¿Que es está oscuridad que cubre mis ojos? No puedo ver absolutamente nada pero siento como voy cayendo, cayendo algún lugar en específico. ¿Dónde estoy yendo? ¿Quién está llevando mi cuerpo? ¡¿No morí?! ¡Tengo la oportunidad de volver con mi ardilla!

La esperanza de solo estar dormido o soñado le dió fuerzas a Rossi, sin embargo eso no duró mucho tiempo cuando por fin logró ver algo más que no fuera oscuridad. Frente a su ojos había un camino tan deslumbrante que era imposible ver más allá por la cegadora luz.

Frente a mi estaba la respuesta y con ello vino un ardor que quema todo de mí, había muerto o estoy muriendo. No quiero seguir caminando hacia esa luz, pero no puedo controlar mis extremidades y sigo dando pasos firmes aunque con cada paso estacas de manera atraviesan mis plantas de los pies.

No, no puedo irme todavía, ¿dónde está mi pequeño ardilla? Él también tendría que estar aquí conmigo, los dos yendo a un lugar mejor que este nauseabundo mundo.

Rossi saco fuerzas dónde no había, poniendo resistencia tanto como pudo, pero nada de eso funcionaba él seguía siendo arrastrado a esa luz.

—¡No, por favor!—Suplicó.—¡Dios, por favor! Por favor darme solo una oportunidad si mi ardilla está viva, sino es así, entonces daemi una señal de que fue a un lugar mejor, para irme tranquilo a dónde sea que me llevarás.—Suplicó una vez más.

No tuvo ninguna respuesta y solo se fue acercado a esa luz, ya se encontraba a unos centímetros cuando una mano lo sostuvo del brazo. Ese repentino movimiento asustó a Rossi, llevando su mirada a esa dirección solo para encontrarse con una mirada tan rebelde y arrogante de color lila.

—¿Quién eres?—Preguntó.—¿Dios?

—Solo soy un alma que estuvo esperando un momento como este.

Rossi sintió como ese agarra en su brazo se volvió más fuerte, esa persona frente a sus ojos se encuentra en conflicto.

—Cuida de mi padre y mi tío—Apretó sus dientes.—Se que no estás en condiciones de fingir afectó por nadie, sin embargo, ya que vas ocupar mi cuerpo por lo menos se un buen hijo...algo en lo que nunca fuí bueno.

—¿Qué?—No entendía lo que estaba pasando.—¿Cuerpo? ¿De qué estás hablando?

—Vi por lo que has pasado, como te traicionaron y destruyeron todo lo que amas, importaba.—Ve fijamente a Rossi.—Voy a darte la oportunidad de que vengarte.—Esa mirada se volvió tan ridículamente sanguinaria.—Vive y destruye de la peor manera a todo aquel te hizo sentir miserable.

No hay nadie mejor que él para que se vuelva hijo de mi padre, aunque eso no quita el hecho de que duele, duele jamás volverlo a ver. Pero, sería mucho más doloroso que él perdiera a su único hijo. Por una vez quiero que el esté orgulloso de su hijo, aunque no sea yo.

—¿Voy a vivir? ¿Cómo es eso posible?—Solo son delirios por mis anhelos desesperados, si estoy muerto, estoy muerto así de simple...pero, quiero creer que tengo una oportunidad.—¿Cuál es el precio a pagar por una última oportunidad?

—El trata ya fue saldado.—Es hora de irse, por fin dejaré de bajar por el limbo.

—¿Qué?—No entendía como algo así ya fue pagado, ¿por quién?

—Cuando despiertes tal vez olvides está conversación, tal vez sientas que no tienes porqué vivir cuando lo has perdido todo, sin embargo recuerda que hay personas que tienen que pagar por tu dolor. Vengarse.—¿Cómo alguien puede sacrificar parte de su vida por traer a alguien a la vida? Solo alguien que está completamente loco.

—No me respondas con otra pregunta o cosas que no entiendo, ¿solo dime quién eres y porque hace esto?

