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11; CENA

❧ PERFECT FAMILY

CENA ಌ

Taehyung conducía por momentos apretando el volante al punto en que sus nudillos se ponían blancos, pero rápidamente se dio cuenta, por lo que trataba de mantener la calma y más porque su hija iba en el asiento trasero.
Ella, al contrario, parecía estar de buen humor, pues movía su cabeza al ritmo de la canción y la tarareaba por momentos, lo que hacía que Taehyung, se tranquilizara y sonriera, mirándola por momentos por el espejo retrovisor.

Al llegar bajó primero abriendo la puerta y desabrochando el cinturón de seguridad que llevaba Sunhee, para luego tomar su mano y ayudarla a bajar.
Tomó la mochila y la colocó sobre sus hombros, por lo que la pequeña le sonrió, caminando hacia la entrada donde se encontraban los demás.

―Iré con mis amigos, papá ―Sunhee apretó su mano para llamar su atención, y la soltó.

―Ten un buen día ―dejó un beso en su frente.

―¡Adiós! ―movió su mano en forma de saludo―. Te amo.

―Yo más ―sonrió. Ella al tirarle un beso fingió tomarlo y llevó la mano al pecho.

En ese momento se dio cuenta que si no fuera por su hija, se sentiría completamente perdido y desesperado por la situación que estaba viviendo junto a su esposa. Tenía miedo de ya no poder sostener a su familia, que todo se desmoronara y no pudiera recoger sus pedazos rotos del suelo.
Al parecer esos temores estaban creciendo al punto de ser más grande que su misma vida.

―Vaya, qué sorpresa verte aquí, Taehyung ―llamó su atención, Misuk―. Y los demás dicen que nunca te haces cargo de tu hija.

―Perdona mi forma de hablar, pero me importa una mierda lo que crean los demás ―expresó acercándose con el semblante serio―. Nadie tiene idea de cuánto amo a mi familia y lo felices que somos.

―Me parece bien. Sólo saben hablar y hablar ―rodó los ojos―. Yo misma le he dicho a Crystal que no debería importarle lo que digan, pero sabes que es algo... impulsiva.

―Detesto que los escuche, que siga presentándose a esas cenas donde no hacen más que juntar veneno, para luego soltarlo cuando se vaya.

―Oye, ¿estás bien?

―Sólo estoy algo cansado ―hizo una mueca―. ¿Cómo está tu esposo?

―Mi esposo falleció hace años, Taehyung.

En ese momento cerró los ojos a la vez que bajaba la cabeza, detestándose por ser tan idiota. Pues, a pesar de que era amiga de su esposa, no la conocía para nada. Quizás sólo la había visto dos veces y por esa razón la confundió con otra mujer.

―Lo siento. Lo siento ―murmuró arrepentido―. Te he confundido con...Yiseo. Creo que se llama así.

―Está bien, pero te has confundido con la líder de las venenosas ―mencionó riendo―. Soy Han Misuk.

―Diablos, en verdad lo lamento. Estoy muy apenado contigo.

―No te preocupes.

―Pero, entonces, ¿no te has vuelto a casar? ―preguntó desconcertado con el ceño fruncido.

―Aún no, pero ya tengo a alguien en la mira.

―¿Lo conozco?

―Depende si has venido en este último tiempo a traer a tu hija.

―Cuéntame.

Taehyung era demasiado curioso, y a pesar de no conocerla se le hizo agradable. Al ser Misuk, y saber que era una de las mujeres que había dicho Crystal que era su amiga, quería mostrarle que se interesaba por sus amistades, por su entorno, para así quizás volver a ser los de antes.

―Es el padre del nuevo compañero de nuestros hijos ―explicó con una sonrisa―. El sexy padre soltero Jeon Jungkook.

―¿Lo dices en serio? ―preguntó sorprendido, ya que tenía entendido que seguía con Sunmi.

―¿Lo conoces?

―Por supuesto. Fuimos compañeros de instituto.

