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capitulo 30

Cómplice de su cercanía y calidad atmósfera el viento intruso entró suavemente por las ventanas, impregnado de ese olor a lirios cada rincón de ese lugar, y al igual que va procurando no hacer ruido al azotar contra las cortinas para no espantar a el par de tórtolos que siguen uniendo sus labios gentilmente, y en ocasiones apasionamiente.

‹Quizas estoy sintiendo demasiado apresurado o codicioso al besar sus labios, sentir su temperatura corporal y sobre todo el sostenerlo en mi regazo tan intimidante. Tal vez este mal por aprovecharme de la travesura con intenciones malas de Bariel, el muy vil me hizo saber sobre su presencia. "Quería que te golpeará con sus puños no con la boca, guácala." Fueron sus declaraciones antes de desaparecer sin más. ¿En qué demonios está pensando? Lo que sea, no es momento de indagar en sus crucigramas.

Tengo que poner toda mi atención en Rossi, en este ser tan hermoso que volvió no a mi porque ni siquiera me recuerda, pero volvió para ser feliz junto a su amado hijo y de eso me estoy encargando de eso.› Kostya levantó una de sus manos, llevándola al rostro de Rossi, acariciando la tersa piel del contrario. Rossi disfrutó esa gentileza con la que Kostya lo tocaba.

Sin darse cuenta en menos de un segundo sus manos libres yace entrelazadas, sosteniéndose fuertemente cómo si tuviesen temor de soltarse y caer en la angustia de no sentirse; la temperatura corporal del otro.

—Kostya.—Solto suavemente entre besos el nombre del contrario lo que sorprendió a los dos, a Rossi por decirlo y Kostya por haberlo escuchado, siento que su corazón es inyectado con adrenalina.

‹No sé a qué estamos jugando o que está pasando entre nosotros cuando todo es demasiado extraño, sobre todo está rara conexión que siento entre más nos vamos conociendo. Es extraño pero lo más ilógico es esta indescifrable sensación de revoloteo en mi estómago, el querer seguir disfrutando de sus labios y la textura de ellos... Esto no está bien me estoy desviando de mi objetivo.

No pudo volver a nublar mi mente con pensamientos y acciones con estás, tengo que poner toda mi energía en descubrir lo que se oculta tras mi muerte.› Rossi reaccionó e intento alejarse de Kostya.

Y aunque se separó de los labios del contrario es lo único que logró hacer, ya que, se quedó inmóvil o quizás idiotizado mirando la caliente expresión en Kostya, sobre todo el brillo y dilatación en esos hipnoticos ojos con heterocromia. Ese beso dejo encendido a Kostya y no tenía intención de ocultarlo, pero eso sí, sus mejillas se tiñeron un poco de rojo por la intensa mirada de esos ojos lilas fijos en él.

—Sus ojos son hermosos...

—¡¿Qué crees que estás haciendo?!—Preguntó con exaltación.

—No grité que no estoy sordo.—Frunce su entrecejo.—No puede pasar así grite peor que una urraca.—Jes detuvo a una persona en la puerta, evitando a toda costa que de un paso mas.

¿Debería solo torcer su cuello? Si estuviéramos en Rusia nadie se atrevería a levantar la voz ni siquiera a mí, que soy solo un guardaespaldas. Aquí también podría ser lo mismo si solo se informa que el único heredero y hijo del señor Petrov es nada menos que mi joven maestro, sin embargo él no quiere eso. Mis señores tampoco ya que quieren una vida tranquila y libre de preocupación para su hijo, sobrino.

—¡Déjeme pasar!—Ordena todo altanero una vez más.

Ese escándalo perturbo los movimientos de Rossi que se quedará con su mano suspendida en el aire ya que, tenía la intención de acariciar los ojos de Kostya.

—Como ya dije, no puede pasar y no permitiré que pase a menos que toque la puerta o mi joven maestro lo autorice.—Hablo con firmeza.

Seguramente viene con las intenciones de humillar a mi joven maestro, con la ganas se quedará o tal vez ni siquiera se le de la oportunidad de intentarlo.

