№24
Jimin
- ¿Qué?
- ¿Nunca se te ha pasado la idea por la cabeza? No lo afirmo porque solamente es un presentimiento que he tenido.
- Pero... - me senté en la silla desganado.
- A ver... Se trata de cuentas, Jimin ¿Qué edad tiene Haeri?
- Cuatro años.
- Piensa si antes de que os separarais entre Arianne y tú pasó algo.
Cuatro años... Recordé esos momentos cuando empezó mi nueva vida y esos malos momentos que tuvimos en esa época entre nosotros dos. Llego a ser agobiante y tuve la necesidad de romper nuestra relación.
Desde ese día no nos volvimos a ver. Ni siquiera manteníamos contacto por teléfono porque aunque suene duro, Arianne había desaparecido de mi vida.
- Debe ser una coincidencia de fechas, Jungkook... - se encogió de hombros, luego llegó a una conclusión.
- Puede, o ella realmente te lo ha estado ocultando...
Apoyé mis codos en la mesa y escondí mi cara con mis manos, confuso y con un leve dolor de cabeza.
- Creo que deberías hablar con ella.
- ¿De verdad crees que debo tener en cuenta unas palabras que un idiota me ha dicho? – le pregunté.
- Por algo te lo dijo... Lo que me pregunto si Arianne se lo había dicho... ¿o también lo descubrió?
- Oh dios... Pero... Pero...- Jungkook puso su mano en mi hombro al ver que escondía mi cara. - ¿Y si es verdad? ¿Y si es verdad que soy el padre de Haeri...?
- ¿Papá?
Casi se me sale el corazón por la boca al escuchar la voz de Haeri. Ambos nos giramos encontrándonos con Haeri asomada en el pasillo. Me levanté sorprendido y me acerqué a ella.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué te has levantado? - pregunté nervioso y me miró a los ojos.
- ¿Lo sabes? - preguntó y escuché a Jungkook sufriendo un ataque detrás mía.
- ¿Que es lo que sé? - pregunté a Haeri que me miraba con una sonrisa.
- Mamá me lo dijo en secreto - susurró pero fue audible para nosotros dos.
- Jimin... - me dijo Jungkook y lo miré. Asintió con la cabeza afirmando lo que había dicho.
Haeri quería beber agua, luego la llevé a la cama.
No pregunté nada, tampoco dije nada.
No tenía palabras ahora mismo. Jungkook decidió irse porque vio que necesitaba estar solo y me tumbé en la cama de Arianne. Me metí bajo las sabanas con el pijama puesto y nada más cerrar los ojos un montón de preguntas me vinieron.
Ya sabía que iba a dormir muy poco esa noche.
A la mañana siguiente, desperté a Haeri ya que la tenía que llevar a la escoleta.
- ¿Por qué me miras tanto? – me preguntó ella mientras desayunaba sentada en la silla. ¿Se parece a mí? Físicamente es igualita que su madre de pequeña, pero algún rasgo o característica que se parezca a mí... ¿De verdad es mi hija?
- ¡Ya estoy~! - me indicó cuando terminó el desayuno que le había preparado.
Moví la cabeza de lado a lado, me encontraba aún en shock además en cuanto vuelva de dejar a Haeri, voy a dormir toda la mañana.
Me acerqué a ella y la cogí en brazos.
- Pues vámonos. – dije y ella asintió con la cabeza felizmente dandome un abrazo al que correspondí.
Aún no me creo que pueda ser mi hija.
A la vuelta, fui a mi apartamento abandonado, ese donde solo ponía pie para recoger ropa ya que me pasaba casi todo el día en ensayo o en casa de Arianne. Me dejé caer en mi cama, me encontraba fisicamente y cabe decir que también emocionalmente agotado. Tenía demasiadas cosas en la cabeza que ya ni podía organizarlas. Apoyé mi cabeza en la almohada y me dispuse a cerrar los ojos.
Un minuto de descanso.
El timbre de la puerta sonó, al principio ignoré porque podía ser vendedores o algún vecino tocapelotas que se aburre y quiere contarme su vida pero finalmente, me levanté resignado ya que quién tocaba no pensaba irse.
- ¡Jimin! - gritó cuando abrí la puerta y me sorprendió cuando sus brazos rodearon mi cuerpo.
- ¿¡Pero qué...!? ¿¡Qué haces aquí!?
Arianne
Nada más salir del aeropuerto, un autobús nos transladó al hotel donde nos alojaríamos. Estaba impresionada y algo emocionada de estar en Tokio, aunque el motivo era claramente por trabajo, así que poco podría visitar.
En la recepción del hotel, a la hora de dar nuestras respectivas habitaciones se encontraron con problemas de overbooking, se habían reservado más habitaciones de las que tenían. Mi jefa se indignó porque no está bien que hagan eso y el recepcionista le aseguró que le compensaría a los afectados, o sea, a nosotros. Pero por ahora, teníamos que compartir habitaciones.