—Soy Rossi Kael Petrov, curioso que compartimos el mismo nombre, ¿no?—Camina hacia la luz.—Nunca hice esto por ti, solo lo hago por mí y únicamente por mí, soy alguien muy egoísta. El trato que hice es que tú vivas para yo, reencarne mientras el diablo toma la mitad de la vida de ese alguien.—Sonrió perverso.

Rossi se volvió todavía más pálido, su cabeza de por sí ya es un lío como para agregar más incertidumbre, preguntas a su cerebro.

—¿Creíste que Dios fue el que te está dando una oportunidad? Jajajaja, que ingenuo.—Volvió a poner sus expresión sería.—Es por eso que terminaste así.—Niega con la cabeza.

—¡Me estás pidiendo que sea un buen hijo cuando hablas de esa manera! ¡¿Qué clase de bastardo eres?!

—El peor de todos los hijos, eso es lo siempre fuí.—Por lo menos alguien como tú, podrá descubrir lo que significa el amor y el calor de una familia. Porque no merecía esa familia es por lo que no quise volver a despertar.—Adios, Rossi.

—¡Espera!

Quiso ir tras él para obtener una respuesta concreta, sin embargo todo se volvió nuevamente negro y con ello perdiendo la conciencia.

Sobre la camilla de hospital yacía un joven de unos 23 a 26 años, [quizás] sin color alguno en su hermoso y muy varonil rostro con rasgos finos, pero no al punto de verse afeminado, no. Tenía una complexión atlética con musculatura definida, bien medía 1.85 metros de altura.

En sus definidos y firmes brazos resaltan unas cuantas venas verdes, en las cuales tienen más de una aguja, ingerido bolsas de suero. Su estado no se veía del todo bien, lleva mucho tiempo en coma al parecer sin intención de despertar o es lo que se creía.

En este instante sus pestañas largas y tupidas plateadas azuladas como su cabello lacio, se han empezado a mover con irritación, podría ser que ese joven no tardaría en despertar o simplemente estába teniendo una pesadilla.

—Mmm.

Un suave rasposo gemido salió de sus pálidos y muy resecos labios, los cuales tienen un tubo en el interior de la boca.

Lentamente sus rasgados ojos se fueron abriendo dejando apreciar ese espléndido color lila, desorientado. Confundido trata de enfocar su mirada en un solo punto y al mismo tiempo comprender que está sucediendo o de donde se encuentra.

Aun confundido sin entender nada, se quitó el tubo de su boca movimiento un poco para quitar la incomodidad en su mandíbula.

—¿Hospital?—Preguntó en voz alta al inspeccionar el entorno no tan desconocido en el que se encuentra.—¿Estoy en el hospital?—Vuelve a preguntar.

Su voz sonó tan rasposa como si hubiera tenido tos por más de una semana, muy ronca y seca. Necesita un poco de agua para humedecer y así suavizar su garganta.

—¡¿Hospital?!—La lucidez había vuelto y con ello la cruda realidad al llevar sus manos a un abdomen completamente plano con duros y firmes cuadritos.—¿Dónde está mi ardilla?

Ese color lila tembló al igual que su cuerpo negándose a creer lo que estaba viendo, no había un bebé y mucho menos una cicatriz que confirme que anteriormente había uno en su estómago y que fue sacado.

Justamente como lo comentó el joven llamado Rossi Kael Petrov, que al despertar este Rossi olvidaría la conversación que tuvieron.

—¡No, no, no!—Mira una y otra vez su estómago plano.—¿Dónde está mi ardilla?—Sonreía para no llorar, pero la desesperación y tristeza seguía ahí apretado sus entrañas.

Si estaba en el hospital significaba que su bebé tenía que haber sobrevivido a duras penas, pero debería estar vivo cuando solo faltaban unos meses. Al parecer Rossi también había olvidado lo sucedido en el hospital, o se los sellaron a propósito antes de que despertara.

