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-ˏˋ Prólogo ˎˊ-

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Las familias Styles y Tomlinson eran vecinas, una vivía junto la otra, pero no solo eso, también era muy unidos, podían considerarse como una sola familia, casi siempre estaban juntos.

Los padres, Des y Mark todos los Domingos se reunían a ver los partidos y a tomar unas cuantas cervezas, como todo un par de mejores amigos.

Por otro lado estaban las madres, Anne y Jay, ella se hablaban diario, ya sea en persona o por teléfono, eran dos señoras muy habladoras, siempre hablando de cualquier cosa que tuvieran en común.

Justo como lo hacían en ese momento.

- Louis es muy tierno. - comentó Anne mirando con adoración al pequeño Tomlinson que estaba mirando con atención a su amigo, que le enseñaba como hacer malabares.

- Lo sé. - sonrió Jay enternecida.

- Sería un lindo omega. - susurró la madre Styles.

Jay rió.

- Por supuesto. Y Harry un alfa. - respondió.

- Te imaginas que fueran pareja en un futuro. - habló con emoción Anne. - Sería hermoso, se unirían nuestras familias como siempre lo hemos querido.

- Si. - chilló con emoción la otra omega.

Ambas madres se miraron con emoción ante la idea de unir a su familia por medio de los pequeños, realmente las hacía muy felices que los niños se llevaran tan bien, aunque al inicio no fue así.


Años atrás.

Harry 5 años, Louis 4 años.

- ¡Harry ya hablamos de esto! - regañó Anne mirando a su hijo.

- ¡No quiero mamá!, ¡No quiero ser su amigo y no lo quiero en mi habitación! - gritó Harry cruzando los brazos y haciendo un pequeño puchero con los labios.

- Hijo, Louis es un buen niño, creo que si lo intentas él podía agradarte bastante.

- No. - dijo el niño firme y negando con la cabeza.

- ¡Louis va entrar y lo vas a tratar bien!, ¡Es una orden Harry! - gritó la mujer desesperada.

El pequeño rodó los ojos molesto.

- Entra pequeño. - susurró Anne con la voz suave abriendo la puerta, dejando entrar a un pequeño y asustado Louis que podía quitar sus mirada de sus pies. - Jay y yo estaremos abajo hablando, que se diviertan. - habló la mujer sonriendo hasta salir de la habitación.

Harry se negó a mirar a Louis.

Louis quería llorar y correr con su mamá, no entendía por su mami lo había obligado a jugar con un niño que no lo quería.

Temeroso Louis se sentó en el borde la cama y se quedo ahi, callado con la mirada baja mirando como se movía sus pequeños pies.

- ¿No piensas hablar?, ¿Eres mudo? - preguntó Harry harto del silencio en su habitación.

Louis se encogió de hombros y no dijo nada.

- ¿Qué significa eso? - cuestionó el pequeño Styles imitando la acción del castaño.

- Nada. - susurró sin alzar su mirada.

- Nada. - repitió irritado Harry.

- ¿Por qué me odias? - preguntó en voz baja Louis.

- Te odio por que... - habló vacilante - Eres feo y molesto. - respondió rápido.

Louis se puso triste con eso.

- Creo que mejor voy con mamá. - susurró Louis bajando de la cama despacio.

Harry abrió los ojos sorprendido por eso.

"Tan fácil fue deshacerme de él", pensó en ese momento.

Louis caminó hacia la puerta.

Fue ahí cuando Harry sintió algo extraño, no quería que Louis se fuera, no quería estar solo por alguna razón.

- Espera. - habló el ojiverde tomando la mano del otro niño.

- Déjame. - pidió Louis asustado.

- No es verdad. No te odio. - habló rápido.

- ¿No?, pues parece que sí. - respondió Louis.

- Bueno si te odio, pero no por eso.

- ¿Por qué?

- Por qué... - susurró nervioso - Eres lindo. Basta. Lo dije. - respondió soltando la mano del pequeño.

