Jimin me volvía totalmente loca e irracionable. Me moría de ganas de besarle, de abrazarlo, de acariciarlo, no podía más. El alcohol recorriéndome por las venas no me ayudaban en absoluto, de hecho luchaba para no levantarme e ir hacía Jimin. Así que por mi propio bien me quedé un rato en el jardín tomando el aire.

- ¿Ari?- la voz de Hoseok me sorprendió- ¿Qué haces aquí sola?- bajó las escaleras y se puso delante mía para comprobar si me encontraba bien.

- Solamente estaba tomando el aire, pero ya voy a entrar.- me levanté y me tambaleé un poco pero él me estabilizó con su manos.

- ¿Te encuentras bien? - me preguntó preocupado y yo me reí.

- Sííí~ - contesté con la mirada perdida y se rió al verme así.

- Te has cogido una buena borrachera.

- Que no. Que estoy perfectamente - dije y puse pucheros. Él rodó los ojos.- Va, vamos a dentro, tengo ganas de bailarrrrrrr.

No sé qué me pasó pero hacía nada estaba deprimiéndome porqué Jimin no me besó y ahora solo quería bailar y reírme todo lo que pudiera. Cogí su mano y lo arrastré hacía la casa. Ahí tomé otro vaso junto con Hoseok e ignoré su ''No deberías beber tanto...''.

Ya era tarde para arrepentirse.

Hoseok que también iba bastante contentillo me recordó de ir a bailar. Acepté de inmediato cogiéndole de la mano y lo llevé al salón donde poco antes habían hecho un concurso de beber y al terminar la música había vuelto.

Una vez ahí en la pista, eché un rápido vistazo a mi alrededor y vaya, me encontré con Jimin. No me hizo para nada gracia lo que vi. Él y Helen bailaban entretenidamente. Ambos se reían y hablaban.

- mmm... - gruñí celosa y extrañé a Hoseok por lo que él se giró y vio a Jimin.

- ¡Jimin! ¡Helen! - gritó y les llamó la atención. Ambos se giraron para mirarnos y nos saludaron con la mano pero no se acercaron. Se quedaron en el sitio bailando.

Solté un pequeño suspiro y me dediqué a bailar con mi amigo. De vez en cuando echaba un vistazo por encima de su hombro para vigilar a Jimin. Ellos seguían moviéndose al ritmo de la música.

Al rato Hoseok fue llamado por Yoongi y se fue dejándome sola en esa pista, pero no me importó porque de todas formas yo estaba concentrada en bailar. Realmente me lo estaba pasando bastante bien, supongo porque el alcohol ya me había hecho efecto y todo me parecía divertido. No pensaba mucho ni siquiera le di importancia cuando un chico que ni conocía se acercó a mi y bailó conmigo. Su mano se posicionó en mi cadera y me acercó a él, me sorprendió pero no me alejé. Él me enseñaba una sonrisa, una sonrisa como las que hace Jimin, sí, esas sonrisas seductoras que hacen que mi corazón se acelere mucho.

Pero no podía compararlo con Jimin.

¿Dónde estas, Jimin?

Mi cabeza daba vueltas y me giré un poco evitando la mirada de ese chico para buscarlo pero me sobresalté cuando me lo encontré detrás mía. Apartó la mano de ese desconocido con fuerza y me rodeó con las suyas. Le echó una mirada fulminante y el chico con el ceño ligeramente fruncido se alejó. Solté una carcajada apoyándome en el pecho de Jimin, pero él no se rió conmigo.

- ¿Qué pasa?- levanté la cabeza para mirarle a los ojos. Su cabeza se acercó a mi oreja y me volví a tensarme al sentirlo así de cerca.

- No vuelvas a bailar con desconocidos.- me prohibió serio y me sorprendió su actitud.

- ¿Por qué? - aún me tenía abrazada con mi cuerpo apoyado en su pecho.

- Porque odio ver como te desean con la mirada.- susurró en mi oreja.

Su voz me erizó la piel. Me giré sobre mis talones y conecté mis ojos con los suyos.

- ¿Tanto te molesta?- pregunté y me salió una sonrisa de lado, triunfadora de que Jimin se pusiera así de protector. Estábamos bastante cerca y pasé su mano por su pecho cuando le pregunté.

Había una voz en mi interior que me decía que no hiciera esto, pero no podía controlarme.

- Y tanto.- contestó mirándome y agarró mi muñeca sin apretar. Se quedó en silencio al igual y habló. Sus ojos me miraban con intensidad provocándome miles de sensaciones en mi interior- No puedo más, Arianna.

- ¿Qué?- pregunté.

- Ven conmigo.- con su mano entrelazada con la mía me sacó de la pista. No entendía nada, pero no me quejé. Subimos las escaleras y paró delante de una puerta que al abrirla, entramos y cuando la cerró, me acorraló en ella. Su pecho subía y bajaba nervioso y no dejaba de mirarme con deseo. Tragué sonoramente y mis piernas temblaron.

- ¿Q-qué ocurre, Jimin?- pregunté inquieta y vi como se mordía el labio inferior. Observé esos labios que tanto deseaba besar.

- Quiero besarte.- espetó serio. Abrí los ojos y le miré fijamente. Mi corazón latió muy rápido. Su mirada me estaba quemando y me quedé en silencio dudando.

Dos voces en mi interior, una me advertía que no debía hacerlo, que me iba a arrepentir y la otra voz deseaba terriblemente que lo besara. ¿Qué hago? Pero miré sus ojos y en sus pupilas dilatadas, encontré la respuesta.

No pienso dejar pasar esta oportunidad.