—¿Por qué no hay herida?—Muerde sus labios.—¡T-Tiene que haber una!—Tartamudea.

Bruscamente retiró todas esas agujas de sus brazos, levantándose para poder quitarse la ropa. Sin embargo, en ese preciso momento sus piernas no respondieron cayendo al suelo, fue un doloroso golpe en su trasero.

No comprendía del porque sus piernas no reaccionaban, podía sentirlas pero se encuentra completamente flácidas. Pese a eso, no pensaba darse por vencido y como pudo se puso de pie.

Sus piernas tiembla como si fueran a quebrarse, ignoró todo dolor e incomodidad en él, eso no era impotente como encontrar a su ardilla.

Cuando logró equilibrar sus piernas se dió cuenta de la altura anteriormente podía alcanzar sus pies sin siquiera agacharse tanto, pero en este momento para poder lograr eso tenía que agacharse el doble.

Solo le dio importancia a eso por unos segundos, volviendo nuevamente a inspeccionar su cuerpo, especialmente ese íntimo lugar creyendo qué tendría algún dolor por si dio a luz desde ese lugar. Pero no había nada y eso enfrió hasta su alma.

—¿Q-Qué es esto?—Tartamudeo con horror.—¿Es un sueño? Sí, debe de ser un sueño.—Sonríe rígido.—Tengo que despertar mi ardilla debe de estar esperándome, necesito salvarlo de ese monstruo...tengo que despertar...

—¡¿K-Kael?!—Los objetos cayendo al suelo crearon un ruidoso sonido.—¡De verdad estás despierto, Kael.—Aparecer al dueño de ese cuerpo le llamaban por el segundo nombre en vez del primero.

Kael se quedó con sus manos al aire cuando intentaba darse unas bofetadas y, así poder despertar de ese sueño o pesadilla. Algo que no pudo lograr hacer por la repentina llegada de ese extraño hombre que nunca a conocido, pero el si parecía conocerlo.

—¡¡Estás despierto!!—Vuelve a exclamar.

Ese hombre atractivo, alto, fornido, con una sexualidad exótica de cabello azabache y dos pequeños lunares sexis bajo el ojo izquierdo, no podía creer lo que estaba viendo.

En su mirada rasgada azul se ve la sorpresa, sus fuertes brazos querían abrazar a ese joven, pero se contuvo al ver la expresión cautelosa del menor.

—¿Quién es Kael y por qué me mira como si nos conociéramos?—No tengo tiempo para esto, tengo que salir de este sueño o pesadilla lo que sea.

Se niega a cree que lo que está viviendo en este momento es su realidad, ¿si lo fuera que paso con ese dolor que aun carcomer su alma? ¿Dónde está su bebé? ¿Por qué todavía puede oler la sangre y sentir el infernal dolor en su vientre tras la caída?

—Kael, soy yo...tú tío.—Empuña sus manos.

Prefiero que me vea con desagradó y molestia a qué me miré de esa forma, como si nunca nos hubiéramos visto. Cómo simples desconocidos eso no es agradable.

—No juegues de esa manera, se qué estás enojado pero por favor...

—¡No soy Kael!—Golpea su rostro.

¿Por qué me sigue llamando de esa manera? ¿Por qué me mirá con esa mirada extraña? Por favor...por favor déjenme despertar.

—¡Necesito despertar! ¡Vamos maldición, despierta!—Sigue abofeteado su rostro.—Tengo que ir con mi ardilla, me necesita...

—¡Ya para!—Sostiene las manos de Kael.—Por favor.

¿Por qué no viene los doctores? Ya debieron de ser informados de su despertar esas máquinas tendrían que haber enviado una señal.

—Sobrino ya detente.—A pesar de ser tan fortachón no sabía que hacer.—No te lastimes, háblame.—Su corazón se arruga.—¿Dime qué necesitas? Lo traeré para ti.

¿Quién es esa ardilla? ¿Una persona o un animal de verdad? Kael en nigún momento tuvo o quiso tener una mascota.

