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O6; NUEVO CAPRICHO

❧ PERFECT FAMILY

NUEVO CAPRICHO ಌ

Taehyung se había levantado como de costumbre temprano y se dio una ducha. Llevaba un pantalón de vestir negro, zapatos del mismo color, y mientras abotonaba su camisa blanca, no podía evitar observar a su esposa que dormía plácidamente, como pasaba últimamente, dándole espalda. Comenzaba a desagradarle de gran manera, porque extrañaba cuando se aferraba a él para dormir, como si fuera la única manera de conseguirlo aunque luego terminara en el otro extremo, y él se despertara para volver a abrazarla y seguir durmiendo cómodo.

El verla de aquella manera le traía recuerdos de cómo se dieron las cosas entre ellos, lo que le hacía desear volver al pasado para poder enamorarla nuevamente, y quizás disfrutar más esos momentos que compartieron.

Crystal se dirigía hacia la salida, mientras que Taehyung la observaba buscando una excusa para acercarse, hasta que notó que se le había caído una de las tantas fotocopias que llevaba en sus manos.
Al recogerla y ver que se trataba de matemática, sonrió, pues sabía que tenía que volver a dar un examen porque lo había desaprobado, y sólo faltaban dos semanas para su graduación, lo que la tenía demasiado frustrada y preocupada.

El castaño se acercó rápidamente, diciendo su nombre, pero al no llamar su atención, frunció el ceño. Hasta que se puso frente a ella, llevándose una mirada de confusión y dándose cuenta que no era escuchado porque llevaba auriculares.

―¿Qué sucede, Tae? ―preguntó quitándose los auriculares.

―Se te ha caído ―respondió entregándole la fotocopia.

―Oh, gracias ―suspiró tomándola para ponerla sobre las demás―. Siempre tan torpe.

―¿Has logrado entenderle?

―La verdad es que no, pero me esforzaré demasiado para que me vaya bien en el examen el viernes.

―Yo puedo ayudarte ―mencionó con una tímida sonrisa.

―No. Ya has acabado con casi todos tus exámenes, así que no tienes que frustrarte más por mí...

―Le entiendo perfectamente. Déjame darte una mano, por favor.

Crystal al observar su gran sonrisa cuadrada y como sus ojos cafés brillaban de ilusión, no pudo evitar sonreír asintiendo.
Pues, al contrario de los demás, ella no lo veía como un chico que era completamente aburrido, y lo único interesante era su dinero, porque tenía una amistad con él desde los diecisiete y había podido darse cuenta de que era el chico más dulce del salón.

―Perfecto. ¿Puedo ir a tu casa o prefieres venir a la mía?

―Aún sigo perdiéndome en tu mansión ―bromeó haciéndole reír―. Prefiero que vengas a la mía.

―¿Hoy a las cinco?

―Perfecto.

―Luces hermosa hoy ―admitió con una sonrisa, observándola de pies a cabeza mientras caminaban tranquilamente.

Crystal tenía el cabello castaño, por debajo de los hombros y flequillo. Llevaba el uniforme que era una chaqueta roja, camisa blanca, falda gris, medias blancas y zapatos negros.
Sentía que a nadie le quedaba bien aquel uniforme, pero cuando la veía a ella se daba cuenta que estaba completamente equivocado, porque quedaba maravillado con su belleza.

Él tenía el cabello ceniza y rizado, llevando chaqueta roja, camisa blanca, corbata roja, pantalón gris y zapatos negros.
Las chicas sabían babear por él por más aburrido que les pareciera, porque aún así lo veían atractivo, y este lo sabía, pero no les prestaba demasiada atención, pues le gustaba concentrarse sólo en sus estudios, pero más que nada en Crystal.

―Taehyung, sabes que no puedo corresponderte ―recalcó incómoda.

―Sé que sigues perdidamente enamorada de Jungkook, pero también sé que él rompió tu corazón ―se acercó tomando sus manos―. Así que voy a tomarme el descaro de empezar a coquetear contigo, y pedirte que aceptes tener una cita conmigo.

―Pero...

