capitulo 18
Unas cuantas mirada hacian todo lo posible para poder observar un poco más, a lo que ellos creían padre e hijo. Sin embargo, entre ellos se interponía esa formidable figura y aura pesada emanando de Jes, (guardaespaldas de Rossi) Evitando que esas personas tomarán fotos sin permiso. Rossi le ordenó estrictamente a Jes que estuviera pendiente de ello, que le quite cualquier cámara o celular que apunte hacia ellos.
No podía permitir que por toda la red anduvieran fotos de Ciel, hasta el momento Kostya y Axel han sido muy cuidadoso con eso, protegiendo la información personal del pequeño. Y no podía venir Rossi y arruinar ese arduo trabajo. Rossi estaba muy consciente de ello por eso está haciendo lo mismo, proteger a ese adorable pequeño.
Rossi sin saberlo en estos momentos se encuentra mirando a ese pequeño de brillante mirada, en Rossi hay con una mirada tan paternal que las personas a su alrededor creían que; ese lindo niño de mejillas abultadas como una pequeña ardilla, degustado de la comida. Era hijo de Rossi, puesto que esos ojos lilas mira con mucho cariño a Ciel.
Él dejaba de comer para limpiar las migajas de alrededor de la boca de Ciel, estaba más que emocionado el poder disfrutar de este cálido momento junto a Rossi.
—¿Quieres un poco más?—Cada vez que lleva algo a su boca sus mejillas se vuelven mucho más regordetas.
Una melancolía invadió esa mirada que en su momento se encontraba muy alegré, y es que a Rossi se le es difícil, imposible que a su mente no venga esa pregunta de; ¿Sí mi pequeña ardilla estuviera viva también podría hacer algo como esto?
—Me gustaría pero tengo que dejar espacio para el postre.
‹No creí que la comida podría saber tan bien, estos últimos días atrás la comida me sabe mucho mejor que antes. Disfruto comer a lado de mi padre, sin embargo...› Mira discretamente a Rossi. ‹Cuando estoy con Rossi, todo es completamente diferente. No voy a compararle con mi padre, pero la alegría en mi corazón es mucho mas fuerte.
Siento que estoy recuperando el tiempo perdido, ¿pero tiempo de qué? Rossi ni siquiera es algo mío, no somos nada aun así, anhelo que acaricié mi cabello como los padres de esos otros niños...¿Esta mal que me sienta así?
¿Mi padre se sentirá mal? ...mi difunto papá, ¿estará bien con ello? No podría saberlo. No obstante, no quiero alejarme de Rossi, quiero seguír a su lado. Poder conocerle mejor. Que él nos conozca mejor a mi padre y a mí.›
—¿Qué pasa?—Pregunta al ver esa mirada acomplejada.—¿Ya no quieres comer?—Limpia los granos de arroz en las mejillas de Ciel.
En estos momentos el pequeño a dejado a un lado sus modales. Tampoco estaban en un gran restaurante ya que Ciel, le entrego muchas ganas de comer comida en los puestos no muy lejos de la calle.
—¿Mordiste algo que sabe mal?—Le pasa un vaso de agua.
—No, nada de eso.—Sostiene el vaso de agua.—Todo está rico, es la primera vez que como algo así.—Sus ojos brillan de felicidad.—Estas crujientes alitas picantes se pueden volver mis favoritas.
A mí padre no le gusta mucho que coma comida grasosa, chatarra, (para ese momento lo ve como su paciente y no como su hijo) pero mi tío suele llevarle la contraria y me da de comer a escondidas de padre. Aunque es de por gusto porque él siempre nos termina descubriendo, ¿cómo lo hace? Mi tío y yo, no lo sabemos. Seguimos averiguando su secreto.
—Es una lastima porque no podrás comerlas todos lo dias.—Le hizo saber.
Antes de que nos sentarnos a comer, yo tuve que enviarle un mensaje a Kostya. Preguntando si estaba bien hacer algo como eso, no iba a permitir que por mi descuido terminara dañando la salud de Ciel.
"Solo por está vez estará bien que como tanto como quiera, disfruten de su almuerzo." Esa fue la respuesta de Kostya. Dándome a entender que está será la única vez, o tal vez puede que haya un próxima vez. Quién sabe.
—¿Por qué?—Baja sus orejitas (metafóricamente)—¿Comí mucho?—Mira la alita en sus manos.
Las veces que Troy iba por mi al colegio ni siquiera me dejaba comer un helado, "joven maestro, no es adecuado el comer algo de la calle. No sabemos en que lugar lo elaboraron, puede tener muchos gérmenes. Si hago esto es por su bien, es mejor que lo prepare yo." Entendía las preocupes de Troy, pero es un pésimo cocinero y el helado le queda verdaderamente insípido.
