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6. Nepo baby

Los uniformes de Eaton le parecían uno de prisionero. Con la cadenita, la bola en el tobillo y toda la cosa.

Eran fastidiosos. Los hacían ver todos iguales y al mismo nivel. Pero él no estaba al mismo nivel de nadie, tenía su propio podio y estaba fascinado con eso. El hecho de que aún usando el mismo uniforme que todos, se siguiese viendo exquisito, solo demostraba que era perfecto.

Terminó de ajustar su corbata, se lanzó su mochila sobre su hombro y salió de su habitación en dirección al comedor.

Que molesto era que en el comedor no cocinasen tan bien como él. Un despilfarro total de alimentos.

Siguió dándole vueltas al asunto de los uniformes hasta que estuvo cerca de la entrada al comedor, más adelante vio dos espaldas conocidas. ¡Siempre juntos! No se tomaban de la mano porque eso ya les parecía innecesario, era como si mentalmente lo hiciesen.

«Me gustaría poder meterme en sus cabezas» Masculló en su interior, fastidiado con el hecho de que la relación de sus amigos estaba por encima de cualquier relación normal.

—¡Eh, Blanchard!—un toque en el hombro lo hizo reaccionar, al reconocer al chico su mirada recayó en su pierna, como si pudiese sentir el dolor pero estaba demasiado dopado por los analgésicos para sentir la incomodidad—¿Listo para nuestra revancha?

Él se carcajeó, ¡que cómico era Jackson! Chasqueó los labios, dándole una mirada a su grupito de amigos—.Solo vas a perder de nuevo, chico.

Vio como Jackson lanzaba una mirada hacia uno de sus amigos, él decidió darle mas minutos de su atención a este chico. Y lo reconoció, era el capitán de la segunda división del equipo de Polo; un castaño que también competía con él, entre las opiniones de las chicas solían ser comparados.

Pero él no veía ni un punto de comparación entre Jasper Tremblay y él.

Jackson echó mano de su amigo poniéndolo a toda intención en su campo de visión—.Dile, Jazz, dile.

Se quiso reír. Jackson le caía bien.

—En unas semanas cuando se reincorporen los estudiantes que faltan, ¿podríamos tener un partido?

Se encontró a sí mismo analizando la voz de Jasper. Que suave era. Y qué débil. Todos ellos eran iguales, con muchas ganas de no hacer caso pero dudosos de cualquier decisión.

Ladeó su rostro, detrás estaba una de las chicas españolas de Eaton, y por el rabillo del ojo vio que esperaban por Sophia.

Asintió un poco—.Le diré a Nick.

Chocó puños con Jackson y al resto les dirigió una mirada antes de seguir su camino. Apenas entró se encontró con la cara de Gael. Riendo.

«¿Y este de que se ríe?» Hum, tenía que saberlo.

Se sentó en su lugar habitual, y como costumbre su desayuno apareció de Dios vaya a saber donde. Oteó en dirección a Nick, estaba ocupado mirando entre sus pestañas a la rubia que reía con una de sus amigas.

—¿De que se ríen?—la curiosidad pudo más que sus ganas de quedarse callado—¿Alo, oxigenada?

Becca lo miró de reojo, sin darle la atención que a él le gustaría—.Un tipo, ya sabes—hizo un movimiento de la mano, él captó que era uno de los antiguos compañeros de juego de ella—.Quizo hablar de más en el baño, y cuando Gael lo pescó del cuello casi se orina.

Oh.

Por supuesto. Él no había estado cerca, y supuso que Nick tampoco, así que Gael se encargó de que sacaran el nombre de Rebecca de la boca.

Eran raros los momentos en los que él intercedía. Pero sucedían.

El pelinegro lo miró, cuando regresaba de limpiarle la cara al tipo se topó con Chad hablando con Jackson y su grupito.

—¿Muy amigo de los amiguitos de Sophia?—se comió un trozo de mango picado satisfecho al ver que Nick había levantado la mirada.

Él también quería saber.