―No sé cómo acercarme a él.

―No te preocupes. Organizaré una cena para que se conozcan más.

―¿Lo dices en serio? ―se acercó ilusionada.

―Claro. Eres amiga de mi esposa, ¿no es así? ―al ver como asintió, sonrió―. Entonces, organizaré que cenemos los cuatro en mi casa.

―Oh, ¡muchas gracias! ―exclamó emocionada―. Ahora debo irme, pero dile a Crystal que me llame para organizar el día.

―Últimamente, estoy muy ocupado, pero el sábado intentaré acabar antes, ¿qué te parece?

―Sábado. Perfecto ―levantó el pulgar.

Taehyung se despidió de ella con una sonrisa al notarla tan emocionada, pues siempre le había gustado ayudar a juntar dos personas, y si era verdad que Jungkook estaba soltero, no iba a dudar en darle una mano con Misuk.
Estaba dispuesto a caminar hacia su coche, pero al ver la silueta de Jungkook alejarse, apresuró su paso.

―¡Hey, Jeon!

El pelinegro al escuchar su voz, se paralizó en su lugar, tomando una bocanada de aire tembloroso, preguntándose si sabía lo que estaba sucediendo e iba a enfrentarlo.
Por un momento se maldijo por ser tan impulsivo y no poder evitar coquetear con su esposa, Crystal, pero al recordar que no le era indiferente, entonces, estaba dispuesto a enfrentarlo porque creía tener una oportunidad y no pensaba desaprovecharla.

―Lo sabes, ¿no es así? ―volteó enfrentando su mirada.

―¿Que ahora eres padre soltero? Lo sé ―respondió soltando una ligera risa, llevándose una mirada de confusión―. Quiero hacerte una invitación, pero si no estás de buen humor, podemos hablarlo otro día.

―¿Una invitación? ―frunció el ceño―. ¿De qué hablas?

―El sábado, en mi casa y a la noche. Cenaremos mi esposa, Misuk, tú y yo ―palmeó su pecho―. ¿Qué dices?

En ese momento quiso reír por haber creído que iban a tener un enfrentamiento, cuando la verdad era que Taehyung no parecía enterado de nada, porque hasta lo invitaba a su casa con la intención de acercarlo a Misuk.
Tomó el puente de su nariz negando con la cabeza y riendo, mientras el castaño lo observaba con una sonrisa con la ilusión de que aceptara.

―Luego te confirmo, ¿está bien?

―Perfecto ―asintió con una sonrisa de satisfacción―. Nos vemos, JK.

―Nos vemos, TaeTae.

El pelinegro vio como se alejaba dirigiéndose a su coche y soltó una risotada amarga. Pensaba en lo idiota que debía ser como para invitarlo a su casa, cuando tenerlo allí era peligroso porque no sabía cuánto más iba a poder controlarse al desear tener de vuelta a Crystal.























Los días pasaban de manera lenta y Crystal no había vuelto a llevar a su hija al colegio, ahora lo hacía su esposo y luego la buscaba la niñera. No quería volver a ver a Jungkook, por lo que tampoco le contestaba sus mensajes, ni llamadas.
Estaba realmente agradecida de que no se haya presentado en la cafetería al ser el único lugar donde podía distraerse, así qur no quería que se convirtiera otro en donde tuviera que ser consumida por sus pensamientos, o donde tuviera que soportar ver a Jungkook o a Taehyung.
A pesar de que con su esposo habían arreglado todo, o en realidad, ella simplemente lo abrazó la noche siguiente y no hablaron nada acerca de lo sucedido, por lo que lo que ambos suponían que estaban bien de vuelta.

Sabían que lo ideal era hablar acerca de lo que estaba sucediendo, como de repente tenían discusiones seguidas que acababa con uno yéndose a dormir en la habitación de huéspedes, pero ninguno se atrevía a hablar porque temían volver a discutir, o quizás, temían darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo.

