Perfecta Ilusión, no era amor
Marco comprendió una cosa estando en la dimensión de la Creadora de las Tijeras Dimensionales: Diferenciar las Ilusiones era importante. Jackie, su ex novia lo dejó por un skayeboy de quien sabrá donde. Star gustó de él, pero cuando él intentó tener algo con ella, la princesa inmediatamente lo rechazó, aludiendo de que no podía estar con su Escudero, y remplazandolo con un demonio de tres ojos y problemas de temperamento. Todas ellas lo habían manipulado y engañado. Pero si hubo alguien que lo calmó, curó, cuidó y amó... Fue Toffee. Ajá, el Septariano en persona.
Resulta que Toffee no murió, sólo se escondió. Tal parecía, el asunto de la venganza en honor a los monstruos caídos acabó por destruirse y se rindió. Permaneciendo en una cueva lejos de Mewni, siendo alimentado de vez en cuando por Marco, quien lo encontró herido en un lago. Recordaba ese día.
Regresaba de una discusión con el Rey de Mewni, Tom. Al demonio noble no le gustaba como realizaba sus guardias y lo mandó al bosque a entrenar, prohibiendo su regreso hasta que él mandará a alguien a buscar a Marco. Un destierro, si así podría decirse.
Caminaba por el bosque oscuro cuando un leve quejido llamó su atención. Con curiosidad, se adentró aún más profundo en la oscuridad del bosque, cuando de repente lo vio. En un claro, rodeado se árboles oscuros, frente a un lago, se encontraba Toffee, herido y débil. Literalmente inconsciente. Marco no sabía que hacer,y en un arranque de desesperación tomó al guerrero y lo cargó sobre sus hombros hasta llegar a la cueva donde él dormía.
Al llegar, depósito al dormido lagarto en su cama de pieles de venado. Curioso, despojó de su camisa maltratada al rival de los Butterfly y verificó su cuerpo, en búsqueda de heridas, encontrando sólo varias quemaduras... No muy graves pero si molestas en la espalda y el pecho del lagarto. Con calma curó la espalda del mayor.
Cuando Marco deslizó su mano con el unguento frío en el pecho del lagarto, este retomó la consciencia, y en un acto veloz tomó la muñeca de Marco. Díaz se espanto, pero no se movió. Parecía desorientado.
- ¿En dónde estoy?- preguntó serio. Marco miró a su alrededor y respondió con simpleza.
- En una cueva a las afueras de Mewni, nadie sabe que estas aquí... o si yo lo estoy- Toffe miró la mano que sujetaba de Marco y luego al muchacho.
- ¿Me estás curando? -indago con una ceja arqueada. Marco asintió con calma, y soltándose del agarre procedió a seguir con su tarea. Toffe se veía tenso ante las caricias.
- Calmate, no va a pasar nada...- Toffee no sabía si el terricola estaba loco por curarlo o el estaba loco por dejarse curar. Ni sabía que le estaba palpando. Aún así. Se relajó, y con un suave suspiro cerró los ojos, y se dejó hacer.
Durante semanas Marco cuidó y alimentó a Toffee. El Septariano comentó que la explosión no lo destruyó, sólo lo mandó lejos de Mewni a otra dimensión. En dicha desconocida dimensión no fue bien recibido, y atacado y todo fue devuelto a Mewni, donde Marco lo halló.
Marco defendía la cueva como un tigre furioso cuando detectaba una amenaza que pudiera perjudicarlo a él o a Toffee, porque le había prometido al Septariano protección. Pues sabía lo duro que era estar sólo y pelear por todo contra todos. Toffee parecio sorprenddo al inicio, pero luego lo tomó bien.
Toffee no podía defenderse aún, pues sea lo que sea con lo que le hayan atacado en la dimensión desconocida afectó su regeneración, y ahora tardaba mucho más. Marco aludía que estaba bien y que no le importan hacerse cargo de las amenazas, pero a Toffee le fastidiaba la vida ver al castaño llegar herido, con arañazos profundos o mordeduras que siempre traían un colmillo de la criatura causante de la herida clavados en la piel trigueña del terricola.
Marco le contó su vida a Toffee, y este le devolvió el favor. Aunque la vida de Toffee era algo... retorcida. Pero Toffee dijo algo que marcó a Marco desde ese día.
- Vaya, tu vida parece algo melodramatica...- dijo Marco algo triste, Toffee le miró de reojo y lo tomó de la cintura con su cola y lo acercó más a sí.
- Podrá ser, pero ahora que te tengo a mi lado la vida no Me parece tan oscura...- Marco miró al reptil sonreirle con algo parecido al afecto. Y sin evitarlo lo abrazó con emoción.
- ¡SABÍA QUE SI TE IMPORTABA!- Toffee no dijo nada. Pero se sonrió con ternura y palpo la cabeza del chico con dulzura.
Eran unidos. Y las tropas que Tom dijo qu enviaría a por Marco si lo necesitaban no llegaban nunca. Pues Tom no mandaba nada. De echo, se haba olvidado de Marco, y aunque Star a veces le preguntaba sobre el porque el chico se había marchado, Tom aludía que no sabía a donde fue ni porque. Insinuando a la princesa que Marco abandonó el reino por dusgusto y no volvería más.
Toffee y Marco se tomaron cariño, y aunque a Marco se le hacía rara la idea, quería besar al Septariano. Por favor. Sus cola y su cuerpo, su cabello negro y su elegancia a pesar de no tener su tan preciado traje de etiqueta lo ponían al deleite de una cena carnal. Y la lealtad y dulzura con la que el monstruo le trataba lo hacía sentir amado y seguro. Lo amaba, para que negarlo. La pregunta era ¿Toffee también le querría a ese punto?
Está claro que Toffee ama a Marco, pues si el beso desesperado que este le dio al momento de verlo vivo al salir del incendio de un pastizal, creyendole muerto, más la anormal imagen del lagarto llorando abrazado a sus piernas en un intento desesperado por no dejar que Marcó se fuera, no daba a en tener que amaba a Díaz, pues nada lo haría. Marco besó con pasión al monstruo sorprendido, quien al cabo d e unos minutos enrosco al menor con sus brazos en un abrazo pasional que acabó en... otras circunstancias.
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