№34
✏️ Arianne
Poco a poco empecé a moverme ya que recién había abierto los ojos, aunque segundos después los volví a cerrar cuando la luz del sol me deslumbró. Me moví bruscamente girándome y di una patada al cuerpo que tenía a mi lado. Escuché su gruñido y abrí los ojos como platos.
- ¿¡Qué haces aquí!? - grité al ver a Jimin a mí lado.
- Uggh - se quejó - No grites ya tan pronto... - susurró con su voz ronca porque recién había despertado y se giró para tenerlo cara a cara. - Buenos días... - saludó y mostró una risueña sonrisa achinando sus ojitos.
- Aún no me has contestado... - no pude evitar observarle recién despierto. Su pelo estaba alborotado haciéndolo irresistiblemente sexy, sus ojos marrones oscuros aún no se habían abierto del todo y más abajo de su mentón estaba desnudo mostrándome sus hombros y una pequeña parte de su pecho.
Espera...
- ¿¡Qué haces desnudo!? - volví a escandalizarme y escuché su risa.
- No estoy desnudo... - respondió calmado - Estoy semidesnudo, mira - abrió las sabanas y lo vi solo con sus boxers rojos. Solté un gritito y me tapé la cara que se estaba volviendo cada vez más roja. Escuché por su parte una carcajada.
- ¡No te rías! - le dije dándole un pequeño golpe en el hombro.
- Es que eres tan mona e inocente... - se apoyó en su codo y me volví a ruborizar.
- Tú eres un tonto...- le vi rodar los ojos con una sonrisa.
- Solo sabes insultarme... - en un movimiento rápido se puso encima mía y casi grité del susto - Pero... ¿y si hoy me dices otras cosas? - me susurró y mi corazón latió rápido.
- ¿Có-cómo qué? - balbuceé como una tonta y él me enseñó una sonrisa al ver que tenerlo encima mío estaba provocándome estos nervios. Bajó su cabeza a mi cuello donde la escondió y noté sus labios besar aquella zona.
- Otras cosas...- murmuró contra mi piel que ya estaba ardiendo por su tacto. No me dejó muy claro lo que quería pero comenzó a dejarme besos por mi cuello y se me olvidó todo lo demás. Él sonrió triunfador contra mi piel, sabía perfectamente como mi cuerpo estaba reaccionando a sus caricias y besos. Eché un pequeño vistazo a su cuerpo semidesnudo ¿¡Por qué me estaba haciendo esto!? Iba a perder la cabeza cuando por fin besó mis labios con lentitud y disfrutando de cada movimiento hasta que se escuchó un ruido seco fuera de mi cuarto. Como si un sartén se hubiese caído.
- ¡Yerin! - grité cuando me acordé de ese demonio y aparté de un golpe a Jimin. Lo dejé echado a un lado de mi cama mirándome con cara de ''¿En serio?'' - Lo siento pero tengo que hablar con esa niñata... - le dije decidida al menos esos ''buenos días'' me habían espabilado más que un café. Él solamente soltó el aire por su nariz cerrando sus ojos. Estaba apunto de levantarme pero él rápidamente me cogió del brazo haciendo que cayera a la cama.
- No seas dura con ella- me dijo y le interrumpí.
- ¿¡Dura yo!? Pero si tú has visto como me ha tratado todos estos días.
- ¡No me interrumpas! Ella se arrepiente de lo que ha pasado, solamente habla con ella pero tampoco te pases...
- Ha vuelto otra vez el angelical Park Jimin... - rodé los ojos cansada.
- Te lo digo en serio, además creo que es lo mejor ya que vuestros padres llegan hoy, ¿no? No le deis la impresión de que os lleváis mal, quizás eso les pone triste a los dos.
- Sí... pero me da igual, quiero contarle a su padre lo ''buena'' que es su ''perfecta'' hija.- Jimin soltó un suspiro rendido.
