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№39

Arianne 

Un año después...

Salía del trabajo después de una dura jornada. Aquel día nuestra empresa entrevistó a una nueva banda de chicos que hacía poco que habían debutado, por lo que también le dedicamos una sesión de fotos que incluiríamos en la revista el próximo mes. No había parado en todo el día así que ya estaba deseando volver a casa y pasarla junto con mi hija y Jimin.  

- ¡Qué tengas un buen fin de semana, Ari! - se despidió Jaebum amablemente cuando pasó por mi lado saliendo del edificio. Le devolví el saludo de la misma manera. Después de aquel día que aclaramos todo, nuestra relación fue mejorando poco a poco. Él me perdonó y siguió tratándome de la misma manera. Me hubiese dado mucha pena perder un amigo como él.  Por cierto, a los pocos meses conoció a una modelo que era preciosa y super maja. La conoció fotografiándola en una de las sesiones que nuestra revista concertaba a marcas de ropa y al parecer resultó ser amor a primera vista por parte de ambos. Jaebum me confesó que nunca se había sentido así de atraído por nadie, que lo que le hacía sentir esa chica era indescriptible. Por mi parte le expresé que me alegraba mucho por él y que su felicidad era muy contagiosa.  

Miré el móvil y me extrañó no ver ningún mensaje ya que cada día contactaba conmigo para indicarme si venía a buscarme o no. Dependiendo del trabajo que tenía. Di un par de pasos intentando visualizar su coche por los alrededores, hasta que su Hyundai blanco paró delante mía. 

- Hey, nena ¿Te llevo alguna parte? - dijo Jimin de forma arrogante asomándose por la ventanilla. A este estaba esperando...

- Pensaba que no vendrías hoy, ya estaba pensando irme en metro - comenté y rápidamente subí al coche. 

- Perdón, estuve algo liado - se disculpó él y le di un beso en los labios. Luego me giré para saludar a Haeri pero me sorprendí al no verla en la parte de atrás. 

- ¿Y Haeri? - en ese instante vi como le salía una sonrisa de lado. 

- Hoy estará con sus abuelos... - dijo él mientras conducía y le miré extrañada. 

- ¿Qué estás tramando, Jimin? 

- Nada. - contestó rápidamente y se rió por lo bajo. 

Actualmente Jimin estaba viviendo con nosotras. Poco después de aquella declaración pública le propuse a mudarse conmigo y él ni siquiera se lo pensó dos segundos. Aceptó y vendió el apartamento de al lado. 

Su vida después de dejar el grupo cambió radicalmente. Principalmente se había dedicado en volverse en un padre, él lo intentaba pues no era nada fácil ser padre de la noche a la mañana. Lo importante es que él se lo estaba tomando con muy buena actitud y le estaba encantando. Por cierto, Jimin se realizó las pruebas de ADN y, obviamente, Haeri era su hija. Gracias a eso pudimos dejar pasmado en el libro de familia que Haeri era hija de Park Jimin. 

Nuestras familias, tanto como la madre de Jimin y mis padres sorprendentemente se tomaron demasiado bien las noticias. Está claro que les causaba algo de tristeza pero comprendían que lo que más importaba ahora era el presente y de disfrutarlo al máximo. Algo que agradecí porque no quería pensar más en el pasado. Ahora mismo era muy feliz.

Después de que Jimin dejara la empresa, estuvieron un par meses entre asuntos legales, de los cuales, Jimin salió ganando y la empresa le dejó marcharse sin más. Fue un gran escándalo hablado tanto en el país como internacionalmente pero él por fin era libre de tomar sus propias decisiones respecto a su carrera artística. Tampoco quería dejarlo todo, quería seguir haciendo lo que le gustaba, así que hace poco emprendió un nuevo proyecto con una empresa. Le daban total libertad para hacer lo que quisiese y él aceptó encantado, además de que el formaba parte de los altos cargos, encargándose de encontrar futuros artistas y formándoles. Al poco tiempo, algunos de sus antiguos compañeros de grupo fueron incorporándose en la misma empresa. Ya que también habían abandonado la antigua empresa. La actual empresa donde trabajaban era pequeña pero contaban con gente muy profesional y dedicados para ayudar a sus artistas a realizarse. 

Respecto a los fans, él seguía sintiendo el apoyo de ellos a pesar de no estar tan activo como antes. La verdad, es que después de esa declaración publica la gente se comportó sorprendentemente bien. Gracias a que empatizaron con las palabras sinceras que Jimin expresó delante de todo el mundo. Habían algunos locos, como siempre, gente que seguía amenazándome por las redes y alguna vez acosándome por la calle, pero quería entender que aunque muy normal no era, podía soportarlo.

