№20
Arianne
Me apoyé en la puerta mientras soltaba un suspiro largo y de fondo escuché los quejidos de dolor por parte de Jimin.
- ¿No podrías ser más bruta? Un poco más y me rompes la nariz, idiota - masculló este con voz nasal mientras se tapaba su nariz.
- ¿Qué hacías espiando?
- Qué importa... - se giró para mirarse en el espejo - Auu... - apartó las manos y su nariz comenzaba a sangrar. Me deshice de mis tacones con agilidad y corrí a por papel. Volví y se lo entregué para que pudiera limpiarse. Me salió una risa cuando lo vi así. - Encima te ríes...
- Lo siento, lo siento.
- Sabes que mi cara vale millones, ¿no?
- Ehh, tranquilo señor Perfecto que no necesitarás operarte, solo ha sido un golpecito... - le dije divertida y puse mi mano en su hombro para no perder el equilibro, es que su cara de cabreado me hacía mucha gracia. Puso sus ojos en blanco.
Fui a comprobar como estaba mi hija. Estaba durmiendo en su cama con tranquilidad y bien arropada por Jimin. Al menos me sentía más tranquila. Volví al comedor y Jimin estaba en el sofá aún con el papel tapando su nariz. Me dirigí a la cocina y del congelador saqué un par de cubitos de hielo, luego los envolví con un trapo y me encaminé a Jimin. Me dejé caer a su lado y le sorprendí cuando puse aquel trapo en la cuenca de su nariz.
- ¿Qué haces? - me salió una risa y me pellizco el brazo, es que su voz nasal era muy divertida.
- Estoy evitando que te salga un moretón, so tonto.
- Te advierto ya que si me sale alguno te mataré.
- ti mitiri... - me burlé poniendo caras.
- Qué tonta eres, de verdad...
Apreté contra su nariz y él se quejó al momento.
- Bueno... - habló él lentamente - ¿Qué tal la cita?
Me salió una carcajada.
- ¿En serio, no puedes parar de reírte?
- ¿Cómo quieres que te tome en serio con esos dos tapones en tus fosas nasales?
- Deberías estar arrepintiéndote más que riéndote.
- No puedo evitarlo, además, te lo mereces por estar espiando.
- ¡No estaba espiando!
- Anda que no. - dije sarcástica.
- Que no.
- ¡Qué mal mientes!
- Es la verdad.
- No y lo sabes.
- Oh vamos... - apartó mis manos y me miró con la ceja fruncida.- ¿Crees que estoy celoso?
- ¿No lo estás?
- No.
Me reí a carcajadas tan fuerte que él tuvo que taparme la boca con su mano.
- ¿Puedes parar? - me preguntó en susurro ya que estábamos cerca y negué con la cabeza.
- Ño.
- Arianne, por favor - soltó un suspiro - Hueles a ron ¿Has bebido?
- Oh Dios, eres mucho peor que mi madre...
Me fulminó con la mirada.
- Sí, he bebido pero poco. - le contesté como si fuese un cachorrito mojado y triste. Me miró y seguramente pensó que estoy loca, pero qué importa.
- De verdad que no sé qué hacer contigo... - dijo cansado y tomando mis manos para apartar el trapo de su cara. - ¡Eres una bipolar conmigo y me haces daño!
- ¿Y tú conmigo? Tú también tienes tus cambios de humor que me irritan.
- Todo es por tu culpa.
- Oh vamos... - rodé los ojos.
- Cada vez que el imbécil de tu compañero quiere quedar contigo me pongo celoso porque yo estoy intentando tenerte de vuelta y ese idiota solamente te aleja de mí. - me dijo mirándome a los ojos.
- No es él, Jimin. Claramente soy yo la primera que te quiere lejos de mí.
- Oh... - puso una expresión de dolor - Pero... yo sé que hay veces que te gusta mi compañía y a mí también me gusta estar contigo a pesar de que apenas hablamos... Es por eso que me gustaría que me perdonaras por el pasado.