- ¿Lindo? - preguntó Louis inclinando su cabeza confundido.

- Todos siempre hablan de lo lindo que eres y eso no me gusta.

- ¿Por qué?

- Solo me molesta, no sé porqué. - habló sincero.

- Tú igual eres lindo Harry. - susurró el pequeño.

El rizado sonrió.

- ¿Quieres jugar? - preguntó el ojiverde.

Louis sonrió y asintió.

Y desde ahí Harry y Louis se volvieron muy unidos, amigos inseparables.

Harry siempre quería estar con el pequeño Tomlinson y tener toda su atención, le molestaba cuando alguien más quería hablar o jugar con Louis.

¿Qué no podían entender que era su amigo?

"Yo le hable primero, me pertenece", se decía siempre que alejaba a Louis de los otros niños.

Tiempo actual.

Harry 8 años, Louis 7 años.

Por otro lado estaban las hijas mayores de las familias, Gemma y Charlotte, dos niñas que se odiaban a muerte, no se podían ni ver, siempre se evitan o se gritaban.

Actualmente las niñas tenían tan solo doce y trece años respectivamente.

Y a diferencia de sus hermanos pequeños, ellas no se dirigían ni una mirada amistosa y al parecer nunca lo harían, y aún sus padres no podían entender el por que las niñas actuaban así.

- ¡Me toca! - gritó Louis exigiendo las manzanas para intentar lo que Harry hacía con ellas.

- No Lou, solo quiero que me veas.

- Hazz. - dijo haciendo un puchero.

- Vamos hermano, no le ruegues a este niño. - habló Lottie agarrando su hermano.

- ¡No puedes llevártelo!, ¡Es mio! - gruñó Harry tomando a Louis del otro brazo.

- Auch - se quejó el pequeño.

- ¡Es mi hermano, es mio! - demandó Lottie.

- ¡Niños!, ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Jay molesta caminando hacia los niños que estaban peleando.

- ¡Es loco dice que Louis es suyo! - respondió la mayor de los Tomlinson jalando más fuerte a su hermano, causando que el comenzara a llorar.

- ¡Hiciste llorar a Lou!, ¡Suéltalo! - demandó Harry jalando al pequeño a sus brazos.

- Que tiernos. - exclamó Jay enternecida.

- ¡Es posesivo mamá! No le puedes llamar tierno si es posesivo. - habló Lottie molesta.

- Cállate. Para mi es tierno. - respondió.

- ¡Él está loco! - chilló la hermana.

- ¡No le llames loco a mi hermano! - gritó Gemma molesta.

- ¡Ey niñas! - habló Mark levantándose de su lugar - Dejen de pelear ¡Lottie, Louis, nos vamos a casa! - ordeno.

- No se lo puede llevar papá Mark, por favor. - pidió Harry sin soltar a Louis de sus brazos.

Si, Harry solía llamar papá y mamá a los Tomlinson, porqué, pasaban tanto tiempo en su casa que los consideraba como tal.

Lo mismo hacia Louis con los Styles.

- Es hora de irnos muchacho, pero mañana pueden seguir jugando.

- Bien. - aceptó Harry desanimado. - Adiós Lou. - susurro soltando al niño.

- Adiós Hazz. - respondió - Adiós mami Anne, adiós papi Des. - se despidió.

- Adiós pequeños. - respondieron los Styles al pie de la puerta con una sonrisa en el rostro.

- ¡Lottie debes saber comportarte! - regañó Jay una vez que llegaron a casa.

- ¡Mamá! - chilló molesta la niña - Esa familia no me agrada. Además, su hijo está obsesionado con mi hermanito.

- ¡Cállate niña!, eso es muy grosero. - regaño el padre. - ¡Vete a tu cuarto, estás castigada! - ordenó.

La chica molesta subió a su habitación.

- No entiendo por qué no se lleva bien con Gemma, como Louis y Harry. - susurro su madre.

- No importa amor, pronto nos iremos de aquí.

