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№32

Jimin

Un par de horas más tarde, me encontraba en la cocina preparando algo rápido para comer. Arianne estaba duchándose así que de mientras aproveché para hacer la comida. Removí el ramen que se estaba cocinando y el olor del mismo me agradó bastante. De repente me sorprendieron unas manos rodeando mi pecho. Su cabeza reposó en mi espalda y yo acaricié sus manos entrelazadas alrededor de mi cuerpo. 

- Qué bien huele... - expresó y yo me giré sobre mis talones para dejar un beso corto en sus labios.

- Tú también hueles muy bien - opiné cuando la fragancia que desprendía su cabello llenó mis pulmones. Aún tenía su cabello húmedo y su cuerpo estaba cubierto por una bata que había encontrado en mi antiguo cuarto. Arianne se ruborizó cuando volví a besarla.

- ¿Qué estas cocinando? - se separó de mí y quiso disimular un poco su timidez. Echó un rápido vistazo el ramen que se estaba haciendo en la olla. - Oh~ Ramen... 

- Ve tomando asiento, esto ya esta listo. - ella asintió con la cabeza enseñándome un puchero, haciéndola ver muy adorable.  

Sorbió el ramen hasta dejar el plato vacío.

- Wow, estaba delicioso. - sonreí cuando escuché sus palabras. La verdad es que comer ramen en esta época era lo mejor. Desde la ventana podíamos contemplar como nevaba. Dentro de la casa hacía bastante frío pero después de comer algo calientito se estaba bastante bien. 

Arianne se levantó y tomó los platos vacíos para limpiarlos en el fregadero. Desde mi posición, me encantaba observarla. Me daba la espalda y me sentí fuertemente atraído a ella. La rodeé por la espalda posicionando mi cabeza en el cuenco de su cuello y dejandole pequeños besos. Noté que ella se debilitaba ante mi acción y soltaba algún suspiro. Dejó de limpiar el último plato y se giró para ponerse de puntillas y besar mis labios con lentitud. Sus manos tomaron mi nuca para no perder el equilibro y con facilidad la senté en la encimera mientras nuestros labios siguieron juntos, disfrutando de este pequeño momento íntimo. 

El sonido de mi teléfono nos sobresaltó en nuestro sitio separandonos bruscamente. Por un momento quería pasar de él y solo centrarme en la mujer que tenía delante mía.

- Deberías cogerlo. - opinó ella y tímidamente se llevó la mano a sus labios aún hinchados y rojos.

Saqué el móvil de mi pantalón y ambos nos sorprendimos al ver el nombre de mi padre en la pantalla. Me separé un poco de ella y contesté de inmediato. 

- ¿Papá? 

- Hola hijo. Mamá ya ha despertado. 

...

Conduje hacía el hospital donde mi madre había estado ingresada toda esta semana. Mi padre me había anunciado que al fin había despertado y que, increíblemente, todo estaba correcto. Solté un suspiro aliviado y le sonreí a Arianne quién me miraba preocupada por la llamada. Ahora ella estaba a mi lado y con una sonrisa imborrable en su cara. A los pocos minutos ya había estacionado el coche en el aparcamiento. Se desabrochó el cinturón y estuvo apunto de salir del coche pero al ver que no me movía me miró confusa. 

- ¿Qué pasa?

- Estoy un poco nervioso - confesé.

- ¿Y eso? - empecé a jugar con mis manos - ¿Qué te preocupa?

- Hace mucho que no veo a mi madre. La última vez discutimos y dejamos de hablar... - hablé y miré a Arianne a los ojos. Ella me miraba comprensiva y su mano acarició dulcemente mi rostro. 

- Irá todo bien, ya verás.

Suspiré y decidí de una vez por todas salir del coche. Me coloqué a su lado mientras nos encaminábamos a la entrada del hospital. Con seguridad entrelacé su mano con la mía y como respuesta me devolvió su bonita sonrisa. Yo solo noté que la sangre subía a mis mejillas. ¿Cómo podía ser tan bonita? En esos momentos sentía que por fin podría ser tan feliz, después de tanto tiempo sintiéndome vacío.