―Sé que no soy popular por ser el Capitán del equipo de baloncesto, porque ni siquiera me interesa. Sé que tampoco soy tan interesante como él ―hizo una mueca―. Pero sé que puedes divertirte conmigo, y que puedo lograr enamorarte porque tengo mis encantos. Las chicas dicen que soy el más atractivo del instituto, así que debería intentar usar eso a mi favor si es que es cierto ―bromeó guiñándole el ojo, logrando hacerla reír.

―Sí eres el más atractivo.

―Ahora que lo dices tú sí lo creo ―rieron―. Acepta tener una cita conmigo. Sólo una, y si no la pasas bien conmigo no vuelvo a insistir. No soy el aburrido que dicen. Lo prometo.

―Está bien ―aceptó con una sonrisa.

―¡Perfecto! ―sonrió emocionado―. Te llevo a tu casa.

―No. Iré en autobús.

―Por favor, déjame llevarte. Puede pasarte algo...

―Tomo el autobús cada día, Taehyung ―recalcó riendo―. Entiendo que tú creas que es peligroso porque tienes dinero, así que no sabes lo que es, pero no es para nada peligroso.

―Aún así, déjame llevarte.

―Sólo porque sé que eres demasiado insistente.

Volvieron a caminar y tímidamente Taehyung comenzó a entrelazar sus dedos, llevándose una mirada de su parte, pero al ver que no era rechazado, no pudo evitar sonreír.
Llevaba desde los diecisiete enamorado de ella, que fue cuando empezaron a hablar por una clase de química en la cual él estaba completamente perdido, pero ella lo ayudó. Desde ese momento se hicieron amigos, y hacía dos meses él se atrevió a confesarse al creer que tendría posibilidades, pero al ser rechazado y luego verla junto a Jungkook, rompió su corazón.
Aún así no se molestó y decidió seguir siendo su amigo, pero ahora al saber que el pelinegro, como era de esperarse rompió su corazón, no dudó en aprovechar la situación para tratar de enamorarla. Pues, le encantaba mirarla cada vez que podía, le encantaba ver su expresión de felicidad, de sorpresa, de enfado, de confusión. Con tan sólo ver una sonrisa en su rostro se sentía feliz y más si era causada por él.

Taehyung sonrió al recordar esa primera vez donde todo comenzó. Todo sucedió demasiado rápido, tanto así que sus padres se molestaron demasiado con ellos. Pues, nunca había pensado en las consecuencias, y ella al no ser adinerada cómo él, fue rechazada durante un tiempo, más que nada por su madre, pero Taehyung no dudó en enfrentarlos.
En poco tiempo cuando ya estaban casados, lograron aceptarla, y su padre adoraba la familia que habían formado, por lo que se sentía aliviado, porque sabía que si hubieran seguido rechazándola todo hubiera terminado mal, y probablemente, no serían unas de las familias más adineradas de Seúl, por lo que no hubiera podido darles una buena calidad de vida a su esposa e hija.

Se acercó lentamente a su esposa y dejó un beso en su frente, para luego acariciar su mejilla.

―Te amo, mi amor ―murmuró antes de dejar otro beso en su frente, para luego salir de la habitación.




























Crystal se encontraba en la entrada del colegio, esperando a Sunhee mientras una parte de ella ―aunque intentara negarlo― también esperaba ver a Jungkook, porque la pasó realmente bien junto a él y Daehyun, que hizo que su hija pasara un buen momento y se divirtiera como tanto necesitaba.
Observó a sus costados algo decepcionada de no verlo, detestándose por ahora querer hacerlo, ya que debería seguir evitándolo. Sería lo más justo por la manera en que rompió su corazón, porque por más que los años pasaran, siempre iba a dolerle el recordarlo por el hecho de que no tuvo un mínimo de empatía.

―¿Me buscabas, Crys? ―preguntó con voz profunda cerca de su oído, provocando que se estremeciera y volteara rápidamente a verlo.

―Me asustaste, Jungkook ―llevó la mano a su pecho, sintiendo sus latidos acelerados.

―¿Y bien? ―sonrió.

