Prelude: Seesaw.
— Ten. — De un movimiento, Hyuk pega un papel del tamaño de un volante contra mi pecho. — Vi esto y pensé en ti.
— ¿HIT IT? — Arrugo el ceño intentando leer las letras por lo arrugado que está. — ¿Audiciones? Minhyuk, tengo dos pies izquierdos.
— Yo creo que encajarías muy bien. Eres muy guapo, hyung. — Asiente varias veces, cortando la conversación antes de que yo le pregunte por qué no lo hace él. Le quedaría mejor que a mí.
Cuando nos detenemos frente a la siguiente tienda de ropa de adolescentes que hay en el centro comercial, doblo el volante y lo guardo en mi billetera; leyéndolo bien, pude notar que no solo buscan cantantes o esas mierdas, también quieren personal y supongo no perdería mucho con intentar entrar como aprendiz de productor.
Hemos venido a buscar el regalo de cumpleaños de Miah. Cualquiera pensaría que su hermano mayor sabría exactamente qué regalarle pero lo cierto es que no tiene ni puta idea... Al igual que yo.
Hyuk ha considerado ropa o zapatos pero una chica de la misma tienda nos aconsejó que nunca es buena idea regalar ropa a una mujer porque, por alguna razón, jamás usan lo que escoges. ¿Perfumes? Sucede lo mismo, si no le gusta, jamás lo usará. ¿Dulces? Cualquier día le puede dar dulces. ¿Discos? Creo que ella tiene más que nosotros juntos.
¿Por qué carajo es tan difícil regalarle algo?
Al final, Minhyuk ha decidido regalarle unos audífonos y el último libro de Harry Potter que le faltaba, dejándome a mí, con nulas opciones para otro regalo.
Es decir, sí. Yo ya tengo su regalo pero ahora que lo comparo, podría parecer nada al lado del de su hermano.
— ¿A cuántas personas ha invitado hoy tu madre a la fiesta de Miah? — Digo cuando ya nos encontramos dentro de su auto camino a casa.
— De nuestra familia más o menos a veinte, más unos diez de sus amigos de la escuela de baile y unos nueve más del instituto.
— Pobrecita. — Lamento y Minhyuk me hace segunda.
Si hay alguien a quien no le gustan los grandes grupos de personas, es a ella. Aún no comprendo muy bien cómo es que aguantó tanto tiempo durante mi fiesta de cumpleaños.
A lo que recuerdo... Estos meses me han servido para conocerla mucho mejor, y aunque a simple vista parecemos muy diferentes, tenemos muchas cosas en común. Y desgraciadamente, algunas no muy positivas.
Miah fue diagnosticada con ansiedad generalizada al igual que yo. Realmente a veces noto que puede vivir con ello y ha aprendido a controlarlo, pero también hay ocasiones en las que necesita de medicación. Con esto no estoy diciendo que sea una loca que todo el tiempo tiene miedo como en las películas, pero hay ciertas situaciones que la hacen comenzar con los síntomas, como por ejemplo hablar del futuro, tomar pequeñas decisiones de las cuales piensa que será el puto fin del mundo si se equivoca u otras cosas de las que siente que pierde el control. Me puedo dar cuenta fácilmente cuando rasca demasiado su piel por la dermatitis nerviosa o cuando muerde la cutícula de sus dedos sin que se de cuenta, sin embargo muchas veces estas cosas te consumen lentamente y en silencio... así que, me siento con la responsabilidad de estar alerta.
Estoy hasta cierto punto orgulloso de mí; he aprendido a detectar los peligros para su estado e incluso sé qué medicación usar cuando es muy necesario o cómo intervenir para no dejarla sola en aquel martirio.
Es raro porque padecemos lo mismo pero yo lo llego a sentir de diferente forma.
Tal vez me hace falta conocerme un poco más, hace mucho que no voy con la psicóloga escolar y quizá eso podría darme algunas respuestas.
En fin, regresando a la fiesta. Pobrecita. La noche en que su madre le dijo que planeaba celebrar su cumpleaños, me burlé diciéndole "Suerte" y ella respondió "Si tengo que ir yo, también tienes que ir tú."
Para cuando llegamos, ya hay bastante bullicio dentro de la casa de los señores Ahn. Entramos al salón y noto que está decorado justamente de la forma en la que Miah jamás lo aprobaría, pero ¿Es posible ir en contra de los deseos de la Sra. Ahn? Jamás.
