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-¿Ya cerraste todo?- Sunoo preguntó, como acordaron, saldrían juntos después de cerrar.
-Yep, ¿Puedo preguntar a dónde vamos?- arregló sus ropas saliendo de la tienda cerrándola con llave.
-Te dije que era una sorpresa ¿Quieres arruinar mi sorpresa?
-¡No! vamos, guíame- tomó su mano una vez más haciendo que las mejillas de Sunoo tomen un lindo color cereza.
-Cállate...- sus mejillas estaban rojas y caminaba por delante para que Niki no vea su rostro.
Niki sonrió siguiendo a Sunoo mientras seguían con sus manos juntas, de donde Niki viene, Japón, a la actitud de Sunoo se le llamaba tsundere, no le gusta que sepan que está sonrojado y aunque le gustan sus coqueteos, no lo admite y/o huye de la situación.
Que lindo.
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-Pruébate esto- Sunoo llevó a Niki a una gran tienda de variadas marcas de ropa reconocidas y caras.
-Sunoo, ya me compraste muchas cosas, estoy agarrando 12 diferentes bolsas de diferentes marcas.
-Yo pagaré todo, tú solo pruébatelo y si te queda bien entonces te lo quedas.- miró varias camisas y sacos para que Niki se los ponga.
-No, escucha, es mucho dinero, no quiero que piensen que me estoy aprovechando de ti, porque no es así- trató de pararlo.
-Pero hay muchas cosas que te quedan bien...
-¿Te gusta vestirme? puedes hacerlo, pero esto es muy caro.
-No es tan caro, puedo pagar muchas más cosas.
-Sí... pero es suficiente por hoy ¿Bien? podemos salir otro día.-Tomó sus manos.
Sunoo miró sus ojos, de pronto, una corriente eléctrica viajó por su columna vertebral e hizo temblar levemente sus piernas.
-Ah..- su vientre dolió y sus piernas simplemente dejaron de sostenerlo y casi cayó al suelo, si no fuera porque Niki lo sostuvo, seguro ya se habría golpeado con algo.
Un calor recorrió su cuerpo, como odiaba cuando su celo llegaba, porque siempre estaba solo, en su casa y aunque tomaba inhibidores, quería un abrazo.
-¡Tus pastillas!- con un brazo lo siguió sosteniendo y con el otro buscó las pastillas que Sunoo le dijo.
El celo hacía el aroma de Sunoo más fuerte, alfas normales no se resistirían a su dulce aroma de fresas y chocolate, pero Niki era dominante, podía controlarse muy bien y esa era la razón por la cual Sunoo confió en el alfa.
Lo hizo tomar a fuerzas aquellas pastillas y ahora faltaba el segundo paso, llevarlo a casa.
Lo levantó estilo princesa, tenía que buscar un taxi rápido, algunos alfas miraban a Sunoo como si fuera una presa.
Sunoo estaba aturdido, su lado omega salía más a flote, ese lado adorable y cariñoso, aquel que le ocasionó muchos problemas cuando era joven.
El aroma de Niki lo tranquilizó, café y pinos, se pegó al cuerpo de la personas que lo sostenía buscando más de aquel adictivo aroma.
Abrió sus ojos, en ese momento estaban él y su lado omega combinados, tenía lo honesto, cariñoso y adorable de su omega y los recuerdos y sentimientos de Sunoo, una combinación un tanto peligrosa.
-Llegamos- Niki bajó del taxi con Sunoo en brazos y buscó las llaves contrarias para abrir su puerta.
Llevó a Sunoo a su habitación y lo acostó en su cama, dejó las bolsas que Sunoo había comprado sin saber si podía llevárselo o no y se dispuso a irse hasta que una cálida mano se lo impidió.
-No te vayas.
-Sunoo, en este estado no sabes quién soy, lo mejor es dejar a que pase el celo.
-Niki, eres Niki- se sentó en la cama sin soltar un poco la mano del alfa.
El alfa se sorprendió, cuando alguien entraba en celo, solía perder el conocimiento y actuar en base a sus instintos, por lo que le fue raro ver que Sunoo si lo recordaba.