―No. Estaba buscando a mi mejor amiga, pero parece que aún no llega...

―¡Mami! ―escuchó la voz chillona de su hija que corrió a abrazarla, por lo que acarició su cabello mientras miraba a Jungkook con una sonrisa sin saber porqué.

―Hey, campeón ―este giró a ver a su hijo que se acercó con una sonrisa―. ¿Te fue bien hoy?

―Sí. Ha revisado mi tarea de biología y me ha dicho que está muy bien.

―Ese es mi hijo ―chocaron sus puños, este mirándolo orgulloso.

―¿Hoy podemos volver a hacer algo juntos los cuatro? ―preguntó emocionada, Sunhee.

―¿Podemos, papá? ―lo miró ilusionado.

Crystal no pudo evitar sorprenderse, pero a la misma vez observó a Jungkook, esperando que él dijera que sí. Por más que lo reprimiera, también sentía ganas de pasar otro buen momento, aunque fuera a demostrar lo contrario ya que no quería que notara como había cambiado de parecer tan de repente.

―Lo siento, hijo, pero hoy debo seguir trabajando desde casa, así que no podemos salir ―explicó haciendo una mueca.

Volteó a ver a la castaña y al notar un brillo de decepción en su mirada, no pudo evitar sorprenderse, como también ilusionarse al pensar que quizás quería pasar tiempo con él. Se detestaba por tener que trabajar, pero Namjoon estaba haciéndole un favor al darle un lugar en su empresa, más que nada por permitirle trabajar desde casa, por lo que no iba a fallarle por más que tuviera demasiadas ganas de pasar tiempo con Crystal.

―¿Estás bien? ―se acercó preocupado.

―Claro ―trató de sonreír y lo miró extrañada―. ¿Por qué lo preguntas?

―Es que pareces...decepcionada.

―No. Es sólo que mi hija estaba ilusionada...

―¿Y tú? ―tanteó con una sonrisa.

―Creo que el ilusionado eres tú ―soltó una risilla nerviosa.

―¿Y mañana? ―preguntó Daehyun.

―No lo sé. Tenemos que ver qué planes tenemos Sunhee y yo.

―Mamá, nunca hacemos nada divertido ―replicó cruzándose de brazos―. Sólo nos aburrimos en casa esperando a papá.

―Papá trabaja y yo también me aburro ―le comentó el pequeño a Sunhee.

―¿No trabajas, Crystal? ―consultó sorprendido, acercándose al ver a sus hijos hablar.

―Taehyung no lo ve necesario, y no me gusta pensar en que mi hija puede sentirse sola.

―Vaya, nunca creí que te volverías así ―hizo una mueca―. Antes te mostrabas tan independiente que hasta preferías caminar a que te lleve en coche, porque temías que pensaran que sólo estabas conmigo por dinero.

―Me cansé de preocuparme por lo que digan los demás ―confesó rodando los ojos―. Además, ahora tengo a mi hija y Taehyung trabaja demasiadas horas...

―Y tú te aburres en tu casa ―sabía que iba a negarlo y no dudó en interrumpirla―. Deberías hacer algo para entretenerte y que realmente te guste. Antes te gustaba hornear, ¿por qué no trabajas en algo donde puedas sacarle provecho? ―sonrió al pensar que tuvo una buena idea―. Eras grandiosa haciéndolo y yo disfrutaba de comer tus panecillos, pero los que más adoraba eran los cupcakes de chocolate.

Al recordarlo no pudo evitar reír porque Jungkook rompía su dieta solamente para probarlos, ya que los disfrutaba demasiado, tanto como ella disfrutaba el verlo comer con tanto placer. Realmente comenzaba a pensar que tuvo una buena idea, porque siempre había reprimido sus ganas de trabajar sólo por pensar en su hija, pero estaba cansada de sólo distraerse yendo al gimnasio dos horas.
Necesitaba algo que la hiciera distraerse de verdad, y la hiciera disfrutar de lo que hacía para no seguir estresada o aburrida, mientras esperaba el horario para que Sunhee saliera del colegio, y luego esperar a que su esposo saliera del trabajo.