- Arianne... - dijo cansado.
- ¡Vale! No seré ''dura'', pero tengo que hablar con ella.- le dije resignada y me incorporé de la cama. - Por cierto, aún no me has dicho cómo has terminado en mi cama- él sonrió de lado y se acomodó en la cama.
- Anoche cuando llegué estabas dormida así que te traje aquí y ya que estaba pues me quedé, ¿por qué no? ¿Te molesto?
- No, en absoluto.. Pero no sabía que dormías semidesnudo - le confesé que en verdad me lo podía haber callado ya que él me miró de forma pícara.
- Puedo dormir desnudo si te apetece... - rodé los ojos pasando de él.
- ¿Hoy qué tienes que hacer? - le pregunté levantándome de la cama.
- Pues... en un rato he quedado con los chicos, vamos a ensayar.
- Ah, bien. Estáis a tope...
- Sep, nos gustó bastante la primera vez que actuamos así que vamos a seguir.
- Genial - caminé hacia la puerta y le señalé con el dedo - Te espero en la cocina, que no se te ocurra salir en boxers - le advertí muy simpática y escuché su melodiosa carcajada antes de salir.
Me encaminé por el pasillo y el olor a café llegó a mí provocándome unas ganas inmensas de tomarme una buena taza para desayunar. Me asomé en la puerta y vi a ese maligno ser, anticristo e hija de un demonio (y no me refiero a su padre, porque su padre es un amor de persona pero seguro que Yerin ha sido adoptada)... bueno la cosa es que esta estaba preparándose el desayuno.
- Hola. - saludé seria entrando pero ella ni siquiera se inmutó de verme ahí.
- mmh - me... ¿me contestó? ¿¡Qué forma de saludarme es esa?
Me puse a su lado para coger dos tazas y servir café, uno para Jimin y otro para mí. Ella se sentó en la mesa y durante dos minutos no rompimos el silencio que se había formado.
- Buenos días - saludó Jimin entrando con su ropa y animado.
- Hola - le devolvió el saludo Yerin y dejé la cafetera en la encimera haciendo un ruido seco. Con una sonrisa super falsa me giré y a Jimin le puse delante su café. Una vez me senté miré a Yerin que estaba bebiendo y evitando mi mirada.
- Yerin - empecé a hablar seria - Tenemos que hablar.
Ella alzó su mirada por encima de la taza, una mirada sin expresión y dejó su café en la mesa de forma tranquila pero con aires de superior.
- No tengo ganas de hablar contigo.
Abrí la boca sorprendida y Jimin tuvo que taparse la suya para no soltar una risa. Le miré. ¿¡Cómo quiere que no sea dura con ella si me sigue tratando así!? Pero vi los gestos de Jimin, quería que no perdiese los nervios tan rápido. Solté el aire por la nariz y me dispuse a beber de mi café e ignorarla.
Después de desayunar, Jimin se marchó y me quedé junto a ella. Menos mal que por la tarde volvían nuestros padres, así ya se iría. Me alejé de ella sin decir nada, iba a ordenar mi cuarto pero me sorprendió cuando tomó mi camiseta. Me giré un poco con la ceja fruncida.
- ¿Podemos hablar? - me preguntó un poco afligida y me sorprendió su cambio drástico. Iba a negarme pero tenía que dejarle las cosas claras a estas niña.
Nos sentamos en el sofá, separadas.
- Lo siento.
- ¿Qué?
No me esperaba que la primera que hablaría sería ella y disculpándose. Lo repitió aclarando que sabía que no había hecho bien lo que hizo y que quería disculparse conmigo.
- Sí esta muy bien que te disculpes pero eso tampoco arregla nada entre nosotras dos. - le dije cortante y ella me miró a los ojos.
- Lo entiendo perfectamente pero si te soy sincera, en verdad me caes bien. Me gusta tu forma de ser y no puedo negar que me gusta meterme contigo para verte enfadar. - me confesó y la miré con las cejas fruncidas.
