Cap-1
Corría rápidamente hacia el salón de Literatura. Llegaba tarde. Me había quedado buscando una historia que le escribí a la profesora.
Entre de golpe en el salón azotando la puerta. Todas las miradas se dirigieron hacia mí y eso no me gusta. Trague grueso y dije:
—Lo siento profesora Miranda. Llegue tarde porque no encontraba una historia que escribí—Me justifique avergonzada
—Está bien, señorita Cooper, pero, como verá, no hay asientos disponibles. Si vienes más tarde, yo te daré la clase —Dijo la profesora, bajé la mirada.Todos me miraban.
—Profesora, hay un lugar vacío al lado de Drean—Dijo un chico.Le miré sonriente y me devolvió la sonrisa mientras me daba un pulgar arriba.
Drean era el chico nerd y solitario del salón, pero había que admitir que feo no era. Si yo no fuera tan tímida para conocer personas, le habría hablado, pero parece que esta será mi oportunidad. Sé perfectamente que ambos compartimos un gran cariño por la Literatura y la escritura.
—Señorita Cooper, siéntese junto al joven Hodland—Me dijo la profesora y yo asentí simplemente.
Sabía que Drean siempre se sentaba en la silla número tres de las últimas mesas. Fui hasta el lugar y me senté en total silencio junto a él.
Lo miré disimuladamente. El gorro negro que llevaba le quedaba genial, su cabello era de un castaño oscuro que fácilmente se podía confundir con negro, sus ojos eran negros como el de los Uchihas llevaba puesto unos pantalones azules holgados y bajo este una camisa de cuadros rojo vino que se le salía de la sudadera y unos tenis negros deportivos. Sí. Soy muy observadora.
—Trabajaremos en pareja este año completo—Anunció la profesora—En esta ocasión será vuestro compañero de mesa. Quiero que hablen del libro que les gusta y elijan un género, escriban una historia de ese género para la siguiente clase.
Saqué una hoja y un portaminas. Miré a Drean y este miraba su móvil con seriedad, toqué suavemente su hombro y sentí como si una corriente eléctrica pasara por todo mi cuerpo. Él se tensó como si el más mínimo contacto conmigo le incomodará.
—¿Qué libros te gustan?—Pregunté— A mí me gustan mucho las novelas juveniles y cualquier tipo de género—Aparto la mirada de su celular y me miro neutro.
—Misterio, suspendo, terror, cualquiera—Dijo.
—Tengo una app para lectores y escritores que se llama Wattpad—No puedo decir que no estoy nerviosa, porque mentiría, pero al menos no he tartamudeado—Hay libros muy buenos como:Mi amor de Wattpad, A través de mi ventana, After y Enamorada del chico no perfecto.
—Sí, yo también—Sabía que no era de muchas palabras, pero esto sí que era poco—Elige el género de la historia.
—No es justo que yo sea la que elija. Esto es un trabajo en pareja—Dije un poco molesta.
—¿Romance juvenil?—Preguntó.
—Sí, pero aún tienes que decirme más cosas acerca de ti—Dije sin pensar lo último—en esta asignatura.
—DreanH—Dijo de la nada.
—¿Qué?—Pregunté desconcertada.
—Ese es mi nombre de usuario en Wattpad
—¿Ah?, ok, ¿desde cuándo lees?—Pregunté.
—Desde los nueve—Respondió—. ¿Tú?
—Nueve o diez, no estoy muy segura—Dije insegura—¿Escritor o escritora favorita?—Pregunté con ilusión, tenía la esperanza de que fuera Ariana Godoy o Joana Marcus
—Ariana Godoy y Joana Marcus, dos de las mejores escritoras del mundo—Respondió con obviedad.
Casi gritó como loca cuando respondió. Compartimos los mismos gustos, no nos costaría tanto escribir una historia, después de todo, los dos somos muy buenos estudiantes y amamos la Literatura.
—Las mías también, me encantan sus libros.
—Son de los mejores —Dijo y pude ver una pequeña y casi diminuta sonrisa en su rostro—¿Cuándo quieres que nos reunamos?
—Después de clases, ¿te parece?—Pregunté amablemente—. Y podemos reunirnos en el almuerzo para hablar de cómo sería y otras cosas.
—Vale, después de clases te voy a buscar a tu apartamento, iremos a un lugar tranquilo—Notaba en su voz que ese lugar le encantaba.