―¿Sabes? Creo que tienes razón.

―¿En serio? ―preguntó sorprendido―. Por un momento creí que no lo tomarías bien y me preocupé.

―No. Necesito distraerme.

―Pues, si haces algo como la idea que te he dicho, ten por seguro que...seré tu primer cliente ―aseguró acercando sus rostros, y le guiñó el ojo mientras sonreía.

―Me parece bien ―asintió con una sonrisa, intentando ignorar cómo sentía que de repente la temperatura había aumentado para ella.

―Sólo hay algo que no me agrada.

―¿Qué? ―arrugó ligeramente la frente.

―Que no me darás de comer como antes lo hacías.

Al escucharlo sintió como un cosquilleo aparecía en su vientre. Pues, recordaba la manera en que trataba de provocarla, por lo que el oxígeno abandonó sus pulmones por un momento, mientras observaba la sonrisa egocéntrica de Jungkook al saber que había logrado que recordara esos momentos.

―Bien, con Daehyun debemos irnos ―tomó la mano de su hijo―. Adiós, Sunhee ―abrió su otra mano y ella la chocó sonriendo, lo cual causó la de él―. Adiós, Crys ―habló por bajo, observándola de pies a cabeza, para luego guiñarle el ojo.

En ese momento se sentía paralizada, porque no sabía en qué instante había logrado cambiar por completo la conversación. En un momento se encontraba riendo dándole la razón, y en otro sentía como el calor se había apoderado de su cuerpo, mientras que un cosquilleo bajaba por su vientre.

―¡Mamá, vamos!

Sunhee logró llamar su atención al tirar también de su mano, por lo que al salir de su trance empezaron a caminar hacia su coche, pero antes de subir, hizo contacto con Jungkook que abría la puerta de su Mercedes Benz para subirse sin quitarle la mirada de encima. Sin dudas sentía que aquella tensión iba a matarla, por lo que trataba de sacarlo de sus pensamientos.


























Crystal conducía mientras escuchaba a Sunhee bostezar, pues eran las diez de la noche, pero no quería esperar a que Taehyung regresara para poder hablar. Al llegar a la empresa, bajó para luego ayudar a su hija, tomando su mano para caminar hacia la entrada, donde saludó a los de seguridad y a los demás empleados de su esposo.

Subió al elevador para apretar el botón ocho, y cuando las puertas se abrieron, se encontró con Jimin que caminaba llevando unas carpetas en sus manos, por lo que lo tomó del brazo, sorprendiéndolo.

―¿Crystal? ¿Sunhee? ―las miró asombrado―. ¿Qué hacen aquí?

―Necesito que la cuides unos minutos.

― Aquí soy mano derecha de tu marido, no niñera...

― ¡Gracias!

Comenzó a caminar rápidamente, escuchando los reproches de Jimin, pero al voltear y ver que ya tomó su mano mientras caminaban hacia la oficina de él, sonrió aliviada dirigiéndose a la de su marido.
Al llegar vio a la secretaria que le regaló una pequeña sonrisa y comenzó a caminar, pero su voz la interrumpió.

―Lo siento, pero el señor Kim no va a recibir a nadie más.

―El señor Kim es mi esposo ―aclaró enseñándole la mano con los anillos en su dedo anular.

―Oh, lo siento mucho ―se cubrió la boca con las manos―. Es que nunca la he visto. En verdad, discúlpeme...

―Está bien. Sé que te ha contratado hace un año y yo no vengo aquí hace demasiado tiempo ―explicó haciendo una mueca.

―Pase, por favor.

Crystal asintió y abrió la puerta sin dudar.

―¡¿Quién Diablos...?!

Taehyung al ver que se trataba de su esposa, no pudo evitar sorprenderse, pues al principio estaba tan concentrado en los documentos que le molestó que alguien fuese capaz de entrar así, pero al tratarse de Crystal, toda la rabia desapareció siendo reemplazada por una sonrisa.

―Oh, mi amor...―se levantó rápidamente―, ¿qué haces aquí? Es una gran sorpresa. Buena, por supuesto.