- Bien, eso no descarta mi pensamiento de que eres un demonio... - le dije y ella se rió. Se había reído de verdad y eso me dejó sorprendida.
- ¿Te gusta la pizza? - preguntó de repente.
- Sí, claro que me gusta. - respondí como si fuese obvio y ella sonrió.
- Entonces, hoy comeremos pizza, invito yo.
- ¿Estas chantajeándome con comida? - le pregunté confusa y la escuché reírse.
- No todos los días te invitan gratis ¿verdad?
- Desgraciadamente no...
Durante el resto de la mañana estuvimos ordenando la casa con un ambiente mucho mejor, Yerin estaba animada aunque aún seguía sin hablarme mucho. A la hora de comer la escuché hablando por teléfono.
- Sois unas idiotas por dejarme con ese - dijo ella enfadada. - ¿En que pensabais cuando me dijisteis que siguiera hablando con él? Ni siquiera lo conocéis... - se quedó callada - Me da igual, no quiero vuestras disculpas, yo ya no quiero volver a salir con vosotros... En fin, adiós - colgó. Escuché un suspiro por su parte y decidí entrar en la cocina.
- ¿Todo bien? - pregunté.
- Ahora sí.- me respondió con un suspiro.
- ¿Pasó algo anoche?
- Algo así... Un idiota me molestó bastante y bueno, menos mal que Yoongi lo dejó con la nariz rota.
- ¿¡Yoongi!? ¿¡Hablas de Min Yoongi!?- asintió con la cabeza. - ¿Qué hacía él ahí?
- No sé - se encogió de hombros - Pero menos mal...
La vi ponerse muy seria y me sentí muy mal por ella, debió pasar algo malo...
- Bueno, tranquila. Super Yoongi siempre aparece en los momentos indicados. - le dije bromeando y ella se rió.
- Es mono.
- WOOO - grité por su confesión inesperada y ella rodó los ojos después de haberse puesto tímida por un momento.- Este peliverde robando corazones...
- Será mejor que vaya a pedir las pizzas... - cogió el móvil y me reí detrás suya al verla huir con un sonrojo.
...
Por la tarde-noche, Yerin y yo estábamos apalancadas en los sofás viendo una película de terror. Toda la casa se mantenía a oscuras y en silencio pero con una tensión que se podía cortar con unas tijeras. Miré a la rubia que se tapaba los ojos con una almohada, me reí porque yo estaba igual, solamente que en vez de una almohada era con la manta.
- oh... ya viene ya viene ya viene - repitió ella cuando la música de tensión empezó a sonar cada vez más fuerte y rápida. La protagonista de la película no se daba cuenta que si giraba en ese pasillo lo más seguro iba a morir por culpa del fantasma-toca-pelotas que lleva molestando desde que empezó la película pero ahora al final se estaba rebelando contra todos los jóvenes humanos que habían ido a visitar esa casa. El grito de la protagonista nos asustó provocando que diéramos un bote en nuestro sitio pero fue bastante decepcionante, tampoco nos aterró demasiado. No tanto como cuando mi madre y Dae entraron por la puerta de casa y casi nos matan de un susto. No nos habíamos dado cuenta de la puerta ya que el volumen de la televisión estaba fuerte y entonces, cuando nos vieron decidieron asustarnos. Mi madre y Dae se empezaron a carcajear casi llorando de la risa, en cambio nosotras dos intentábamos recuperarnos del casi ataque al corazón que habíamos sufrido.
- ¿Qué tal, chicas? ¿Cómo habéis estado estos días? - preguntó mi madre cuando dejó ya de reírse.
- Bien - contesté y me levanté del sofá con cara de pocos-amigos aún molesta por el susto.
- ¿Sí? ¿Os habéis comportado bien? - preguntó esta vez Dae. Yerin me miró un poco alarmada, podría decirle todo lo que hizo su hija pero no lo haré pues, al final, ha resultado ser buena chica.
