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capitulo 7

Su mirada heterocromia se encuentra muy inquieta, pasa de mirar su Rolex a mirar hacia el frente. Hacia eso cada dos minutos, frunciendo el ceño con irritación por lo lento que iba el auto.

Si no se dan prisa llegará tarde a recoger a su pequeño y eso no es algo que se pueda permitir, tiene que estar cinco o diez minutos antes de que salgan.

‹¿Algo no se siente bien aquí? Tengo un mal presentimiento, este tráfico no es normal. Es como si estuvieran haciéndolo a propósito e intencionalmente.

Mis instintos me gritan que algo mal está por ocurrir si es que no está sucediendo ya, siento esa mala espina como cuando no logré salvarlo a él. Aun cuando mis instintos me advirtieron que si retenía el cuerpo de él, terminaría perdiendo algo valioso para mí, seguí adelante. Seguí protegiendo ese frío cuerpo sobre la mesa de la morgue.

No pudo evitar que retirarán todo sus órganos, porque fui a esconder a la ardilla. No podía permitir que fuera criado por una bestia como Jordi, que ese desgraciado le hiciera creer que su papá era Rakiel. Eso nunca.

Es por eso que tuve que violar mi ética profesional y pisotear todas mis creencias, di por muerto a Ciel. Y presente el cuerpo de un pequeño que había muerto.

Se que suena mal y es muy cruel de mi parte, pero en ese momento sentí un alivio el poder obtener un pequeño cuerpo para hacerlo pasar por Ciel. [Sus padres tampoco eran los mejores del mundo porque lo dejaron ahí.] Por lo menos le dí un entierro digno y hasta el día de ahora sigo visitado su tumba al igual que la de Rossi...no me arrepiento de nada.›

Mira su mano la cual fue dañada tan horrible, las heridas fueron tan profundas que las cicatrices no se pudieron borrar, desde el nombró hasta los dedos de sus manos tiene cicatrices como arañazos o rayones causado por espinas.

Pero los muy cobardes no lo hicieron de frente, atacaron a Kostya por la espalda porque sabían que de frente ellos saldrían perdiendo. Kostya tampoco se defendió porque si lo hacía sabía que podría terminar peor y todavía tenía que hacer entrega de Ciel a Axel.

«Toma una ruta diferente» Le ordena a su guardaespaldas. «Siento que Ciel está en peligro.» Sus movimientos de manos eran tan rápidos y nerviosos que su guardaespaldas por poco y no le entiende.

Todas las personas que trabajan para Kostya, saben el lenguaje de señas, no porque se les haya obligado aprenderlo, no. Cuándo fueron contratados fue lo primero que buscaron en sus currículum.

—¿También lo notó? Estoy buscando en el GPS pero todas las direcciones se encuentra cubiertas de tráfico.—En verdad es muy extraño.—¿Llamó al maestro Axel?

«Él tenía una reunión muy importante, sí lo interrumpimos se arruinaran sus planes.» Se desabrocha el cinturón.

—Jefe, ¡¿qué piensa hacer?!—Se preocupó.

«Ire a pie, estamos a 40 minutos de distancia. Mi resistencia es buena.» Deja su abrigo y saco en el auto. «No te preocupes, ando preparado.» Toca su arma tras la espalda. «Llama a los chicos, diles que vayan tan rápido como sea posible al jardín.»

—Bien.

Kostya salió del auto, inhaló y exhaló en un solo segundo. Preparándose para correr, esto le hizo recordar sus días universitarios. Solía correr maratones sin embargo ya no es tan joven como antes, ya anda en los treinta años. Pese aso, sigue viéndose tán sensacional y posee un sensual cuerpo, fornido.

Mientras Kostya iba corriendo con el corazón en la mano por la preocupación, Rossi iba observando los alrededores de la ciudad dónde una vez vivió.

Todo sigue igual en este lugar, no parece que hayan cambiando las cosas en estos últimos años. Por lo visto la familia Medrano sigue creciendo por todos esos lugares con sus nombres, eso es bueno.

Que sigan gozando de buena fortuna, porque si no fuera así, mi venganza no sería tan divertida, quiero verlos arrastrarse por el suelo mientras suplican por unas cuantas migajas.

Y obviamente no los voy a perdonar pero me voy a divertir haciéndoles creer que sí. Esa mujer que me vendió tampoco se va a salvar de esto, esa señora que dice llamarse abuela espero que todavía esté viva y si no lo está, tocará ir a su tumba y obligar a que despierte porque no se puede ir sin haber pagado su crímenes.