Crystal salió de la cafetería y al entrar a su casa esperó ser recibida por la niñera, pero al contrario, se encontró con una imagen que logró enternecerla por completo. Taehyung tocaba el piano mientras Sunhee apoyaba la cabeza en su brazo, escuchando la dulce melodía y observando cada tecla que tocaba con sus finos y largos dedos, así podía aprender ella también.

―Es fácil, princesa.

―Yo lo veo difícil ―rieron.

Al escuchar unos pasos, ambos voltearon rápidamente encontrándose con la castaña, por lo que Taehyung se levantó, doblando aún más las mangas de su camisa celeste mientras sonreía acercándose.

―¿Qué haces aquí tan temprano?

―¿No te agrada? ―dejó un pequeño beso sobre sus labios―. Digo, luego de tantos reproches...

―Claro que me agrada ―aclaro abrazándolo, y sintió su celular vibrar, pero decidió no prestarle atención porque temía que se tratara otra vez de Jungkook.

―Tu celular...

―Olvídalo ―murmuró aferrándose más a él, lo cual le hizo reír, pero no dudó en corresponderle porque había extrañado demasiado sus abrazos.

―Bien, debo decirte algo, mi amor ―la tomó de la cintura, separándose unos centímetros para verla al rostro.

―No me digas que sólo estás aquí para despedirte, porque te vas...

―No me iré de viaje ―aclaró riendo, llevando un mechón de cabello detrás de su oreja―. Vine porque olvidé decirte que tenemos una cena hoy. Tú sube a prepararte que yo me quedaré aquí con Sunhee. Sook y Mina ya están encargándose de la cena.

―¿Nosotros tres? ―sonrió emocionada.

―Seremos seis ―sonrió inocentemente.

―¿Seis?

―En una hora vendrá Misuk, Jungkook y su hijo ―respondió acariciando su mejilla.

―¿De qué rayos hablas, Taehyung? ―se apartó molesta―. ¿Por qué Jungkook va a pisar nuestra casa?

―¿No te agrada?

―¡Eso no importa!

―Hablé con Misuk y está interesada en él, así que creí que sería una buena idea juntarlos.

―¡No me interesa esa mierda!

―Está nuestra hija escuchándonos. Contrólate, por Dios ―masculló, y al sentir como un pequeño cuerpo se aferra a él, baja la mirada observando a su hija.

―No le grites a papá ―reprochó escondiendo el rostro en el brazo de él.

―Ahora pones a nuestra hija en mi contra. Genial ―comentó riendo cínica y comenzó a caminar.

―Amor, escucha ―exigió frustrado, pero ella siguió caminando―. Crystal, ven...

La castaña sentía su sangre hervir y no sólo por ver cómo su hija siempre resultaba ponerse del lado de Taehyung, sino porque no podía creer que había planeado una cena e invitado a Jungkook sin informarle absolutamente nada.
El sólo hecho de pensar en volver a verlo luego de lo sucedido, la alteraba de gran manera. No sabía cómo ver su rostro luego de haberse masturbado pensando en él.

Sacó el celular del bolsillo de su chaqueta y al ver que tenía mensajes de él, suspiró frustrada, pero al recordar que iba a verlo, decidió llamarlo.

Vaya, sigues viva...

―No te atrevas a venir a mi casa hoy.

¿Sabes? No tenía para nada pensado ir, pero tu esposo es insistente y como tú no te atreves a dar la cara, iré.

Jungkook...

Nos vemos en una hora, preciosa ―colgó.

―¡Idiota! ―exclamó tirando el celular sobre el escritorio, para luego pasar las manos por su rostro.

Sin dudas iba a pasar. Iba a ver a Jungkook y no sabía cómo controlar sus nervios que revolvían su estómago.
Tomó una bocanada de aire y comenzó a caminar hacia el baño, porque quisiera o no, debía prepararse para la cena, tratando de evitar pensar en él.