Desde entonces procuro aguantarme las ganas de pedirle algo, cuando él va al colegio por mí. Es un asistente y buen amigo del tío, Axel. Es por eso que no quise dañar sus sentimientos con respecto a su insípido helado y comida más letal que el veneno.
—No es porque hayas comido mucho.—Se ve adorable todo a penado.—Es malo para tu salud y crecimiento el comer comidas grasosas, chatarra, peor aun si tú sistema inmunológico no está acostumbrado a comer esa clase de comida.—Se ve tan adorable con esa expresión de ardilla triste en su rostro.
—Es casi lo mismo que dice padre, después de todo él médico.
—¿Médico..?
Rossi discretamente llevo sus manos a la cabeza, presionando sus sienes las que no dejaban de punzar, peor que cuando tienes jaqueca.
"Todo estará bien, van estar bien. Si está nervioso entonces solo vea mis ojos y dese cuenta que todo estará bien." ¿Quién es el que me dice eso? Quiero ver sus ojos pero si cara es como un manchó sobre un lienzo.
—¿Rossi?—De repente su rostro se volvió muy pálido.
—No pasa nada.—Mentiras, pasan muchas cosas. ¿Qué fue lo que olvide al entrar en este cuerpo?—Le diremos a tu padre que si podemos comerlas una vez cada ocho días. ¿Sí?
—¡Sí!—Toda la tristeza abandonó su rostro.—Me parece bien, estoy seguro que padre estará de acuerdo.—Sigue saboreando las últimas dos alitas.—¿Quieres una?—Ofrece, mirando a Jes.
—Gracias joven maestro, pero no.—Creo que me le quedé viendo por mucho tiempo.
No era mi intención pero no podía dejar de mirarlo, me quedé estático al ver cuan parecido es mi joven maestro Rossi, no físicamente pero si cuando se trata de expresiones fáciles y hasta tienen los mismos gustos, disgustos.
—Usted se lo pierde.—Mas para mí.
Ciel tarea mientras disfruta de su comida, algo que Rossi también suele hacer, pero que controla ya que no quiere quedar al descubierto frente a su mejor amigo, Axel. Es quién mas conoce los gestos y gustos, disgustos, de Rossi.
Mientras ellos disfrutan de su almuerzo, otros no podían hacer lo mismo mas cuando su oficina ha sido invadida por personas indeseadas y nada educadas aunque se enorgullecen de lo que no tienen.
No siempre se puede disfrutar de un buen momento, y en está ocasión le tocó a Kostya tener la desdicha de respirar el mismo aire y estar en el mismo espacio que esas dos personas, frente a él. Jordin había entrado como amo por su casa en la oficina de Kostya, seguido de Rakiel.
El de ojos con heterocromia tiene que frotar sus sienes como el inhalar y exhalar un par de veces, de esa manera tranquilizar sus ganas de romperle el cuello a Jordin.
‹Si tan solo pudiera moverse como quisiera este maldito de mi primo, ya estaría sepultado desde hace mucho tiempo. Sin embargo, una de las condiciones del contrato con ese tipo es; no eliminar a Jordin. No porque a ese demonio le importe Jordin, no. Es algo más complejo que eso.
Ese demonio de Belial no iba a ofrecer un contrato simple, él no quería que fuera yo, o Axel el que acabará con Jordin. Sabía que eso sería muy simple y nada divertido que ver.› Kostya dejo de estar encorvado, enderezando su espalda mientras cruza sus piernas.
—Porque no respondes a mis preguntas... ¡Ah, ya me acordé!—Lo ve con pesar.—Perdiste el habla, muy lamentable.
Aun después de perderlo todo se sigue comportando arrogante, hace casi seis años pensé que nunca lo volvería haber luego de terminar con su brazo roto, sin embargo tuve la desdicha de verlo volver a este país y con un hijo. Él muy bastardo se la estuvo pasando sensacional mientras yo, tuve que enfrentarme al amigo de Rossi. Todo por culpa de este maldito que me arrebató las dos cosas que me pertenecen desde siempre y se las dió a ese tal Axel.
—Jordin.—Mira con ferocidad a su prometido.—No seas así, es tu primo.
No sé porque ellos dos se terminaron odiando de está manera, antes no se llevaban tan bien pero podían entablar una conversación sin mirarse como si se quisieran matar. ¿Qué cambio entre ellos?
—Es por eso que estoy bromeando con él.
No sé que pasó exactamente o lo que lo llevó a perder el habla, mi padre me preguntó si tenía algo que ver con eso. A lo que respondí que no, y es verdad. Eso no tiene nada que ver conmigo, a saber en que andaba metido. Bien merecido se lo tiene por ser entrometido, siempre anda metiendo las nariz donde no lo llaman.