Y si va a morir será por mis propias manos, no pienso dejarle esto a nadie. Solo yo me manchare las manos con sus asquerosas sangre. Solo esperen...

—¿Un jardín de niños?—Murmuró con pesar mientras mira por la ventanilla del auto.—¿Por qué teníamos que pasar por aquí?

El pecho de Rossi se arrugó al ver a todos esos padres felices, dándole amor sus hijos. Algo que él no había logrado y jamás lo haría porque no pudo proteger a su pequeña ardilla. Rossi pensó que esto era una broma del destino, una de muy mal gusto.

—Acelera.—Ordenó.

No quería seguir viendo una escena como esa, ver niños es como ser apuñalado y las lágrimas que quiere ocultar y no derramar amenazan con deslizarse por sus mejillas.

—Me disculpó pero no puedo.—Informó el chófer.—Al parecer hay un retén allá adelante.—Tambien estoy esperando a mi compañero.—Expresó.

Si Troy hubiera estado presente, tendría una expresión molesta por la sugerencia de Rossi. Pero tuvo que irse no mas salir del aeropuerto, ya que, recibió una llamada de Axel que lo necesitaba con urgencias.

Por lo que solo dejó un confiable chófer a la dispocisión de Rossi, no se preocupa por su seguridad, al analizar las habilidades del guardaespaldas de Rossi y se convenció que estaba mas que seguro con Jos.

—Entiendo.—Aprieta sus dientes.

Veamos esto como una desagradable prueba, un prueba para ver cuánto puedo soportar sin quebrarme en el proceso. Tengo que mantener mis emociones en calma y sobre todo cuando vea niños.

—¿Quiere un poco de agua?—Preguntó el guardaespaldas, Jos.

—No, estoy bien. Gracias...¿Uh?

Rossi se desconcertó al darse cuenta que habían personas muy sospechosas, habían intentado encajar con su entorno pero sus movimientos rígidos y comportamiento los delataba.

‹¿Son secuestradores? ¿Cuál de todos esos niños querrán llevarse? Porque no creo que venga por un adulto, sus miradas se encuentran buscando a alguien en especial. ¿Por qué nadie se a dado cuenta de eso?›

Cómo si eso estuviera ligado de alguna manera a él, Rossi con ansiedad también empezó a buscar al "posible" objetivo. Pero no podía dar exactamente con el pequeño o pequeña, estaba por rendirse cuando vió que esas personas se daban señales mientras miraban al niño que acaba de salir.

Rossi sostuvo su pecho con fuerza ver ese hermoso niño de piel de porcelana, cabello castaño y unos hermosos ojos dorados. Para Rossi fue como ver a una pequeña y muy adorable ardilla.

Tuvo que morder su labio y arañar la palma de su mano para no llorar, ese niño le hizo pensar que así de tierno hubiera sido su difunto hijo. Una ardilla tan adorable que con solo verlo te entrarían esas ganas de pellizcar sus rosadas y muy regordetas mejillas.

—Jos.—Llama a su guardaespaldas.

No es momento de perderme en mis recuerdos y culpas cuando una familia está a poco de perder a su ser más querido, no debería de meterme pero no quiero que esos padres sufran por la perdida de su hijo. Es algo que no le deseo a nadie.

—¿Sí, joven maestro?

—¿Puedes ver esas personas de ahí?—Señalo con descripción a los extraños sujetos.

—Los veo.—Llevo su mano al arma tras su espalda.—Son profesionales.—Declaró.

—¿Que quieres decir con profesionales? ¿Profesional de qué?

¡De secuestro! Entonces si quieren secuestrar a ese niño, ¿por qué y para que? Al parecer solo tiene cinco o seis años. Cabe la posibilidad de que su familia sea adinerada y quieran pedir un rescate. Que horribles seres, pero se han jodido. No lo voy a permitir.

—Sus movimientos y su manera de actuar me indica que pertenece a una organización del bajo mundo, especializada en secuestro y da la casualidad que estamos enfrente de un jardín de niños.—Frunce el ceño al escuchar un movimiento en la parte delantera del auto.—¿Qué crees que estás haciendo?

Jos apunto su arma contra la cabeza del chófer, evitando que se moviera. Ese hombre al escuchar la conversación de Jos y Rossi se alarmó cómo si estuviera e involucrado con ese asunto.

—¿Conoces a ese niño?—La mirada de Rossi se volvió tan fría.

¿Está implicado y ese tal compañero puede ser uno de esos sujetos? ¡No me digas que también nos iba a involucrar en esta mierda!