Entre la gente que bebe, come, plática y baila prestando atención a cualquier otra cosa, veo a Miah sentada en la parte más alejada del jardín, usando un vestido color blanco que seguramente también ha escogido su madre y con una cara que hasta te hace querer voltear a otro lado por la tensión que proyecta.
— ¿Estás bien? — Musito sentándome a su lado mientras como una rebanada de pastel.
— ¿Lo parezco? — Alza una ceja sin ninguna otra expresión en el rostro. Me agrada la oscura y rara Miah.
Creo que es momento de darle el regalo. Dudo un poco antes de sacarlo de mi bolsillo, pero supongo que ya estoy aquí y, en vista de que no se me ocurrió otra cosa qué comprar en caso de querer abortar la opción A, no tengo otra alternativa.
— Ten. — Extiendo hacia ella la cajita larga de cartón de color gris y lazo rosa que la novia de Minhyuk se ofreció amablemente a escoger conmigo en cuanto le conté sobre mi dilema.
El semblante fruncido y de pocos amigos que tenía hace unos instantes desaparece en cuanto toma la cajita entre sus manos. Tira cuidadosamente del lazo rosa y abre la tapa.
— Gracias. — Sonríe sosteniendo el mini reproductor de música con unos audífonos alrededor de él. Hace un ademán curiosa por escuchar lo que tiene en la memoria pero la detengo porque aún no estoy listo para semejante cosa.
— Escúchalo cuando estés sola. ¿Sí? — Pido con la voz más bajita que puedo.
Ella me sonríe entrecerrando la mirada, guardando de nuevo el reproductor en su cajita con sumo cuidado.
Y, creo que con el propósito de hacer que su padre me mate en estos momentos, me da un beso fugaz en la mejilla para después, dejarme totalmente con cara de imbécil.
La fiesta transcurre bastante rápido y para cuando ya estoy en casa, listo para dormir, aún sumergido en mis nervios debido al regalo que le di esta tarde, corro hacia mi teléfono celular en cuanto suena el timbre de un mensaje nuevo.
Es ella.
Miah:
Es hermosa, Yoongi. Es el mejor regalo
que me han dado jamás. ¿Cómo le haces
para ser tan lindo?
Espera, soné como una idiota ¿Cierto?
La voy a escuchar todos los días porque
es la mejor canción del mundo. <3
Y ahora el que parece idiota soy yo, sentado al borde de mi cama sonriéndole al teléfono celular, tan emocionado que no puedo creer que le haya gustado la melodía que tardé cerca de dos meses componiendo para ella.
[...]
Tiene unas cuantas semanas desde que Hyuk y yo nos graduamos.
Con los exámenes para la universidad a la vuelta de la esquina y un montón de decisiones por tomar, vuelvo a recordar el correo electrónico que me han enviado por parte de las audiciones de HIT IT. Al parecer sí me aceptaron y según leo, el director quiere hacerme una propuesta.
Todo parece perfecto. Dicen que pueden pagarme otras clases de preparación además de algunos eventos en el extranjero; nada mal para una empresa que ni siquiera está en el mapa. El único problema es que todo está en Seúl y yo jamás he salido de la ciudad más que para ir a pasar una Navidad con mi tía a Busan.
Además, aquí tengo mi vida. Aquí está mamá, papá, mi hermano, Hyuk... Miah.
Creo que mi estómago duele más al pensar en ella.
¿Me he apegado demasiado? Justo ahora y como casi siempre, no sé cuál sea la decisión correcta. Por un lado, quiero quedarme porque entre todo lo malo, considero que aún así tengo muchas cosas buenas y sin embargo... Esta es mi oportunidad para hacer lo que quiero y cómo quiero hacerlo.
El tiempo se me acaba.
— Haz lo que debas hacer, Yoongi. — Toma mi mano sin pena alguna mientras caminamos juntos hacia la parada del autobús que va de mi trabajo a casa. — No te preocupes por mí. Estoy segura de que si insisto, Hyuk puede acompañarme a Seúl para verte o incluso puedo pasar mis vacaciones con mi tía. Tiene una gran casa cerca de una avenida central.
Aunque intente ocultarlo este tema es algo que también le incomoda, sin embargo, hace todo a su alcance para hacerme sentir mejor.