Se encogió de hombros—.Jackson quiere una revancha, ¿qué dices, hermano?

Bateó sus pestañas con ánimos de parecer tierno en dirección al de ojos verdes. Que arrugó el ceño al ver lo que él intentaba.

Nick lanzó un suspiro, y dirigió su mirada hacia la otra mesa por un microsegundo—.No, te puedes hacer daño. Y, ¿cuál es, es el pelinegro escandaloso?

Ah, cierto. Nicholas no prestaba atención a su alrededor, solo lo hacía cuando Becca no estaba cerca y él necesitaba ver que estuviese bien. Incluso cuando discutían. Su amigo era como el sol, todo giraba a su alrededor al final del día. Y el sol no tiene necesidad de saber el nombre de los meteoritos errantes que transitan a su alrededor.

Meteoritos errantes. Jum. Esa era una buena forma de dirigirse a los chicos como ellos. Demasiado apresurados por salirse de su órbita, demasiado impredecibles para retenerlos y sin una cabeza que los uniese. En fin, muy dispersos.

—No me voy a lastimar, Nico, que lindo que te preocupes pero no lo haré—los demás hicieron oídos sordos, porque era una conversación de ellos y nadie aún estando allí tenía que escucharla.

Nicholas meneó la cabeza, no iba a dejar que Chad se lastimase ni una pestaña. No mientras él lo pudiese evitar.

—Pero Nico...—gimoteó haciendo un puchero.

Volvió a menear la cabeza. No, tenía que mantenerlos seguros. Como grupo estaban tan fortalecidos porque Nick era capaz de cuidar de ellos, grupal e individualmente. Era cerrado, por supuesto, un grupo cerrado les proporcionaba la capacidad de ser ellos mismos.

A Chad le gustaba eso. Le gustaba mucho eso. Además, si Nick era imponente naturalmente, pues él era carismático de pura cepa. Ah, y Gael.

Que fuchi.

Lanzó una mirada hacia la rubia que utilizaba una falsa voz chillona, quería su ayuda. Y su mirada fue tan intensa que ella lo miró de regreso.

«Ayúdame» gimoteó en sus pensamientos deseando que ella lo escuchase.

Becca revoloteó sus pestañas lejos de él, fastidiada; pero depositó la mirada en su amante/novio/prometido/lo que sea que fuesen a esas alturas.

Lo abrazó de un brazo, y todos pudieron ver en la mesa como sus senos parecieron rebotar. El leve sonrojo de Nicholas que la miró de reojo confirmó que habían observado bien.

—Nicky, qué importa, ¿no te gustaría ganarles?—astuta como siempre, Rebecca había apelado al lado orgulloso del de ojos verdes.

Él inclinó el rostro hacia ella—.A mi me importa, ten un poquito de alma.

«¿Por qué siempre hacen lo mismo? ¡Qué fastidio, maldición!» Gruñó para sus adentros Chad, mirándolos.

Siempre era lo mismo, ellos dos veían a los demás como si fueran piezas de un tablero de ajedrez. Solo sus piezas. Él quería jugar, no ser una pieza más.

Rebecca no le iba a debatir, se había molestado en ayudarlo solo porque era su amiga. Así que le encargó el muerto a otra persona.

Sin dejar de mirar a su novio, buscó a alguien más—¿Gael? ¿Algo útil en tu cerebrito?

El pelinegro farfulló un comentario ácido inaudible pero al ver que Nick esperaba por su respuesta, decidió hablar—:Pues que se parta las dos piernas y el culo si quiere, hasta la cara así nos hace un favor.

Nicholas soltó un suspiro, dio una mirada a los otros integrantes de la mesa que pertenecían al equipo de Polo y obviamente ellos deseaban jugar contra la segunda división.

—Bien, pero no quiero quejas.

Chad saltó de su puesto y lo abrazó soltándole un par de besos en la coronilla.

Aún sin soltarlo lo apechugó más contra él—¡Eres tan lindo, Nico! Mi yo quererte mucho, cosita bonita.