—Con eso no se bromea.—Regaño, dirigiendo su mirada sobre Kostya.—No le hagas caso a Jordin, y me disculpo por ello.
—Deja de disculparte.—Ve directamente a Kostya.—No vine aquí porque quisiera verte, primo.—Frunció su ceño al recordar a Rossi, molesto de que se llame igual que su difunto esposo.—Solo vine a decirte que ni se te ocurra jugar sucio, separa el trabajo de tus problemas personales.
«Mira quién lo dice, “el joven maestro y su gran ética.” De hacer siempre lo correcto.» Sonrió con frialdad. «¿Tienes miedo? Miedo de que tú amado prometido no sea lo suficientemente bueno para obtener este trabajo, y sino lo llega a tener me echarás las culpas a mí, de su incompetencia como lo hiciste tú en aquel entonces?»
—Rakiel tiene todas las posibilidades y habilidades de lograr cualquier cosa que se proponga, así de excepcional es.—Señalo orgulloso y ferozmente ante Kostya.
Jordin tuvo que aprender lengua de señas todo por presión de su padre, ya que no podía permitir que Kostya se pudiera comunicar de una manera que ni siquiera ellos podrían, eso sería inaudito. Pero era mas una excusa para encubrir el hecho de que querían saber que está diciendo Kostya, si los estaba maldiciendo.
«Sí, ¡tan excepcional que sigue viviendo felizmente todo acosta de la vida de Rossi y la de su hijo!» Golpeó bruscamente el escritorio. «¿Dónde está eso de excepcional? ¡¿Dónde?!» Caminó hacia ellos dos. «Para mi tanto tú como él son solo parásitos, dos parásitos que contaminaron al ser mas puro que puede existir.»
Kostya sentía mucho pesar al ver esa mirada en Rossi, ya no quedaba rastro de aquella mirada inocente que ya vez conoció, esos ojos que una vez fueron brillantes se habían esfumado para volverse fríos.
«¡No merecías su amor!» Lanzó un golpe con la intención de tumbarle los dientes. «¡No merecías nada de él! ¡Absolutamente nada!»
—¡Kostya!—Grito un incrédulo Rakiel.
Rakiel no entendía que estába pasando y de un momento a otro vio a Kostya, irse encima de Jordin. El último nombrado no pudo salir ileso de ese puñetazo en la cara como hubiese querido, su mejilla fue herida por el anillo en la mano de Kostya. Era un anillo con la forma del sol.
—¡Ya basta!—¿Por qué pelean?—De téngase.—No le quedó de otra que interponerse enmedio de los dos.—Dije que paren...¡¿Ugh?!
—¡Rakiel!
Jordin había soltado un último golpe y no le pego a Kostya como lo hubiese querido, sino que, la persona que lo termino recibiendo fue nada menos que Rakiel. Fue tan fuerte que terminó inconsciente en lo brazos de Jordin.
—Es mejor que cuides tus espaldas bastardo.—Advirtio entredientes mientras levanta en sus brazos a Rakiel.—Esto no se quedará así.
Kostya ni siquiera le puso atención a sus estúpidas amenazas, volviendo a sentarse en la silla enfrente a su escritorio. Pero ni bien estába sentado cuando el cayó una videollamada de Axel.
—¡Qué demonios estás haciendo que no respondes las llamadas!—Una exaltada voz estuvo a segundos se romper los tímpanos de sus oídos.—¿Cómo qué pasa?—Repite lo mismo que Kostya preguntó con señas.—Troy me llamó y dice que Ciel no está en el colegio, en este momento me estoy dirigiendo hacía allá.
«Eso ya lo sé, ¿pero por qué te exaltas por eso? No entiendo porque tienes que gritar, es molesto.» Expreso sin aflicción de que le haya pasado algo malo a Ciel, porque sabía que está en buenas manos.
—¡Acaso no escuchaste bien!—Exclamó.—Ciel no está en el colegio, le pudo haber pasado algo...
«¿Eres estúpido o qué?» Frunce el ceño. «Crees que estaría tranquilo si no supiera donde está mi pequeña ardilla, ¿que no entiendes que ya sé que no está en el colegio? Ciel está con Rossi, en estos momentos deben de estar camino a casa. Ahora déjame trabajar.» Finalizo la llamada.
—¿Qué demonios?—Axel mira su celular sin entender que pasa.—¿Entonces por qué Troy expresó que se lo habían llevado a la fuerza?—Ejerce presión al momento de agarrar el celular.
Rossi, ese chico no se parece en nada a lo que escuché de él. Luego está eso otro, cuando lo veo es como ver al Rossi de 15 años que una vez conocí. Ese joven que desconfiaba de todo mundo.
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