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𝓒apítulo 𝓓os


👻Capítulo Dos👻

Julie Molina estaba completamente confundida y estaba segura de que estaba teniendo algún tipo de episodio psicótico.

Después de gritar y huir rápidamente de allí, además de cenar con su familia que, por supuesto, se convirtió en un sermón de nada más y nada menos que su tía, Julie había regresado al estudio con una cruz sostenida fuertemente en la mano. Ahora, los chicos estaban detrás de la chica mientras ésta trataba de decidir qué tan loca se estaba volviendo.

—Todo el mundo está un poco loco —comentó el del pelo largo castaño despeinado

Julie soltó otro grito y levantó la cruz lo más alto que pudo, poniendola frente a los tres fantasmas.

—¡Jolín! ¡Deja de gritar ya, por favor! —suplicó Alex tapándose los oídos. La morena le hizo caso y dejó de gritar.

—¡¿Quiénes sois?! ¿Y qué hacéis en el estudio de mi madre?

El comentario hizo enfadar de inmediato al melenudo, haciendo que diera un paso hacia ella, ignorando esta vez la cruz.

—¿El estudio de tu madre? ¡Es nuestro estudio, en serio! El piano de cola es nuevo, y... —sus ojos se iluminaron al posarse en el sofá del otro lado de la habitación, y se tiró sobre él—. ¡Mi sofá! —se acomodó por un momento antes de enderezarse bruscamente y girar la cabeza—. Pero... esa no es mi guitarra —desvió su mirada hacia el techo—. ¿Pero qué? ¿Me perdonas un segundo?

El chico ignoró su mirada cautelosa mientras llevaba a los otros chicos al otro lado de la habitación, agrupándolos.

—Chicos, ¿qué está pasando? ¿Cómo ha traído aquí sus cosas tan deprisa?

—¡A lo mejor es una bruja! —especuló el de la chaqueta de cuero, pensando que era lo más brillante que había dicho mientras los otros dos le miraban fijamente—. Pensadlo, hay sillas... flotando en el techo. Además, antes parecía muy dispuesta a matarme.

—Reggie, las brujas no existen —intervino el rubio.

—¿Seguro? Porque yo pensaba que los fantasmas tampoco.

—Bien visto —señaló el rubio, y siguió hablando—. Pero no es una bruja. Sólo está asustada, ¿vale? Que se encargue alguien con un poco más de tacto —se puso una mano en el pecho.

Se aclaró la garganta, y se dio la vuelta para mirar a Julie, esbozando una sonrisa falsa mientras se inclinaba hacia ella.

—¿Por qué estás en nuestro estudio?

Julie se burló, y empujó la cruz hacia su pecho. Sólo para que su mano atravesara su cuerpo, como si fuera una invención hecha de aire. Sus ojos se abrieron de par en par y miró de su mano al chico que tenía delante.

—¡Santo cielo! ¡¿Cómo lo has hecho?!

—Ya veo que no te das cuenta —concluyó el chico—. Mira, somos fantasmas, ¿vale? Tres fantasmas, y estamos contentos de estar en casa. Así que gracias por las flores, alegran mucho la habitación.

—Somos un grupo de música, Sunset Curve —saltó de nuevo el del pelo largo, seguido por el de la chaqueta de cuero.

—¡Corre la voz!

—Oh, Dios mío —murmuró Julie, juntando por fin las piezas de donde conocía el nombre de esa banda. No estaba segura de por qué no lo había pensado antes, pero todo cuadró cuando miró otra vez al de la chaqueta de cuero, que retrocedió incómodo una vez más.

—Chicos, me está mirando otra vez...

—Mira, anoche iba a ser una noche super importante. Iba a cambiarnos la vida-

—Ibais a tocar en el Orfeón.

Todos los chicos se miraron cuando Julie dijo su revelación, gratamente sorprendidos de que supiera quiénes eran.

—Así es —el rubio asintió con una sonrisa—. Debes de ser una fan-

—Se suponía que ibais a tocar en el Orfeón, pero anoche no —intervino Julie—. Ibais a tocar allí hace veinticinco años. Moristeis en 1995, cuando teníais 17. Ahora estamos en 2020.

