35. Sobreprotector
Frente a él tenía una casa modelo, quizás demasiado perfecta y estilizada como para ser real. Y eso lo sabía a la perfección.
—Ollie, tío, piensa.
David sudaba frío, tenía un pálido color tiza en el rostro y aferraba su mano al volante del auto. Incluso Peggy quién siempre apoyaba a Oliver ya le había pedido que recapacitara, habían otras alternativas.
—Quita el seguro de la puerta, Dave—le regaló una mirada aburrida que fastidió a su amigo—, anda, yo puedo.
Dave y Peggy se dieron una mirada preocupada, pero tras unos minutos de discusión interna el auto hizo un ligero sonido al levantar los seguros.
Oliver bajó del auto con una actitud firme, de mirada serena pero decidida. Aún llevaba el traje que Grayson le había proporcionado para ir al juicio esa mañana, apenas había salido de la cafetería solo dio la dirección de los Crisol y que lo llevasen hasta allí.
Sus amigos se pegaron a las ventanas del auto como unas ranas mirando con preocupación como su amigo iba directo a lo que podía ser su muerte definitiva. Oliver hizo el camino hasta la entrada, y cuando estuvo frente a la puerta listo para aporrearla... Fue jalado por un brazo lejos de la entrada.
—¿Qué-
Abrió muchísimo los ojos y observó a la persona que sostenía su brazo. Era un hombre, de traje, fornido y con rostro aburrido.
El hombre se llevó un dedo a la boca para pedirle silencio—.La señora está en la sala con un señor, y debo ir por el señor Crisol. Vaya por la puerta del jardín, cruce a la derecha y suba en cuclillas las escaleras.
Oliver ató cabos tan rápido como pudo, y sonrió agradecido—.Bien.
—Tiene una hora.
El hombre le hizo señas para indicarle por donde podía ir, Oliver le estrechó la mano y con cuidado se escurrió hacia el jardín.
Ni siquiera se preguntó como el chófer pudo haber sabido de él, o por qué lo ayudó. Y es que el hombre había estado limpiando el auto cuando lo vio bajar, recordó a aquel muchacho semidesnudo en la cornisa del estudio al que había asistido la señorita Lily, se apiadó de él y de la triste joven de la casa; así que lo decidió ayudar.
Oliver abrió la puerta del jardín con lentitud, no había nadie cerca así que entró totalmente confiado, al pasar por el hall escuchó las voces de dos personas en la sala y al cruzar a la derecha hacia las escaleras se acuclilló para subir casi gateando.
Recordaba cuál era la habitación de Lily, así que no tardó nada en ir hacia ella pero al tratarla de abrir se encontró con el detalle de que estaba cerrada con seguro.
Tocó dos veces, necesitaba que Lily abriese. Rápido.
—¡Ya vete, déjame en paz!—respondió una voz ahogada desde el interior de la habitación.
—¡Shhh!—dio un vistazo fugaz al pasillo, no podía ser que Lily empezase a gritar—.Lily, soy Oliver.
Por supuesto que ella escuchó bien eso. Estaba acostada en su cama de medio lado mirando la puerta, no había ningún sonido en su habitación que solapase la voz de él. Saltó de inmediato, y abrió.
Sí era Oliver.
Y estaba tan guapo...
¡Estaba en su casa!
¡¿Qué hacía allí?!
Él se escurrió dentro de la habitación aprovechando que ella navegaba en el asombro de verlo allí. Cerró la puerta a sus espaldas, una bola de cabello castaño lo atropelló en un abrazo.
—¿Qué haces aquí? ¿Dónde estabas? ¡Dios, Oliver!—Lily hizo un esfuerzo por no llorar, se sintió a salvó allí entre los brazos de él.
Él sonrió, besó las mejillas de ella con adoración y como perro por su casa se sentó en la cama.
A Lily le hizo gracia ver como Oliver miraba toda la habitación, y sonrió cuando lo vio tomar una de sus almohadas, esponjarla, olerla y colocarla tras su espalda todo confiado.
—Estuve preso—se carcajeó al ver la cara aterrorizada de Lily—.Tranquila, fue por un buen motivo. ¿Cómo has estado? Sinceramente.
Lily soltó un suspiro—.Triste, asustada... No lo sé.
—Tengo una hora, tal vez—ladeó su rostro viendo como Lily parecía flotar a su alrededor, él palmeó a un lado en la cama—.Ven pequeña, quiero abrazarte.
Ella se acomodó a un lado de él, dejando que Oliver la abrazase mientras pasaba su mano por su cabello.