En ese momento las puertas del comedor se abrieron, primero entró el director Charles, su secretaria y un par de personas del consejo directivo de Eaton.

«¿Qué está pasando?» Miró el rostro del resto de las personas, todos se preguntaban lo mismo.

«Y, ¿qué demonios hace esa mujer con un megáfono? ¡Qué dramático!» Se rió bajito, nadie lo notó y él se terminó sonriendo solo.

La secretaria le entregó el megáfono a Charles, quién lo acercó a su boca y habló—:Buenos días, jóvenes.

Hubo un "buenos días, señor", colectivo y solemne. A él le dieron ganas de sonreír, quién diría que los meteoritos errantes seguían manteniendo sus costumbres. Era algo en el ADN y ellos estaban empeñados en cambiarlo.

Charles asintió a su público—:Siendo el primer día, pero aún faltando la incorporación de algunos estudiantes; nos gustaría informarles sobre los tópicos más interesantes tanto para ustedes como para la comunidad administrativa y nuestros profesores.

Blah blah blah. Él se desfasó de la atención de eso mirando más allá de Charles hacia la mesa donde estaban los meteoritos, sintió cierta pena; ellos nunca lideraban nada. Pertenecían a los consejos y organizaciones de Eaton, pero no eran los líderes de absolutamente nada.

Eran un grupo de voces gritando al vacío.

Lo habían intentado docenas de veces, alguno de ellos trataba de tomar el liderazgo de alguna organización o de algún consejo. Y fallaban épicamente.

«Deberían dejar las cosas como están» Meneó la cabeza con tristeza por ellos.

Un pedazo de mango se estrelló a un lado de su cabeza, y él buscó molesto a quién lo había atacado.

Gael le hizo señas de que prestase atención. Se había dado cuenta que estaba en la nebulosa.

Volvió a mirar a Charles con mas atención mientras este seguía hablando.

—...Recuerden que si necesitan ayuda o se sienten mal, justificadamente; pueden encontrarla en la enfermería—ah, solo hablaban de la enfermera—.Muy bien, prosigamos. También queremos anunciarles a la presidenta del comité de organización de festividades escolares para los estudiantes avanzados.

Se escuchó un murmullo no muy amable en todo el lugar.

¿Qué demonios estaba sucediendo? Jamás habían hecho eso. El procedimiento estándar era una votación global de los estudiantes cuando todos estuviesen en Eaton.

Aún quedaba tiempo para que los estudiantes extranjeros se anexaran al plantel.

¿Y por qué solo para los avanzados? ¿Primaria seguiría con la organización habitual? ¿Secundaria también? ¿Por qué ellos no?

La revuelta se comenzó a formar en ambos lados.

Él se cruzó de brazos en un berrinche—.Hagan silencio gente, no me dejan escuchar lo que dice.

—Que nos están metiendo gato por liebre, eso dicen.

Aquella respuesta no provenía de ninguno de su mesa. Era Sophia Douglas quién estaba de pie no muy lejos, a su lado estaba la española y más atrás Jackson haciendo una revuelta con un pobre Jasper a su lado.

Chad compartió mirada con sus dos amigos. Por supuesto, este año era el año de la revancha de Sophia luego de haber sido sacada del cargo cuando se trató de postular hace un par de años.

Nick no sentía remordimiento, pero Rebecca escupía fuego.

Después de un par de regaños por parte de Charles, todos hicieron silencio. Nadie entendía qué estaba sucediendo.

—¡Jóvenes! Permítanme continuar, que falta de educación—muchos se vieron afligidos por ese comentario, pero dejaron que él continuase—.Se ha elegido a la señorita Jolie Lightwood como la presidenta.

Todas las bocas tocaron el suelo.

¡Vaya! Alguien estaba siendo una nepo baby con todas las ganas. Se estaba dando duro porque la había hecho en cara de todos.

La revuelta fue peor, y él estuvo de acuerdo con el movimiento enojado que comenzaba a fluir entre las masas.