El chico de la chaqueta de cuero se burló, negando con la cabeza.

—¿Qué? ¡No! No, no, no, no. E-E-Es imposible. Cuando salimos flotando de la ambulancia, sólo estuvimos en esa habitación oscura donde Alex lloró todo el tiempo —señaló al rubio a su lado.

—A ver —interrumpió el mencionado, alargando la "e"—, no creo, estábamos todos muy disgustados, ¿vale? —se detuvo por un momento, dándose cuenta de algo—. Espera... ¡¿llevo llorando veinticinco puñeteros años?! ¡¿CÓMO puede ser eso?!

—Eres una persona muy emotiva —exclamó el azabache.

—¡Ni hablar!

—Si tú eres Alex, entonces eso te convierte en Luke —Julie señaló al chico del pelo castaño, antes de mirar al último chico—. Y... oh Dios, ¿eso significa que tú eres Reggie?

—¿Tienes algún problema conmigo o algo así? —preguntó Reggie, mirando a los chicos antes de volver a Julie—. O, eres como, mi mayor fan o-

—Soy amiga de tu hermana.

Reggie dejó escapar una carcajada, sujetándose legítimamente el estómago mientras dirigía la mirada a los chicos, sacudiendo la cabeza frenéticamente.

—Vaya, creo que nos ha confundido con otros Reggie, Alex y Luke —Reggie se volvió para mirar a Julie, encogiéndose de hombros—. Siento decepcionarte, pero mis padres estaban al borde del divorcio. No tengo ninguna hermana-

—Ella nació 9 años después de tu muerte, después de que tu madre se volviera a casar —intervino Julie, sacando rápidamente su teléfono y desplazándose por el Instagram de Holland. Pulsó una foto de Holland y su madre y se la mostró a los chicos—. Esa es Holland, y su madre.

Los ojos de Reggie se abrieron como platos mientras se acercaba más; tanto Alex como Luke también se quedaron atónitos.

—¿Qué... e-esa es mi madre?

—Reggie, tu hermana está buena —lanzó Luke con una sonrisa y Alex le dio un codazo en el costado.

—¿Cómo... Oh, Dios, ¿cómo no nos dimos cuenta de esto antes? Ensayaban en esta casa, ¿cómo es que Holland no lo sabía? —el sonido de un coche pitando hizo que los ojos de Julie se abrieran de par en par—. ¡Ah, está aquí!

Los ojos de Reggie se abrieron de golpe y se puso delante de Julie, que corrió hacia las puertas.

—Espera, ¿mi hermana? ¿Está aquí?

—¡Esfumaos, volad, no sé qué es lo que hacéis los fantasmas pero haceos invisibles y callaos! —exigió Julie frenéticamente, cerrando la puerta del estudio detrás de ella antes de correr hacia el camino de entrada.

Holland acababa de cerrar su coche cuando se echó la mochila al hombro y tiró las llaves dentro. Cuando se dio la vuelta, soltó un pequeño grito de sorpresa seguido de una carcajada al ver a la morena justo detrás de ella.

—Ay, Dios mío, ¡me has asustado! —Holland se echó a reír antes de hacer una pausa, viendo la mirada que tenía Julie en su cara—. Jules, ¿estás bien? Parece que has visto un fantasma-

—Estaba en el estudio de mi madre.

Una agradable sonrisa se dibujó en el rostro de Holland y rodeó a su amiga con un brazo, abrazándola muy fuerte.

—¡Estoy muy orgullosa de ti! Es un gran paso —afirmó Holland mientras se separaba de ella—. ¿Qué tal si te ayudo con el cálculo en el estudio? Podría ayudarte a pasar más tiempo allí.

Julie de verdad quería decirle que no. No había manera de que ella pudiera decir nada más que no, ¿verdad? Pero en lugar de eso, asintió con la cabeza, permitiendo que Holland las condujera al estudio.

