Un chico hermoso y dulce. 

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Una semana después.

Harry no hablaba con Louis, para nada, ni siquiera había tenido un acercamiento al pequeño desde el día que se conocieron y no era por qué Harry no quisiera, todo lo contrario, el alfa moría por hablar con el castaño, pero no sabia como hacerlo.

Era patético, si, demasiado.

Ahora lo unico que podia hacer era mirar al tierno omega desde su mesa a la hora del almuerzo, su corazón se sentía cálido al mirar a Louis sonreír para él mismo. 

El omega solía pasar el almuerzo solo, le gustaba, prefería eso; estando solo podía dibujar con comodidad y sin miedo a que alguien se burlara de sus dibujos.

— Ya deja de mirarlo, lo vas asustar. — susurro Niall bebiendo su soda.

— ¿Dejar de mirarlo?, ¿A quien? — dijo Harry desviando su mirada del omega de ojos azules que estaba solo, dibujando a unas cuantas mesas de distancia. 

— A Louis. Si te gusta, ve y habla con él, mirarlo así no hará que venga a ti. — respondió el rubio.

— No estoy mirando a Louis. — mintió — Inventas cosas. — bufó, rodando los ojos.

— Entonces, ¿No te gusta Louis? — preguntó Niall burlón.

Harry se puso nervioso.

— Yo..

— Si, tú. ¿Quién más bobo? — dijo el rubio riendo.

El alfa empezó a tartamudear nervioso, era como si Louis estuviera frente a él, pero no, solo era su molesto amigo beta. 

— ¡Dios, si te gusta! — gritó emocionado el beta.

— Niall. Cállate. — gruñó Harry.

— Vamos Harry. Ve con él, no va a comerte, a menos que lo quieras. — dijo Niall riendo más fuerte.

— Cállate. No me gusta. — gruñó el alfa.

— Que bueno, entonces no te molesta que Robb le esté coqueteando. — susurró.

— ¿Qué? — preguntó Harry frunciendo el ceño.

Niall se encogió de hombros y señaló hacia la mesa de Louis.

El alfa gruñó celoso ante la escena que presenció en ese momento.

Era Robb, un beta de su curso, alto, ojos azules, cabello castaño y rizado, casi igual que el suyo, pero, por supuesto que los rizos de Harry eran mejor. 

— ¿Cómo te llamas lindo? — susurró Robb dulcemente, mirando con ternura al castaño.

— Louis — susurró el omega, dejando de dibujar.

El beta colocó su codo en la mesa y recargo su rostro en su mano, para mirar mejor al omega.

— Louis. — repitió suave, cada saboreando el nombre. — Lindo nombre. — halago.

Louis sonrió un poco.

— ¿Qué haces? — preguntó inseguro el omega al ver al chico acercarse un poco más a él.

— ¿Sabes que es coquetear? — preguntó el beta.

Él negó con la cabeza, avergonzado.

Robb rió.

— Pues eso es lo que estoy haciendo. — dijo, seguido de un guiño que hizo sonrojar al pequeño. — Deberías saber que es coquetear omega. — susurró.

— ¿Por qué? — preguntó en voz baja.

— Por qué muchos van a hacerlo contigo.

Louis soltó una risa nerviosa y negó con la cabeza.

— Por supuesto que sí. ¿No te has visto en un espejo? — habló el beta sonriente.

— Porque me he visto, sé que me estás mintiendo. — pensó el omega cabizbajo.

— Eres lindo. Si dejas salir tu aroma, estoy seguro que tendrás muchos alfas a tus pies.

Louis rió.

— No lo creo. — susurró sonrojado.

Robb sonrió de ternura por el omega.

El beta pudo mirar a través del hombro de Louis que alguien los estaba mirando.

Ese alfa definitivamente quería matar a Robb.

— ¿No sientes que alguien te mira? — preguntó el beta sonriendo.

Louis negó con la cabeza.

— No te subestimes, Louis. Eres lindo, sí así sin aroma ya tienes un alfa a tus pies, imaginate con tu aroma.

— ¿Un alfa? — dijo curioso ladeando la cabeza con confusión.

Robb rió tierno de nuevo.

— No te diré quien es, debes darte cuenta por ti mismo. — susurró. — Bueno, te dejo pequeño, antes de que alguien me mate. — dijo divertido.