—¿Pero qué le pasa? Aquí todos somos niños del nepotismo, pero es una descarada—se quejó un chico no muy lejos.

Gael asintió en dirección a ese chico. Él, tan moral y correcto, odiaba mucho esa situación.

La voz ronca y notablemente molesta de Nicholas cortó el ruido presente—¿Cuándo se decidió eso? Los nuevos no han siquiera llegado.

Charles lo miró seriamente, era un duelo de respeto—.En el consejo.

—¡¿Qué consejo? Nadie nos ha preguntado nada!—allí estaba, Sophia estaba furiosa.

Hace tiempo, Sophia era su amiga. Pero verla allí, era como desconocerla.

Y el consejo nunca elegía eso. El año anterior, él había estado listo para graduarse, pero tras se accidente no lo hizo. Sin embargo, se había elegido a una chica llamada Kristen como presidenta mediante a la votación colectiva.

El consejo nunca intervino.

El director decidió que no debía darle explicaciones a los estudiantes respecto a ese tema, y se marchó dejando tras de sí una horda de adolescentes enfurecidos.

Miró a sus amigos, eso no podía quedar así. Como costumbre también buscó a la rubia, le gustaba ver su expresión de furia.

Rebecca buscaba con la mirada a su supuesta amiga, pero Jolie no estaba por ningún lado.

Él llamó la atención de Anabelle, que estaba impaciente por saber la razón de lo que estaba sucediendo—.Ana, ¿dónde está tu amiga?

—Ni idea—meneó la cabeza.

Se escuchó el ruido de una silla ser arrastrada hacia atrás, era Becca quién se había levantado furiosa, y más atrás lo hizo Nick.

—Voy a buscar a esa pequeña cuerva saca ojos, mosquita muerta traidora—chistó entre dientes al borde de la cólera.

Oh no, estaba muy enojada.

Nick negó con la cabeza—Toma aire, no te sulfates. Nosotros iremos a averiguar qué está sucediendo, no te preocupes que te arrugas.

Su tono de voz le pareció a él una mezcla de adoración, burla y molestia.

¿Estaba molesto porque alguien la había hecho molestarse o por lo injusto de la situación? Pero con su antecedente, él se inclinaba más por la primera opción.

Ella pegó un zapatazo al suelo que por poco no le corto un dedo a su novio. Y se largó del lugar roja de la furia en dirección al campus.

—Esto va a ser divertido—se sonrió, que divertida se había vuelto la situación.

Gael fue quién les indicó dónde se encontraba el dormitorio de la chica, él por lo general era mejor recopilando información. Escuchaba y analizaba mejor que Chad.

Una vez frente a la puerta, fue el castaño quién golpeteó la madera con sus nudillos.

No hubo respuesta alguna del interior.

Él suspiró, pegando su frente a la madera—.Jolie, soy Chad. ¿Podrías abrirme la puerta, querida?

Silencio.

Jum. Tendría que decir la palabra mágica.

—Por favor—rogó falsamente, sus amigos estuvieron a punto de pegarle un zape—.Por favor, querida, solo un momento.

La puerta se abrió, primero entró él y luego Nick. Gael prefirió quedarse afuera, estaba prohibido que los chicos estuvieran en los dormitorios de las chicas.

Los ojos de Jolie se abrieron un poco más de lo normal, y su pupila se dilató. Él estaba feliz de ver esa reacción. No era de miedo.

A ella, ellos le atraían.

Pero, ¿los dos? Por lo general siempre tenían una preferencia. Primero Nick, luego él.

—¿Por qué eres la presidenta si nadie te ha votado?—directo al grano.

Sí, Nick iba al punto. Parecía apresurado, probablemente quería ir a calmar a Rebecca. Siempre se daban ánimos el uno al otro.

Jolie parpadeó incrédula—.Es que... Sonaba genial.

—¿En tu mente?—se sonrió un poco Chad, sentándose en una silla de la habitación.

