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№28

Arianne

Sigo enfadada con Jimin. Es por eso, que me pasé todo el día en el sofá, con los brazos cruzados y dándole vueltas a la cabeza. 

Ni siquiera vino a explicármelo. 

Que vale...  puede que yo no le dejé hacerlo, pero en ese momento no estaba muy razonable para dejarle explicar. Espero que alguien lo pueda entender... 

Pero al parecer, esta vez, él también estaba muy molesto supongo que es porque simplemente le eché de aquí de malas maneras. Entiendo que no haya insistido más, así que podría levantarme e ir a su casa para hablar con él como personas civilizadas. 

Aún así, creo que tengo motivos suficientes para enfadarme con él. La tipa esa dormía demasiado a gusto en mi cama y tuvo suerte de que no la desperté yo...  

En fin... El libro que tenía en mis piernas estaba más bien de decoración porque de ninguna manera podía concentrarme en la lectura. Cuando me disponía a hacerlo o mi mente se iba a otras cosas o el timbre de mi casa sonaba. Solté el aire y fui a abrir la puerta desganada, de verdad que discutir con Jimin siempre me agotaba... Para mi sorpresa, era la pesada de Yerin que venía a... a molestar seguramente. 

- ¿Cuándo volverás a tu casa? - pregunté malhumorada cuando ella entró acompañada de su maleta de ruedas. 

- Estoy de vacaciones ¿No crees que las debería pasar con mi familia?

- N- me interrumpió. 

- Además, ya hace mucho frío, incluso esta empezando a nevar, me da pereza volver a casa sola e indefensa... - dijo para darme pena.

- ¡¡Nieve, nieve, nieve!! - gritó Haeri mirando por la ventana dando pequeños saltitos. 

- Okay... - solté resignada y ella se encaminó al cuarto de invitados que más bien, ya se lo había hecho suyo. 

Me dejé caer en el sofá y abracé la almohada mientras fingia que veía la televisión. Haeri se había ido a su cuarto a jugar. 

- Mmm - escuché a mi hermanastra y la vi posicionarse al lado del sofá mirándome extrañada - ¿Qué te pasa a ti? Luces algo mal y te hace estar muy fea.  

- No me pasa nada - contesté molesta y ella levantó la manos para demostrarme que iba en son de paz. 

- ¿Qué ha pasado? - preguntó ella con un suspiro rendido mientras tomaba asiento a mi lado. 

- Nada. 

- ¿Qué ha sido? ¿El trabajo? Por cierto ¿Qué tal el viaje? Bueno, me imagino que bien - se respondía ella sola - Mmm ya sé ¿Ha pasado algo con Jimin?

- No. 

- Oh, vaya que sí... - soltó ella con una sonrisa de lado al descubrir lo que me tenía así - ¿De qué habéis discutido esta vez?

- Nada, déjalo. - dije levantándome del sofá para huir de ella. 

Los días pasaron y no había pasado nada interesante. Bueno, Jimin ya no cuidaba de Haeri, me sorprendió aquello pero, por una parte, es lo que quería desde un principio. La buena noticia es que le había pedido a mi jefa que me cambiara los horarios para poder adaptarme al de mi hija y así no tener que buscar a alguien para que la cuide. 

Una mañana de sábado, me desperté sobre las once de la mañana, hacía mucho tiempo que no me podía permitir dormir tanto. Realmente lo necesitaba, además era mi día libre. Escuché a Yerin y a Haeri cantar y sí, Yerin seguía en mi casa como una okupa. Al parecer, no quería volver a la suya... 

Me levanté y me fui a dar una ducha caliente, de esas que no quieres salir nunca porque hace demasiado frío... Mientras el agua caliente me relajaba, un inoportuno pensamiento pasó por mi cabeza...

¿Qué estará haciendo Jimin?

Me quise ahogar por pensar en él. Había sido una semana rara, lo admito, el no hablar con él y no tener contacto la hizo extraña, sobretodo para Haeri quien ya empezaba a echarlo de menos. Quizás para mí también, al menos un poco, no había escuchado nada de él, ni siquiera nos hemos visto de casualidad. No sé qué estaría haciendo, pero me imaginé que trabajando mucho. Pero bueno, lo único bueno que le veo a este distanciamiento, es que tengo tiempo para pensar mejor en lo que quiero realmente, porque también estaba Jaebum.  

Luego de lo que pasó en Tokio, nuestra relación ya ha cambiado. Aunque seguimos en una relación que realmente no se ha determinado qué somos, el beso que le di no se puede olvidar de un día para el otro. Mis sentimientos es tan siendo difíciles de entender porque soy la persona más indecisa de este mundo.  

Esa mañana, Jaebum me llamó por teléfono para darme los buenos días y preguntarme si había dormido bien. Luego me dijo que me echaba de menos y haber si podíamos vernos un rato. 

- Jum... ¿Con quién hablabas? - me preguntó Yerin pasando por mi lado con cara pícara.

- No te importa... - le dije y me miró mal. 

- Qué borde eres... Si eres así con todos, terminarás sola. 

- Qué bien. - contesté sarcástica y ella puso los ojos en blanco. 