—Las estás rompiendo... —Dije esta vez yo de la nada y él me miró confundido—.Estas rompieron las paredes, esas que tienes para que nadie te conozca.
—Si tú lo dices—Hizo oídos sordos y se volvió a centrar en su móvil, así que yo también saqué el mío.
—Dame tu número—Pedí extendiéndole el móvil.
Se giró a verme, parecía que no lo podía creer y, pues claro, nadie nunca le hablaba, excepto el chico que antes me había indicado un asiento. En esta Universidad tan cara e importante del país, solemos siempre andar en grupos; creo que es para vernos más relevantes e imponentes. No lo sé y creo que nunca lo entenderé, después de todo, yo nunca he tenido problemas con nadie.
—¿Si sabes que soy el chico nerd-solitario que no habla con nadie?—Dijo con cierto tono burlón pero molesto.
—Y tú debes saber que yo soy la chica tímida, pero popular que solo se junta con pocas personas—Dije con el mismo tono—Pues quiero que tú y tu amigo sean parte de ese pequeño grupo de personas—Tome su mano libre y le di el móvil, esa corriente seguía apeteciendo cuando le tocaba, pero no puedes ser como esas de los libros, esto debe ser otra cosa.
—¿Y debería sentirme afortunado y especial por eso?—Parecía que eso le molestaba de alguna forma.
—No, pero no estarás solo así—Dije en tono bajo—Solo tienes que darme tu número y listo, oficialmente ya no estarás solo.
—¿Y quién dijo que quiero tener un grupo? Me gusta estar solo—Dijo volviendo a su semblante serio de antes.
—Nadie debería estar solo, todos debemos tener amigos que sean a la vez, espejo y sombra, porque el espejo nunca miente y la sombra nunca se aleja—Dije mirando un punto muerto en el salón—Yo puedo ser tu espejo y también tu sombra, si tú me lo permites—dije algo sonrojada.
—Mientras no te rompas como espejo y en la noche no te pierdas como sombra, aceptó—Dijo de una forma que me hizo sonreír de oreja a oreja y me giré de golpe para darle un fuerte abrazo que me hizo sentir una corriente eléctrica, pero me separé avergonzada por la voz de la profesora diciendo lo más vergonzoso que me ha dicho ella en estos años:
—Señorita Cooper, sé que hasta a la chica más calmada del mundo se le activan sus hormonas, pero prestarle atención a lo que debe hacer y deje de abrazar al joven Hodland
Agache la mirada sonrojada, ella no solía llamarme la atención nunca y me había llamado la atención por gusto porque la clase culminaría en unos segundos y eso era realmente injusto, nadie me lo puede negar.
—Toma—dijo Drean a mi lado, extendió su mano y dejó frente a mí, mi preciado teléfono—Por cierto lleva tu cámara—Informó. Tomo su mochila y salió del salón sin decir nada más, y el timbre parecía estar de su lado, no había llegado a respirar cuando ese momento sonido llegó en lugar junto con los gritos alegres de las personas.
Tomé mis cosas y me levanté, aun asimilando lo que acababa de pasar. Hablé con alguien sin tartamudear, bueno, sí, en un pequeño momento, pero era un avance y no solo eso, conseguí dos nuevos amigos. Ahora que lo pienso, es algo un poco precipitado, o eso creo yo. Sí. No tengo muchos amigos, digamos, pero me basta con los que tengo.
Me quedé parada afuera del salón, necesitaba contarle lo ocurrido a una de mis amigas y también compañera de piso y ella solía ser una de las últimas en salir, a diferencia de mí, era hiperactiva y muy sociable, tal vez demasiado.
—Bueno, adiós, chicos—Despidió Addie de unos chicos.
Creo que en lo que llevábamos de año había estado con tantos chicos que ya habían perdido la cuenta, y no digo estar de hablar con ese tipo de cosas, me refiero a besarse apasionadamente y acostarse. ¿Cómo lo sabía? A veces no llegaba a dormir y pasaba muy seguido.
—Addie tengo que decirte algo—Dijo jugando con mis manos. Se podía decir que en mis momentos de vergüenza hacer eso me daba algún tipo de calma, o eso pienso yo.
-—Si lo que quieres es decirme que querías perder tu virginidad con ese chico, te aseguro que no necesitas decirlo. Se notó mucho cuando lo abrazaste con tanta intensidad—Dijo con malicia mientras levantaba las cejas.