Ella asintió algo insegura, haciéndolo sonreír más.

—Deberías renunciar—le sugirió con tono divertido y socarrón.

Nicholas meneó la cabeza, algo no le cuadraba a él y era evidente—.Tú, ¿no sabías que Becca quería ser la presidenta?

Tenía que ser eso. Obvio.

Ella tenía dos pares de ojos mirándola fijamente, Jolie miró solo a Nick—.Ella lo tiene todo, pero lo podría negociar.

«¿Negociar?» Pero, qué carajos estaba pensando Jolie. Nada de eso tenía sentido para él, ni para el de ojos verdes.

Entonces la muchacha suavizó su tono de voz—.Podemos negociarlo tú y yo, claro.

No era con él.

Era con Nick.

Como siempre.

Él meneó la cabeza, se levantó y salió de la habitación. Nicholas se encargaría de lo que fuese que quisiese Jolie.

Antes de que Gael le preguntase que estaba sucediendo, él se encogió de hombros murmurando un "no entiendo nada" y siguió su camino hacia su segunda clase del día, pues ya era tarde para llegar a la primera.

Jolie no apareció en lo que restó del día. Los profesores no adelantaban  mucho de las clases mas allá del temario, puesto que aún faltaban estudiantes por incorporarse. En el almuerzo se encontró con una situación diferente a la de esta mañana.

Como si nada hubiese ocurrido.

Los meteoritos hablaban ruidosamente, ellos más tranquilos con alguna risa escandalosa de vez en cuando y algún chiste que los hacía reír. Pero, Gael estaba más callado de lo normal, Nick sumido en sus pensamientos y Becca reía un poco sobre algo pero sin perder de vista cualquier expresión en el rostro de Nick.

Ella estaba preocupada por saber si él estaba bien.

Suspiró, siempre sería el segundo lugar. ¿Gael sentiría lo mismo? Jum.

—Oye, cuernitos—lo llamó, él sabía que Gael sabría que era con él el asunto.

El susodicho apretó los labios en una sonrisa de boca cerrada—.Dime, sonrisitas.

Dejó descansar su bonito rostro en su mano, y largó un suspiro más profundo que el anterior—¿No te molesta siempre ser el tercer lugar?

Gael quizo estirar su mano y estrellarle la cara contra la charola de comida y de paso, contra el subsuelo. En vez de eso, decidió fingir que no lo había escuchado.

Pero a Chad de verdad le mortificaba eso, así que insistió—.Lo digo porqué, si yo soy siempre el segundo, pues pasas a ser el tercero, ¿no? ¿Te molestaría?

—Me molesta que respires, la verdad.

—Interesante—musitó, con un tono más infantil que el habitual—.Pero-

Gael no estaba de humor para sus idioteces, lo golpearía—.Cállate, pendejo.

Ellos estaban tan sumidos en sus discusiones rutinarias que no se dieron cuenta cuando desaparecieron Rebecca y Nicholas. Gael le lanzó un último insulto antes de irse, y él se sintió solo.

Generalmente se sentía solo si ellos no estaban cerca.

Que basura.

Salió a caminar un rato con aires distraídos, ya no tenía más clases. Entonces recordó que debía darle una vuelta a su caballo. No lo había ido a ver el día anterior. Tenía el mismo caballo asignado desde que se había interesado en el Polo, allí el único con un caballo propio era Nick. No había sentido alguno en asignarle un caballo si él tenía el suyo propio.

Pero Aquiles era suyo desde que tenía memoria. El tío y el abuelo de este tenían mucho cariño por dichos animales, y su abuelo después de dejar todo en mano de sus hijos se había retirado a una casa de campo dónde criaba y cuidaba de caballos.

Aquiles era un animal con mucha actitud. Igual que su dueño.

Podía ir a visitarlo a él también, asegurarse de que estuviese sano y salvo. Darle algo de comer. Cepillarlo... claro, si se dejaba ese día.

