29. Válvula de escape
El aeropuerto estaba lleno de ruido, gente por aquí y gente por allá.
Tener a Marlie por esas vacaciones había sido genial, resultó ser una persona muy compresiva que entendió al momento que ella no era buena socializando o teniendo amigos. Pero Marlie se regresaba a su país, y Lily quedaría sola de nuevo.
—Recuerda escribirme, ¡y no se te olvide llamarme!—sonrió la muchacha.
Lily asintió—.Lo haré, que te vaya bien.
Se dieron un abrazo y luego ella corrió hacia su vuelo que ya estaba listo para salir.
En el momento que Lily estuvo sola, como siempre; en su habitación, sintió una ola tumbarla. Esa ola se llamaba realidad. La realidad suya era que su padre tenía una hija bastarda a la que no le interesaba su existencia, tenía relaciones con chicos de la edad de ella, había tenido una relación con quién ella creía era su mejor amigo, y que parecía que para divertirse tenía que hacer infeliz a su familia; su madre tenía un amante, controlaba su vida y estaba a un paso de dejar en bancarrota a su padre. Esa era su realidad, solo era una marioneta que no tenía voz propia.
Se acostó en la cama a dormir durante un largo rato, esa era su escapatoria. Dormir. Quería dormir para toda la eternidad.
Pero sus planes fueron frustrados cuando tocaron la puerta de su habitación, Lily respiró hondo preparándose para que su madre entrase pero al ella no entrar no le quedó de otra que ir a abrir ella para ver quién tocaba.
No lo podía creer. Frente a ella estaba el mismísimo Nicholas Hamilton, tenía el aspecto de alguien que sale de algo turbio, no aliviado, si no desorientado.
Nick había estado en Italia, se había enterado por medio de Dylan, el novio de Rebecca y el mejor amigo de Jane; que Janeth iba a estar en un desfile en Milán, tomó un vuelo y la vio. La vio y le dolió el verla moverse tan natural, como si ella no estuviese rota así como lo había dejado a él.
Ahora estaba frente a Lily cediendo a la petición de Tessa de que tratase de volver a su vida normal, y de qué por supuesto intentase de conocer mejor a Lily quién había estado preocupada por él.
—Parece que el gato te comió la lengua, Lily.
Un choque eléctrico la pateó a ella al escucharlo, su voz seguía siendo grave, elegante y con un tono ácido; aunque parecía complacido por esa reacción.
—Hola Nicky—reaccionó ella, con la voz más aguda de lo normal.
Él sonrió—.Hay un brunch en el club, ¿vendrías conmigo?
En respuesta ella asintió sin dudarlo repetidas veces. Le pidió que la esperase unos minutos mientras se arreglaba y cuando él bajó las escaleras comenzó a correr de un lado a otro preparándose. Los brunch de ese grupo de arpías eran aburridos, Lily sabía que Nick asistiría solo para complacer a Tessa pero que eso no aseguraba que se quedaría en la mesa, lo más probable es que fuesen a dar vueltas por el lugar o a jugar un poco de tenis.
Bajó enfundada en un precioso pantalón durazno, una camisa de botones cuello bebé blanca y un lazo durazno sujeto en el cuello de la camisa a modo de corbata.
Nick la miró, pareció aprobar el conjunto y se ofreció a llevar también a Lara hasta el club.
Ambos lo habían previsto, el brunch era aburrido y el tema de conversación en la mesa también. Pero Lily le hizo algunas preguntas a Nick sobre su universidad y ambos se encerraron en una burbuja solo de ellos.
—Me gusta mi carrera, en serio.
Lily le sonrió—. Es que te debe gustar, Nicky, duh.
Él se rió, pero detuvo su risa cuando desde donde estaba sentado vio a Rebeca acercándose. Era justo la persona que tenía que buscar luego de esa fastidiosa comida, parecía que ella le había leído la mente porque estaba yendo hacia él.
Vestía el más puro estilo preppy que demostraba el círculo al que pertenecía, Nick también llevaba ese estilo y sonrió con arrogancia al verla.
—Buenos días.