Todo saldría bien, solo necesitaba llamar a Alma, y Lily sería libre.
Lily le contó sobre el problema de ese día, abajo se encontraba su madre y su amante, quién también era el contador de la familia; aparentemente los números estaban disminuyendo drásticamente y por un "olvido" al pagar los impuestos... Barry Crisol sería investigado.
Lara nunca había querido a Barry, era obvio. Quizás en algún momento se deslumbró por aquel hombre pero después del nacimiento de Lily entendió mucho más que lo importante para ella y la "única" forma de preservar su calidad de vida era asegurar bien a su hija. Su hija era su seguro de vida. Barry le daba igual, y lo hundiría como fuese.
Oliver vio la hora en su teléfono, ya se tenía que ir. El tiempo se le había pasado volando simplemente escuchando a Lily.
Se levantó sosteniendo la mano de Lily—.Mañana nos vamos, recoge tus cosas y espera por nosotros.
Ella asintió, junto a Oliver sentía que el mundo era minúsculo comparado con ella; así que sin dudarlo y bajo la mirada divertida de él, lo acompañó escaleras abajo teniendo cuidado de que nadie los viese.
—¿A qué hora vendrás?—Lily dio un vistazo por sobre el hombro de Oliver, un auto aparecía lentamente por la calle.
En serio muy lento.
Él le sonrió—.Ah, yo nunca te diré a que hora llegaré.
Ella frunció el ceño lista para discutirle aquello pero el auto se detuvo, Oliver dio una rápida mirada y le robó un beso antes de trotar en un santiamén y casi lanzarse dentro del auto que no tardó nada en arrancar casi quemando llantas.
Sí, definitivamente David tenía los pelos de punta.
...
—¡DAAAAAAVEEE!
¡Pam!
—¡AY, NO ME PEGUES, NO ME PEGUES!
Úrsula y Conrad se dieron una mirada de reojo.
Ella sonrió—.Lo siento Peggy, no me imagino lo terrible que debe ser escuchar esas peleas.
Peggy se limitó a asentir con una sonrisa pequeña. No es como si ella se la pasase gritoneando y persiguiendo al par de chicos, nah. Puras falacias.
Se escucharon mas gritos y cosas caerse en la planta de arriba, así que Conrad se levantó para ver que estaba sucediendo. Cuando llegó al pasillo vio a David siendo arrastrado por el mismo, una escultura de Úrsula estaba en el suelo y David chillaba retorciéndose.
Conrad levantó una ceja—Pero, ¿qué les pasa a ustedes dos?
Detrás de él se asomaron los rostros de Úrsula y Peggy. No se pudieron aguantar la tentación del chisme.
Oliver soltó la pierna de David con mas fuerza de lo debido—.Dave, cuéntales.
—No, por favorcito—hizo rostro de perro lastimado.
Su amigo volteó los ojos—.Qué les digas, chillón.
David se sentó y por acto reflejo se cubrió el brazo donde Oliver le había atinado los golpes, se lo había lastimado con toda la intención de que el dolor en el músculo le fuese palpitante.
—Es que, estábamos haciendo equipaje y le pregunté a Oliver donde pues... dónde, dónde se había, ya saben... a Lily.
—¡DAVID!—se escuchó el gritó horrorizado a unísono de las mujeres presentes.
Conrad meneó la cabeza—.Dios mío, ¿acaso soy el único que no quiere saber de la vida sexual de su hijo?
Peggy tuvo que arrastrar junto con Conrad a Úrsula escaleras abajo, ya que había recordado ciertos hechos con los que no estaba de acuerdo y le había empezado a dar cantaleta a su hijo.
Oliver se agachó cerca de su amigo, dejando su rostro a unos centímetros del de este.
—Te detesto, ya le diste cuerda a la doña.
—¡MAMÁ ÚRSULA, SU HIJO ME ESTA AMENAZANDO!
Oliver estrechó sus ojos—.Llorica.
Terminaron de hacer sus maletas sin ningún otro incidente, Oliver era demasiado reservado y Lily demasiado deprimente, en la cabeza de David no entendía como aquella combinación había resultado. Pero lo había hecho.
Debido a que Oliver había vendido su camioneta hacía tiempo como parte de su plan para comprar la casa en la que vivirían Helen y su hijo, Conrad había dispuesto que lo mejor era darle su auto a su hijo; viajarían más cómodos.
—Recuerda no correrlo mucho—dejó las llaves en la mano de Oliver que asintió, por dentro estaba que saltaba como niño chiquito en Navidad.
—Esta bien.
