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xSouh
Perfección
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Para ser inicio de estación, el día era lo suficientemente sofocado para que la blusa de cuello alto comenzara a parecer un problema. Tenía varias mudas de ropa limpia en el baño de su oficina, irse a cambiar algo menos abrigador podría ser fácil, pero aún se sonrojaba de solo recordar todas las marcas que ahora tenia en el cuello, hombros, senos y abdomen. ¡Incluso en las piernas!
No es como si durante la noche anterior se hubiera quejado por las atenciones recibidas... ¡pero demonios que sentía el cuerpo caliente! (y no de la forma en que había comenzado a disfrutar).
Se dejó caer en su cómoda silla con un suspiro, abrazando su bolso, como si esperara que en cualquier momento el cuero negro se volviera transparente y todo el personal del hospital fuera a desfilar frente a su escritorio solo para ver sus nuevas adquisiciones.
Pero nadie podía culparla, ella era Haruno Sakura, había comenzado su carrera shinobi como ninja de escritorio, confiando en todo el conocimiento que podía obtener de libros y pergaminos, eso le había valido convertirse en aprendiz de Senju Tsunade y en la actualidad presumir el titulo de una de las mejores medininj de todo el mundo, así que... nadie podía culparla por irse a comprar todos los libros de literatura erótica que incluyeran tríos, incluso trajo consigo Jin Ping Mei.
Era cierto que Naruto y Sasuke habían dicho que lo tomarían con calma, paso a paso ir descubriendo como los tres iban a funcionar, y los malditos lo estaban cumpliendo, la noche anterior se habían negado a tener coito, aunque lo comenzaron con una increíble habilidad con los dedos y lengua.
¿Qué tanto habían practicado para poder llegar a ese punto?
Ella no necesitaba inflarles el ego, solo guardó el pensamiento de qué jamás había tenido una noche como esa.
―¡Sakura-chan! ― gritó la inconfundible voz de Naruto, tocando con sus nudillos el vidrio cerrado de la ventana. ―! Ábreme!
―¿Qué estas haciendo aquí? ― preguntó, librando el pestillo para que el rubio pudiera entrar.
―Kakashi me envió por unos papeles. ―sonrió, colocando sus manos en sus hombros para irlas deslizando hacia arriba hasta abarcar desde las mejillas a la nuca, sonrió y depositó un corto beso en su frente, sobre el pequeño diamante verde mientras sentía en cosquilleo sobre sus labios.
―¿Seguro que solo venias por los papeles? ―se rio la Haruno, envolviéndolo por la cintura. ―¿No había algún gennin que haga el trabajo sucio del hokage?
Todo era nuevo, pero se sentía como si cada día de su vida hubiera sido de esta forma, era correcto.
―¿Me creerías si digo que fui voluntario? Le dije a Kakashi que nada tenía que ver que la persona que me iba a recibir fuera muy guapa, de cabellos rosas y que aun se sonroja cada vez que la beso.
―¿Le dijiste eso a Kakashi? ―se quejó, intentando separarse del Uzumaki, pero unas manos la detuvieron.
―No... exactamente.
―Eres un tonto. ―se quejó, rindiéndose a la cercanía en la que la mantenían. Pudo haber concentrado su chakra y no tenía ningún problema en mandar a Naruto volando hasta el otro lado de la aldea, pero no quería.
―¿Ni siquiera con chakra curativo pudiste quitar las marcas? ―preguntó el rubio, dándose cuenta de la blusa de la pelirosa, e intentando cambiar la conversación.
―Ustedes son muy salvajes. ―infló los cachetes en un berrinche infantil.
―¿Nosotros? ―cuestionó ―¿quieres que te enseñe cómo dejaste mii espalda? Y a Sasuke no le fue mejor.
―¿Te mo-molestó? ―susurró la pelirosa, sintiéndose insegura por primera vez en varios días, su mente ya estaba a dos kilómetros de distancia haciéndose ideas sobre cómo sus dos novios ya no querían estar con ella por...
―Detente. ―le dijo Naruto en el momento en que vio algo más que felicidad en sus ojos. ―No te hagas ideas equivocadas. ¿Me molesta que mi novia tenga tanto placer que termine aruñando mi espalda? ¡Por supuesto que no! Al contrario. ¿Sabes que Sasuke y yo estábamos un poco inseguros de poder hacerte sentir así de bien? Ninguno tenemos mucha experiencia en el departamento femenino.
―Yo... lo disfruté, mucho. ¿Ustedes también?
―Eso quedó muy claro ayer. ― le sonrió ―y ahora mismo me estoy conteniendo para no desvestirte, pero ya tenemos una idea para estrenar tu oficina, no te apresures, Sakura-chan.
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¿Hola?
Lo más difícil de esta historia es volver a iniciar la relación entre los tres después de haber escrito tantos caps de Huevos para el desayuno.
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