Cuando entramos en el hospital Arianne saludó con un poco de vacilación a la recepcionista. La mujer la miró seria y mostraba una cara de confusión. Yo no entendía qué pasaba pero cuando íbamos por los pasillos Arianne me susurró.

- Discutí con esa mujer el otro día... Se pensaba que era una loca... 

- Un poco loca sí que estas... - murmuré y Arianne simplemente se río por lo bajo. 

Seguimos andando hasta llegar al piso donde mi madre estaba ingresada. Al parecer ya la habían cambiado de habitación y eso eran buenas noticias ya que significaba que estaba recuperándose. Al llegar reconocí a mi padre y a mi hermano sentados en la sala de espera. Estos abrieron los ojos como platos al ver a Arianne y sobretodo nuestras manos entrelazadas. 

- ¿¡Arianne!? - dijo mi hermano, totalmente asombrado de verla. Ella le sonrió tímidamente. Este se levantó y se acercó a nosotros - ¡Hace años que no nos vemos! - se sorprendió cuando le abrazó pero ella lo aceptó - ¿Cómo has estado? 

- ¿Puedo entrar a ver a mamá? - interrumpí mirando a mi padre quien también se había levantado. Este asintió con la cabeza. 

- Justo acaba de salir la enfermera después de cambiarle los sueros. Ya puedes entrar. - informó mi padre. Arianne me miró y me mostró una sonrisa para que me sintiera totalmente apoyado. 

Al entrar en aquella habitación que ya empezaba a aborrecer, reconocí a mi madre inclinada en la cama mientras observaba en silencio las vistas por la ventana. Al escuchar mis pasos giró su cabeza y se encontró con mis ojos. Tenía miedo si aún me odiaba por todos estos años en los que no mantuvimos el contacto. Me sentía terriblemente mal, fui egoísta y muy mal hijo. Me dejé llevar por mis ambiciones porque solo me importaba mi trabajo y disfrutar de todo el dinero que ganaba. Dejé de lado a mi familia, de la que una vez intentó hacerme abrir los ojos y yo, como estúpido, me tiré de lleno a la peor decisión que se podía tomar. Creía que con todo lo que tenía podría ser suficientemente feliz. 

- Hijo... - la voz de mi madre tembló, aún sonaba débil y muy bajo. El nudo en mi garganta se apretaba cada vez que me acercaba. 

- ¿Cómo te encuentras? - pregunté suave y me sentí con ganas de llorar cuando su mano acarició la mía. 

- Muy feliz - musitó y una débil sonrisa se dibujó en su delgada cara. Sentí que me rompía por dentro y sin poder controlar más, lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas. 

- Lo siento mucho - expresé mostrándome totalmente arrepentido de mis actos. - Fui tan imbécil...

Su mano subió a mi cara e intentó limpiar algunas de mis lágrimas. Intentó tranquilizarme, como cuando era niño, como cuando me caía jugando en el parque y terminaba llorando desconsoladamente entre sus brazos. Con cuidado la abracé y lloré en su hombro sintiendo sus manos en mi espalda y su corazón latir lentamente.  

- Nosotros siempre nos sentimos muy orgullosos de ti, cuando te veíamos por la televisión o leíamos noticias tuyas. Nosotros siempre te recordábamos y te extrañábamos mucho...

- No volveré alejarme de vosotros, lo prometo - prometí sollozando y sentí una pequeña risa de mi madre. De felicidad.  

Un hora más tarde, mi padre tocó la puerta, me había pasado toda esta hora poniéndome al día con mi madre. Quise contarle mis experiencias en el mundo del espectáculo y lo duro pero gratificante que era trabajar en él. Mi madre me escuchaba, con una sonrisa en su cara y su mano entrelazada con las mías. Me sentía tan bien, que de verdad me prometí que cuidaría de mi familia. 

- ¿Podemos pasar? Tu hermano ya está siendo muy pasado con Arianne. La pobre no puede más. - no pude evitar soltar una carcajada. Seguro que mi hermano la había machacado a preguntas. Y lo entiendo, ninguno se habría esperado esto. Y espérate cuando les cuente que Haeri es mi hija...  

