09
xSouh
Perfección
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Sus dedos se sentían un poco torpes mientras maniobraban con los palillos metálicos, aun un poco fríos contra su piel que parecía estar sonrojada de pies a cabeza.
Quiso maldecir cuando el pequeño rollo de sushi se zafó del agarre y cayó en el plato de la soya, chispeando su playera en el proceso.
―Pensé que ya habíamos pasado la etapa de los nervios, Sakura. ― dijo el Uchiha, mirándola fijamente con esos ojos que eran malditamente negros.
Sakura solo pudo tragar saliva, y fue de una manera dolorosa y lenta para su conciencia, porque sus ojos debatían entre ver sus labios comiendo cada trozo de comida de una forma muy erótica o la forma en que los músculos de sus brazos se tensaban bajo la tela de su playera cada vez que se movía.
―No seas cruel con Sakura-chan, Sasuke. ―lo regañó Naruto, levantonse y acercando su silla hasta quedar solo a unos centímetros de la de la pelirosa. ―Si no puedes comer tu sola, yo siempre estoy dispuesto a satisfacer todas tus necesidades, Sa-ku-ra-chan.
La forma en que pronunció esa ultima oración calentó aun más las orejas de la única chica del equipo siete, que estaba a punto de regañar al rubio cuando sintió una invasión salada en boca.
Comenzó a masticar el arroz de forma lenta, sintiendo como Naruto aún tenia su pulgar sobre sus labios, perfilándolo con la punta de su uña para quitar una gota de soya que quería resbalar.
―Sakura prefiere los de salmón, dobe. ― regañó Sasuke, rindiéndose con la cena, así que abandonó su silla, rodeando la mesa para ayudar en esta nueva tarea que había decidido emprender Naruto.
Se olvidó de los palillos, tomando entre sus dedos un rollo de sushi de salmón, Naruto sonrió ante ese nuevo juego, utilizando su mano para levantar la barbilla de Sakura para que recibiera el alimento de Sasuke.
Había algo jodidamente sexy en ser alimentada de esa forma, ahora ya no había formar en que su piel no pareciera tomate de lo roja que estaba, pero no era el único problema que tenía.
―Entonces... ¿Prefieres mi atún o el salmón de Sasuke, Sakura-chan? ― preguntó Naruto, y ella tuvo que parpadear un par de veces para volver a encender su cerebro, recordando que estaban hablando de comida y no de cualquier otra cosa que su mente pudo haber pensando.
―Creí que había quedado claro que puedo comer más de un tipo de pescado, Naruto. ― sonrió Sakura, poniéndose de pie frente a sus dos hombres. ―Por eso están aquí esta noche, ¿no?
Y justo en ese momento, cuando ambos chicos regresaron su sonrisa, se sintió la mujer más poderosa del mundo ninja. Ella era Haruno Sakura, una de las mejores ninjas médicos del mundo, dueña del legado de una sannin, era pareja de sus dos compañeros de equipo y era condenadamente feliz por ello.
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