- Mark, puedes negarte al puesto. - habló la mujer triste.

- No amor, es una gran oportunidad, no puedo desaprovecharla.

- ¿Qué hay de los niños? Sabes lo mucho que van a sufrir cuando se enteren que nos mudaremos. Todos sus amigos están aquí. Louis es muy inseguro y penoso, se va a poner mal si lo alejamos de su amigo.

- Ya tendrá más amigos allá. - habló seguro el padre.

- Va a sufrir mucho. - murmuró triste.

- Nos mudaremos Jay y no hay vuelta atrás, lo siento mucho.

La mujer torció los labios, bajo la cabeza y asintió insegura.

El día de la mudanza había llegado.

Louis miraba curioso como hombres con uniforme cargaban cajas de su casa con sus cajas y las metían en un camión.

- ¿A dónde llevan las cosas mamá? - preguntó.

- Pronto verás pequeño. Hora de ir con los Styles, ¿De acuerdo? - dijo sonriente.

El niño asintió feliz y corrió a la casa contraria, quería ver a Harry.

- Me siento mal por no decirle a Louis la verdad. - susurró Jay a su esposo.

- Es mejor así, en lugar de disfrutar su último día con su amigo estaría llorando.

La mujer asintió.

Los niños estaban jugando con la pelota como todos los días, sus padres conversaban alegres.

Pero algo llamó la atención de Louis.

- Hazz, ¿Sabes por qué mamá y papá se besan? - preguntó curioso.

- Mamá dice que es porque lo quiere mucho. - susurró Harry pateando el balón.

- ¿Tú me quieres Harry?

- Por supuesto Lou. - respondió sonriente.

El pequeño ojiazul asintió feliz y siguió jugando.

- Es hora de irnos amigos. - habló Mark desanimado.

- Te voy a extrañar amigo. - se despidió Des de un abrazo.

- Lo mismo digo. - susurró Mark.

- Hasta luego amiga. - susurró Jay triste.

Anne lloraba.

- Adiós. - respondió abrazándola.

- Adiós tabla. - se burló Lottie feliz subiendo al auto, mientras de Gemma rodaba los ojos molesta.

- Que bueno que ya no veré a Lottie nunca más. - se alegró Gemma entrando a su casa.

- ¡Louis, amor, hora de irnos! - gritó Jay.

El pequeño Tomlinson escuchó el llamado de su mamá y asintió.

- Hazz. - susurró - Tengo que irme.

- Adiós Lou. - dijo Harry abrazándolo fuerte.

Louis lo abrazo igual de fuerte.

- Lou. - susurró tiernamente - ¿Puedo darte un beso? - preguntó apenado.

Harry no sabía porque había preguntado eso y por qué quería besar a su amigo, pero quería hacerlo y mucho.

Louis asintió sonriendo, con los ojos brillantes y un leve tono carmesí en sus mejillas.

Harry se acercó a él y le dio un pequeño beso de pico, rápido.

Louis sonrió.

- Tengo algo para ti, no te vayas. - habló Harry antes de correr hacia su casa.

- ¿Ya te despediste de Harry, hijo? - preguntó Jay llegando detrás de su pequeño.

- Si, Hazz fue por algo. - respondió señalando la puerta del hogar.

- Bien. - susurró - Pequeño, debes despedirte bien, tal vez pase un poco de tiempo para que regresemos aquí. - habló dulce para no asustar al niño.

- ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿A dónde vamos? - preguntó confundido Louis.

- Vamos a... un nuevo lugar.

- Pero vamos a regresar, ¿verdad? - preguntó asustado.

- Por supuesto - mintió.

Louis asintió feliz.

- Esto es para ti Lou. - habló Harry llegando con un pequeño oso de peluche de color café.

Louis sonrió.

- ¿Para mí? - preguntó el ojiazul con sus ojos brillando de ilusión.

- Todo tuyo. - respondió Harry orgulloso.