- Oye. - dijo cuando se metió en la cocina.

- ¿Sí?

- ¿Puedes ir a comprar?

- Uff... Qué pereza... Y con este frío... ¿Por qué no vas tú que yo ya te dejo mi casa para dormir?

- No puedo... - dijo ahora mirando su teléfono. 

- No quieres que es distinto, que luego para ir a comprar ropa eres la primera...

Empezamos a discutir y como siempre, al final la pringada que tiene que salir a comprar soy yo. Me vestí y salí de casa resignada. Toqué el botón del ascensor, cuando se abrieron las puertas entré y apreté el botón 0.

Al llegar a la planta baja, las puertas se abrieron y me sobresalté cuando me topé con un chico. Ambos nos disculpamos rápidamente e hicimos contacto visual. 

- ¿Jin? - pregunté confundida al verlo ahí. 

- Hey - saludó él. - ¿Cómo estas? - me preguntó él quedándose a mi lado realmente curioso de mi respuesta. 

- Bien... - contesté algo incómoda. No es por él, ni mucho menos, es porque me había portado muy mal con todos ellos y me daba algo de vergüenza verlos cara a cara. - ¿Y tú?

- Yo bien, he venido a buscar un par de cosas de Jimin. 

- Ah... ¿Mucho trabajo?

- ¿Trabajo?

- Sí, no he visto a Jimin en toda la semana, me imaginé que estabais trabajando. 

- Oh... No, Arianne... Él se ha ido a Busán

- ¿Qué? ¿Y eso?

- Ah ¿No lo sabías...?

- Mmm... No. - él se rascó la nuca como si hubiese metido la pata.

- Bueno, es... - realmente dudó en seguir hablando, al parecer, se trataba de algo delicado - la madre de Jimin... Se encuentra en estado crítico por un accidente... - Me tapé la boca horrorizada por la noticia. - Pasó el pasado sábado, pensé que te lo había dicho... 

- N-no... 

- Bueno, será que no ha querido preocuparte... - dijo él con una sonrisa tranquilizadora para quitarle hierro al asunto. 

- Jin... No es eso, fue porque me comporté como una idiota con él... - le conté y él torció su sonrisa.

- Bueno si es por eso... siempre puedes pedirle disculpas...

Me quedé callada y Jin al ver que no iba a decir nada más, entró en el ascensor.

- Nos vemos, Arianne. Cuídate. No te preocupes por Jimin, volverá pronto - se despidió cuando las puertas se cerraron y me dejaron sola en el portal con un caos de información en mi cabeza. No sabía qué hacer ahora y mi pecho empezó a encogerse al pensar en Jimin y cómo le había tratado el día que discutimos. Si le hubiese dejado hablar...   

¿Que no me preocupe por él? ¿Que volverá pronto?

¿Por qué tengo la sensación que no será así?

Volví a casa, asustando a Yerin al verme desesperada por encontrar mi móvil.

Cuando lo encontré, marqué rápidamente el número de Jimin. Realmente estaba preocupada por él y por supuesto por su madre. Tampoco podía dejar de pensar que tan estúpida aveces podía llegar a ser. 

Lo reconozco, soy un desastre de persona. Lo siento, Jimin. Eso es lo que le quería decir en ese momento. 

No me sorprendió cuando me di cuenta que su teléfono estaba apagado. Yerin al verme dando vueltas por mi cuarto, empezó a gritarme preguntando qué estaba pasando para que estuviese así... Tomé una pequeña maleta, la llené de ropa que necesitaría, me vestí con un abrigo, guantes y gorro y le pedí a Yerin que cuidara de Haeri por unos días. 

- Pero ¿a dónde te vas? ¿Estas loca? - me preguntó ahora perdiendo los nervios. 

- Iré a ver a Jimin.

- ¿Dónde?

- Busán...

- ¿Qué dices? ¡Pero si esta muy lejos! - gritó moviendo sus manos con histeria.

Me encogí de hombros. 

- Tengo que ir a verlo. - le dije decidida saliendo del cuarto seguida con la mirada de Yerin totalmente anonadada. Quizás el tiempo sin verlo también me ha afectado. Necesitaba disculparme con él y apoyarle en este momento.

- Realmente estas loca por Jimin... - susurró ella. No le dije nada porque puede que tenga algo de razón. 

Haeri me miraba y puso un puchero al saber que me marchaba. Le di un beso en la frente.

- Vuelve con papá... - me susurró apenada haciéndolo solo audible para mí y mi corazón, que dio un vuelco en ese momento.

- Lo haré...

Le prometí. 

  —♡— 

  Holi, he vuelto. No sé qué me ha pasado que últimamente me costaba mucho ponerme a escribir, la inspiración no fluía y creía que todo lo que estaba escribiendo era malo. He hecho como casi tres veces este capítulo porque no me convencía del todo... Soy un desastreeeeee

Me he sorprendido con la cantidad de lectoras nuevas que están apareciendo, así que, sean bienvenidas, esto aún no ha terminado (aunque mis actualizaciones son lentas y dolorosas) Algún día os lo recompensaré... 

Bueno... En el siguiente capítulo...

¡Vamos a por Jiminnie!

Nos leemos~

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