Luego de pasar por Ciel en el jardín de niños y llevarlo almorzar a donde el quisiera, los tres armoniosamente disfrutaron del momento y de darle comer al pequeño como si fuera un polluelo.

Ciel nunca se había sentido tan feliz como en ese momento al ser la envidia de todos, él por fin podía presumir de comer y pasar toda la tarde con sus dos padres. Sacando el pecho cada vez que escuchaba murmurar a las personas "¡Mira, que tierno." "Es tan guapo como sus padres." Era uno de los tantos murmullos.

El pequeño se alegraba mucho que le dijera que se parece a sus dos padres, sonriendo mientras sostenía las manos de los adultos al caminar por el parqué. Ahí se estuvieron un buen rato no había nadie por lo que jugaron los tres juntos, el fil guardaespaldas Jes se convirtió en fotógrafo en ese instante.

Sacó tantas fotos como pudo donde sonreía su joven maestro porque se las estaría mandando a sus señores, ellos también tenían que enterarse lo bien y feliz que se encuentra su hijo.

Jes también presentía que esas fotos familiares en un futuro si es que no en el ahora se volverían muy importantes, preciadas casi o igual que un tesoro por lo que siguió tomando fotos cuando ellos no veían.

Capturando una familiar mientras Ciel dormía en los brazos de sus padres y ellos dos lo veían tan amorosamente, era una excelente fotografía.

Ciel se había quedado dormido de regreso a casa había sido un día tan divertido y agotador al mismo tiempo que se quedó sin energía, solo quería dormir y lo hizo sabiéndo que al despertar será otro día igual o aún más feliz porque ahora sí ya se siente verdaderamente completo.

Por lo que solo al llegar a la casa los tres subieron a la habitación, acostando al pequeño sobre la cama y con sumo cuidado desvistieron al pequeño tenían que ponerle ropa limpia, su pijama, de esa forma dormiría con más comodidad y en todo el proceso en ningún momento se quejo y mucho menos se despertó, era como un tronco que por más que lo moverían él seguiría en el quitó sueño.

Sus padres al verlo asi tan tierno solo pudieron sonreír, besando cada una de sus mejillas para después mirarse nerviosamente.

La noche había caído y con ello el deseó que se despertó en el set de grabaciones; se volvió despertar una vez más, queriendo retomar lo que habían dejado prendiste en ese instante. "Yo... Lo espero en mi habitación." Fue lo que susurró Rossi cerca del oído de Kostya antes de salir corriendo, no se quedó a observar la euforia en los ojos y alrededor de Kostya.

Es así como Rossi terminó en la la posición que está ahora, nerviosamente observado su cuerpo y sonrojado al recodar lo que hizo hace unos momentos en la ducha "prepararse." Quería ahorrar el tiempo en que llevaba la preparación de ese lugar.

—Me estoy desconociendo.—Se dijo asimismo.

No podía creer que tuvo el atrevimiento de tocarse y prepararse el mismo, algo que no se había atrevido hacer ni cuando se lo pedía o sugería Jordin en su primera vida. Sin embargo, cuando pensó en hacerlo con Kostya ni siquiera se puso a pensar él solo fue al baño y se ducho minuciosamente para esperar al de ojos con heterocromia.

—¿Qué fue lo que le dije antes de ingresar a mi habitación?—Se pregunta al mismo tiempo en que sostiene su cabeza, despeinado todavía mas su ya húmedo cabello.

Él recién salió de la ducha y tomo asiento sobre la orilla de la cama, al cruzar una pierna sobré la otra y al llevar únicamente una bata negra sin nada de bajo de ella, le dio paso a la desnudes de sus tersos muslos.

—"Te espero en mi habitación" eso fue lo que dije y salí de ahí para terminar haciendo lo que hice con ese lugar.—El color rojo de su rostro se volvió mas intenso.

‹¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué me siento de está manera tan extraña? Es alarte en la manera que mi corazón se agita de solo imaginarme a Kostya, viéndome directamente... ¡¿Tengo problemas cardíacas... quizás?!› Buscá cualquier excusa para no aceptar lo emocionado que se encuentra.

Él no podía creer cuan nervioso se podría poner a la espera de Kostya, como si está fuera sería su primera vez uniendo su cuerpo con alguien más (si es la primera vez en esta vida.)

‹Nosotros dos lo haremos porque queremos y lo deseamos... ¿Lo deseamos? ¿Desdé cuando queremos pertenecernos...?› Rossi se quedó en blanco y por poco hace cortó circuito al percatarse que, esto es más que solo un deseo carnal.

—¡Uhh!—Se tensó al escuchar los nudillos caer sobre la puerta, la otra persona estaba anunciado su llegada lo que agregó más nerviosismo en Rossi.—...Puede pasar.—Dejo de estar con las piernas cruzadas y se sentó rectamente.