-Quiero ir a cocinar contigo- y sonrió.
Su sonrisa impidió a Niki irse y es que ¿cómo alguien podría decirle que no a esa linda sonrisa? Niki no era ese alguien, Niki estaba a los pies de esa sonrisa.
-Vamos a cocinar entonces- dejando que Sunoo sostenga su mano, se dirigieron a ma cocina, dejó lo más fácil para Sunoo, no quería que se lastimase.
-Que bien cocina mi alfa- y esas simples palabras descolocaron a Niki.
-¿Q-qué acabas de decir?
-Lo bien que cocina mi alfa- repitió con una sonrisa pegándose al brazo del más alto.
-¿Me consideras tu alfa?- paró de hacer lo que estaba haciendo para mirar a Sunoo atentamente.
Sunoo, cuando estaba en esa mezcla de omega y realidad, no podía mentir, Jungwon iba a su casa esos días para preguntarle toda clase de cosas, porque Sunoo, cuando le preguntaban, le era imposible mentir.
-Sí- fué directo -¿Porqué no lo serías?
-No.. para nada no es que no quiera, pero me sorprendiste- besó su esponjosa y apachurrable mejilla.
-Más- pidió -bésame más.
¿Quién era Niki para negarle algo a su omega?
Rápidamente besó sus mejillas hasta que se pinten de un tierno color cereza.
-Me gusta que me des besitos- hablaba honestamente, uf, pero, cuando recupere el mando de sus acciones y palabras, moriría de verguenza.
-¿Ah si? Entonces te daré todos los que quieras- besó por ultima vez su frente para seguir cocinando.
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-Oh... ya entiendo, gracias, Jungwon- Niki se despidió por teléfono de Jungwon, lo llamó para preguntarle la duración y condiciones de celo de Sunoo.
Jungwon le había aclarado que lo único que cambia en Sunoo era que era muy honesto, cariñoso y muy adorable en sus acciones.
Entonces Niki se dijo a si mismo, que aprovecharía esa honestidas y ese modo cariñoso en el que Sunoo estaba.
-Ven, ven- Sunoo abría sus brazos llamando a Niki.
-¿Si?
-Abrázame- y como dijo, fue abrazado delicadamente -abrázame más fuerte- quería sentirse seguro.
-Claro que si- apretó el abrazo, lo suficiente para no hacerle daño -¿te gusta que te abrace así?
-Si, me gusta, me siento seguro aquí, me gusta, me gusta, me gusta.- abrazó el cuello del alfa.
De pronto, el timbre sonó interrumpiendo el momento, Niki gruñó ¿Quien se atrevía a interrumpir su momento de amor con su omega?
-Espérame ¿si? Ya vuelvo y veremos la película que me dijiste- lo dejó sentado en el sofá.
Caminó hasta la puerta viendo a una omega, tenía un paquete en manos y por su uniforme, era de la empresa de mensajería.
-¿Si?- habló Niki abriendo la puerta.
-Buenos días, traigo 3 paquetes para Kim Sunoo- los mostró.
-Oh, claro, el vive aquí... pero no está en condiciones de abrir la puerta.
-¿Se lo puedo dejar a usted?
-Claro que si- recibió y firmó los paquetes entrando nuevamente a casa, pero, Sunoo estaba en su detrás con un leve puchero en sus rosados labios -¿pasa algo?
-Ven y dame un beso- sus cejitas estaban algo moelstas, pero sus labios estaban hechos un pico.
-Lo que gustes, mi omega- sostuvo su cintura besando sus labios por cortos segundos.
-Me perteneces, eres mi alfa- apretó las mejillas de Niki, el cual miró de reojo el anillo de Sunoo.
-¿Cuándo te compraste ese anillo?
-Estoy comprometido- su honestidad en ese estado le impidió mentir, solo podía decir la verdad cuando le preguntaban.
Niki se separó.
-¡¿Qué?!
Entonces ¿sólo estabas jugando conmigo?
Cami~
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