- Te doy 30 minutos para que te prepares la maleta - anunció sin dejar de mirar la carretera, ya estábamos llegando a nuestro piso. 

- ¿Cómo? ¿A dónde vamos? - me giré mirándole sorprendida. 

- Ahhh~ - se encogió de hombros y escuché una risita por su parte - Solo coge para este fin de semana...

- Entiendo... - contesté intentando esconder una sonrisita. 

La verdad es que me parecía buena idea esta mini escapada, en plan, los dos solos. Me vendría de lujo poder desconectarme del trabajo, ya que habían sido unas semanas muy duras y pues, agradecía que Jimin organizara estas sorpresas.

La parada en casa fue rápida, me dirigí al cuarto a hacer una pequeña maleta con ropa para estos días. Cómo no me había desvelado aún dónde íbamos, cogí un poco de todo. 

- Creo que así es suficiente - habló mirando la maleta hasta arriba mientras se encontraba apoyado en la puerta de la habitación. Se veía jodidamente bien. 

- Entonces, ya estoy lista - expresé cerrando la maleta y la arrastré conmigo. 

- Aunque, ya que estamos aquí solos... Podríamos... Ya sabes... - sugirió mostrándome una sonrisa de lado. 

- Como tú quieras - respondí poniéndome enfrente suya y vi como dudó unos segundos mientras se mordía el labio inferior. - Yo hoy soy toda tuya. 

- Uf... - Se le veía tentadisimo por la propuesta. - Aunque me duela mucho, tenemos que irnos ya... - dijo mostrándose algo apenado. Por mi parte me reí y le dejé un beso en los labios. 

- Venga, vámonos - me reí.

...

Jimin me advirtió que el trayecto sería un poco largo pero no me dio más pistas al respecto. Tampoco insistí demasiado, el camino ya era bastante entretenido. Me la pasé observando el paisaje por la ventanilla. Jimin conducía por una carretera en la que no habían muchos coches mientras con una mano acariciaba mi pierna y la otra la mantenía en el volante. La música en un volumen perfecto también nos envolvía en un ambiente muy agradable y confortable. El cielo se veía cada vez más nublado y apenas se podía contemplar el atardecer, seguramente iba a llover pronto. Donde sea que vayamos, al parecer a Jimin eso no le preocupaba en absoluto.    

Una lucecita de aviso se encendió en la pantalla táctil del coche indicándole a Jimin que se estaba agotando la gasolina. 

- Pararé en la próxima gasolinera - anunció él - aún falta un poco más de trayecto hasta llegar al destino. 

- Sí, mejor repone no vaya a ser que nos quedemos tirados en mitad de la carretera. 

Unos minutos más tarde visualizamos una gasolinera a lo lejos. Nos dirigimos hasta ahí pero al acercarnos vimos un enorme cartel indicando que estaba cerrada.

- Uy... - expresé algo preocupada.

- Bueno, seguiremos, seguramente encontremos otra de camino. 

- ¿Llegaremos? Lleva un buen rato indicándote que se está agotando... - Jimin me miró a los ojos antes de volver a encender el motor. 

- Pues esperemos que sí, jeje. - esa risa del final me dejó algo confundida pero solté un suspiro, no nos quedaba nada más que confiar. 

Empecé a preocuparme cuando no veíamos ninguna gasolinera en todo el camino, Jimin también se estaba poniendo nervioso solo que él intentaba ocultarlo para no preocuparme. Al poco rato noté como la velocidad descendía cada vez más y ahí fue cuando nos dimos cuenta que estábamos muy jodidos.

- Mierda - masculló Jimin y de inmediato estacionó el coche en el arcén. Nos habíamos quedado sin una gota de gasolina.

- ¿Y ahora qué hacemos? - pregunté intentando mantener la calma. De nada servía perder los nervios a pesar de que estábamos en mitad de una carretera desértica porque apenas pasaban coches, se estaba haciendo de noche y no había ni una gasolinera cerca.

- Voy a mirar si hay una gasolinera cerca... - sacó el móvil del bolsillo pero en cuanto quiso desbloquear la pantalla se dio cuenta que se había quedado sin batería - Joder... ¿Podrías mirar tú?

- Voy.  - escuché como Jimin soltaba un largo bufido mientras buscaba en mi móvil - A ver... Hay una gasolinera a... 20 minutos andando, según esto - expresé y vi a Jimin dudar por unos segundos - ¿Qué hacemos? ¿Llamamos a una grúa? - propuse pero este ya estaba saliendo por la puerta. - ¿Qué vas hacer? - pregunté saliendo también del coche.