Cuando estuvo lista se puso un top blanco, chaqueta negra, pantalón del mismo color y tacones blancos.
Dejó su cabello suelto llevando unos mechones detrás de su oreja, se maquilló, para luego de echarse su colonia favorita. Se miró al espejo algo insegura, pero tratando demostrar lo contrario, por lo que sonrió falsamente, para luego suspirar y salir de la habitación.

Al bajar se encontró con Taehyung que estaba terminando de colocar la mesa. Llevaba una camisa celeste con sus mangas dobladas hasta sus antebrazos, un pantalón de vestir negro y zapatos. Su cabello caía por su frente y como siempre estaba rizado.
Este al voltear a ver a su esposa, no pudo evitar admirarla por unos segundos, pero luego suspiró, acercándose a paso inseguro.

―Lamento no estar haciendo las cosas bien ―habló por lo bajo, rascando su nuca con nerviosismo―. Es que, últimamente, hay veces que no logro entenderte...

―Está bien ―pasó por su lado ignorándolo, lo cual lo sorprendió.

―Entonces, ¿vamos a seguir mal? ―preguntó frustrado―. Van a venir visitas y dudo mucho que quieras que noten la tensión.

―No me interesa lo que piensen ―aclaró alzando a verlo con la ceja alzada.

―¿Ahora no te importa? Misuk me ha dicho que siguen hablando de nosotros y eso te molesta.

―Sí, pero ahora se trata de Misuk y Jungkook. Nos conocen.

―¿Jungkook nos conoce? ―frunció el ceño―. Él no sabe de nosotros hace más de ocho malditos años.

―Taehyung, no es...

El timbre sonó llamando la atención de ambos, por lo que Taehyung presionó los labios tratando de mantener la calma, para luego comenzar a caminar hacia la puerta. Al abrirla y ver que se trataba de Misuk, sonrió falsamente, haciéndose a un lado para que entrara.

―¡Crystal! ―chilló emocionada.

La castaña soltó una risa incómoda y le dio un pequeño abrazo, tratando de hacerlo lo más corto posible. Misuk se acercó a Sunhee que estaba entrando, y dejó un beso en su mejilla, por lo que la niña pasó su mano por allí haciendo una mueca de disgusto por el labial que la manchó.

―¿Y Jungkook? ―preguntó curiosa.

―Daehyun acaba de decirle a Sunhee que están cerca ―respondió Taehyung.

―¿Se comunican por medio de sus hijos?

―Olvidé pedirle el número, y como mi hija tiene el del suyo, le pedí que le hablara.

―Tu esposo es raro.

―Raro y...

El timbre la interrumpió y Taehyung antes de acercarse a la puerta, se acercó a ella tomándola del brazo.

―No hagas un show y mucho menos frente a Jungkook ―advirtió alzando una ceja.

Ella se soltó bruscamente y observó a Misuk que los miraba sorprendida, pero aún así decidió ignorarla, acercándose a la mesa mientras su esposo abría la puerta. Al escuchar la voz de Jungkook, sintió como se estremecía, por lo que volteó viendo cómo su esposo acariciaba el cabello de Daehyun.
Cuando su mirada se encontró la del pelinegro, el oxígeno abandonó sus pulmones por un momento.

Llevaba una camiseta blanca, una chaqueta azul, pantalón negro y zapatos del mismo color. También tenía una cadena, sus típicos aretes, y su cabello dividido que caía por su frente.
Su mirada la intimidaba de gran manera, pues tenía también sus facciones endurecidas, por lo que tragó en seco desviando la mirada porque no podía seguir soportándola. Creía que en cualquier momento iba a desvanecerse por las miles de sensaciones que le provocaba.

―Buenas noches, Jungkook ―saludó levantándose y estirando su mano, Misuk.

―Buenas noches ―dejó un beso en el dorso de su mano, haciéndola sonrojar, y llamando la atención del matrimonio, por lo que Crystal desvió la mirada tragando en seco.

