PERENNE - CAPITULO 2: LETICIA
LETICIA GREY
Ayer ayudé a escapar a aquella chica, ¿Hoy? Con grandes problemas en mi relación porque hay personas que cuentan lo que no deben y de forma muy errónea.
— Leticia, será la última vez que pregunto, ¿Quién es esa chica?
— Ya anteriormente te he respondido, no tengo que estar siempre dando explicaciones —sus ojos denotan furia, tanta que me hace retroceder y tener miedo de ella—. Cuando te calmes hablamos.
— Bien, huye de la conversación cómo una tonta cobarde —quise abrir la puerta de su habitación para marcharme, si yo sé que no hice absolutamente nada malo no debo soportar tanto desprecio de la persona que yo pensaba que confiaba plenamente en mí—. Sí cruzas esa puerta nuestra relación termina.
Y me paralicé, quise girar y abrazarla, pero no, en vez de eso giré la cabeza y la observé de arriba hacia abajo.
— Obsérvame bien, porque será la última vez que yo venga a tu casa —abrí la puerta de su habitación y salí, escuchando las sandeces que su boca puede soltar, y duele acabar una relación que era "tu lugar seguro". Maldita sea, claro que duele. Agradezco que no traje la moto porque si no hubiera tenido un accidente, al contrario, mi padre fue por mi inventando la excusa en donde él estaba de que era algo importante familiar.
— ¿Qué tiene la belleza de la casa? —me desplomé a abrazarlo, mientras las lágrimas salen de mis ojos, no creía que por una tontería ella no me creyera, al parecer, no es la dulce chica que yo pensaba tener.
Mi padre me abrazó, no opinó, y lo sentía tenso, tal vez tenga una pequeña idea de lo que sucedió, por lo tanto, llamó a mi madre informándole no sé qué y a mi hermano para informarle que vaya a casa.
Todo el camino a casa no dejé de llorar, mientras mi padre acariciaba mi cabello.
— Buenas tardes, señor y señorita.
Coloqué mi sonrisa más actuada, ella no tiene la culpa, pero yo sonriendo me parezco a algún payaso que no le pagan su mensualidad y se puso a llorar, mientras la pintura se iba de su rostro.
El trayecto fue al gran comedor, donde mi madre se hallaba con una manzana, y mi hermano con su celular que al escuchar nuestros pasos deja el aparato y se acerca tomándome del rostro.
— A ver, ¿Qué diablos te pasó en la cara? —él podría ser un idiota con muchas personas, pero no lo es conmigo, algo que me agrada.
— Mi ahora ex no me creyó y pensó que le estaba siendo infiel con aquella chica —en el rostro de mi hermano se notaba la furia que sentía, simplemente se despegó de mí y fue por su celular.
— Te calmas y te sientas, no irás a hacer nada —mi padre lo agarró de la chaqueta y lo sentó—. Belleza, vendrá alguien mejor que si confía en ti, en realidad, tú me habías dicho lo que había sucedido y yo entendí, y no porque soy tu padre, sino porque te tengo confianza y sé que no me mentirás.
El labio me tiembla, bastante, mi madre no ha opinado y es porque aquella chica nunca le cayó bien, decía que algo iba a hacer y yo no le creí pensando que era algún tipo de broma.
Mi padre recibió una llamada y debía de marchar, besó mi coronilla y le hizo una advertencia a mi hermano, luego besó a mi mamá y se marchó.
— Iré a mi habitación —dije en un momento de no ver la cara de mi madre con ganas de hacer lo mismo que mi hermano, sin embargo, asintió.
📈📈📈
Me espanto del sueño que había tomado por la repentina fuerza que sentí sobre mi anatomía, vi el rostro impaciente de mi mejor amigo.
— Santos cielos, parece que una vaca te cayó encima.
— Sí, tú ahora —él me reprochó con la mirada y bajó de encima de mí, colocándose a mi lado—. ¿Qué haces aquí?
— Sabes que estoy en el mismo equipo de tu hermano y que nos tenemos agregados, pues me llamó que viniera según él te andabas muriendo.
— Exagerado —escuché en el umbral, al observar estaba mi hermano de brazos cruzados observando a mi mejor amigo—. En realidad, es que saldré a comprar unas cuantas cosas y no te quería dejar sola en casa.
— Mamá está.
— Nuestra madre rara vez y habla a fondo con nosotros.
— Al menos está en casa.
No opinó, simplemente me guiñó un ojo y marchó, mi mejor amigo empezó a hablar y tratar de distraerme de la ruptura que me ha dejado intranquila.
📈📈📈
Llegar al colegio es un tortura para mis oídos porque no es normal que en la página de chismes del lugar estén haciendo difamaciones acerca de mí, mi mejor amigo Richard o cómo la mayoría de las veces le digo "Rich", ha caminado con el ceño fruncido.
— No hagas caso, son idiotas —y traté de hacerle caso a su consejo, hasta que un chico se acercó a mí, sonriendo, el idiota amigo de mi hermano; aunque no podemos obviar que también es mi amigo.
— Hola, pequeña Leti —colocó su brazo sobre mi hombro y Rich lo quitó de un tirón—. Que brusco. En fin, este colegio está cargado de bolas de idiotas, aparte de Richard, él es un idiota fino.
— Cállate —indicó este pasando su mano por su cabellera oscura y observándolo por encima de sus lentes de sol.