- Voy a ir a la gasolinera - contestó decidido mientras buscaba en el maletero.

- ¿"Voy"? ¿Me vas a dejar sola en mitad de la carretera? - pregunté cruzando mis brazos mostrándome algo molesta. 

- Bueno... Vente. Hay que ir rápido, antes de que anochezca...

Cogí mi bolso con lo más imprescindible y ambos nos encaminamos por el arcén de la carretera en dirección de la gasolinera más próxima. Jimin se veía molesto por lo sucedido y nos mantuvimos en silencio todo el camino. Hasta que el cielo se iluminó por lo que sería un relámpago.

- No jodas - dijimos al unísono. ¿Se podía tener más mala suerte? A parte de quedarnos tirados en mitad de la nada ¿Por qué ahora nos tenía que pillar la tormenta? 

Jimin y yo empezamos a correr, ya estábamos demasiado lejos del coche y sería una tontería volver atrás, por lo tanto, nos mantuvimos corriendo esperando encontrar la gasolinera lo más pronto posible. Algunas gotas comenzaron a caer y a los segundos ya estaba lloviendo como nunca antes. El cielo se iluminaba con los rayos y los relámpagos y los truenos retumbaba todo. Jimin me tomó de la mano para tirar de mí e ir más rápidos. Yo ya empezaba ahogarme, esto estaba siendo terrible. 

- ¡Mira! ¡Un motel! - gritó Jimin y sin pensarlo nos dirigimos hasta la entrada. 

En cuanto entramos en ese sitio rápidamente lo analicé de arribabajo.

- Por Dios... - susurré observando el motel de mala muerte en el que nos habíamos metido. Parecía un hotel de película de terror. Jimin frunció el ceño cuando vio cómo estaba ese lugar. Los muebles de la entrada eran viejos y olía un poco raro. La luz era muy tenue y aveces parpadeaban. -  ¿Hay alguien?

- Seh...

La voz ronca de un hombre mientras salía por una puerta detrás de lo que sería la recepción me sobresaltó en mi sitio. El señor se le veía desaliñado y barbudo. Me sentí observada cuando nos analizó de arribabajo con una expresión seria, quizás sospechando de nosotros. Yo la verdad es que ya empecé a temer por mi vida cuando visualicé una escopeta debajo de donde estaban colgadas las llaves de las habitaciones. Tenía pinta de ser falsa, tampoco quería comprobarlo, tener un arma era totalmente ilegal. Si la entrada estaba así de descuidada, no me quería ni imaginar cómo serían las habitaciones.

- Disculpa... - empezó hablando Jimin - Nos ha pillado la tormenta y - el señor le interrumpió.

- Una habitación a 50000 wons. (*aprox. 40€)

- Ah... Eh... - Jimin balbuceó y se rascó la nuca mostrando algo de nerviosismo - Es un poco caro... para lo que es... - lo último lo dijo entredientes y afortunadamente solo logré escucharlo yo. Cualquiera se atreve a quejarse a este hombre con la pinta de loco que tenía...

- Bueno, si queréis podéis dormir bajo la lluvia - dijo el señor mostrando una sonrisa burlesca al vernos totalmente empapados.

- Está bien... - hablé yo buscando en mi bolso la cartera para pagar la habitación. - Denos una habitación, por favor.

- ¿Queréis también todo incluido? De cena hay un potaje con - le interrumpió Jimin, seguro estaba asqueado imaginando cómo sería la comida aquí.

- No, gracias. Nos quedaremos solo ésta noche...

- Bueeeno... - el señor rodó los ojos y nos dio la espalda mientras buscaba entre papeles. Jimin me miró, sabía que se sentía mal por cómo estaba saliendo el plan que tenía. El señor se giró una vez encontró entre papeles la llave de nuestra habitación. En ese momento le di el dinero y tomé la llave.

- Habitación 2 - nos informó desganado - Antes de tumbaros a la cama comprobad que no hayan chinches en las sábanas. Hace poco tuvimos una plaga y fumigamos todo el motel... Aunque siempre puede quedar alguna...

¿CÓMO?

¿Dónde nos habíamos metido? Ay, por Dios. No quería ver nuestra habitación.

- Me pido el suelo para dormir - me susurró Jimin una vez nos encaminábamos a nuestra respectiva habitación.

- Me está encantando este plan, es super romántico... - bromeé pero Jimin me miró triste. - ay, estoy bromeando, amor.

Una vez nos paramos delante de nuestra habitación, introduje la llave y abrí la puerta esperando lo peor.