―Bien, vamos a comer ―habló Taehyung, acercándose a la mesa―. Toma asiento, amor ―pasó la mano por su cintura, pero ella se alejó al instante.

Eso llamó la atención, no solamente de él, sino de Jungkook que decidió sentarse al lado de ella, por lo que Misuk se decepcionó de gran manera.

―¿Por qué no te sientas al lado de Misuk, Jungkook? ―inquirió con una sonrisa, Taehyung.

―Estoy bien aquí. Gracias ―respondió acomodando su chaqueta.

Sunhee se encogió de hombros y decidió sentarse al lado de Misuk, y Daehyun al lado de ella. Taehyung dijo que comenzarán a comer, por lo que se sirvieron, pero al ver cómo Jungkook le sirvió primero la barbacoa a Daehyun y a Sunhee, se sorprendió, pues estaba acostumbrado a servirle él a su hija.
Al notar que ella le sonrió y agradeció, frunció el ceño confundido, porque era muy tímida con las personas que no conocía. Pero aún así se mordió la lengua para no decir nada, ya que no quería hacer un show por algo que si lo pensaba bien era tonto y, quizás, sólo se le hizo alguien confiable.
Simplemente, agarro la botella de vino para comenzar a servir.

―¿Dónde estás trabajando, Jungkook? ―preguntó curioso, Taehyung.

―En la empresa de Kim Namjoon.

El castaño al escuchar eso dejó caer los palillos y soltó una pequeña risa, por lo que este alzó una ceja.

―Vaya, eres de la competencia.

―Exactamente ―sonrió―. Trabajo en la parte administrativa.

―¿Sabes? Deberías venir a mi empresa. Puedo darte un puesto.

―Taehyung, no hagas ésto ―murmuró incómoda, Crystal.

―No voy a hacerle eso a Namjoon, pero gracias por la propuesta ―alzó por un momento la copa, para luego darle un sorbo.

―Oh, vamos, por la amistad que teníamos...

―¿Amistad? ―frunció el ceño y soltó una ligera risa―. No me lo tomes a mal, pero tú y yo nunca fuimos amigos ―aclaró tranquilamente―. Que una vez me haya desahogado contigo, no nos hizo amigos. Mi único amigo siempre fue Namjoon. Nadie más.

Taehyung ante su respuesta, abrió los ojos a la par, pues no se esperó para nada que le hablara de esa manera.
Sentía como de cierta manera terminó humillándolo, por lo que nuevamente se mordió la lengua esperando que no fuese así toda la cena, porque a pesar de no ser para nada una persona explosiva, últimamente, estaba reprimiendo tanto que creía que iba a llegar a su límite. Quiso decir algo al respecto, pero Misuk decidió hablar, lo cual agradeció porque era muchísimo mejor que cambiaran el tema de conversación por la tensión que se había formado.

―¿Hace cuánto te has divorciado, Jungkook?

―Poco más de tres meses.

―Papá, ¿podemos ir a jugar? ―preguntó Sunhee.

―Claro, princesa.

Jungkook al ver a su hijo correr junto a Sunhee, agradeció mentalmente que se fuera, porque se le hacía realmente incómodo hablar de su divorcio con él al frente, ya no sabía cuál fue la principal causa de porqué lo decidieron.

―Oh, es poco tiempo ―comentó haciendo una mueca.

―Sí, pero nuestra relación terminó meses antes. Sólo nos intentamos soportar por nuestro hijo.

―Eres tan buen padre ―sonrió maravillada―. Me tienes encantada.

―¿Por qué cuando te pregunté sobre ella, no me dijiste que están divorciados? ―interrogó Taehyung.

―¿Puedes callarte de una vez? ―masculló Crystal, llevándose una mirada de él por un momento, pero decidió volver a ignorarla.

―Porque no lo vi importante. Además, se supone que vendrá a ver a nuestro hijo en algún momento. No dije nada que fuera mentira ―respondió encogiéndose de hombros.

―Bien, tienes razón. ¿Y por qué se divorciaron?