- Besame.- mi voz salió segura de mi garganta y por una vez en mi vida, estaba segura de la decisión que había tomado. Aunque hay que tener en cuenta que ambos estábamos bajo los efectos del alcohol ¿pero que importa eso ahora mismo?

Lo importante es que vi la sonrisa de Jimin aprobando mi respuesta y su mano acarició mi mejilla. Yo cogí un poco de aire preparada para mi primer beso y cuando vi que se iba acercando cerré los ojos esperando el contacto de sus labios con los míos. 

Mi fantasía se iba a hacer realidad...

Oh, sus labios...

Cuando por fin rozaron con los míos, mi cuerpo reaccionó con una descarga eléctrica que me recorrió de arribabajo. Al principio me quedé parada hasta que poco a poco moví mis labios contra los suyos. Sus labios eran suaves y cálidos y su forma de besar me estaba haciendo perder la cordura cada vez más. Su mano se posicionó en mi cadera con seguridad y la acarició provocando que mi piel se erizara. Yo, temblando por la excitación coloqué una mano en su cuello para mantener el equilibro porque aunque estaba entre Jimin y la puerta, mis piernas iban a dejar de aguantar mi peso en cualquier momento.

Por falta de aire nos separamos y por dentro me quejé, yo quería más. Noté como aflojaba el agarre y desesperadamente se lo impedí.

- Besame otra vez, por favor - rogué con desesperación. Lo sorprendí pero relajó sus facciones y me volvió a besar sin dudarlo ni un segundo. Reaccioné rápido aceptando ese beso que cada vez iba cogiendo más intensidad. Mucho mejor que el primero. Esta vez, incliné mi cabeza y aunque me sorprendió un poco, no dude en dejar que su lengua bailara con la mía.

Jimin empezó a andar hacía atrás y le seguí hasta que cayó sentado en el filo de la cama. Cogió mi mano y me hizo sentarse encima suya rodeando su cadera con mis piernas. Dejó de besarme para apartar mi cabello de delante de mi cara y gentilmente me lo puso detrás de la oreja. Sentí ruborizarme poco a poco y me enseñó una sonrisa y se la devolví tímidamente. Acarició con cariño mi mejilla en silencio. No hacía falta las palabras. Las sensaciones que estaba sintiendo en ese momento eran tan increíbles que ni siquiera podía describirlo.

Me tumbó con delicadeza en esa cama y volvió a besarme. Sus besos empezaban siendo lentos y sus manos me acariciaban. Disfruté de cada segundo que pasaba y realmente quise memorizar cada uno de los besos y caricias que me daba, ya que bajo los efectos del alcohol temía no recordarlo al día siguiente.

Sus labios besaron mi cuello dejando pequeños mordiscos que provocaban un pequeño suspiro por parte mía y dejó una marca que en ese momento no le di importancia. El calor se apoderó de mi cuerpo y me encontré encima de él. Jimin me miraba, sus ojos brillaban por la excitación y sus manos acariciaban mis muslos. Sin previo aviso ataqué su cuello como él había hecho anteriormente. Bajo mis besos notaba como se tensaba y su respiración se aceleraba.

Lo deseo tanto...

Me apoderé de sus labios con ansias de saciar mi desesperación, con ganas de que Jimin solo fuera mío, no solo esa noche, si no para siempre. Había perdido todo mi control, ni siquiera podía razonar bien. Una de sus manos acarició dulcemente mi espalda dentro de la ropa pero de repente, paró.

- A-Ari- gimoteó y me separé de sus labios para mirarlo. Sus manos estaban en mis hombros distanciándome de él. Fruncí el ceño.- Creo que deberíamos parar, no me estoy controlando y no creo que sea conveniente que sigamos...

- ¿Q-qué?- pregunté confusa apartándome de él y sentándome a su lado. Él me miró. - Ah, entiendo... - entendí que él no quería que termináramos haciendo algo que podríamos arrepentirnos más adelante... - Bu-bueno, me i-iré... - me levanté rápido y tambaleándome quise dirigirme a la puerta pero su mano me lo prohibió.

- No. Quédate aquí conmigo. - me rogó serio y acepté. Me tumbé a su lado y nos mirábamos cara a cara.- Lo siento, es que estoy demasiado ebrio...- me enseñó una sonrisa y me hizo gracia. Era tan adorable...

- Yo también lo estoy- me reí y él también. De repente se calló y acarició mi mejilla. Solo la luz de una lampara me dejaba observarle. 

- Quedémonos esta noche aquí, mañana ya iremos a casa.- asentí con la cabeza aunque dudé un poco.

La música y el ruido de la gente se seguía escuchando de fondo. Mis ojos se cerraban y noté un pequeño dolor en la cabeza causado por la resaca.

- Tengo sueño.- confesé con los ojos cerrados. Él asintió con la cabeza.

- Duerme...- murmuró y me dejó un pequeño beso en la frente. Amaba cuando me hacía eso. Por mi parte le abracé el pecho con mis brazos y apoyé mi cabeza sobre el. Aunque sus latidos iban rápidos pocos minutos después su ritmo se fue ralentizando sincronizándose con mi respiración.

Aunque antes de dormirme, llegué a la conclusión que yo le quería demasiado.

Juraría que él era el único que podía hacerme sentir de esta manera.

Él único que ha robado mi corazón.

- Buenas noches... Te quiero, Jimin.

Murmuré sin tener muy claro lo que acababa de decir y me quedé dormida rodeada por brazos.

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¡Hola de nuevo! Ahhh, me encantó escribir este capítulo, en serio ♥ Así que espero que lo hayáis disfrutado como yo o más aún :3

Muchas gracias por seguir leyéndome y la seguiré pronto.

Bye ♥