- Esto...
- Joder, ya son las 4 de la madrugada. - dijo él mirando su móvil y evitando mirarme a los ojos. Ahora mismo se sentía algo avergonzado y quería huir. Me mordí el labio nerviosa cuando él se levantó del sofá.
- Espera Jimin - le dije tomando su mano ya que se estaba yendo. Me miró nervioso, realmente me pareció adorable. Me quedé en silencio mirándolo sin soltar su mano porque me quedé estática, las palabras no me salían, no sabía cómo expresarme en ese momento, me encontraba bloqueada.
- ¿Arian-?
Ni siquiera dejé que terminara de decir mi nombre porque mis labios chocaron contra los suyos. Dejé de pensar en ese mismo instante cuando la mano de Jimin tomó fuertemente mi cadera y con otra mi acariciaba mi mejilla. Mis manos temblorosas tomaron su nuca para no perder el equilibro por culpa de sus labios suaves que acariciaban los míos sin prisas y porque realmente nadie nos esperaba. Mi cuerpo sentía una mezcla de emociones y sentimientos que me hacían temblar. Ni siquiera podía pensar con claridad, solo sé que estaba besando a Jimin y estaba siendo lo mejor desde hace muchísimo. De verdad que había extrañado estas emociones y también a él.
Nos separamos con timidez, me sentía una adolescente, de verdad. Luego cuando miré a Jimin, estaba algo rojo que lo hacía extremadamente adorable, también me reí. Se quitó con rabia los dos tapones de la nariz.
- Ah! ¡Qué asco, Jimin! - grité algo escandalizada al ver sangre.
- Idiota... - murmuró gracioso pasando por mi lado rápido. Había ido a tirarlos a la basura, luego volvió y me miró mientras yo estaba apoyada en la pared. - ¿Y esa sonrisa?
- ¿Esta? - pregunté señalándome y mostrándole una igual.
- Sí.
- Ah, no sé. - me encogí de hombros y me enseñó una sonrisa de lado.
- Entiendo ¿Entonces tendré que besarte para hacerte sonreír de esa manera?
- Oh bu-bueno - empecé a tartamudear como una tonta. Él se río por lo bajo y se acercó a mí para dejarme un corto beso en los labios.
Mi corazón no estaba preparado para estas emociones fuertes, creí que me iba a desmayar en cualquier momento.
- Descansa - me guiñó un ojo antes de marcharse por la puerta.
Me fui alterada a dormir, di tantas vueltas en la cama que terminé cayéndome de ella. Ni siquiera me levanté del suelo y empecé a dar patadas. La luz del sol empezaba a entrar por la ventana, me había pasado dos horas intentando pegar ojo pero de verdad que Jimin no dejaba de estar en mi cabeza.
- ¿Mamá? - la voz de mi hija me llamó la atención. Creo que al final logré dormirme pero en el suelo tapada con la sabana que yo había agarrado. Me quité la sabana de la cara y la vi de pie en la puerta confusa. Me incorporé y me acerqué a ella preocupada.
- ¿Cómo te encuentras? - puse mi mano en su frente y toqué repetidas veces sus mejillas mientras ella ponía pucheros.
- Estoy bien, quiero jugar~ - dijo recuperada y me sentí aliviada. Me senté en la cama, ahora sí que estaba cansada y tenía ganas de dormir. Haeri se puso a mi lado y me miró a los ojos con pucheritos.
- ¿Qué quieres? - pregunté con una sonrisa pues sabía que me pediría algo.
- Quiero jugar con Jimin.
Jimin Jimin Jimin
- Luego lo llamo - le dije cansada y ella lo celebró saltando en la cama.
- Haeri...
- ¿Chí?
Mi boca se quedó seca y tragué sonoramente - Te voy a contar un secreto - ella asintió con la cabeza - pero no sé lo tienes que decir a nadie.
- Oki jeje
-♡-
khé
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nada más que decir
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