—Cuídalo.
«Sí, sí, ya déjamelo» Un mini Oliver se retorcía por dentro de él.
Oliver asintió—Okay.
A su madre le hizo gracia el tira y afloja de las llaves del auto que tenían su hijo y su esposo, así que riendo le aseguró a Conrad que abriendo un par de cabezas podría comprar otro auto.
—Tú ve por Alma y Lily, Peg y yo te esperamos en casa de tu padre.
David asintió, de todas formas debía ir a dejar el auto de su padre en su casa.
Su primera parada fue en casa de la institutriz, Alma a petición de Oliver solo llevaba lo estrictamente necesario, los Zylka desviarían algunos de sus ingresos para la comodidad de ella.
—Lo que están haciendo es riesgoso, chicos—Alma miró de reojo como David cambiaba su ruta hacia la casa de los Crisol.
Él se rió—.Lo sé, pero Ollie es todo un idealista, cree que puede ayudar a todas las personas.
Alma levantó las cejas ligeramente sorprendida, esa era una curiosa descripción del muchacho.
—Y, tú no lo crees, ¿cierto?
David se sumergió en sus pensamientos durante unos largos minutos para luego limitarse a suspirar.
—Hay personas que por mucho que las arregles siempre van a funcionar... diferente.
Por lo que Oliver le había comentado a sus amigos, Lily era diferente en muchos aspectos. Por supuesto que no se oponía a la idea de rescatarla pero, ¿y si no tenía arreglo?
Si Alma creyó que David se quedaría en el auto mientras ella iba por Lily, estaba equivocada. Era de vital importancia para él tener a Lily a salvo, tenía que asegurarla apenas tuviese oportunidad.
—¿Acaso no es riesgoso que bajes?
David se acomodó sus gafas oscuras, y chistó—.Nah, no me conocen, y luzco demasiado mayor para andar con su hija. Soy su conductor.
A Alma le hizo gracia lo de "demasiado mayor", David lucía de unos veinticuatro años debido a la barba incipiente que se había estado dejando crecer y sus líneas de expresión. Su rostro era demasiado expresivo, vivía preocupado. Era diferente a Oliver, que sí lucía de veintiún años; y de Peggy que aparentaba unos diecinueve pero tenía veintiuno al igual que los dos chicos.
Una mujer abrió la puerta cuando Alma tocó, ambas se sonrieron—¡Olga, que gusto verte!
—Lo mismo digo, pasa, pasa los señores están en la sala esperándote.
David se escurrió tras ambas mujeres hacia el interior de la casa. Uh, hasta tenían señora de servicio, que estirados eran los Crisol.
Lo primero que sus ojos enfocaron tras sus gafas de sol fue a Lily entre sus padres, todos estaban de pie y lucían sonrisas más plásticas de lo que se veía en las calles.
—Alma, pero que gusto verte de nuevo—Barry, a pesar de sonreír falsamente, sí sonaba aliviado—, ¿y usted es...?
Tragó saliva, esos ojos lo escudriñaban sin disimulo.
David estiró su mano—.Conductor designado, puede llamarme Dave.
Un escalofrío recorrió su médula espinal cuando la mano de Barry tocó la suya. Era fría, muy fría, era inquietante.
—Bien—Barry asintió, e hizo un ademán hacia su hija—.Acompañe a mi hija por su equipaje, Dave.
—Sí señor.
Oh, pobre de Ollie. Con una familia política así viviría una pesadilla.
Lily se movía de forma mecánica allí, ella apenas susurró un "sígame" al pasar por un lado de él y se adelantó perdiéndose escaleras arriba.
Arriba Lily tiraba con fuerza de su equipaje, no era mucho pero su contextura mas delgada de lo normal hacía que fuese una tortura.
David se adelantó y lo levantó con una sola mano, Lily se asustó por aquella intromisión.
—¡David!—se llevó una mano al pecho, su corazón latía como loco—.No deberías estar aquí, lo que estas haciendo es un suicidio, ¿acaso estas loco?
Había tenido que trotar junto a él, ya que apenas David se había apoderado de sus cosas, había dado media vuelta y emprendido la huida.
Él meneó la cabeza—.Casi suenas preocupada.
—Lo estoy—susurró Lily con el entrecejo fruncido, sacudió la cabeza y lo siguió escaleras abajo—.Sé que no te agrado, reconozco esa mirada desaprobadora, ¿qué haces aquí?
Estaba mas que acostumbrada a esa mirada, todas las personas se la habían dado excepto quizás... Nicholas Hamilton no la había mirado así. Oliver tampoco, ni Peggy, tampoco la chica Marlie.
