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VI

-Sunoo, buen día- el alfa, otra vez, como todas las mañanas, entraba a aquella tienda con una flor en mano, esta vez era una margarita.

-Niki, buenos días- sonrió nuevamente aceptando la flor viendo el anillo en su dedo al acercar sus manos.

Estoy comprometido, tienes que parar ahora.

-Sunoo... Quieres... quisieras, digo, tal vez.... ¿salir conmigo a cenar?- de pronto se puso tímido y sus orejas rojas.

Sunoo tenía que decirle que no, debía decirle que no, pero no quería, se sentía seguro cuando estaba a su lado, quería sentir esa seguridad otra vez.

-Sí, claro.

Tenía mucho dinero, de eso no había duda, pero su dinero no compraba la seguridad que sentía cuando aquel alfa nuevo en su vida lo abrazaba.

Fuegos artificiales explotaban en el interior de Niki, se había convertido en el mejor día de su vida.

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-Jay ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a comprar ropa?- Niki veía con extrañeza a su amigo que estaba en su enfrente.

-¿No puedo visitarte en tu trabajo?- le sacó la lengua -¿O es que te avergüenzo?- pestañeó varias veces en signo de burla.

-Agh, siempre haces esta clase de cosas cuándo consigo un tr--

-Shhh- Jay lo calló -¿Quién es él?- señaló a uno de los trabajadores.

-¿Quién? ¿Jungwon? trabaja aquí, es amigo de mi omega.

-Que lindos trabajadores hay aquí- aquella sonrisita del omega empleado acababa de embobarlo, si, ya antes dijo que le gustaban solamente las mujeres, pero ahora eran las mujeres y ese tal Jungwon, si que era lindo.

-Hey, no vayas a entrar y moles-- Su amigo ignoró completamente sus palabras dirigiéndose hacia aquel lindo omega -Y... como siempre no me haces caso.

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Ahí estaba Sunoo, pensando en porqué aceptó la propuesta del alfa que estaba de guardia en la tienda.

-Soy un tonto- se palmeó la frente -tonto, tonto, tonto, muy muy tonto- era miy obvio que tenía que rechazarlo.

Estaba en su casa, acordaron que Niki lo iría a recoger hora después de que terminaran el trabajo.

Estaba decidido, no iría, tenía que rechazar a Niki.

Entonces empezó a llover, genial, la excusa perfecta para cancelar la cita que habían acordado antes.

Faltaban 15 minutos para que Niki llegue y Sunoo estaba muy seguro de que Niki aceptaría su propuesta de cancelación por los truenos y lluvia; pero, justo antes de que marque el botón para llamarlo, el timbre de su casa sonó, tal vez era algún paquete, ya llamaría a Niki más tarde.

-¿Quién es?- habló por el intercomunicador.

-Su-Sunoo, ábreme la puerta, por favor, hace mucho frío- habló aquella voz que tan bien conocía.

Vio la pantalla de la cámara de seguridad, ahí estaba Niki, ropa y cabello empapados por la lluvia, el alfa tiritaba por las ventiscas que hacía afuera de la casa.

Sunoo bajó corriendo, no podía dejar que su guardia se enferme.

-¿Qué haces aquí? Está lloviendo desde hace varios minutos- Sunoo lo dejó pasar con una toalla en manos para secarlo un poco.

-Acordamos esto y no podía simplemente dejarte ir así de fácil- aceptó la toalla secando su pelo, pero toda su demás ropa estaba igual o más mojada.

-Niki...- ¿podía echarlo y rechazarlo? Sí ¿lo haría? No. -vamos, te quedarás hasta que calme la lluvia, te daré algo de ropa, dame la tuya para poder secarla.

-Oh, mi lindo omega es siempre tan gentil- y empezó a desvestirse aún enfrente de Sunoo.

-¡N-no te desvistas ahora!- se tapó los ojos dándose la vuelta mientras sentía sus mejillas más y más calientes.

-Oh, lo siento- volvió a colocarse su camisa dejando sus mojados zapatos en la entrada para después entrar a la lujosa vivienda de su omega.