— Tu nombre. ¿Cual es? — preguntó Louis.

— Robbert, pero puedes decirme Robb. Hasta luego. — dijo levantándose de su lugar. — Por cierto. Podría darte unas clases de coqueteo, si quieres, para que sepas quien te coquetea y quien no. Y claro, si tú también quieres hacerlo. 

Louis se sonrojó. 

¿Él coquetear?, seria patetico.

— Lección uno. Cuando un chico te dedica su mejor sonrisa y te guiña un ojo, es por que te esta coqueteando. — dijo sonriendo y dedicándole un guiño coqueto. — ¿Quedó claro? — preguntó divertido al ver al omega sonrojado.

Louis rió y asintió.

— Adiós, Louis. — se despidió el beta.

— Adiós, Robb. — susurró él.

Harry no era alguien celoso, para nada, él ni siquiera ha pensado en tener un omega, quiere concentrarse completamente en el colegio, pero por una extraña razón y sensación de su alfa, quiere ir a golpear a Robb.

Simplemente no le encuentra sentido, bueno, tal vez si.

— Está bien. Si me gusta. — admitió.

— Genial. — sonríe Niall. — Ahora ve y dile a él. — propone entusiasmado con la idea.

— ¿Te volviste loco?. No se lo diré. — negó el rizado.

Niall bufó.

— Alfa cobarde — susurró.

Harry miró molesto a su amigo.

— ¿Qué dijiste? — preguntó.

— ¿Yo? Nada. — respondió sonriendo de manera forzada.

El alfa rodó los ojos y miró de nuevo a Louis, sonrió, el omega estaba concentrado en su dibujo, con la punta de su lengua al costado derecho, afuera de sus labios, atrapada entre sus dientes, era una imagen adorable que no quería olvidar.

Sin notarlo el alfa suspiro.

Niall intentó no reír por eso.

— Ay, Romeo. — dijo con burla golpeando el hombro del alfa. — Te propongo que vayas, le compres algo en la cafetería y aproveches para invitarlo a la fiesta del loco de Troye. 

Harry pasó saliva nervioso.

— Vamos Styles. ¿Le tienes miedo a un omega? — insistió el rubio.

— Bien, lo haré. — aceptó Harry, suspirando y levantándose de su lugar.

— ¡Suerte tigre! — bromeó Niall riendo.

Louis miraba complacido a su dibujo, era de sus mejores trabajos y no podía estar más contento por eso.

El omega hubiera continuando admirando su obra, pero el sonido de alguien aclarando su garganta llamó su atención.

Ahí estaba Harry, de pie frente a él, mirándolo atento, con algo en sus manos.

El corazón del omega se emocionó y sus labios se curvaron en una pequeña y tímida sonrisa.

Estaba seguro que era el mismo Harry que había conocido cuando era pequeño, aquel pequeño rizado que siempre lo hacía reír y sentir protegido.

— Hola, Lou. — susurró el alfa sonriendo de lado dejando a la vista uno de sus hoyuelos.

Louis sonrió más.

Sí, definitivamente era Harry.

Su Harry.

— Hola. — susurró, tratando de ocultar su emoción, podía sentir a su omega rasguñar su pecho para que abrazara al alfa.

—Yo he visto que no has comido nada y te traje esto. — dijo algo nervioso colocando la bandeja de comida frente a el omega.

Siempre Harry había sido tan atento, se alegra que aún lo siga siendo.

— Gracias. — susurró mirando la comida, era demasiado dulce, no quería comer, porque después iba a sentirse aún más gordo, pero el solo pensamiento de lastimar los sentimientos del alfa al rechazar su comida, lo hacía sentir mal.

Harry se sentó inseguro junto al omega, respiro, pero no percibió ningún aroma, más que el de la comida, se decepcionó un poco, se moría por conocer el aroma de Louis, pero al parecer ese día no iba ser hoy.

— Tu dibujo quedó muy lindo. — susurró el alfa.

Louis sonrió orgulloso.

— Gracias. 

"Aunque no más lindo que tú" pensó en decir, pero se contuvo.

— ¿Y cómo te sientes?, me refiero al colegio. ¿Te agrada?, ¿Nadie te ha molestado? — preguntó rápidamente el alfa.