―¡Ya basta, Taehyung! ―alzó un poco la voz frustrada.

―Amor, cálmate ―acarició su brazo―. Ella siempre cree que logro incomodar a las personas con mis preguntas, pero no es así, ¿cierto, Jungkook?

―Para nada ―sonrió falsamente―. Quizás deberías pasarme unos tips para tener una esposa tan leal como lo es la tuya.

Crystal en ese momento abrió los ojos a la par, volteando a ver a Jungkook que se encontraba sonriéndole de manera socarrona. Sentía cómo un escalofrío recorría su espina dorsal y su esposo apoyaba la mano sobre la suya, por lo que volteó a verlo.

―Lo es. Es lo mejor que me ha pasado junto a nuestra hija ―admitió con una sonrisa―. Llevar un matrimonio es todo un trabajo, pero hemos sabido sobrellevarlo más que bien, tanto que se sorprenderían. Nos amamos demasiado, y lo más importante, es que somos una familia feliz, como también perfecta.

Quiso acariciar el dorso de la mano de ella con su pulgar mientras la miraba con dulzura, pero para sorpresa de todos, Crystal apartó su mano observándolo con rabia, para luego tomar la copa de vino. Misuk y Jungkook miraron esa situación sorprendidos, sin saber qué decir al respecto.

―Misuk es una gran mujer, Jungkook ―volvió a hablar Taehyung, y ella sonrió tímida―. Deberías conocerla.

―Estoy seguro que lo es.

Misuk lo observó por un momento, sintiendo sus mejillas arder y bajó la mirada, mientras Crystal sentía una punzada en su pecho, como también un cálido tacto en su pierna. Cuando bajó la mirada observó cómo Jungkook había apoyado la mano en su pierna.
Levantó la mirada y este la observaba intensamente, tratando de reprimir una sonrisa al darse cuenta que a él no lo apartaba como hizo con su marido.

Los minutos pasaron, por lo que se encargaron de levantar la mesa y junto a Taehyung empezaron a preparar café.
La tensión aumentaba en aquella cocina donde estaban ambos, y ella no era capaz de decir algo al respecto porque seguía demasiado molesta, sin entender si solamente era por el hecho de que los haya invitado o por todo lo que pasaba en su matrimonio.

―¿Puedes al menos fingir por unos minutos que estamos bien? ―volteó para sacar la taza de la cafetera.

―¿Y tú puedes dejar de fingir que somos felices? ―contraatacó alzando una ceja.

―¿Fingir? ―preguntó dolido.

Crystal decidió ignorarlo, tomando la otra taza para caminar hacia la sala donde se encontraban Jungkook y Misuk. Conversaban animadamente, mientras reían, lo que provocó que se frustrara de gran manera sin saber porqué.

―Aquí tienes, Jungkook ―le entregó la taza, ya que Misuk tenía la suya que se la había entregado Taehyung hacía un momento.

―Gracias, Crys ―sonrió.

Taehyung apareció unos segundos después, tratando de fingir que estaba más que bien y le entregó la taza con café a su esposa que le sonrió falsamente, provocando que sintiera una punzada en su pecho. Mientras los demás tomaban café, él se mantenía perdido en sus pensamientos porque no podía quitar de su cabeza las palabras de su esposa.
No entendía a qué se refería con fingir, porque siempre creyó que era feliz así como él lo era. Pensar que nunca había sido así, lo hacía sentirse un estúpido, como también se llenaba de miedos.
Los minutos pasaban e intentaba ser parte de la conversación, pero no podía escucharlos con claridad, por lo que se levantó con la excusa de ir a ver a los niños. Ninguno pareció haberlo escuchado, o simplemente, era que lo ignoraban, así que empezó a subir las escaleras para ir a buscarlos.