- Gracias Hazz - susurró Louis abrazando el oso de peluche.

- ¿Abrazo? - preguntó el pequeño Styles abriendo sus brazos.

- Abrazo. - respondió Louis abrazándose al cuerpo de su amigo.

- Me dijo mi mamá que te vas de vacaciones por un tiempo y quería darte eso, para que no te olvides de mí este tiempo que vas a irte. - explicó Harry

- Nunca me olvidaría de ti. - respondió Louis separándose unos centímetros de su amigo.

- Ni yo. - respondió Harry sonriente.

- Hora de irnos amor. - susurró Jay.

- Hasta luego Hazz. - dijo Louis acercándose a su amigo y dándole un pequeño beso en los labios, justo como el rizado lo había hecho minutos atrás.

Después de ese pequeño beso, el menor de Tomlinson corrió hacia el auto de sus padres.

- ¡Hasta luego, Lou! - gritó una vez que salió de su aturdimiento por el beso.

Louis sonrió y se despidió con un movimiento de mano a través de la ventana del auto.

Harry imitó el movimiento viendo como el auto arrancaba.

Esperaba poder a ver a su Lou pronto.

Los problemas empezaron cuando al Domingo siguiente Louis y su familia no llegaron a casa y Harry se la pasó mirando la puerta de su casa con la esperanza de ver a su amigo entrar seguido de su madre y su padre.

Pero eso no pasó.

Cada Domingo Harry hacía lo mismo e incluso le preguntaba a su papá, cuando vendría papá Mark y su amigo, pero Des solo le decía que pronto.

Pero ese pronto no parecía llegar nunca.

La situación continuó así por algunos meses, hasta que por fin Harry se dio por vencido y ni siquiera se levantaba de su cama los Domingos.

Los cual hacia sentir culpables a sus padres por no decirle la verdad.

- Mamá, ¿Cuánto más van a durar las vacaciones de Lou? - preguntó Harry mirando sin ánimos su comida.

- No lo sé, cariño.

- Me mientes. Todos me miente. - susurró levantándose de su lugar. - Ya sé que Lou no va a volver y tú lo sabías y no me lo dijiste. - acusó triste con lágrimas en sus ojos.

- Harry. - murmuró nne.

- Nada. No quiero oírte. - habló decepcionado corriendo a su habitación.

Anne suspiró triste, su hijo tenía motivos para comportarse de esa manera.

Solo esperaba que eso pronto pasara y Harry pudiera regresar a ser el niño alegre de siempre.

Y Louis no se encontraba nada mejor.

Los primeros días se la pasaba preguntando por Harry y cuando iban a volver a casa, pero Mark y Jay nunca respondían a sus preguntas.

Las semanas pasaron y Louis tenia que regresar a la escuela, pero el pequeño quería regresar a su colegio, con Harry, pero su papá lo llevo a uno nuevo, en donde no conocía a nadie.

El pequeño se la pasaba abrazando el oso que le dio de su amigo, cada vez que se sentía solo lo abrazaba y era como abrazar a Harry.

Los meses pasaron y Louis lloraba cada vez más por la noches, no quería estar ahí, quería regresar a su antigua casa, junto su mamá Anne y su amigo, pero conforme pasaban los días él perdía las esperanzas de volver.

Pasaron los años y Louis se presentó como omega, lo cual odiaba.

Odiaba como sus regordetes muslos se marcaban en exceso en sus pantalones ajustados, como se podía ver su pequeña barriga a través de sus camisas, como tenía una curva exagerada en su trasero, odiaba su voz aguda y su baja estatura.

¿Por qué tenía que ser omega y no alfa como su hermana?, ¿Por qué?

Louis se odiaba por completo, eran tan imperfecto antes sus ojos.

¿Cómo un alfa se iba a fijar en él, si estaba tan gordo y bajo?

Lo que no sabia Louis, es que frente a los ojos de otro alfa de ojos verdes y rizos chocolates, él era perfecto.

Pero pronto iba a saberlo....

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