—¡No!, ¡oh por Dios!—Grite mientras me cubría el rostro con las palmas de mis manos y mi rostro se cubría de un color carmesí—Yo no hago eso
—De acuerdo, me haré la que te creo, después de todo dicen que las tímidas y calladitas son las más buenas y calientes en la cama—Soltó una risa al final. Desde que me conoció su hobby ha sido sonrojarme.
—Oye, ¿por qué no vi en clase a Tamara?—Pregunté confundida.
Tamara es otra amiga mía, también amante de la Literatura, por esa razón era muy extraño que ella faltara y también, era muy aplicada a sus estudios. Tamara, a diferencia de Addie era sería, era fría y dura, pero así la queremos y no podemos decir que en algunos momentos su frialdad nos ha salvado el pellejo, aunque creo que la mayoría son en peleas.
—Tiene fiebre o eso parece—Continuó mirándose las uñas completamente impecables—Pasado mañana, iremos a una fiesta que organizó uno de mis novios—Me miró con una sonrisa "angelical".
—Por supuesto... —Empecé a decir con una pequeña sonrisa—... Que no—Complete la frase
—Por favor, Alice, ve a la fiesta. Te aseguro que estará buenísima—Dijo tomándome por los hombros y zarandeandome—Te suplico, eres una de las populares, deberías a asistir a todas las fiestas del campus.
—Que sea una de las populares no significa que tenga que llegar a dormir a la una de la mañana—Dije cruzándome de brazos—Yo no soy así.
—¿Y si te digo que llegaremos a dormir a las once, irías?—Dice con un destello de esperanza en sus grandes ojos marrones.
—Sí, solo si no me obligas a beber mucho—Acepté.
—¡Sí!—Gritó alegre y después me dio un abrazo que me dejó sin aire—Gracias, gracias, gracias—Respondía una y otra vez.
—Chica, suéltame, me vas a matar—Dije con dificultad—Aún no te he podido contar el nuevo chisme.
Se alejó de mí como si de una máquina se tratase. Cuando se trataba de un chisme era la primera.
—Cuenta—Me incitó a contar
—Drean y ese chico con el que siempre anda... Serán parte del grupo —Dije mirando un punto muerto en la pared. ¿Por qué? No sé
—Genial. Ahora seremos siete y nos veremos más imponentes—Dijo normal. ¿En serio ni le importaba?—Si seguimos paradas aquí, llegaremos tarde a nuestras siguientes clases. Si no me equivoco, te toca Química, tu segunda clase favorita y también la tienes con tu Romeo—Dijo lo último con cara pícara.
—¡No es mi Romeo!—Grité sonrojada. Mira que le gustaba fastidiarme
—No te creo, Julieta—Dijo revolviéndome el pelo, ni que fuera una niña pequeña.
—¡Addie Roberts!—Grite molesta—Corre, que te cojo—Dije jugando.
Ella se comenzó a correr mientras reía. Esto era la muestra de cómo nos llevábamos y para mí está bien, tocó el timbre y, como reflejo, me mandé a correr en dirección a Química.
••••••••••••••••••~•
La hora del almuerzo llegó de una maldita vez, y tuvimos que quedarnos paradas afuera de la cafetería, esperando a que llegaran Drean y el otro chico. Investigue en el nombre. Se llama Jacob Grimm, buen estudiante pero algo payaso, el compañero perfecto para Miles, mi mejor amigo y otro integrante del grupo.
Después de unos minutos de espera, llegaron los nuevos integrantes: Drean con las manos en los bolsillos y Jacob con el teléfono en la mano. Su cabello azabache peinado hacia atrás, sus ojos marrones brillan y tenía una sonrisa muy grande en su rostro. Traía puesta una camisa blanca y una chaqueta negra encima, unos pantalones de mezclilla que le han de llegar por los tobillos y unos tenis azul oscuro.
—¿Quién diría que mi nerd amigo sería novio de una chica popular?—Dijo Jacob con ensanchando su sonrisa—Y además esa chica sea Alice Cooper y nos invite a ser parte de su grupo.
—No somos novios—Dijimos Drean y yo al unísono.
—Bueno, entremos que tengo hambre-Dijo Addie—Por cierto, yo soy...
—Addie Roberts, una de las tres chicas del grupo, sabemos quién eres—Dijo Jacob.
—Y ahí viene otro chico del grupo—Dije mirando cómo Miles se acercaba por el pasillo—¡Miles, apúrate, que tengo hambre!—Le exigí sonriendo.
—Esa es mi línea—Me regaño.
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