidamente su preciosa piel, su lunar bajo el regordete y rosado labio inferior, todo en el parecía hecho y creado para conformar un todo.

El todo que era Jeon Jungkook, el cual susurraba nada más que perfección.

Estaba apunto de apretar su agarre en la mandíbula del chico cuando una mano lo detuvo abruptamente.

Los ojos de Jungkook se abrieron y le observaron desenfocados, como si tratara de reconocerle.

-oh.-resopló.-eres tú.-dijo mientras le sonreía descaradamente.

Taehyung se congeló en su lugar no sabiendo como reaccionar ante eso. No se suponía que Jungkook supiera quien era él. Por la cantidad de alcohol que le había visto consumir, había esperado que no despertara hasta el día siguiente.

Jungkook soltó una risita debido al semblante sin expresión del mayor.

-¿no vas a decir nada?-preguntó poniéndose de pie.- En serio, ¿solo te vas a quedar ahí?

Taehyung continuó en silencio mientras lo veía comenzar a caminar por la habitación, arreglando su ropa.

-¿cómo estas siquiera sobrio?-Se las arregló para preguntar.

Jungkook le miro impasiblemente y después un puchero apareció en sus labios.

-y yo que creí que eras bueno en lo que hacías.-le miro con inocencia.-la mitad de lo que bebí era agua con gas. Me extraña que no te hayas dado cuenta.

Taehyung no sabía que decir, rara vez se perdía detalles como aquellos, Jungkook siempre había sido el objetivo de sus ojos. No podía creer que se hubiera perdido de eso.

-no nos hagamos los idiotas.-dijo Jungkook mientras miraba sus uñas y se acercaba un poco al castaño.-se quién eres. Se lo que haces.

-¿cómo?

-no soy imbécil.-dio otro paso.- claro que se cuando alguien me esta siguiendo.

-¿desde cuándo?-pregunto ahora curioso.

-básicamente los últimos años.-admitió el rubio terminando con la distancia que había entre ellos. Taehyung no se movió, negándose a mostrarse intimidado por un idiota, se quedó en su lugar mostrando la misma expresión amenazante y seria.

-¿y porque nunca dijiste nada? jamás me enfrentaste.

-al inicio quería hacerlo.-afirmó mientras comenzaba a paseaba su dedo índice por el brazo de la chaqueta de Taehyung.-era molesto como la mierda al inicio. Pero después, como que me fui acostumbrando, era interesante de ver.- le miro a través de esas espesas pestañas negras y sonrió ladinamente recordando todas las veces que trato de escapar de su acosador sin tener éxito alguno.

-¿te divierte?

-algo así.-se mordió el labio mientras pasaba su dedo a través del pecho de Taehyung y comenzaba a rodearlo a pasos lentos y seductores.- no podía entender porque tanto interés en mí, solo era un tonto chico de secundaria.-se detuvo mientras observaba los anchos hombros y la gran espalda que el castaño poseía antes de continuar su camino.-pero después llegue a la conclusión de que tal vez estabas...enamorado de mí.

-lo que siento por ti no tiene nada que ver con amor.-declaró Taehyung tomando su dedo, ya cansado de aquello.-eso te lo aseguro.

-aun así te gusto.-aseguro Jungkook poniéndose frente a él, tan cerca que podía sentir su aliento de fresa y alcohol.

-yo no diría gustar presisamente.

-bueno.-miro hacia abajo, entre sus cuerpos los cuales estaban extremadamente cerca.- tu cuerpo dice lo contrario.

Taehyung sabía de lo que hablaba, aquel pequeño acto de coqueteo de parte de Jungkook y su travieso dedo había sido suficiente para ponerlo duro y ajustado en sus pantalones. Pero no se doblegaría ante el imbécil.

-quiero follarte. Eso es todo. 

Jungkook le dio una pequeña sonrisa de suficiencia mientras se inclinaba y terminaba de pegarse a su caliente cuerpo. Su pierna envolviéndose en la cadera del castaño.

-hazlo.-susurró pasando su lengua desvergonzadamente por los labios del contrario.