— Yo también puedo venir a verte ¿Sabes?
— ¿Entonces por qué lo piensas demasiado?
La respuesta es que tengo mucho miedo a fracasar. Tengo mucho miedo a irme, dejar a un lado mi vida segura por algo que seguramente no va a funcionar.
¿Cómo podría presentarme ante mis padres después de eso?
— Además. — Continúa. — Tienes que ir y hacerte un gran productor para que cuando seas famoso, pueda publicar la canción que me hiciste y me vuelta multimillonaria. — Ríe con cierta ironía y diversión, mirando hacia el piso, evitando pisar las líneas en el cemento y regresando la mirada hacia mí.
¿He dicho cuánto me gusta?
Por algún razón, tenerla cerca me produce una paz inexplicable. Ella es como un imán al cual no puedo evitar acudir porque es increíble la felicidad que me provoca estar a su lado.
¿Realmente quiero perderme de esto?
— Tal vez... — Carraspeo un poquito mirando también hacia el piso. Mi-er-da ¿Qué estoy a punto de decir? Detente. — Tal vez si vas a la universidad de Seúl cuando te gradúes, ya sabes, podría considerar... — No lo digas. — T-tú querrías... Quiero decir. — Ya, mierda, Yoongi. — Tú tal vez podrías quedarte conmigo si consigo un buen departamento en Seúl.
Cuando ella para de sorpresa, mi corazón también lo hace.
¿Qué mierda acabo de decir?
— ¿En serio?
— Yo sé que no sería a cómo estás acostumbrada a vivir pero-
Un abrazo sin ningún tipo de restricción por su parte interrumpe lo que iba a decir. Deja hundir su rostro en mi cuello y rodea con sus cortos brazos mi cintura.
Creo que le agradó la idea.
[...]
— No sé qué le metiste en la cabeza pero debes parar ahora. — Ataca en cuanto llego al lugar donde me ha pedido que nos veamos.
Poco le ha faltado para ahora sí, darme un puñetazo en toda la cara. ¿Qué mierda le pasa?
— ¿Perdón? No entiendo — Bajo la voz con la intención de que también lo haga. — ¿Ahora qué hice?
— Detente, Yoongi. No todos deben hacer lo que tú quieres. — Intenta suspirar pero por el color rojo de su rostro, le está costando demasiado contener sus palabras. — Haz lo que quieras pero no la arrastres contigo.
— ¿De qué estás hablando? — Susurro preocupado por la atención que ha comenzado a llamar. En ese momento, recuerdo un poco de la conversación que tuve con ella hace unos días. — Ah. — Relajo mi semblante convencido de que puedo aclarar las cosas. Esto es muy extraño, ella jamás hablaría a medias de un tema como este. — Solo fue una sugerencia, no le dije que fuese a Seúl para ser mi esposa y servirme toda su vida. Creo que exageras.
— ¿De verdad crees eso? ¿De verdad crees que mis padres la dejarán irse así como así?
— Es algo que ni siquiera ha pasado, aún faltan dos años. DOS PUTOS AÑOS. — Alzo la voz comenzando a molestarme. Odio que levanten falsos testimonios cuando no saben ni una mierda.
Minhyuk baja el rostro asintiendo en repetidas ocasiones. Puedo ver como contrae la mandíbula con el fin de no soltar más palabras.
¿Qué es lo que quiere decir?
¿Por qué se comporta así?
— Yoongi... Lo siento. — Emite sentándose en una de las bancas al lado del instituto. — Es solo que me asusta no tener control de que lo hace Miah.
— Eso es un macro machismo, Hyuk. — Imito a Miah con la intención de hacerlo reír o algo por el estilo.
— Tengo miedo de que se equivoque al querer seguirte a Seúl. Ella es todavía -
— Es joven, lo sé. Pero dentro de dos años tendrá 18, Hyuk. No puedes pasar toda tu vida cuidándola de todo y de todos. — Tomo asiento junto a él intentando ser el mejor y más compresivo amigo del puto mundo. — Solo fue una idea, algo que se me salió decir porque para mí sería genial... Pero no sé lo que vaya a pasar. Posiblemente en dos años ni siquiera vamos a estar juntos. — Temo. — Y si te sirve de algo, yo sería la primer persona en desistir si sé que las cosas no podrían salir bien para ella.
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