"Por que si alguien te ha molestado, dime y lo mataré" gruñó su alfa interior.

— Me agrada bastante. — respondió Louis tratando de comer lo mejor posible.

— Bien. — susurró Harry sonriendo. — Yo... quería... invitarte a una fiesta. — dijo nervioso.

Louis lo miró.

— ¿Fiesta? — preguntó curioso el omega.

— Si, es en la casa de Troye, yo podría... ya sabes... — dijo aún más nervioso comenzando a rascar su nunca. — Pasar por ti a tu casa. — a completo su idea .

Louis frunció el ceño.

"¿Acaso Harry no sabe que somos vecinos?, ¿No se acuerda de mí?", se preguntó con tristeza.

— Yo... no soy mucho de fiestas. — respondió.

— Es divertido. Ni siquiera tienes que tomar si no quieres. — comentó el alfa.

— No me gustan mucho. Me hacen sentir un poco asustado. — confesó.

"Yo te protejo" dijo el alfa apresuradamente. "Te protejo siempre."

Louis sonrió tiernamente.

— Gracias Harry, pero...

— Podemos ir a otro lado si quieres. — interrumpió el rizado, no quería que Louis lo rechazara.

— ¿A otro lado? — preguntó confundido.

— Si. A donde tú quieras. Solo quiero salir. —  respondió.

"Contigo." a completo en su mente.

Louis rió nervioso.

— Bueno, yo antes vivía aquí, cuando era pequeño, pero nos mudamos y recién regresamos y no recuerdo mucho de la Ciudad, así que no tengo a dónde ir. — explicó Louis.

Harry sonrió.

— Hay un parque. Yo solía ir con mejor amigo, cuando éramos niños. Tiene mucho que no voy, era muy lindo. ¿Te gustaría ir? — preguntó el alfa sin darse por rendido.

Louis sonrió en grande.

"Nuestro parque. Harry recuerda nuestra amistad. ¡Harry me recuerda!" 

El omega asintió sin pensarlo.

— ¿Troye no va a molestarse? — preguntó Louis inseguro.

— ¿Por qué? — preguntó el alfa.

— Por no ir a su fiesta, podrías llevarme al parque otro día.

— Oh no. No. Troye estará tan ebrio que de seguro no lo recordará. — dijo Harry riendo. 

Louis asintió.

— Te llevaré hoy. — susurró. — Debería darte un paseo por la ciudad.

— ¿Qué? — preguntó Louis riendo.

— Dices que no recuerdas mucho de la ciudad, yo podría ser tu guía. ¿Qué te parece? — propuso el alfa.

 — Me parece genial. — susurró el omega encantado.

— Si. Genial. Iré a tu casa esta noche. ¿Qué hora te parece bien?

— Mmm... a las ocho está bien. — respondió.

— Cool. Bueno, tienes que darme tu dirección.

Louis rio.

— No la necesitas. Soy tu vecino. — susurró.

— ¿Qué? — preguntó confundido.

— Mi familia es la que recién se mudó junto a tu casa.

— Oh. — dijo avergonzado el alfa riendo igual. — ¿Y cómo sabes que es mi casa? — se atrevió a preguntar.

— Te he visto cuando llegas. — respondió.

Harry rió más y Louis rió igual.

— Mejor para mi. Te veo al rato, Lou. — susurró sonriendo, mostrando sus encantadores hoyuelos.

Louis asintió y se resistió a no tocar con sus dedos los hoyuelos marcados del alfa, como solía hacerlo hace muchos años.

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8:10 pm

Harry y Louis habían llegado al parque, era una suerte que estuviera cerca de casa.

El omega miraba todo su alrededor encantado, todo estaba casi igual como lo recordaba.

Los columpios seguían ahí, ahora tenían pintura nueva, pero seguían ahí, como si lo hubieran estado esperando; los columpios siempre habían sido su parte favorita del parque.

— ¿Quieres ir a los columpios? — preguntó el alfa.

Louis sonrió y asintió.

— No solía ser muy fan de ellos, pero mi mejor amigo los amaba, así que tuve que amarlos por él. — comentó Harry sentándose en uno de los columpios.

— Yo siempre los he amado. —  murmuró Louis emocionado.