Taehyung creía que conocía a Jungkook, realmente lo hacía. Pero aquello era la prueba de que nunca había tenido ninguna maldita idea de en lo qué se estaba metiendo.

Dejándose atrapar por las redes del chico, Taehyung cedió ante su petición.

El beso fue duro.

Agresivo y violento son los dos adjetivos más cercanos a la forma en que lo besó. Sus labios se sentian suaves y delicados, pero lo que estaba haciendo con ellos no era nada de eso.

Su lengua invadió la boca del rubio y sus manos llegaron hasta los rubios y sedosos cabellos del chico, el cual aprovechó para tener mayor control sobre él.

Quería someterlo, hacerlo lloriquear, rogar por más.

Jungkook jadeó y soltó pequeños ruiditos de placer al sentir cuanto de él tomaba el castaño, en ese beso.

Había sabido de su acosador por meses, siempre lo supo. Al inicio pensó en denunciarlo, pero Jungkook no era tan perfecto como creía, pues llegó a disfrutar del sentimiento de ser deseado por un completo desconocido.

Había algo verdaderamente caliente en follarte a alguien de quien no sabías ni siquiera el nombre. Por eso es que por más que proclamara ser heterosexual, no pudo evitar sentir cierta atracción por el bello extraño frente a él.

Taehyung no perdió la oportunidad, sus labios castigaban y arrastraban a Jungkook al más finito de los placeres. Su lengua, sus labios, el sabor a fresas y alcohol, todo lo estaba volviendo loco.

Una idea cruzó por la mente de Taehyung y cuando Jungkook sintió que su cabello era tirado hacia atrás jadeo por la sorpresa y la falta de aire.

-de rodillas.-ordenó Taehyung.

Jungkook lo miró con sus labios rojos e hinchados, sus ojos brillando en deseo y sonrió lascivamente antes de arrodillarse frente a él. Sabiendo lo que se aproximaba y no deseando nada más que aquello.

Los segundos fueron pocos comparado con lo que tardo Jungkook en desabrochar el cinturón y bajar los pantalones frente a su rostro.

El chico de rodillas le dio una mirada descarada y después se froto contra la dolorosa erección del castaño la cual se encontraba aún en envuelta en su ropa interior.

-deja de jugar y abre tu bonita boca para mi.-demandó

Taehyung sacó su erección y sin darle tiempo de pensar la llevó directo a la húmeda boca de Jungkook.

Un gemido bajo y profundo se escapó de la garganta el chico, pero no se resistió. Succionó un par de veces antes de sacarla y lamerla como si de una paleta se tratara. Pasó su lengua por la punta antes de volver a llevarla dentro. Tan profundo como le era posible.

La vista de Taehyung era exquisita y seria la envidia de cada persona que conociera por el resto de su vida. Taehyung había imaginado aquel día tantas veces antes, pero jamas se compararia a lo que sentía ahora con los regordetes labios de Jungkook envueltos en él.

El chico se miraba magnifico desde el punto de vista de Taehyung.

No existía nada en el mundo que se pudiera ver tan malditamente lascivo y seguir teniendo esa brillante e inocente mirada en sus ojos.

Era un ángel y una puta al mismo tiempo.

Hasta para chupar la polla, Jeon Jungkook seguía siendo perfecto.

Taehyung tomó con ambas manos la cabellera rubia frente a él para poder embestir con mucha más fuerza y se deleito cuando el menor se mostro lo suficientemente sumiso para dejar que hiciera de él lo que quisiera.

Las embestidas rápidas y cegadoras hacían a Jungkook sentir que le estaban jodiendo los sesos.

Taehyung gimió ahogadamente y estaba a punto de correrse en su dulce boquita cuando Jungkook se alejó y giro el rostro pues sus pulmones le rogaban por oxígeno.

Su garganta dolia y podía sentir su corazón cada vez más acelerado.

-¿qué mierda?-preguntó Taehyung molesto.

-dijiste que querías follarme.-le retó con la mirada desde el piso.- ¿no?

Taehyung lo observó con esa intensa mirada antes de indicarle con un dedo que se levantara.