David se detuvo en la entrada de la casa, agachándose para dejar el equipaje y poder susurrar como Lily lo había estado haciendo.
—Oliver es mi hermanito, nada que lo pueda lastimar me va a agradar.
Lily levantó las cejas, herida—.Yo no voy a lastimarlo.
—Sí, claro. De eso no estamos seguros—ella bajó la mirada cohibida y David suspiró—, pero te protegeré y cuidaré con mi vida de ser necesario, seré tu amigo tanto como lo soy de Oliver.
Para sorpresa de Lily, Dave estiró su mano hacia ella y le acomodó algunos mechones de cabello que se le habían desarreglado.
Entraron justo a tiempo, sus padres y Alma se acercaban; David se sorprendió al ver lo rápido que Lily cambió. Mantenía su cabeza en alto, una mirada por encima del resto y una actitud plástica.
Lo hizo tan rápido que era algo normal para ella, tenía que fingir siempre.
—¿Estamos listos?—Alma le dio una mirada a su cómplice, que asintió—.Perfecto, vamos al auto, la señorita Crisol querrá despedirse a solas de sus padres.
«No, no quiero» Chilló para sus adentros Lily, pero le sonrió a Alma como si aquello fuese su sueño.
Apenas Alma, su equipaje y David estuvieron dentro del auto; Lily se giró hacia sus padres.
Que momento tan incómodo e innecesario.
—Cuídate—por primera vez Lily vio lo que parecía un sentimiento en su madre.
O quizás solo era un recordatorio.
Barry tomó aire y lo dejó salir lentamente—.Espero que estes satisfecha.
Ahora con Lily lejos, él tenía que tener mucho cuidado con que sus secretos no fuesen expuestos. Una parte de su fachada era alejada.
Ella asintió, dio media vuelta y salió de la casa con pies titubeantes. Quería correr, subirse a ese auto y que David arrancase para mas nunca volver. Lo deseaba. Ya no quería estar allí, odiaba como se sentía en esa casa, sola y aislada. Su cabeza le carcomía la existencia cada segundo.
Pero no.
Caminó lentamente, y antes de subir al auto, miró sobre su hombro hacia la que era su prisión. La puerta estaba cerrada, nadie la veía.
Sonrió.
Al parecer había un cambio de planes a última hora, por lo que pasaron dejando a Alma en la estación de trenes.
—¿Por qué Alma va en tren?—asaltó Lily a David cuando este subió al auto tras acompañar a Alma.
Él la miró de reojo—.Oliver quiere que viajemos solo nosotros en el auto. Quiere que veas el paisaje.
«El paisaje es él»
Un pensamiento intruso en su cabeza la hizo sonrojar, aunque... Sí, Oliver era un paisaje digno de ver.
N/A: ¡Hola! Como sabrán... bueno, todos sabemos que Oliver y Lily terminan juntos con la bebecita loca de Lisa (spoiler: o quizás no es Lisa) pero aja, me gusta que ya pueda encausar mis cositas de nuevo y ya ando en paz conmigo mismo entonces... Sí, ya me pueden meter presión, delen jajaajaja.
Otra cosa: Por alguna mágica razón alguien en tik tok subio pedacitos de la PDescontrol, y es genial, porque mas personas han llegado.
¿Pero saben que no es genial?las malas vibras que traen muchas personas, literalmente estan vibrando muy heavy. Y quería hablar esto con ustedes de alguna forma antes de que estalle, porque si estallo se van a poner las cosas algo... #RebeccaVibes y noup, no quiero llegar a ese nivel.
Literalmente estan como "no me gusta esto" "esto deberia ser asi o asi" y cosas asi, y es como: si no te gusta o no quieres leer, no lo hagas, pero ahórrate tus malos comentarios. Si no hay nada bueno que decir, entonces haz silencio y retírate.
¿Qué es lo que va a pasar? Porque mientras escribo esto acaba de llegar otro comentario con ese tipo de cosas y ya me la sudé, saben que son mias amigos y que son geniales y que si tienen dudas yo aparezco y explico y si hay problemas entre los lectores pues intercedo. Pero lo que va a suceder es que sacaré Perfecto Descontrol de Wattpad, aunque odie (porque odio ser complaciente) la situación, lo haré y haré modificaciones para que sus estándares de moral (que me parecen totalmente irónicos ya que me he tomado la libertad de ver algunos de los perfiles que tanto critican) se sientan completos.
Gracias, o se organizan o los organizo. Besos, Gen fuera.
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