La castaña sonrió cerrando la puerta detrás de su espalda, por lo que él se acercó para tomar sus manos y luego apoyarse en el escritorio, observándola aún con una sonrisa.

―¿Y Sunhee?

―La he dejado con Jimin.

―Jimin no es un buen niñero, ¿acaso olvidas cuando Hyeyoon le dejo a cargo a Minho mientras íbamos a comprar y al regresar se había cortado el flequillo con una tijera? ―rieron.

―Claro que lo recuerdo. Lo hizo, mientras su padre estaba en el baño, y tuvieron que raparle la cabeza. Pobre niño. No dejó de llorar por una semana y Hyeyoon se molestó demasiado con Jimin.

―De todas maneras, ¿no es algo tarde?

―Sí, pero necesito hablar contigo.

―Dime ―la observó atento, acariciando su mejilla.

―Quiero trabajar.

Aquello lo tomó por sorpresa, pues si no mal recordaba habían quedado en que él se encargaría de la familia, aunque al principio no le agradó para nada a Crystal. Pero luego al pensar que nadie cuidaría mejor a Sunhee que ella, porque temía contratar a una niñera y que a su hija le sucediera algo, aceptó. Aún así, ahora creía que Jungkook tenía razón, y que debía hacer algo, por lo que trataría de buscar alguna mujer que se le hiciera confiable.

―¿Y Sunhee?

―Buscaré alguna niñera.

―No. Si algo le sucede mientras ninguno de los dos está...

―Taehyung, no puedes tener esa idea en tu cabeza todo el tiempo.

―Es una niña. Necesita a su madre.

―Y también te necesita a ti. Puedes hacer algo de tiempo para cuidarla mientras yo trabajo.

―No puedo hacer eso ahora ―soltó sus manos―. Ahora es cuando necesito concentrarme más que nunca. Quizás en unos meses luego de las fiestas.

―¡No! Taehyung ya no soporto más seguir sola, aburrida, frustrada en esa casa.

―¿Qué necesitas allí? Dime y haré que lo pongan ―aseguró exasperado―. ¿Quieres volver a remodelar la casa? ¿Otro coche? ¿Poner un gimnasio en casa?

―Taehyung, ¡si al único lugar donde salgo es al gimnasio!

―Pues, no lo sé. ¡Dime qué quieres para ya no sentirte así! ―exigió frustrado.

―¡Necesito trabajar y que tú me apoyes!

―Me preocupa Sunhee.

―La dejaré en buenas manos, lo prometo ―tomó sus manos―. Pero por favor, apóyame en ésto. Es muy importante para mí.

Taehyung suspiró apoyando su frente en la de ella, porque sabía que tenía razón. Habían pasado muchos años y necesitaba hacer algo, por lo que asintió.

―¡¿En serio?!

―Sí, amor ―sonrió al verla emocionada como no pasaba hace tiempo―. Dime qué necesitas.

―Necesito que me consigas un local ―respondió con una sonrisa―. Tengo pensado poner una cafetería y trabajar allí. Haré mis pasteles favoritos, como también los cupcakes que tanto aman Sunhee y tú.

―Está bien ―asintió riendo, apegándola a él, para luego juntar sus labios en un pequeño beso―. Pero sólo acepto si soy tu primer cliente.

―¡Claro que sí!

Crystal chilló emocionada y comenzó a dejar muchos besos en los labios de Taehyung, como también por todo su rostro haciéndole reír dulcemente. Ahora sentía cómo la tranquilidad se volvía parte de él, pues rogaba que cumpliéndole aquel nuevo capricho ―como lo veía él―, todo volviera a la normalidad entre ambos. No deseaba nada más que eso, ya que las inseguridades estaban consumiéndolo minutos antes de que ella llegara.

¡Hola!

PERFECT FAMILY LLEGÓ A LAS 1K LECTURAS. Muchas gracias por el apoyo que le están dando a esta nueva historia que me tiene muy emocionada

¿Les va gustando como va yendo la trama hasta ahora?

Espero que les haya gustado el capitulo, no se olviden de votar y comentar, bellezas

¡Nos leemos pronto!

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