Tessa perdió la risa, las mujeres en la mesa la miraron, Lily la miró y luego a Nick que sonreía con cierta arrogancia hacia ella.
—¿Cómo sabías que estaba acá?—fue lo único que él dijo.
Rebecca le regaló una sonrisa coqueta—.Como nosotros sabemos, Nicky.
Él se levantó y Lily de inmediato se alarmó.
—¿Nick? ¿Adónde...? ¿Adónde vas?
No podía ser cierto que ante la llegada de aquella rubia él desechase su compañía delante de todo el círculo de arpías.
Nick se rió con cierta malicia y miró a Becca—. Por si no viste, Rebecca acaba de llegar y ella no viene a mi solo porque sí.
Es decir, primero está Rebecca Belova que Lily Crisol. Lo había dejado bien en claro, se la había pasado bien con ella charlando y no era para nada una mala compañía pero... primero fue sábado, qué domingo.
Se giró para caminar con la rubia a un lugar más privado, Becca esbozó una sonrisa plástica hacia Lily y siguió a Nicholas.
Se perdieron de vista cerca de los árboles que estaban en las gradas de las canchas de tenis, él se apoyó en uno y ella se quedó cerca.
—Tessa—pidió auxilio Lily, ella le tenía que ayudar.
La mujer meneó la cabeza—. Cariño, si te quedas sentada pierdes, ve.
Miró a su madre en busca de alguna respuesta en apoyo pero Lara se limitó a decirle un 'elige bien', a sabiendas que en un chasquido todo por lo que habían trabajado ella y Tessa podría desaparecer.
Lily se encaminó en dirección a donde había visto que el par se había ido y se quedó lejos, detrás de un árbol donde no la podrían ver.
Por segunda vez en el día esa ola la golpeó. En un frondoso árbol un poco alejado estaban Nick y Becca, solo que Nicholas tenía atrapada contra el árbol a Rebecca y hablaban con los rostros tan cerca que un empujoncito solo haría que se fundieran en un beso.
Hizo amago de ir en esa dirección pero una voz masculina la detuvo.
—Yo me quedaría quieta, si fuese tú.
Pegó un respingo cuando vio a su lado un chico, no se dio cuenta cuando llegó y tampoco lo escuchó acercarse. Era tan alto como Oliver, de cabello negro profundo, rasgos cincelados en el rostro y unos misteriosos ojos oscuros que parecían brillar con cierta malicia que le hacía juego con la sonrisa torcida que tenía, era muy guapo. Demasiado, y de una forma electrizante.
—¿Disculpa?—dio un paso lejos.
El chico sonrió más, y le hizo una cómica reverencia burlona.
—Soy Dylan Sanders, y tú debes ser Lily.
Las cejas de ella se dispararon hacia arriba, no era ya desconocido el muchacho frente a ella. Ya ese nombre resonaba en muchas de las esferas de la sociedad. Era el novio de Rebecca Belova, hermano mayor de la novia-no novia de Gael Chesterfield, mejor amigo de Janeth Cox y la pesadilla personal de Nicholas Hamilton.
Lily se relajó, y señaló con su mano hacia donde estaban Rebecca y Nick.
—Eres su novio, ¿no?—él asintió dándole una mirada al par—, ¿no piensas hacer nada? ¡Míralos!
Ella no entendía, mientras ella se retorcía de los celos, Dylan observaba entretenido al par. Nick discutía con Becca y ella parecía divertida con la reacción de él pero aún así seguían muy cerca. Lily incluso creyó ver que cuando hablaban sus labios se rozaban.
—¿Qué pasa con eso?—Dylan se metió una goma de mascar a la boca—, pasó el fin de semana con él, ¿y?
Una mentirilla blanca no haría daño. ¿Por qué? Sencillo: Tessa había manipulado a Jane para alejarse de Nick y estaba metiéndole por los ojos a Lily.
Lily boqueó en shock por lo que le había dicho Dylan, quién tenía demasiada seguridad en su amada novia como para saber que no pasaba nada de qué preocuparse.
—¿Quieres una goma de mascar?—le ofreció una sabor a fresas.