— Lo sé. — susurró muy bajo el alfa.

— Siento que estar en un columpio es lo mejor del mundo. Como si los problemas desaparecieran. — comentó Louis sonriendo, con sus ojitos brillando

Harry sonrió encantado por ver el omega tan feliz.

— Puedo empujarte si quieres. — susurró Harry.

Louis lo miró, estaba sonrojado, era tan pequeño que sus pies no alcanzaban a tocar el piso. 

— Si, por favor. — aceptó.

"Como en los viejos tiempos", pensaron ambos.

Louis estaba feliz, tenia mucho sin subirse a un columpio y ahora estaba ahí, en un columpio, diciendo impulsado suavemente por Harry.

Era como un sueño, del cual desearía no despertar nunca.

— Dime Lou, ¿Por qué tu familia se mudó de esta bella ciudad? — preguntó el alfa.

— En realidad no lo sé, yo era muy pequeño, no recuerdo muy bien, creo que fue el trabajo de mi papá. — respondió.

— Me alegro de que regresaran. — murmuró. 

— Si, yo igual. — respondió el omega.

Louis se sentía como un niño pequeño, como si el tiempo no hubiera pasado en absoluto.

Era como si fueran el pequeño Hazz y Lou jugando en los columpios con Anne y Jay mirándolos encantadas.

Pero ahora eran Harry alfa y Louis omega, en los mismos columpios, solos, con Harry ayudando al pequeño omega.

Pero ninguno de los dos sentía esa diferencia y no podian estar mas felices por ello.

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Louis y Harry caminaban de regreso a casa, el omega se había cansado de estar en el columpio y aunque ninguno de los dos quería que terminara, pero ya no había mucho por hacer, ya le habían dado la vuelta a todo el parque, dos veces, así que era hora de volver a casa.

— Y dime Lou, ¿Te gusta alguien? — preguntó el alfa pasando uno de sus brazos por los hombros del omega, Louis sonrió por eso.

— Mmm... no lo sé Hazz... Harry — se corrigió de inmediato. — ¿Qué se siente que te guste alguien? — preguntó sonrojado.

— Hazz — repitió suavemente. — Me gusta que me llames así.

"Siempre me ha gustado" 

— ¿Si?, entonces... ¿Puedo llamarte así? — preguntó Louis.

— Si. Hazz, Hazza, como tú quieras. — respondió y el omega sonrió. — Pero solo tú. — advirtió sonriendo.

Louis asintió.

— Y sobre tu pregunta... yo tampoco sé que siente, pero creo que lo estoy descubriendo poco a poco con una persona.

— ¿Qué sientes por esa persona? — preguntó Louis interesado en el tema, tanto que no le tomó importancia al hecho de que ya habían llegado a su casa.

— Creo que su sonrisa es la más bonita y que sus ojos son los más lindos que podré ver en mi vida. — respondió.

— Eso es muy lindo. Creo que eres alguien muy tierno y alto. — rió divertido. — Si, muy alto y tierno. — confesó.

— ¿Si? — dijo Harry riendo con el omega, — Pues, tú eres un chico muy hermoso y dulce. — susurró comenzando a acercar su rostro al de Louis.

El omega se sonrojó por la confesión del rizado, tragando en seco cuando vio el rostro del alfa acercarse al suyo.

Harry depositó un tierno beso en la comisura de los labios del omega y sonrió al momento de separarse de aquel lindo rostro y verlo todo sonrojado.

— Nos vemos mañana hermoso. — susurró sonriendo lo más lindo posible y guiñando un ojo.

— Nos vemos. — respondió en un suspiro el omega una vez que el alfa se dio la media vuelta para irse.

La mente de Louis aún no procesaba todo lo que había ocurrido.

Harry le dio un beso muy cerca de los labios.

Harry le sonrió de esa manera que haría suspirar a cualquiera y le guiñó un ojo.

Espera...

¡Le guiñó un ojo y le sonrió!

¿Acaso Harry le había coqueteado?.

Por supuesto que sí.

Pero eso no era lo mejor.

Lo mejor es que Harry lo había llamado hermoso y dulce, eso lo hacia tan feliz, aunque fuera mentira, le hacía feliz que un alfa le dijera eso.

"Hermoso y dulce" 

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