—¡Soltarme!—Quiere liberarse del agarré de ese hombre, pero su cuerpo sigue siendo tan débil que a penas puede mover sus manos.—Por favor...la ardilla me espera.

El desconocido trata de entender a Kael, descifrar eso de quién lo está esperando cuando lleva exactamente cinco años en coma.

Aunque para el joven solo había pasado un día o más inconciente luego de caer del segundo piso, solo que él no sabía que murió cuando era Rossi. Lo había olvidado, olvidado que conoció y sostuvo en sus brazos a su ardilla.

Ese también fue un precio a pagar sin que se le fuera informado a Rossi, esos recuerdos eran los más valiosos y por lo tanto tenían que ser sellados, por motivos desconocidos quien le dio la oportunidad de vivir, no quería que lo supiera. No era una mentira cuando Rossi Kael Petrov, menciono al diablo.

—¿Quién te esperá? Ya pasaron 5 años desde qué entraste en coma—No sé si es correcto decirle algo así, pero solo quiero que deje de dañarse asimismo.—¿Quien te espera?—Seguiré sus acciones de esa manera tal vez se calme.

Kael se volvió pálido y su corazón palpitaba tan rápido qué podría entrar en hiperventilación por esa información.

—Te llevaré ahí, ¿sí?—Gracias a Dios dejo de intentarse golpear.

—¿5 años?—¿Quién soy?...¡No puede ser verdad! ¿Qué está pasando exactamente?

No quería que sus sospechas sea confirmadas, tiene miedo preguntar lo siguente y que la respuesta lo deje más rotos de lo que ya se encuentra.

—¿Conoces a Rossi Thoms?—Pregunté con un cuchillo en mi garganta.

Debe de ser una maldita broma la que me está jugando el destino, la vida. Sí, eso debe de ser...yo no estoy muerto, no, sigo respirando a pesar de que no quería porque tengo que protegerte a mi ardilla. Sigo vivo porque mi bebé me necesita y yo lo necesito para poder seguir viendo en este infierno...¡¿Qué se supone que haga si no puedo estar con mi ardilla?!

—¿Rossi Thoms?—¿Eran amigos que se llamaba igual que él?—¿Él era algún conocido tuyo?

Nunca lo escuché hablar de él, ¿tal vez eran amigos en línea? Kael solía pasar mucho tiempo jugando. Esa es la única manera porque mi sobrino nunca a salido de Rusia a otro país.

.—Creó haber escuchado algo relacionado con él en las noticias hace cinco años.—¿Cómo le digo esto?—¿Creó que estamos hablando del mismo?

—Solo dígame qué escuchó.—Las uñas se incrustan en la palma de sus manos.—¿Tan grave es?—No quiero escucharlo por favor no lo digas, no confirmes mis sospechas.

—Si es este.—Mostro la foto en su celular después de buscarla, en definitiva esa era su cara.—Él está muerto.

"Muerto" escuchar eso me dejó sin aire y mis pulmones no tenía la intención de darme oxígeno, es como si todos mis órganos dejaron de trabajar pero aún podía escuchar ese maldito corazón. ¿Por qué no se detiene también?

—El caso del accidente dónde murió fue un tema muy mencionado, más cuando se dice que antes de morir le donó su corazón a su mejor amigo, Rakiel Beige. Prometido de Jordi Medrano.

"Accidente, ¿qué done mi corazón a quién?" quería reírme, pero ni siquiera eso podía hacer cuando mi pecho fue atravesado miles de veces en un tan solo segundo...estoy muerto, ¿mi bebé también lo está? Entonces...¿entonces por qué sigo respirando? ¿Por qué duele y me sigo desangrado tan dolorosamente?

—Jajajajaja.—Las gotas de agua se deslizan por sus pálidas mejillas.

Su carcajada se escuchó más como un gritó agonizante que una dulce sonrisa, no podía parar de sonreír así como no podía detener sus infernales lágrimas raspado su piel como lija.