Ella seguía en shock y él se rió, que cómica era la chica.
Vio que tanto Becca como Nick caminaban hacia un estanque cercano a los campos de golf, se alejaban más.
—Me tengo que ir—se disculpó Dylan, lanzando una mirada hacia el par que se alejaba. Lily dio un respingo cuando Dylan se le acercó, agachando el rostro hacia el oído de ella—, y creo que alguien te busca.
Se alejó silbando una cancioncita pues iba a tomarse su tiempo antes de separar a aquellos dos que posiblemente se matarían como perros rabiosos uno contra el otro.
Lily oteó de lado a lado, hasta que vio a quién se refería Dylan. Oliver y una chica estaban no muy lejos, estaban disimulando estirar los músculos para jugar tenis pero la mirada de Oliver estaba fija en Lily, y Dylan siempre observador lo había visto hacer un amago de movimiento en dirección a Lily cuando él se le acercó.
Pobre Oliver, si creía que nada se le escapaba se había encontrado con su igual, Dylan. Aunque el pelinegro era más... peligroso, comburente, volátil.
Se miraron unos segundos, hasta que la chica junto a Oliver tiró de él en dirección hacia donde estaba Lily. Peggy dejó que él terminase de hacer su camino hacia ella y como una espía comenzó a asegurarse de que nadie los viese, de que no hubiese peligro alguno.
Había pasado un año y un mes desde que ellos se despidieron en Londres, cuando Oliver se enteró que aparentemente sería padre.
—¿Qué haces aquí?—los nervios comenzaron a bañarla.
Él rompió sin previo aviso la distancia que los separaba tomándola por sorpresa al besarla. Un beso qué sabía a 'te extrañé'.
—¿La respuesta era sí?
—Siempre lo fue.
Se dieron un corto beso lleno de adrenalina, pero Peggy les hizo seña de que alguien se acercaba y Oliver tuvo que esconderse subiéndose al árbol tan rápido que pareció algo común para él.
Quienes se acercaban eran Rebecca y Dylan, no caminaban a la par, Dylan iba detrás de Becca a mano izquierda y ella le lanzaba miraditas dulces por encima de su hombro pero cuando vio a Lily su lado venenoso se activó y se acercó a ella.
—Será mejor que tengas cuidado y no te metas—amenazó al ver el peligro número uno.
Dylan le dio una mirada de reproche a su novia—. Preciosa, no.
Ella le bateó las pestañas esperando no recibir un sermón por ser una bruja contra Lily, ambos se marcharon y Dylan caminó junto a Becca, la sostuvo por la cintura y le susurró algo al oído antes de estamparle un beso en la frente.
Oliver fue a bajar del árbol pero Peggy le hizo señas de que no lo hiciera pues alguien más se acercaba.
Nick, Nick se acercó con una mirada de vencido y no había rastros del arrogante en él.
—¿Volvemos a la mesa?—le ofreció su mano.
Lily meneó la cabeza—.Creo que regresaré a casa, Nicky.
Desde su escondite Oliver afinó mejor su oído y trató de ver mejor al tan afamado Nick.
—Entonces te llevo a tu casa—él metió sus manos en el bolsillo de su pantalón—, cita mañana a las nueve conmigo, ¿te molestaría?
Ella tragó saliva, no respondió pero sus mejillas enrojecieron al pensar que Oliver estaba escuchando todo.
—Tomaré el sonrojo como un sí—se rió, tenía tiempo que no veía a alguien sonrojarse—, ven, no muerdo.
A ella no le quedó de otra que seguirlo, Nick le ofreció su brazo y ella se lo tomó.
Oliver bajó de su escondite en el momento que Peggy se acercaba.
—¿Y ahora?—gimió ella, al parecer Lily ya estaba con alguien.
Él sonrió—. Ahora nada, ella me quiere es a mí, él es solo su válvula de escape.
O quizás no, tal vez su escape era Oliver y Nick su realidad.
N/A: Everybody...! Rock your body...! Tururururu. Aff, a ver, ahora hay como tres factores de que las cosas salgan súper mal.
O que salgan bien.
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