— ¿Estás bien? —ignoró olímpicamente a Rich y me habló, sin importarle recibir pinchazos en su brazo desde que lo colocó sobre mi hombro.
— Sí, ¿Por qué no lo estaría?
— Pensé que estarías de camino en busca de la loca por lo publicado hace quince minutos.
Me enseñó la última publicación que habían subido de ella y yo, donde daban a demostrar que yo le estaba siendo infiel con una persona secreta del colegio. No me importó eso, pero me molestó que ella hizo un comentario con unas palabras estúpidas.
«Aquí demostramos que no todas las personas son reales, apuesto que así cómo me engañó con Victoria lo hará también después con sus próximas parejas»
— Leticia —aquella chica aparece frente a mí con el rostro rojo cómo un tomate, está apretando fuertemente sus manos. Su acompañante, la hija de la directora, está con una malteada en la mano, mientras toma de esta—. Controla a tu novia o ex, yo qué sé, no quiero problemas.
— Hola, preciosura.
— Chad, lejos —este cruza sus brazos y se mantiene en su lugar. Observo a Victoria—. Yo resuelvo.
📈📈📈
Ok, yo no resuelvo, hice que las cosas empeoraran tanto que mi padre me ha hecho noventa y cuatro llamadas en lo que va de la hora, mi madre al contrario, me ha mensajeado enviándome, "¿?", Simplemente eso. Mi hermano va por el mismo camino que mi padre, pero un tanto tranquilo, sólo ochenta y dos llamadas, casi nada.
— Maldición —susurré cuando estornudé, haciendo que la persona que está hace rato buscándome se detenga y tome el camino a donde estoy escondida.
¿Por qué estoy escondida? Es fácil de explicar.
Yo busqué a mi ex-novia le dije todo lo malo que está haciendo, me echó una malteada en la cara, yo tropecé y le tiré el refresco que llevaba en las manos, y sin pensarlo huí.
No, no es ella que me está buscando, es Victoria, porque al huir tropecé con ella, haciendo que cayéramos en una pose medio extraña, ganando una fotografía que ahora circula en las redes.
— ¡Leticia Grey! —es mi fin, creo que hasta aquí llegué yo.
Su fin también, porque no creo que a su madrastra le caiga bien la noticia de verla en las redes de forma comprometedora junto con la hija del presidente.
— Esto no es un puto juego de las escondidas, Grey —mi respiración se aceleró al sentirla cada vez más cerca. Llegó más rápido a mí por mi hermoso celular que sonó con la hermosa melodía de Olivia Rodrigo "Deja vu".
Victoria finalmente abre la puerta del closet, frunciendo el entrecejo y observándome de arriba abajo, trago fuertemente comenzando a temblar como la vil cobarde que soy.
Ella intentó hablar, pero los gritos cercanos por parte de mi ex novia me pone aún más nerviosa de lo que ya estaba. Tragué fuerte nuevamente.
— Después sí deseas grítame lo que te estás reteniendo, ahora es momento de yo escapar de la loca —en donde estoy lo bueno qué hay una ventanilla, traté de subir a unos bancos para llegar hasta ese sitio, pero era algo fallido. Victoria suspiró y me ayudó a subir.
— Que conste que tenemos una conversación pendiente —mencionaba mientras me ayudaba, los gritos cercanos por parte de la loca de mi ex hacen que tiemble, ella frunció el ceño aún más—. Vete, Leticia.
📈📈📈
Bien, yo podría participar en: ¿Y dónde están las rubias? Pero en este caso sería, ¿Y dónde está mi celular?
Sé que lo tenía cuando estaba escondida de Victoria, pero... ¿Dónde está?
Estoy en casa, mi madre está tomando café mientras me observa intranquila, suspirando le empiezo a hablar.
— No encuentro mi celular —ella deja la taza de café a un lado y me analiza, atenta—. Desde esta tarde, ya busqué por todos lados y no hallo su paradero.
— ¿Dónde fue la última vez que lo usaste?
— Cuando estaba escondida en un armario.
— ¿Lo intentaste rastrear? —bingo, me levanté rápidamente de la silla y corrí hacía mi habitación, en el camino encontré a mi hermano riendo quizás por una bobería, fui tras mi laptop desde que entré en mi guarida y la encendí.
— Oye loca, ¿Qué te pasa? —mi hermano, en el marco de la puerta me habla, mi madre ha llegado a su lado aún con la taza de café en la mano— mamá, ¿Qué tiene Leti?
— No encuentra su celular —fueron las cuatro palabras que salieron de su boca, antes de romper nuevamente el silencio—. Cuando lo encuentres me avisas para llevarte al lugar e ir con un bate por si es necesario.
Mi mamá podrá decir unas cuántas palabras en un día, pero al siguiente sólo responde asintiendo o negando, no le gusta hablar tanto.
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¡Holanda!
Este capítulo trae unos pedillos.
Identifiquémoslo.
Desde la ruptura amorosa de Leti y su ahora ex, nuevos personajes, Leti escondida, y el celular nada de aparecer.
Pero hey, todo estará bien.
¿Algo romántico? Todo lo que se vendrá.
Las canciones que coloco en multimedia rara vez combinan con lo que está pasando en el capítulo, solo es para tener algo musical de fondo mientras leen.
Leticia dándose cuenta de que no resolvió nada y sólo empeoró las cosas:
No me extenderé tanto.
Con amor: Lis📈🖤📈
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