En verdad, no había ningún problema, así que, aceptamos a cambio de que devolvieran el dinero a mi empresa.
Por lo tanto, llegué a una habitación junto con Jaebum. Ya que él y yo somos compañeros de la misma función que llevamos a cabo y así nos juntaron.
Más tarde fuimos a un edificio donde trabajaríamos el día siguiente. Hicieron una pequeña reunión para organizar todo el trabajo. Vendría un grupo de jpop muy importante, le haríamos una sesión de fotos y una entrevista para poner en el próximo número de la revista.
Por la noche tendríamos que asistir a una cena que los directores japoneses habían organizado. Eran a penas las 8 cuando yo ya estaba deseando dormir, había sido un día muy ajetreado y aún faltaban horas para terminarse.
Llamé a Jimin en el baño, ya que Jaebum estaba fuera vistiendose para la cena.
Jimin estaba muy guapo, Haeri no paraba de reírse a carcajadas con Hoseok y me pareció muy adorable. Luego Jimin se alejó de ellos para hablar conmigo a solas. Me puse algo nerviosa por sus palabras.
- ¿No me echas de menos? - me preguntó con una sonrisa arrogante.
Idiota, cómo le gusta ponerme nerviosa.
Jaebum me sorprendió, es verdad que ya teníamos que ir a la cena. Así que me despedí de Jimin y salí del baño algo ruborizada.
- Estas muy guapa - me dijo él cuando salí. Me esperaba sentado en el sillón y se levantó de él cuando me vio.
- Gracias... Estaba hablando con Haeri por eso he tardado... - le expliqué a pesar de que él no me había preguntado. No le dio importancia y me abrió la puerta cuando me puse el abrigo. Le di las gracias por dejarme pasar y se acercó a mí cuando nos encaminábamos al ascensor, colocando su mano a la parte baja de mi espalda.
No le di importancia.
Él también vestía muy bien y de hecho, llamaba mucho la atención de las japonesas que pasaban por su lado. Jaebum miraba hacia adelante como si no se diese cuenta de eso, pero tonto no es. ¡Hasta las chicas me miraban mal por ir andando a su lado!
La envidia, supongo.
Llegamos al restaurante donde nos habían citado aquella noche, ahí nos reunimos con nuestros compañeros y jefes esperando a los empresarios japoneses que nos habían invitado. Al parecer habían reservado una sala entera para nuestra empresa.
Unas horas más tarde, la cena se convirtió en una fiesta. Todo el mundo bebía y se dejaba llevar por la música que sonaba de fondo. Nadie se acordaba que al día siguiente habría que trabajar pero hasta mi propia jefa me dijo que me quedara, que es de mala educación que me marche cuando un japonés te invita a algo. Acepté, pero tenía yo misma me prohibí beber. Jaebum tampoco bebió aun así se lo estaba pasando bien. Una japonesa se acercó a él para hablar y me sorprendí cuando lo escuché hablar japonés.
La copa de vino tinto que tenía delante estaba interesante, estaba lleno y era lo único que me entretenía por ahora, ya que cada uno de mis compañeros estaban a su bola. De repente, alguien me sacó de mis pensamientos colocando su mano en mi hombro, fue Jaebum.
- ¿Vienes?
- ¿A dónde? - le pregunté pero él tomó mi brazo haciendo que me levante del asiento y le acompañe hasta la terraza.
En verdad, se lo agradecí, ahí dentro empezaba a ser algo sofocante. Me apoyé a la barrandilla observando la ciudad y bostecé. Jaebum se colocó a mi lado mirándome.
- Eh! - le grité acordandome de algo y asustándole - ¿Cómo es que nunca me habías dicho que sabes hablar japonés?
- Oh... Bueno...
- Esa chica ha caído a tus pies en cuanto le has contestado en su idioma. - él se río avergonzado.
- Nah...
- En serio, incluso te ha dado su número.
- Pero, no me interesa... - dijo totalmente desinteresado. - Me interesa otra persona...
- ¿Otra? Oye ¿Te gustan más las japonesas que las coreanas? ¿Sabes que las japonesas son muy envidiosas de mujeres como nosotras?
- ¿Qué estas diciendo? - me preguntó riéndose - ¿No has bebido, cierto?
- No no - moví las manos mientras negaba rotundamente.
- A mí solo me gustan mujeres como tú y si tengo que especificar, solo me gustas tú.
Confesó dejándome paralizada, él mostró una sonrisa avergonzado de lo que acababa de decir.
Me empecé a reír nerviosa - J-Jaebum...
Se acercó a mí, tomando mi mano y me susurró cerca de la oreja - No digas nada, es un secreto. - luego se alejó mostrándome una sonrisa.
—♡—
Oh fuck.
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