- Muy bien. Nos hemos divertido también.
- Sí - añadió Yerin asintiendo con la cabeza.
- ¡Qué bien! - dijo mi madre contenta.
- Estoy muy feliz de que os llevéis bien - dijo su padre y Yerin le enseñó una sonrisa. - ¿Ya lo tienes todo listo? - le preguntó a su hija. Ella asintió con la cabeza.
- Esperad ¿Queréis quedaros a cenar? - invitó mi madre y él terminó aceptando.
Al día siguiente me levanté para prepararme e ir a clases. Yerin ya se había ido y anoche, antes de entrar en su coche le dije que esperaría verla pronto lo cual ella me sonrío risueñamente y no se fue sin antes decirme que aprendiera a cocinar que mi comida daba asco. Aún así, le enseñé una sonrisa y me despedí de ella con un abrazo.
Ahora se acercaban las últimas semanas del curso y nos estábamos preparando para los exámenes de acceso a la universidad. Yo por fin me había decidido, iba hacer estudios fotográficos, quería que mi hobbie favorito se convirtiera en algo en el que poder vivir de ello. A mi madre le pareció estupendo y además que en la misma universidad donde iba a ir había esta rama por lo que no tendría que mudarme a ninguna otra ciudad para hacer lo que me gustaba.
Después de las clases, un día que había sido aburrido y normal, Jimin me invitó a comer a su casa ya que su madre se lo había pedido. Acepté encantada, amaba su familia ya que siempre me habían tratado muy bien y el ambiente familiar que hay me hacía recordar cuando mi padre estaba con nosotras lo cual extrañaba mucho.
Ayudé a su madre colocar la mesa y una vez estábamos todos sentados nos puso delante la comida que olía bastante bien. Jimin comía con ansia y lo entiendo, la comida de su madre estaba riquísima.
- ¡Oh, hijo! - habló la mujer como si se hubiese acordado de algo - Ha llegado algo para ti - se levantó de la mesa dejándonos todos intrigados. Lo tenía en la encimera - No sé que es esto, pero dice tu nombre así que toma... Parece importante - dijo pasándole una carta. Él lo cogió confuso y miró el remitente. Alzó las cejas y decidió abrirlo de una vez. Vi sus ojos pasar por las letras que contenían esa carta y levantó la mirada cuando terminó.
- No puede ser... - murmuró ido.
- ¿¡Qué es!? - gritó emocionado su hermano.
- Eso, hijo, ¿qué es? - preguntó su padre ahora. Se lo pasó a su madre para que lo leyera y su grito emocionado nos asustó. Miré a Jimin que no podía quitar su sonrisa y me pasaron la carta para que por fin entendiera por qué tanta felicidad.
Estimado Park Jimin
Desde BigHit Entertainment, nuestra empresa de gestión de artistas y discográfica, nos encontramos interesados en usted y en sus compañeros desde que les vimos actuar en el evento escolar el pasado mes. Creemos que tienen las capacidades, talento, aptitud y un atractivo innato que son requeridas para acceder en nuestro programa donde les daríamos la gran oportunidad de empezar su carrera musical. Por ello, nos encantaría que se pusiera en contacto con nosotros para darle más información al respecto.
No dejen pasar esta oportunidad, les aseguramos que no se arrepentirán. Vuestro éxito está a tan solo un empujón nuestro.
Muchas gracias por su tiempo y espero saber pronto de ustedes, atentamente
Presidente y productor de BigHit Entertainment
Bang SiHyuk
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Tae ya se va encantado a BigHit...
Espero que os haya gustado. Por cierto, me cambié de nombre, ya no soy AlisAckerman :3 No tengo nada más que decir así que muchas gracias como siempre y nos vemos en el próximo capítulo
さよなら〜 ╰(*'︶'*)╯♡
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