Holland esbozó una brillante sonrisa cuando abrió una de las puertas del estudio, y miró a su alrededor, admirando todo lo que había decorado la madre de Julie. Julie, en cambio, dejó escapar un suspiro de alivio al ver que los chicos no estaban en ninguna parte. Eso es, hasta que miró al desván, y los vio a los tres observándolas desde arriba. Hizo un gesto para que se callaran, antes de reírse nerviosamente y mirar a Holland, que se sentaba en el sofá.

—Bueno —comenzó Julie, tratando sonar casual mientras se sentaba a su lado—, ¿cómo va el musical? Te habrá hecho mucha ilusión que te dieran el papel de Bella.

—Oh, sí, pero no puedo decir lo mismo de Carrie —respondió Holland con una carcajada, subiendo los pies al sofá y cruzándolos mientras sacaba su libro de texto de cálculo. Julie, disimuladamente, echó una mirada a los chicos, que observaban todo con los ojos muy abiertos—. Ni siquiera consiguió un disfraz, así que está cabreada. Mason tampoco está contento, quería el papel de Bestia, pero terminó con el de Gastón.

—Ese es el más apropiado para él —gritó Julie y Holland le lanzó una goma a la cabeza, haciendo que ambas soltaran unas carcajadas. Cuando las risas cesaron, Julie se tragó el nudo en la garganta y miró a su amiga—. La... la foto de tu hermano está en mi habitación. Más tarde te la doy.

—Gracias Julie, sólo desearía que hubiera sido de más ayuda-

—Lo siento si te lo vuelvo a preguntar pero, ¿qué les pasó?

Holland miró a su amiga, confundida por el hecho de que estuviera actuando tan rara esta noche. Pero cerró su libro de texto y volvió a divulgar la historia.

—Mamá nunca me dio todos los detalles, pero había un artículo en Internet que daba la mayoría de ellos. Reggie y sus amigos iban a tocar en el Orfeón, pero dos horas antes tuvieron una fuerte intoxicación alimentaria que los mató. Realmente no hay mucho más en la historia.

—Una vez nos dijiste a Flynn y a mí que todo lo que haces, lo haces por ellos —añadió Julie, y Holland asintió.

—Reggie, Alex y Luke eran muy talentosos. Créeme, he escuchado su demo. Podrían haber llegado a lo más alto, si esos malditos perritos calientes no se hubieran interpuesto en su camino —Holland dejó escapar una triste carcajada—. Mamá estaba un poco recelosa de que yo siguiera el mismo camino que ellos, dado lo que pasó, pero cedió. Es una especie de inspiración para mí, pensar que no sólo estoy haciendo esto por mí, sino también por ellos. Julie... ya te había contado todo esto antes. ¿Por qué me lo vuelves a preguntar?

—¿Crees en los fantasmas?

La pregunta pilló con la guardia baja a Holland, aparentemente viniendo de la nada. La Julie Molina que ella conocía era muy práctica, no se interesaba por algo tan estúpido como los fantasmas.

—Quiero decir, ¿supongo? —Holland no estaba segura de cómo responder a eso—. No lo sé. Creo que hay algunas cosas sobrenaturales que ocurren en el mundo, pero no sé si iría tan lejos como para decir que los fantasmas son reales.

Julie no llegó a responder ya que, justo en ese momento, su peor pesadilla se desarrolló delante de ella.

Reggie soltó un grito al caer del desván, aterrizando directamente frente al sofá. Alex y Luke aparecieron por detrás, arrastrándolo hasta ponerse de pie mientras él gruñía. No habría sido una pesadilla tan grande si no fuera porque Holland también miraba a los chicos con terror, y Julie se dio cuenta de que ella también podía verlos.

—Oh, tío, creo que por fin me he librado del gusanillo que estaba en mi cuello...

Reggie se interrumpió cuando se colocó entre los chicos, ahora mirando a los ojos a Holland.

Holland le devolvió la mirada, dándose cuenta de que Alex, Luke y nada menos que su hermano, Reggie, estaban de pie frente a ellas. Tres adolescentes muertos estaban de pie frente a ellas.

—¡No me jod-!


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