‹¿Por qué está latiendo con tanta fuerza mi corazón?... Estoy enloqueciendo.› Los latidos de su corazón incrementaron un poco más y el abrir la puerta a los ojos de Rossi fue como si estuviera en cámara lenta, dejando de respirar al instante en que vió la figura de Kostya.

Era bastante entendible si el mayor se veía completamente diferente a lo habitual, en vez de un hombre de negocios serio con traje ahora, era como estar viendo un joven travieso y extraordinariamente caliente con esa bata suelta en el área de sus pectorales y abdomen perfectamente marcado. 

—¿Dejó a los de seguridad cuidando de Ciel?—Él solo asintió.

‹No sé en qué momento ocurrió pero solo escuche un "glub" tan fuerte bajando por mi garganta y segundos después la saliva ya no podía saciar mi sed.›

La mirada del mayor brillo al dárse cuenta que había cumplido su objetivo que era seducir a Rossi, el mayor no pensaba desperdiciar su tiempo y si Rossi quería ser suyo como él quería ser de Rossi entonces irá por todo.

«¿No entendí mal, verdad?» Pregunté una vez más solo para reconfirmar lo que ya estaba confirmado. «¿Nosotros dos...?» Él solo asintió rápidamente, quise reírme él se veía tan adorable como una ardilla mordiendo una bellota mientras mueve su cabeza.

Kostya cerró y aseguró la puerta antes de acercarse al nervioso Rossi, mejor dicho, ambos se encuentran nerviosos y tratan de no demostrarlo asi sus corazones retumben violentamente.

‹Ni sé cómo entendí lo que me estaba preguntando, pero asentí al instante en que preguntó porque de alguna manera ya lo intuía.

Somos dos adultos que nos atraemos con un mismo deseó que a ido creciendo con el pasar de los días, dos adultos que se atraen mutuamente y que no es necesario que hayan sentimientos de por medio para disfrutar de los placeres carnales.

Aún no sé exactamente que es lo que siento o quiero cuando se trata de Kostya porque cuando veo sus ojos todo se descontrola, no hay un punto medio para mí cerebro y corazón al momento de averiguar que está pasando. Sin embargo, de lo que si estoy consiente es que lo que estoy haciendo no es por agradecimiento de que él haya cuidado a nuestra pequeña ardilla, no.

Todo lo que hago es porque quiero y el estar cerca de él me hace sentir bien... Kostya me atrae mucho y quiero seguir conociéndolo más, saber que cosas disfrutas y que no le gusta.

Seguír viendo su rostro al despertar pero sobre todo deseo que sea feliz... ¿Es como si a mí Kostya me...gus...tará?› Por unos segundos se quedó en blanco.

"Si es difícil no tiene porque forzarse nosotros podemos intentarlo en otro momento, día... Esperaré por ti el tiempo que sea necesario." Fue lo que Kostya escribió en su celular y se lo mostró a Rossi.

—¡No es difícil ni me estoy forzando a nada!—Aclara.

No quiero que piense que lo que estoy haciendo es por compasión o agradecimiento aunque en sí, no sabe que soy el verdadero papá de Ciel y que soy la misma persona a la que le ayudo en el labor de parto.

—En verdad quiero estar contigo de esta manera, solo...—Se pone de pie.—Estoy nervioso y mi corazón no para de latir.—Abraza de frente a Kostya el que no dudo en estremecerse emocionado.—Es aterrador como mi pecho...—Guardo silencio al escuchar el sonido alarmante desde el pecho del contrario.

Rossi se percató que no era el único en ese estado de nerviosismo, y con el corazón en su mano latiendo a mil por horas porque Kostya se encuentra igual o peor.

—¿T-Tú también estás nervioso?—Pregunte entre tartamudeo y él solo asintió en eso pude ver el rojizo en sus orejas.

Pese a que, en el rostro de Kostya solo se podía ver seriedad en su interior era tan diferente, ahí en sus adentros hay un solo caos acusa de sus emociones y nerviosismo de estar a punto de intimar con la persona que amado desde siempre.

.—Lindo.—Se puso en puntillas para poder alcanzar los labios del contrario pero seguían estando lejos.

«Tú eres el adorable aquí, mi Rossi.» Dijo con su sonrisa toda traviesa, acto seguido plantó sus labios sobre los del más joven al mismo instante en que lo levanto en sus brazos.

Cayendo suavemente en la cama aun con sus labios deleitándose de los contrarios, encendiando no solo sus cuerpos sino que también el interior de la habitación. Esta noche podría convertirse en la mas larga y exhaustas de su vida, están por entregárse y disfrutar una nueva experiencia en sus vidas que de podría volver adictiva.