Antes de que pudiese entrar al establo, una piedra bastante grande voló en su dirección desde la parte trasera del recinto. Un silbido y reconoció a la persona.

Gael.

¿Qué carajos hacía Gael escondido por esos lares? Se acercó trotando y se acuclilló igual que él.

—¿Qué-

El pelinegro le cubrió la boca con tierra. Y le señaló el pequeño espacio que había abierto en la puerta trasera del establo. Podía ver bien.

Eran Nick y Becca.

Nicholas estaba cepillando el crin de su caballo mientras Becca estaba sentada como una muñeca de porcelana sobre una paca de heno.

—¿Qué sucede Nicky?—oh, no. Tanta devoción en la voz de ella lo iba a partir por la mitad.

Y Nick no la miraba. Extrañamente no lo hacía.

Gael lo empujó para también ver, y ambos tuvieron que hacer mucho silencio porque todo estaba en calma y el mínimo sonido los delataría.

El de cabello cobrizo se enfocó mejor en su tarea, pero le respondió, o algo así.

—¿De verdad quieres ser parte del comité de eventos?—se escuchaba algo... ¿incómodo? ¿Molesto?

Ella asintió, con su acostumbrada habilidad se sentó en la media pared donde estaba Nick y Aquiles.

—Claro que sí. Quiero que todo sea perfecto, justo como yo quiero... Bueno, y que los demás lo disfruten.

Gael y él compartieron mirada. Se había obligado a ella misma a decir lo último. Ella no era totalmente egoísta, pero cuando se trataba de algo importante tenía que quedar mejor que nunca. Y más si iba a significar algo para ella, como los bailes.

A Nicholas parecía que le estaban desgarrando las entrañas. El rostro lo tenía revuelto de emociones.

Solo hizo un pequeño asentimiento, con cuidado de no ensuciarla, como si fuera la cosa mas hermosa del mundo y delicada como un cristal; la atrajo cuidadosamente hacia él y la besó.

Rebecca le avisó que tenía que irse, lo abrazó sin importarle que se llenase de pelo de caballo o el olor de los establos y se marchó.

Pasaron unos minutos, ya ellos se iban a ir cuando un cepillo salió volando en dirección a la puerta trasera y se estrelló con muchísima fuerza.

—Esta pared tiene un pequeño orificio, te vi pasar—oh santa madre, Nick había visto a alguno de los dos, él solo esperaba que hubiese visto a Gael nada más—.Chad, te estoy hablando a ti.

Nop.

¡El mundo lo odiaba!

Gael estuvo listo para irse con una sonrisa en los labios pero otra cosa fue lanzada contra el escondite.

—A ti también, par de idiotas.

¡Ja! ¡Pobre Gael! Había sido atrapado. Al igual que él... ¡pero, esos eran solo detalles!

Dieron la vuelta resignados y entraron, Nick estaba recogiendo los cepillos que les habían lanzado.

—¿Qué tienes, Nico?—curioseó, ahora que lo veía mejor, se había dado cuenta.

Nicholas estaba realmente preocupado.

Él soltó un suspiro, y le hizo señas a Gael que revisase que nadie andara cerca. De nuevo. Habiendo revisado, se quedaron cerca para hablar.

—Por un lado, quiero que esa bruja del demonio sea feliz. Siempre—se rió para sí mismo, algo que extrañó a sus amigos—.Y por otro lado, si la quiero hacer feliz esta vez, si solo llegase a enterarse por obra y gracia del Espíritu Santo... Estaría perdido.

Gael resolvió el dilema de su amigo rápida y tajantemente—.No la hagas feliz, un drama de vez en cuando no le cae mal.

Nicholas resopló.

—Cállate, pendejo—le devolvió el comentario Chad, sonriente—.No lo comprendes.

Para él estaba claro como el agua. Su amigo había tenido la necesidad de hacer todo por Becca desde niños, él simplemente era otra persona con ella. Y viceversa. Ella era muy celosa, cuidadosa y cariñosa con Nick. Lo había notado hacía muchos años.