Madre mía, solo esperaba que se lo tomaran bien... Esperaría unos días, ahora mismo no era el mejor momento para contarlo. 

Mi madre se sorprendió gratamente de la presencia de Arianne. 

- Cuánto tiempo sin verte, cariño - le dijo y Arianne le sonrió tiernamente.

- Estoy con ella. La vida nos volvió a juntar después de mucho tiempo - revelé de una vez y al tenerla al lado, le tomé la mano para entrelazarla. - Y espero que por mucho, mucho más tiempo... 

Los ojos de Arianne se fijaron en los míos, se veían muy expresivos y una sonrisa se dibujó en su cara a la vez que apretaba su mano contra la mía. Mi corazón latía contra mi pecho, imaginándome que a partir de ahora todo sería como un estar en un sueño. 

A la noche fuimos a cenar a un restaurante de mi ciudad junto con mi padre, mi hermano y con su actual novia y Arianne. Mi hermano nos anunció una buena noticia. Se iba a casar con su novia y me sentí muy feliz por él. Por supuesto, le aseguré que asistiría a su enlace. En resumen, fue una velada muy agradable de la que, volveríamos a repetir más veces. Al salir del restautante, mi padre volvió al hospital a pasar la noche, mi hermano se fue con su ahora comprometida a su piso y Arianne y yo volvimos a mi antigua casa, la casa de mis padres. 

Había sido un día largo e intenso. Estábamos agotados y en cuanto me tumbé en la cama ya se me cerraban los ojos.

- Jimin - escuché la voz suave de Arianne. Entreabrí los ojos y giré mi cabeza para encontrármela a mi lado tumbada. Una luz atenué de la lampara me permitía contemplar su ruborizado y perfecto rostro. Era tan preciosa.

- Dime... - empecé acariciar su cara con suavidad. 

- Tengo que volver a casa... Dejé a Haeri con Yerin en el último momento. Ella seguramente tiene cosas que hacer... Así que, tengo pensado volver mañana... Si no te importa...

- Para nada, Ari. Haeri debe estar echándote de menos. Yo me quedaré unos días más, me gustaría pasar tiempo con mi familia y... también me gustaría contarles lo de Haeri. - noté como se tensaba después de anunciarle mis próximas acciones - Irá bien. 

Ella suspiró.

- Espero... Me odiaran pero lo entenderé. 

- No lo harán. Hemos tomado muchos errores en nuestra vida, pero nunca es tarde para empezar de nuevo. Creo que ya es hora de que seamos felices. 

- Tienes razón... - me puse bocarriba y solté un largo suspiro. Noté el brazo de Ari rodearme el pecho y acurrucarse a mi lado. 

- Estoy pensando darme un tiempo de la industria del entretenimiento - aquello la alarmó.

- ¿Qué dices? ¿En serio?

- Sí... Bueno, no lo sé... Ha sido una etapa muy bonita en mi vida, he hecho algo que desde pequeño he soñado y lo he cumplido. He trabajado duro para ello, demasiado pero me gustaría centrarme en otras cosas... - Pasé mi brazo detrás de su espalda y dejé que reposara su cabeza en él. Se hizo un silencio para nada incómodo en aquella habitación, es decir, mi antigua habitación. Aún habían algunos pósters de mis ídolos y libros del instituto. No había cambiado casi nada. Me traían muchos recuerdos, muchos de ellos, eran buenos. El tener entre mis brazos a Arianne era uno de ellos. Recuerdos de la adolescencia. 

- Te apoyaré tomes la decisión que tomes - expresó Arianne a los pocos minutos - Siempre lo haré.

-☘-

Hola 💖 Probablemente estéis sorprendidas por está actualización. La cosa es que he estado intentando acabar esta historia desde hace mucho tiempo, demasiado, pero al final nada me convencía. Aún así, le he dedicado todo mi esfuerzo en seguir escribiendo y darle un final digno a esto. Espero que me perdonéis por abandonarla tantas veces, por eso, os lo quiero compensar subiendo todos estos 4 capítulos de golpe

Para vuestra información, esta temporada constará de 40 capítulos que ya están todos los capítulos escritos, así que voy a ir subiéndolos estos días 💖

Espero que os gusten

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