Crystal decidió llevar las tazas a la cocina porque no soportaba seguir escuchando a Jungkook y Misuk, notando cómo la pelinegra le coqueteaba descaradamente, como si ella no estuviera también allí.
Le molestaba de gran manera y sabía que no estaba bien, porque el motivo de aquella cena para su esposo fue juntarlos y era lo que estaba pasando, por lo que debería sentirse bien, pero era todo lo contrario.

Cuando estaba dispuesta a voltear para volver, sintió unas manos pasar por su cintura, por lo que por un momento pensó en que se trataba de su esposo. Eso la hizo suspirar frustrada, pero en cuanto el aroma a su colonia invadió sus fosas nasales, se sintió estremecer.

―Parece que has obedecido y quieres provocarme, porque te has puesto el tipo de pantalón que te he dicho que me gustan ―murmuró con voz profunda en su oído.

Volteó rápidamente, encontrándose con aquella mirada oscura e intimidante, por lo que tragó en seco bajándola, mientras él sonreía sin quitar las manos de su cintura, al contrario, se acercó más a ella.

―¿Qué haces aquí, Jungkook?

―No soportaba un segundo más con ella, porque con quién realmente quiero estar... es contigo ―admitió como si esas palabras no lograran acelerar los latidos de Crystal.

―Tienes que terminar con esto. Soy una mujer casada ―recalcó tratando de volver a enfrentar su mirada, pero era muy débil.

―Casada con un infeliz que no soportas que te toque. Si realmente no pasó nada la última vez que hablamos, ¿por qué no puedes sostenerme la mirada? ―cuestionó llevando la mano a su mejilla y acercó los labios a su oreja―. Dime que has pensado en mí.

En ese momento sentía cómo el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento, y un jadeo escapó de sus labios mientras un cosquilleo recorría su vientre hasta llegar a su feminidad. Jungkook se acercó aún más a ella, ambos cerrando los ojos y rozando sus narices.

―No sé cuánto más podré soportar estas ganas ahora que confirmo del todo que te provoco lo mismo ―murmuró jadeante―. Crystal, déjame besarte, por favor.

―Jungkook...―llevó las manos a su rostro, tratando de soportar el impulso, pero estaba cayendo profundamente y deseaba más que nada que la tomara de una vez en esa cocina.

―¿Qué carajos hacen?

Aquella voz logró sobresaltarlos y que se separaran rápidamente mientras volteaban encontrándose con la pelinegra. Esta los miraba sorprendida y completamente disgustada por la situación.

―Misuk, no es lo que estás pensando ―habló temblorosa, Crystal. Pero ella salió de la cocina rápidamente, lo que logró alterar a un más a la castaña que tomó del brazo a Jungkook―. ¡Haz algo, por favor! ¡Mi esposo no puede saber ésto!

Sentía un nudo en su garganta y sus ojos se cristalizaron por el miedo de lo que pudiera llegar a pasar. Temía que Misuk le contara a su esposo la situación en la que los encontró, pero más que nada temía perderlo todo.
Este al verla de esa manera, salió de la cocina apresurando el paso para llegar a donde estaba Misuk. La tomó bruscamente del brazo, provocando que chillara, y sin previo aviso, estampó sus labios.

Crystal al acercarse y ver eso, sintió una punzada en su pecho. Pues, veía como los delgados labios del pelinegro se movían como si realmente disfrutara de ese beso, y Misuk le correspondió sin dudarlo ni un momento.
Las lágrimas amenazaban con salir, y al sentir una mano en su espalda, se sobresaltó, encontrándose con Taehyung que los observaba con una sonrisa.

―Vaya, la cena ha salido mejor de lo que me esperaba, ¿no crees, mi amor?

¡Hola!

No tenía pensado actualizar hoy ya que la última fue anoche, pero cómo tuvo un buen apoyo decidí hacerlo, ámenme ahre

Espero que les esté gustando la historia, como yo estoy amando escribir cada capítulo
El próximo contará con unas 6k palabras así que será el más extenso por el momento, diría que espero que no se aburran pero tendrá mucho drama jujuu

No se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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