Ni siquiera le dio tiempo de volver a abrir la boca pues lo llevó hasta la orilla de la cama y lo empujó bruscamente mientras se quitaba la chaqueta y bajaba sus pantalones solo lo necesario.

Una follada rápida y sucia es todo lo que este chico obtendría, y no necesitaba despojarse de toda su ropa para ello.

-en cuatro-su voz grave y baja ordenó.

Jungkook obedeció, como el buen chico que era haría todo lo que le pidiera.

El pequeño rubio se deshizo de sus ajustados pantalones y el resto de su ropa en un segundo y después se colocó en sus rodillas y brazos en la amplia cama.

Su culo al aire y expuesto, todo vulnerable y dispuesto para Taehyung, solo para Taehyung. Quien decidió no perder el tiempo y se acercó sigilosamente hasta acomodarse tras el chico.

Jungkook se sorprendio cuando su cabello fue tirado agresivamente hacia atrás, ocasionando que levantara el rostro.

-abre la boca.-susurro una voz grave y pesada en su oído, mientras una boca se encargaba de lamer y mordisquear el lóbulo de su oreja.

Cuando unos dedos se adentraron en su boca y tocaron parte de su garganta para conseguir la espesa saliva, supo que era el fin para él.

Y cuando finalmente sintió que un dedo hizo su camino en su interior, supo que no quería irse de ahí hasta terminar.

Taehyung movió sus dedos hábilmente para preparar a Jungkook. Un pequeño vaivén para abrirlo lo suficiente.

Probablemente hubiera solo tomado al chico si no fuera porque el rubio había sido bastante receptivo con él y decidió que no quería asustarle.

Observó cómo sus dedos desaparecerían dentro del chico y no pudo evitar sonreír al escucharle sollozar de dolor o placer. No estaba muy seguro.

Pero tampoco era que le importara.

No era una mentira que a Kim Taehyung le gustaba duro, le gustaba que doliera.

Más si se trataba de Jeon Jungkook, la persona que más odiaba.

Pero eso era algo de lo que podría encargarse después.

Taehyung sacó sus dedos cuando sintió que estaba listo, y el pequeño gemido que salió de Jungkook le encendió como no debería haberlo hecho.

Se supone que despreciaba al imbécil que se retorcía debajo de el pero no podía negar que la melodía en forma de gemidos que salía de la boca del menor le hacía a su interior cosas verdaderamente terribles. Lo estaba volviendo loco.

No teniendo mucha suerte en aclarar su cabeza, Taehyung tomó su dolorosa erección y la acercó hasta que esta estuvo en contacto con la entrada de Jungkook.

Un sonido ahogado se hizo presente desde el fondo de su garganta. El culo del chico debería ser ilegal fue lo único en lo que podía pensar. Pero cuando la humedad y suavidad le dieron la bienvenida, no pudo evitar agradecer a quien sea que fuera que existiera, por haber creado tan maravillosa y placentera sensación.

Malditamente bueno.

Jungkook siseó de dolor cuando lo sintió entrar, dolía como el infierno tenerlo entre sus estrechas paredes y por un segundo creyó que no lo resistiría. Pero después de que Taehyung terminara de invadirlo por completo, el jadeo que escapó de su boca le dio una nueva perspectiva del dolor.

Taehyung le dio unos segundos y después se movió agresivamente, negándose a ser gentil con él.

No con él.

No con el maldito que lastimó a la mujer que amaba.

El castaño no tuvo piedad, no le dio mucho tiempo de que se adaptara a su tamaño, y a pesar que Jungkook dejo salir algunas lágrimas y apretó los puños en las arrugadas sabanas, no le pidió que parara. Recibió cada uno de los bruscos movimientos de cadera de Taehyung. Cada uno mucho más profundo que el anterior.

El chico era valiente. Taehyung le concedió eso, pues a pesar del dolor que Taehyung sabía que debería estar sintiendo, sus pequeños gemidos jamás se detuvieron, estaba maravillado con los sonidos y chillidos que dejaba escapar mientras mantenía su rosto enterrado en las blancas almohadas.

