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Dont Wanna Cry

Ya no sé cuanto más pueda aguantar. ¿Cómo es que hacen esas personas que de la mierda, prácticamente de la jodida nada crean un emporio? Mi orgullo poco a poco se ve pisoteado por mis padres cuando me dicen que despierte de una vez y me enfoque en lo que de verdad importa, pero es que ¿Lo que yo quiero no importa? Si quiero hacer lo que me gusta, tengo que irme de casa de mis padres y para eso necesito dinero, mucho dinero.
Hay un pseudo-rapero en el centro que frecuenta la tienda de música, no sé a qué más se dedique pero a veces viene a escuchar lo que compongo, dice que le gusta y trata de comprar algunos samples por un mísero y ofensivo precio. Termino accediendo porque lo necesito.

Últimamente tengo -más- ganas de dormir todo el tiempo, es difícil que quiera comer algo, he perdido mucho peso y con frecuencia, tengo ganas de llorar como niño pequeño. Quiero dejar de tener contacto con las personas, solo quiero hacer nada y dejar... esto de una maldita vez.
Ojalá, ojalá sea solo una mala racha. Ojalá todo esto sea pasajero y en un futuro no muy lejano, pueda demostrarle a mis padres que están equivocados; ojalá sea capaz de darles la mejor vida del mundo mientras hago que por fin puedan sentirse orgullosos de mí.

Hay noches en las que ideas oscuras me rodean. En estos momentos, quedarme en silencio me aterra porque pensamientos irracionales pero dolorosos surgen sin que sea capaz de contenerlos. Entonces, todo lo que quiero ser, el camino que me falta recorrer y la persistente idea de que mi vida sería distinta si tan solo pudiera ser lo que las personas esperan de mí o lo que se supone que debería ser, se convierte en una creciente sombra que me atrapa y sofoca hasta el punto de hacerme reflexionar si vale la pena seguir hasta conseguir lo que anhelo... o no. 

Quiero estar equivocado. 

Respiro. Lloro en silencio y me planteo la idea de que a veces, solo hay que seguir caminando sin pensar demasiado en lo que hacemos. Al final, espero poder ver hacia atrás y sorprenderme de lo mucho que he avanzado.

Me he estado preparando para una presentación en un bar. Sé que es un lugar con una reputación más baja que la estatura de Miah, pero supongo que es un avance. Sin embargo, no lo sé, la gente viéndome, criticándome, señalándome, hablando de mí y juzgándome como si ellos fueran la perfección andando, hace que sienta una horrible ansiedad incluso solo con imaginarme los primero minutos arriba del escenario. 

Hyuk ha comenzado a salir más con su amor platónico, eso significa que el idiota Min Yoongi es el candidato perfecto, digno de confianza, para pasar a recoger a su hermana menor después de su clase de ballet. Finjo estar molesto por ello, pero en el fondo, tener más tiempo con ella, me agrada porque Miah me hace sentir bien. 

— Iré a verte. — Susurra desde su lugar a mi lado, en la biblioteca.

Hoy, ni siquiera me molesté en entrar a clase de Cálculo; creo que la clase de Miah es libre porque no ha llegado su profesor. 

— Que  alivio. — Bostezo recostando mi cabeza en la mesa.

— Lo digo en serio. — Se hace la ofendida. — S-somos amigos ¿No? Si me ves ahí, tal vez no sientas tantos nervios. — Miah recuesta también su cabeza hacia mi dirección sobre el pupitre y así, ambos quedamos a la misma altura.

— ¿Cómo planeas hacer que eso pase? — Sonrío estúpidamente, más dormido que despierto.

— Mmmm. Tal vez si solo me miraras a mí-

Verte solo a ti. Podría tener sentido... Es decir. Sí, de alguna forma, Miah me hace sentir un poco más de confianza. 

— ¿Entre toda la gente verte me daría fuerzas y terminaría dando un espectáculo digno para patearle el trasero a Eminem? — Suelto una carcajada que seguramente, me costará que no me hable en toda la semana y de paso, que la bibliotecaria me saque de aquí.

Mentira, una vez que Ahn Miah tomó confianza conmigo, fue imposible cerrarle la boca.

— ¿Por qué siempre tienes que ser tan imbécil conmigo? — Toca su pecho como si le doliera. Suspira con desaprobación y sarcasmo al rojo vivo.

— Ni siquiera te dejarán entrar — Volteo el rostro para poder cerrar los ojos y dormir. — ¿No tienes que ir a molestar a tu novio Jiaer o como se llame?

Jiaer es el tipo de intercambio de Hong Kong que apenas entró este año, va en la misma clase que Hyuk y yo. Como era de esperarse, en pocos días se volvió la atracción principal de la escuela... pero por alguna razón, él y Miah han pasado bastante tiempo juntos durante las horas de clase con el pretexto de regularizarlo en las materias.
No es que me importe pero, hasta cierto punto es molesto. Miah no suele maquillarse, acariciarse el cabello o usar moños ridículos, pero con este tipo lo hace todo el jodido tiempo. Si me preguntan, prefiero mil veces a la Mia reservada que conozco. 

— No es mi novio. — Sonríe como tonta. — Ojalá pudiera ser novia de alguien tan genial como Jiaer. — Otra vez, comienza a hacer ese extraño puchero intento de ser linda que le va terrible.

— No lo sé, tal vez puedas decirle que rapee frente 100 personas y solo te vea a ti. Igual y así lo conquistas. — Me burlo de la forma menos cruel que me permito.

— Vete a la mierda entonces. — Se levanta y comienza tomar sus cosas para ir a clase.

— También te quiero, Ahn Miah. — Canturreo feliz porque por fin me dejará dormir.

Ya se le pasará.