—Así que regresé por donde vino antes de que sea yo, el que lo obligue hacerlo por la fuerza.—Sonríe.

—¿Tú y cuántos más?—Reta sin miedo a pesar de que le llega arriba de la cintura a Jes.—No creas que por tener este cuerpo esbelto y medir uno sesenta y seis no puedo ejercer dolor.

—Es muy probable que se sienta al igual que tocar un malvavisco.—Contradice y eso solo enfurece a un mas al contrario.—En verdad solo regresa niño antes de que pierda la paciencia y déjeme decirle que no será estilo princesa como lo cargaré sino que, de esas extensiones baratas que quiere hacer pasar por cabello real lo jalare.—Amenaza.

—¡T-Tú!—Su tedo temblaba mientras señalaba a Jes.

Ese hombre de unos veintitantos pero que parecía muy joven para su edad estába verde del coraje, avergonzado también porque Jes ha sido el único en darse cuenta de que lleva extensiones para darle más volumen a su cabello, color chocolate, del mismo color que sus grandes y feroces ojos. Y su piel al teñirse de rojo esas bonitas pecas en sus mejillas resaltan un poco más.

—¡Falsas serán tus cejas oso de las nieves!—Exclamó.

¡Maldición por qué este maldito logró dárse cuenta de eso! ¡¿Y como que baratas?! Mi hermana dijo que eran las mejores que podrían existir, ¿este oso ruso tiene ojos de águila o estudio para ser estilista o que? Todo es culpa de mi loca hermana que me dejó casi calvo al realizar sus prácticas de estilista en mí, fuí obligado a convertirme en su modelo.

—Ven, romperé los dientes.

—No quiero puños de algodón.

—¡Jefe...!

—Jes, deja que entre.—Podía solo dejar que siguiera gritando si fuera otra persona, pero Kostya le hizo saber a Rossi que ese gritón y gruñon era su diligente asistente.

—¡Quítate bara de bambú!—Entro bruscamente a la sala de descansó—Joven Petrov, debería conseguirle un collar más ajustado para su mascota porque se le escapó.

La mirada del mayor se oscureció, como casi siempre los buenos momentos nunca dura o simplemente existen personas que no conocen su lugar justo como el que acaba de entrar sin tocar. El pobre asistente solo le tocó suspirar pesado a encontrarse con esa mirada oscura de su jefe.

—Bien, me disculpo por arma ese alboroto allá a fuera pero era urgente.—Mira a otro lado para no ver a un Kostya territorial.

Esa expresión seductora y un poco lasciva en el rostro de Rossi, la quería monopolizar únicamente para el. De solo pensar que alguien más pudiera verla su sangre se enfría de coraje. Estaba siendo posesivo sin percatarse de ello, pero si fue notado por Rossi lo cual no sintió que fuera desagradable al contrario; un fuerte aleto sacudió su corazón al darse cuenta que Kostya también pude poner otro tipo de expresión así como actuar de tal manera que no sea su habitual yo, ese que parece no importarle nadie.

—Solo firme aquí y me iré tan rápido como sea posible.—Le entrega las carpetas a Kostya.—¿Qué las tenga y me de la vuelta?—Él solo asistió y empezó a firmar dichos papeles usando a su asistente como mesa mientras seguía abrazando a Rossi, este último mantenía su rostro escondido en el pecho de Kostya.

—Con esto su trabajo queda despejado para exactamente una semana.—Comunica.—Puede pasar tanto tiempo como guste con el pequeño maestro Ciel en su cumpleaños.—Añade.

Él no muestra asombro ni rareza por ver a ese par así de juntos, es como si hubiera visto algo así desde siempre o solamente está haciéndose el ciego porque los asuntos personales de su jefe no tienen porque interesarle si él solo va a trabajar. Ha ganar dinero.

—De mi no recibiera ninguna llamada a menos que sea importante.—Concluye su reporte.

—Kostya.—Esto es vergonzoso si fuera otra persona y no el asistente de Kostya no me sentiría así, me daría igual pero siento que está persona es muy diferente a todos los que trabajan aquí.—Podrías soltarme.