-Yo no tengo tanta ropa grande....- entró a su habitación buscando ropa que le quede al alfa, pero todo era para su talla, Niki medía 1.87 y Sunoo tan solo 1.68 -Tengo esta pijama que me regaló mi abuela porque pensó que crecería.... talvez te quede.

Era una remera gris grande con un buzo del mismo color.

Gracias a Dios, era perfectamente la talla de Niki.

-Bien, ahora dame tu ropa, p-pero desvístete en el baño- le entregó la ropa que le prestaría desviando la mirada para no ver sus ojos.

-Gracias- la recibió y fue a cambiarse al baño como dijo Sunoo.

Mientras Niki se cambiaba, Sunoo escuchaba cómo la lluvia se hacía más y más fuerte, parecía que no pararía en un largo rato.

Sunoo tenía un trauma, cuándo tenía 7 años vio morir a un señor en un choque de autos, fue tan horrible, la sangre, el cuerpo, las ambulancias y todos los ruidos, desde ese momento cada vez que escuchaba un sonido fuerte recordaba todo tan vívidamente, entraba en un pequeño ataque de pánico 

-Sunoo, gracias por la ropa, prometo que me iré cuando la lluvia pare- Niki ya estaba cambiado con su cabello aún algo húmedo.

-No te preocupes, si no para, tengo un cuarto de invitados, puedes dormir a-- su estómago sonó haciendo que sus mejillas se pongan de un rosado color.

-¿Tienes hambre? Puedo prepararte algo si quieres.

-Podemos pedir comida....

-Si, pero lo casero tiene más amor incluido- rechazando los pedidos de Sunoo por pedirle comida a su chef personal, fue a la cocina a preparar algo, era bueno cocinando.

-Bueno, al menos déjame ayudarte- no sabía cómo, nunca cocinó, pero tenía buenos modales y excelente ética.

-Nop, yo cocinaré para ti- quería hacer todo lo posible para que su omega esté lo más cómodo posible.

Niki lo tomó de los hombros sentándolo en una de las sillas al rededor del mesón donde cocinaba.

Sunoo se sentí tan consentido, ni su madre había sido así y que de repente, alguien que apenas conoce lo trate así de bonito y le sonría con toda la seguridad del mundo era algo nuevo.

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Ya estaba acabando, el bistec estaba en la olla cociendo, faltaban 30 minutos para poder terminar la cocción.

-Niki, ¿Porqué haces todo esto por mi?- Sunoo no entendía, no le estaba pagando.

-Porque me gustas- fue directo, Sunoo ya lo sabía, Niki se lo decía todos los días y cada vez se seguía sintiendo tímido y pequeño.

Las mejillas del omega enrojecieron ante las palabras del alfa.

-Y-yo...- se encogió en su lugar, estaba por seguir hablando, pero un fuerte trueno retumbó, las luces se cortaron.

De pronto el cuerpo de Sunoo tembló y por miedo se encogió en el suelo, protegiendo su cabeza y cubriendo sus oídos.

-¿Sunoo? ¿Está todo bien?- Niki se acercó al sentir las feromonas de miedo que su omega transmitía involuntariamente.

El omega no respondió, sentía que si salía de la posición en la que estaba, volvería a escuchar aquel sonido.

-Sunoo...- sin esperar mucho, lo abrazó aún estando de rodillas en el suelo, abrazó al rubio por la cintura esperando calmarlo un poco.

De pronto, Sunoo volvió a la realidad al sentir el aroma de Niki y esos brazos que lo estaban rodeando, con sus temblantes brazos aceptó el abrazo, sin duda, no había lugar donde se sintiese más seguro que los brazos de Niki.

Ya había vuelto la luz, unos 7 minutos después de que se haya cortado.

Niki pensó que Sunoo necesitaba su espacio, así que trató de alejarse, pero los débiles brazos de Sunoo se lo impidieron.

-Quédate... quédate un poco más.

No sabía de dónde habían salido esas palabras, pero decían la verdad, no quería separarse de su alfa, quería quedarse ahí por un largo rato.

-No me voy a ir a ninguna parte- se sentía tan bien saber que Sunoo lo necesitaba y no quería que se fuera.

Mi lindo omega.












Cami~





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