—N-No se de que está hablando, joven maestro.—Tartamudeo.—Solo iba a ponerme en marcha, recorde que...

—No mientas.—Ese sudor en su frente lo delata y no hay calor como para que este sudando.—No me hagas volver a repetirlo.—Levanta su pantalón para desenfundar el arma que trae en su pantorrilla.

Si este hombre conoce a ese niño eso significaría que, es sobrino o familiar del amigo de padre, mas motivos para no quedarme con las manos cruzadas.

—Tengo que aclarar que está cosa en mis manos tiene silenciador.—Sonríe espeluznante mientras frota su rostro contra esa arma negra, sostenida en sus manos.—Tiene amplias ganas de soltar una bala y cubrirse de sangre.

Me llevo tan solo tres día el aprender a tirar, me fue muy conveniente que las habilidades de este cuerpo sigan intactas, gracias eso puedo hacer muchas cosas que no podía hacer antes.

—¡Responde!—Jos, golpeó la cabeza de ese hombre con la cacha del arma.

—Aqui estudia el sobrino de mi jefe...—No quiero morir.—Solo quería pasar por el...—Se tensó horriblemente al ver esos ojos lilas tan sombríos.

¿Por qué demonios personas como estás les importaría un niño desconocido? Me alegré cuando se fue Troy, de esa manera no se daría cuenta de nada y a estás personas solo les dirá que él es mi sobrino, luego de dormirlo por supuesto.

Ya que, ese niño diría que no soy nada de él, todo estába tan bien planeado, ¿entonces por qué? ¿Por qué tenía que ser arruinado por este maldito joven maestro? Dijeron que solo es un niño mimado, arrogante, no podía a nadie en sus ojos. En su mundo solo él es importante.

—¿Es ese niño de grandes ojos, ámbar?—Él solo asistió.

—Ya veo.

Rossi le dejo ir un manotazo en la nuca, fue tan fuerte y acertado que terminó desmayado a ese hombre. Ya les había dicho lo importante no era necesario que siguiera despierto o causaría problemas.

—Atarlo.—Le entrego su corbata y chaqueta.

Esa camisa celeste pegada al cuerpo de Rossi, exponía la sensualidad de ese espléndido cuerpo, principalmente esos pectorales y abdomen marcado, la despampanante cintura de sirena.

En un solo para de días Rossi había recuperado su masa muscular, morder su cuerpo cuerpo a uno tan caliente y muy seductor.

—¿Que piensa hacer?—Lo toma del brazo.—Quedarse aquí, yo iré por ese niño.

Mis maestros me mataran si permito tal cosa, aparte todavía no sabemos si ese niño en verdad es sobrino del maestro Axel. Esto puede ser un trampa, si tan solo tuviera el número de ese hombre. Ese maldito asistente también es muy molesto, solo se fue, asi sin más.

—Voy estar bien.—Sube las mangas de su camisa, sus brazos quedaron expuestos.—Cuidarme desde aquí.

Desabrochó dos botones de su camisa para tener más movilidad y poder respirar bien porque esa camisa en verdad le quedaba apretada.

—Confió en tu puntería.—Salio del auto.

A Jos no le quedó de otra que obedecer a su joven maestro, poniéndose en posición y escondió su presencia para no ser visto y cubrir la espalda de su joven maestro.

Aunque el corazón de Jos no dejaba palpitaba nervioso, esas personas son cuatro y él estaba solo. Tampoco tenía libertad para disparar a diestra y siniestra cuando hay niños y personas adultas esparcidas al rededor.

—¡Aaah!

Todos gritaron al escuchar los disparos al aire, esos tipos ya no podían perder más tiempo, al parecer les habían avisado que Kostya estaba cerca. Por lo que tuvieron que disparar al iré, asustar a todas las personas y actuaron justo como querían.

Ese pequeño espacio se volvió un gran alboroto, se empujan unos a otros y si no estabas atento podías caer y ser aplastado, pisado por los tacones de agujas de las madres.

—¡Maldición, mira por dónde vas!

Sin moderación ni consideración, Rossi empujó de una sola patada a un mujer que estaba por caer encima de Ciel, el pequeño estaba tratando de volver a dentro. Kostya lo había entrenado para un momento como este.

—¿Estás bien...?

Rossi se sorprendió al ver lo que sostenía el pequeño niño, era una ardilla que en el exterior parecía un bonito peluche, sin embargo dentro de su pancita  un objeto corto punzante.

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