Jungkook no podía creer lo bien que aquello se sentía. La sensación, el dolor y el pequeño ardor que le hicieron llorar hacia unos segundos comenzaron a pasar de lado para ser remplazados por crudo y abundante placer.

El castaño afianzó su agarre en las caderas de Jungkook asegurándose de marcarle como suyo antes de comenzar un vaivén mucho más satisfactorio y agresivo. Una fuerza animal impulsada por los años de odio y rabia que llevaba dentro.

Había esperado tanto aquel día pero nada se había sentido tan bueno como lo hacía Jungkook alrededor de su pene.

Su respiración irregular, su corazón que golpeaba en su pecho, el sudor que comenzó a formarse entre ambos cuerpos. Podía percibir todo como si de una droga se tratase y también estaba seguro de cuanto estaba disfrutándolo la pequeña mierda que movía sus caderas hacia el para encontrar sus propias embestidas. Como si buscara tenerlo más dentro de él. Más profundo.

-¡ah, ah...! N-no pares.

-¿bueno?-pregunto sin detener sus brutales embestidas.

-mh...tan bueno...

-no puedo creer que puedas ponerme tan duro.-embistió.-y seguir odiándote al mismo tiempo.

Jungkook sonrió socarronamente mientras sentía al mayor inclinarse lo suficiente como para apoyar su pecho contra la espalda del rubio y su mano no tardó en encontrar su camino hasta su cuello.

Con una mano en la cadera, y otra ajustándose a cada segundo en el delicado cuello continúo follándolo brutal y castigadoramente.

No pensaba parar, no ahora que lo tenía así, el perfecto Jeon Jungkook estaba gimiendo desvergonzadamente bajo su duro cuerpo, rogando por más, pidiendo por lo que Taehyung tenía para darle. Aquello no debió enloquecerle tanto como lo hizo.

Pero lo hacía y sabía que no había vuelta atrás.

Jungkook por su parte, no pensaba tan detalladamente en lo que estaba pasando, lo único que sabía era que el dolor había quedado totalmente atrás, lo único que buscaba con desesperación era la liberación.

Su cuerpo destrozado disfrutando de cada embestida, de cada palabra susurrada, jamás creyó que llegaría a lloriquear como lo hizo por el pene de un hombre. Pero solo Dios y él sabían lo deliciosamente bien que la estaba pasando.

Taehyung deslizó su mano por el pecho del chico, gozando de hacerlo gimotear mientras atrapaba uno de sus delicados y sensibles pezones entre sus hábiles dedos. Jugueteó un poco con ellos pero no por tan prolongado tiempo, pues sabía que el chico estaba a punto de romperse así que no se detuvo y continuó arrastrando su mano delicadamente hacia abajo, pasando por su abdominales, su vientre y disfrutando de la sensación de la piel sudada, su pecho que subía y bajaba rápidamente. Ignoró todo aquello pues su objetivo era el pene del muchacho, y cuando su mano lo envolvió, no hizo falta más que frotar un par de veces para que el chico terminara por correrse en su mano.

Unas estocadas después, Taehyung también lo hizo.

Y maldito sea el día en que pensó que joder a Jungkook sería la mejor idea, porque como era de esperarse, estar con alguien como Jungkook debería ser comparado a consumir heroína por primera vez.

Pues ambos te atraparán, ambos te harán perder la cabeza,  te elevarán lo más cercanamente posible al cielo, y después, no podrás parar. El deseo crecerá, el hambre y la desesperación de tenerlo en tus manos jamás serán saciadas. Y nunca podrás detenerte, nada lo podrá quitar, pues Jungkook es algo que no te dejará, hasta que eventualmente, no lo soportaras y morirás.

Tal vez por eso Mina había hecho lo que había hecho, Taehyung lo entendía ahora, pues no sabía cómo sería capaz de respirar y no tener a Jungkook para él.

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Holaaaa
Si llegaron hasta aqui:) les doy todo mi amor💕 espero les haya gustado mi primer oneshot🥳 prometo seguir haciendo más contenido de este tipo. Todo lo encontraran en mi perfil💜

Besos

-MiMi

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