—Jajajaja...snf—Ya no era solo una carcajada ahora sus lágrimas también lo están ahogando horriblemente.

Si te llevaste a mi bebé, ¿por qué me dejaste a mi en este frío lugar? No necesito vivir sí perdí a mi razón de vivir...¿Por qué esa crueldad tan desagradable? ¿Por qué no te llevaste mi corazón en el proceso dejar de sentir? No necesito algo tan inútil como un corazón...devolverme a mi ardilla.

—¡Kael!

Un segundo tarde y no hubiera podido sostener el cuerpo inconsciente de su sobrino, se terminó desmayado por la dolorosa carga de información.

—¡Doctor, doctor!—Gritó con desesperación.—¡¿Cuándo Piensan venir maldición?!

Los doctores no tardaron en llegar y verificar minuciosamente el estado de Kael, sacado a su tío en el proceso porque no podía estar cerca en momentos como estos.

En ese instante el tío de Rossi Kael, aprovechó para llamarle a alguien e informarle sobre lo sucedido y de que Kael por fin había despertado.

—Vamos contesta el maldito teléfono, hermano mayor—Maldijo con impaciencia.—¡Le advertí que tu viera el maldito teléfono en la mano, maldición.

La persona con la que intenta comunicarse en estos momentos se encuentra realizando un "trabajo" verdaderamente inusual.

Entre la brumosa y espeso humo creado por las armas al momento de disparar, yacía un hombre alto con su magnífica espalda con una forma de triángulo invertido, desnuda. Su piel de marfil deslumbró a pesar que era noche.

Es así como puedes ver ese espléndido tatuaje de un majestuoso tigre blanco con rayas negras, mostrado sus filosos colmillos y una mirada sanguinaria en su espalda, la cola casi llegando a sus afiladas caderas. En su brazo izquierdo también tiene tatuado tres fechas muy importantes para él.

Es un hombre alto de casi, 1.92 metros de alto. Posee un cuerpo super masculino con sus músculos completamente marcados.

Esa mirada filosa azul de un animal hambriento capta sus objetivos en un segundo, no se podía saber si estaban realizando una película de acción sobre una lucha entre diferentes organizaciones de la mafia, o si en realidad es algo verdadero y no ficticio.

El sonido de las armas y los gritos no se escuchaban para nada fingidos sobre todo ese rojo tiñendo el suelo como un río al desbordarse.

—¡Jefe!—Gritó a todo pulmón uno de sus subordinados.—¡Jefe, es su hermano!

En ese instante su gran figura imponente se vio abatida, pequeño con nerviosismo, corriendo velozmente hacía ese celular sin importarle esas balas que aun vuelan de aquí para allá. Es un tipo rudo que le tiene miedo a su hermanito al igual que a su amado hijo.

—¿Hermanito?—Su gruesa voz la suavizó lo más que pudo.—Estaba algo ocupado así que...

—Kael despertó.—Comunicó.

—¿Qué?—Disparo hacía su izquierda sin darle si quiera una mirada al objetivo.—¡En serio!

La alegría en su rostro hizo que se viera todavía más majestuoso sobre todo esa sonrisa en sus pícaros labios, sin embargo para quienes lo veían eso era sumamente horripilante, después de todo su rostro se encuentra manchado con unas cuantas gotas de sangre.

—Sí, pero creó que hay un problema con su despertar...ven lo más antes posible.—Ve la puerta de la habitación dónde se encuentra Kael—Te necesita aquí.

—Llegaré lo más pronto posible.—Ese azul brilló con frialdad.—Terminó con esto en un minuto, esperen por mí.—Finalizó la llamada.—Ya dejen de jugar y terminemos con esto.

Tal como dijo terminó con todo eso en tan solo un minuto, dándoles órdenes específicas de que hacer luego de que terminen de limpiar, mientras el cubre su cuerpo con un abrigo antes de subir al helicóptero directamente a hospital.