Miró a su amigo, la preocupación no se le iba del rostro—¿Qué harías por ella?

Cualquiera que fuera la respuesta a esa pregunta, le iba a doler a él.

Nick ni siquiera lo pensó—:Todo.

Auch. Le ardía mucho su esófago, se estaba quemando vivo.

Solo asintió—.Y, pues, ¿qué no harías?

De nuevo, no lo pensó.

—No encuentro nada que no hiciese por ella.

Mayday mayday. Soldado caído. A Chad le habían metido tres balas en el cuerpo.

Y una en la boca, por metido.

—¿Qué es lo que Jolie quiere entonces?—Gael había adivinado bien lo que sucedía.

Como siempre, Gael siendo Gael. Un pasito adelante, pero nunca lo suficiente.

Nicholas resopló, como si recordar la petición de la chica fuese un fastidio interminable—: Qué le de una oportunidad, si la conociese bien... No perdía nada con intentarlo, quizás si pasase un poco de tiempo con ella...

Se escuchó aburrido al repetir vagamente moviendo su mano con desgano, lo que había dicho la chica.

Chad meneó la cabeza, algunos mechones chocolate le cayeron sobre las cejas—.Pero, ¿cómo llegaron a ese punto?

—Me preguntó si la consideraba atractiva y mi opinión sobre ella.

Gael estuvo a punto de carcajearse, pero Chad le tapó la boca con una mano.

Esas eran las preguntas comunes de una chica cuando un chico le parecía atractivo.

Pero Jolie era amiga de Becca. Jum. Sospechoso.

—¿Qué le dijiste?—de forma inconsciente arrastró consigo a Gael mas cerca de Nick.

Eso era divertido, le gustaba compartir así con ellos. Las chicas lo hacían y ellos también.

Nicholas ladeó el rostro mirándolo como si fuese estúpido—.No tengo una opinión de ella. Y, es simpática.

Simpática. Del verbo "no me atraes ni un poco" y el latín "no voy a destrozar tu amor propio".

Gael se sacudió las manos de él de encima, y levantó las suyas en gesto de rendirse—¡Muy bien, me voy! Que balazo tiraste, Nick. Se te fue la mano.

Él acompañó a Nick hasta que éste recogió todas las cosas de Aquiles, limpió todo y cerró al salir.

Le dio una palmada antes de tomar caminos diferentes para ir a su dormitorio—.No te preocupes, Nico. Puedes solucionarlo de una forma rápida, como una vacuna; unos minutos y listo.

Él solucionaba sus asuntos con las féminas así. Ellas también podían ser liberales con su sexualidad y eso era genial, a él le parecía súper genial. A él le fascinaba pasarse la opinión de la sociedad por el culo, y si una mujer  hacía lo mismo, le fascinaba.

Nicholas lo miró confundido, tenía la cabeza en otros asuntos—¿Qué?

—Vacuna.

Nop, Nick no lo captaba. Hasta que leyó entre líneas y sus ojos dieron un destello de malicia.

Si lo hacía bien...

Soltó una carcajada, le sacudió el cabello a su amigo y siguió su camino, pero antes de subir las escaleras lo miró por sobre su hombro.

—¿Podrías hacerme un favor, Chaddy?—él asintió, la sonrisa maliciosa se hizo más profunda en el rostro de Nick, parecía hasta algo malévola—.Pasa por la habitación de Becca, y dale un beso de buenas noches de mi parte, sonrisitas.

Nicholas subió las escaleras sin detenerse a mirarlo de nuevo.

¿Cuanto costaría fugarse a Puerto Rico? Cualquier isla le venía de puta madre en ese momento.

N/A: SE VA A MORIIIIR. MAYDAY MAYDAY, LLAMADO DE EMERGENCIA A TODAS LAS UNIDADES EN EL ÁREA. HOMBRE MORIBUNDO CON APARIENCIA DE PARO CARDÍACO.

Perdón, me altere.

Me retiro lentamente. Besitos adios.

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