Kostya a regaña dientes pero lo hace sintiendo frío al ya no tener en sus brazos a Rossi, viendo como toma asiento en el otro sofa enfrente de él.

Rossi se le veía serio pero por dentro era patata toda roja, se había dejado llevar demasiado al punto en que fue cachado en el regazo de Kostya y no era porque no haya tenido tiempo de bajarse simplemente quería presumir sin darse cuenta de ello.

—Señor Aratz, me dijeron que vino a sacar al joven Petrov de este lugar.—Entro la misma persona que le advirtió a Rossi anteriormente que no debería de estar aquí.—Yo ya se lo dije, le explico anteriormente este lugar está estrictamente prohibido para gente de su clase... ¡Director!

Los colores se le fueron al ver a su jefe ya que se esperaba todo menos que Kostya estuviera presente, lo dicho ya no se podía revertir.

—Director.... Yo...—No podía decir nada más que solo eso porque sus labios temblaban así como sus manos.

‹¡¿E-Ellos tienen algo?! ¿Entonces que pasa con el señor Troy? Él aseguro que tenía una relación con el director, una confidencial porque no quería causarle problemas con respecto a los medios que son muy chismosos. Sin embargo, lo que estoy viendo es algo completamente diferente. El director pareciera que quiere sacarme lo ojos si levantó mi rostro.›

Era muy consciente de la falta de respecto que había cometido, creyendo que ni siquiera Troy podrá salvarlo de esto después de todo habla tan altanero enfrente de Kostya.

—Ya qué estás aquí me gustaría que le dijeras lo mismo que se me dijo a mi no hace mucho.—Reta a esa persona a tener las mismas agallas que tuvo no hace mucho.—Si es verdad lo que dijo no tiene porque tener miedo a lo que diga el director.

—"Habla y no te quedes como estatua o quieres que vaya y te abra la boca."—Es lo que Aratz, tradujo, de un Kostya de fría mirada.

—Hablen entre ustedes, yo tengo que una cosa más importante que hacer.—Ve su reloj, tenía que marcharse ya si quería estár a fuera de las puertas esperando al pequeño Ciel.—Con permiso.—Se retiro junto a Jes, este último le dio una mirada asesina a Aratz ya que este también le estába viendo con una mirada asesina.

Rossi ansiaba poder observar el rostro y mirada sonriente de ese pequeño, corriendo alegremente a sus brazos como un hijo alegré por ver a su papá.

—Kostya.—El amigo y socio de Kostya acaba de llegar al venir por otro pasillo no se topo con Rossi.—¿Qué pasa aquí?—Preguntó al ver que la atmósfera no estaba del todo bien.

Aratz le dio una breve información de lo que estaba sucediendo a Rui, este frunció el rostro así como su mirada se torno oscura porque era justamente de lo que venía hablar con Kostya. Que en la compañía corría un rumor ridículo que podría causar daño a su imágen y a la de Rossi.

«¿Puedes encargarte de encontrar al culpable de todo esto? No importa quién sea lo quiero en mi oficina y de rodillas, y si le falta la lengua mejor aún.» Expreso despiadadamente, Kostya. «Me encargaría yo pero tengo que ir por Ciel, con Rossi.»

—Solo ve.—Frota su nuca.—Ve con él a recoger a mi sobrino, yo me encargaré de solucionar esto.

«Gracias, te estaré esperando en la celebración de cumpleaños de Ciel. Ni se te ocurra faltar o estarás muerto.»

—Solo veté antes de que me arrepiente y te deje este trabajo... Nunca lo había visto correr tan rápido.—Sonrío al verlo atravesar esa puerta así de rápido.—Bueno, ahora habla y hazlo rápido porque no soy de tener paciencia.—Amenaza. Rui tenía su lado despiadado.

Mientras tanto en otro lugar una cierta persona, se volvió completamente pálido al escuchar repentinamente el nombre de Rossi. Uno que no había escuchado desde hace casi seis años.

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