A lo largo de la semana, Hyuk no ha estado intentando ocultar su molestia. No entiendo muy bien la razón por la cual no quiere que su hermana baile en el festival cultural del instituto. Mientras estamos en el salón vacío de carpintería, camina de lado a lado sin dejar de bufar y susurrar palabras que difícilmente entiendo.

— ¿Te preocupa que lo haga mal? Que mal hermano eres. — Suspiro cargando una tabla de madera para clavarla al escenario.  — Incluso si baila horrible, es tu deber apoyarla. 

Minhyuk me ha extorsionado. Si le ayudo con sus labores como presidente del consejo estudiantil, me anotará en la codiciada lista de créditos extra.
Así que no tuve más opción que venir después del receso a lijar madera y pegar algunos adornos a la escenario. 

— N -no es eso. — Se detiene por un momento, cruza ambos brazos y me ve con intriga. — Hyung...

Ahí va de nuevo.

— Sea lo que sea, no. Olvídalo. — Sigo clavando la madera en el piso.

Pero por alguna razón, unas horas más tarde ya me encuentro frente a la puerta de la casa de la señora Ahn. 

Hoy mi propósito, más bien, el favor que haré es tratar de convencer a Miah de que no baile mañana e intente conseguir créditos extra en Artes de otra manera. ¿Por qué demonios Minhyuk quiere complicarse y complicarle tanto la vida? Ella ha bailado muchas veces incluso frente a un mayor número de espectadores ¿Qué diferencia hará una presentación en el instituto? Además, las personas que van a ver recitales de ballet o las obras completas, son personas que, o aman mucho a sus hijas e hijos como para aplastar el trasero más de 3 horas o son personas con nato amor al arte; la presentación en la escuela no sería más que algunos profesores obligados a llevar a sus grupos y un montón de adolescentes viendo su celular o aprovechando la oportunidad para comer. Ni siquiera prestarían atención. De hecho, los únicos espectadores seríamos Hyuk y yo, si es que no me vence el sueño a los pocos minutos.  

Al acercarme a la casa, no entiendo muy bien la razón, siento un poco de nervios... pero muy poquitos. En el primer receso de vacaciones del año, Miah fue a un curso de verano en Canadá. Hyuk por el contrario, quiso encontrar su primer empleo y tras pelear varios días con su madre, por primera vez en 17 años, se le permitió faltar a esos cursos de verano en el extranjero para gente ñoña con dinero. 

Así que, por extraño que parezca, justo ahora siento como si no hubiese visto a Miah por años aunque solo fuesen dos meses.

La persona que me ha dado acceso a la casa es la "abuela" de los chicos. La señora Yung ha sido la nana de ambos desde que nacieron, pero por motivos que solo la familia conoce, ahora les es difícil verla como una empleada. La señora a duras penas si puede moverse con rapidez, así que solo se dedica a ver televisión, tejer, e insiste en preparar la cena muy a su tiempo.

Creo que no hay alguien en casa más que ella. Por lo tanto, me siento incómodamente en el sillón a esperar mientras ella ve el mismo drama histórico que mi madre no se pierde en casa.

— Hijo, puedes esperar a mi Hyuk-i en su habitación. — Sonríe amablemente la señora Yung mientras teje y comienza a quedarse dormida.

Asiento aliviado y me dirijo al cuarto de mi amigo porque esperar por Miah en el cuarto de Minhyuk, es mil veces preferible a escuchar cómo el Ministro de Izquierda Kim planea derrocar a la familia Hong del trono.

Tras subir las escaleras, al final del pasillo justo entre el baño y el cuarto de Hyuk, hay una puerta con un cartel y un unicornio en colores pastel y dice: "Miah".
La puerta está entre abierta. Tras dudarlo un poco, siento curiosidad sobre cómo será su cuarto.
Vacilo un poco. Solo será rápido, igual y encuentro algo con qué burlarme de ella más adelante.

Ojalá jamás hubiese entrado aquí.

Lo siguiente que veo es a alguien bailando en ropa interior y playera oversize. Ni siquiera se da cuenta de que estoy aquí porque tiene unos audífonos on ear puestos.
Me quedo petrificado en el marco de la puerta porque no sé qué hacer, mis piernas no me responden por más que mi cerebro se los ordena.
Miah por fin da la vuelta, me siento avergonzado en cuanto mis ojos se posan en los pandas impresos en sus calzoncillos.

Me siento como todo un pervertido.

— T-tú... — Ella ha dejado de bailar. Creo que está tan sorprendida y avergonzada que ni siquiera tiene el pudor para taparse.

Yo tampoco respondo. No sé si quiero burlarme por los pandas o salir corriendo por la pena ajena que sentí al verla bailar tan mal. Tal vez por todo eso junto. 

En seguida cierro la puerta de un azote y me recargo sobre la pared para asimilar lo acaba de pasar.Mi mente va a mil por hora tratando de imaginar cómo demonios me voy a disculpar con ella cuando tenga que verla de frente otra vez.

Sinceramente... No creo poder verla directamente a los ojos.

— ¡¿Todo bien mis niños?! — Se escucha el grito de la abuela desde la planta de abajo, seguramente la desperté con el portazo.

Me siento mucho más relajado cuando a los pocos segundos, la carcajada magistral de Miah se escucha del otro lado de la puerta.

Tengo la necesidad por recargar la espalda en la pared y detenerme a tomar un poco de aire mientras mi mente lucha por procesar tanta información junta. 

— ¿Sigues ahí? — Difícilmente puede articular una palabra debido a la risa.

Es bastante contagiosa. Soy un idiota. 

Comienzo a reír con ella desde el otro lado.

— Ojalá no. — Respondo con la risa cortada.

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