- ¿Estas seguro que quieres dormir en el suelo? - cuestioné analizando la habitación.

- Olvídalo.

Me había imaginado lo peor, pero por suerte, estaba medianamente ordenada. Cierto es que era cuestionable la limpieza pero en cuanto Jimin me confirmó que las sábanas estaban limpias, me relajé.

Escuché desde el baño a Jimin bufar mientras bajaba la persiana ya que la tormenta aún seguía fuerte y el agua estaba entrando por la ventana que ni siquiera se podía cerrar bien.

- Qué desastre todo...

- No te preocupes. Mañana llamamos a la grúa y que nos traigan el coche aquí con gasolina. - le dije yo.

- Pfff... Bueno, me voy a dar una ducha rápida. Espero que haya agua caliente... -  Jimin aún se mostraba un poco molesto con la situación. Observé como se quitaba la chaqueta que llevaba y la dejó colgada en una silla pero no se dio cuenta que acabó cayendose al suelo.

Cuando Jimin se metió en el diminuto baño me acerqué donde se encontraba su chaqueta para cogerla y colgarla en una percha. Como la cogí al revés, de su bolsillo cayó un pequeño estuche de terciopelo negro.

Me quedé en shock mirándolo hasta que, de repente, la puerta del baño se abrió.

- Ari, ¿hay alguna toalla limpia...? - fue disminuyendo la voz en cuanto reconoció aquel estuche en el suelo y yo enfrente paralizada. En su cara vi realmente pánico y de inmediato corrió para cogerlo del suelo. Había salido del baño con el pecho desnudo.

- ¿Ji-jimin? - dije aún anonadada y vi como balbuceaba cosas que no podía entender. Estaba de los nervios.

- ¿Eso es...? - señalé el estuchito que tenía en sus manos - ¿Eso es lo que creo que es?

Suspiró mostrándose rendido.

- Yo no quería que fuera así... - masculló - Mira, Ari. Siento muchísimo como está saliendo esto. Yo quería darte una sorpresa en una casa que había alquilado cerca de un lago pero hemos terminado en este sitio horrible... - mi corazón latía muy rápido en ese momento, lo juro - Quería que esto fuese perfecto...

- ¡Jiiiimin! - articulé ya impaciente y este soltó una risa. Ahora mismo me daba absolutamente igual dónde estábamos y cómo había salido su plan. Estaba apunto de dar saltos de felicidad. Jimin sacudió la cabeza y se relamió los labios nervioso por lo que iba a hacer.

- Vale... - casi grito cuando vi arrodillarse enfrente mía. Mis manos ya empezaban a temblar. Jimin me miró fijamente a los ojos y sentí muchas emociones en ese instante. - Arianne, eres el amor de mi vida. Eres una mujer espectacular y maravillosa y estoy muy enamorado de ti. A tu lado me siento el hombre más afortunado del mundo... Por eso, me gustaría hacerte feliz el resto de tu vida - observé como sus manos temblaban y fue entonces cuando abrió aquel estuchito mostrándome un anillo de oro blanco con un precioso diamante. Inconscientemente me llevé las manos a la boca sorprendida y aguantándome las lágrimas. - ¿Quieres casarte conmigo?

Ni siquiera tenía que pensarlo. Estaba más que claro mi respuesta.

- SI - grité emocionada tomándole las manos - ¡Claro que quiero!

Jimin se levantó y me lancé a sus brazos para fundirnos en un beso lleno de amor. Estaba segura que podía sentir los latidos de mi corazón acelerado. Era mágico lo que sentía en ese momento. Una vez nos separamos, me colocó aquel anillo y lo contemplé maravillada.

- Te queda muy bien - dijo él mostrándome una amplia sonrisa y de nuevo junté nuestros labios.

- Te quiero mucho, Jimin - expresé a poca distancia de sus labios. Sus labios se curvaron mostrándome una sonrisa y sus ojos se achinaron. 

- Yo también te quiero. 

-❤-

El próximo capítulo ya es el FINAL. 

En unos días lo publicaré y daré por finalizada esta historia. Es difícil explicaros lo que he sentido escribiendo Perfect Man. He pasado de amarla a odiarla y a volver a amarla. Llevo años queriendo terminarla pero no encontraba ni las fuerzas ni la motivación para hacerlo. Hubo mucho intentos, muchos borradores e intentos de eliminar absolutamente TODO pero nunca llegué hacerlo porque leía vuestros comentarios y me daba mucha pena tirar a la basura tanto trabajo que un día dediqué con todo mi cariño y entusiasmo.  

Tan solo puedo decir que; muchas gracias por seguir aquí.

Nos vemos en unos días.

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