capitulo 17
No debo de seguir perdiendo el tiempo aquí, ya hice lo que tenía que hacer. También logré mi objetivo de golpear a Jordin, uno de muchos golpes que están por venir. Es momento de realizar el siguente paso para poner en el ojo del huracán a ese par, como ya dije, tenga o no tenga la culpa Rakiel pagará por igual. Después de todo tiene algo que le pertenece a mí ardilla.
—Me estoy yendo.—Expresó al mismo tiempo que le da la espalda a Kostya.
‹Siento una extraña sensación en mi pecho, no sé si es por la ansiedad o por algún motivo agradable. Pero sé que es provocado por el motivo de que estoy yendo por Ciel.› Rossi sostiene su pecho, mordiendo su tembloroso labio.
Le aterra la idea de que inconcientemente vaya a proyectar en Ciel, los sueños que tuvo y quería realizar con su hijo. No quería eso, no quería convertir a Ciel en un reemplazo de su ardilla. Es por eso mismo que no tenía la intención de involucrarse con ese pequeño, porque la condición de Rossi sigue estando un poco inestable cuando se trata de su “supuesto hijo muerto.”
—¡¿Uh?!—Rossi detuvo su caminar al percatarse de esa suavidad y cálido tacto envolviendo su mano.
Dio la media vuelta y en ese instante giró suavemente su rostro, solo para percatarse que esa sensación provenía de la mano de Kostya. Envolviendo la suya con aquélla gentileza y miedo a lastimarte o causarle incomodidad.
Procedió a levantar ligeramente su mirada hacia arriba, su mirada fue atraída a la del contrario como si de magnetismo se tratará, quedándose ahí mirándose al mismo tiempo que el tiempo parecía congelarse.
‹Me gustaría tanto gritarle que Ciel es su pequeña ardilla, que tal como prometí no permití que ese animal se lo llevará, que lo sigo protegiendo y cuidado. Pero no puedo, no puedo decirlo porque hay un contrato en grabado en mi alma que lo impide. Un contrato que no puedo romper por nada en el mundo.›
Rossi se estremecio al sentir como esa mano que sostenía la suya, puso un poco mas de presión mientras que la otra mano de Kostya, se vuelve un feroz puño al punto de volver palidos sus nudillos.
—¿Kostya?
«¡Me disculpo, nuevamente fuí descortés!» Suelta rápidamente la mano de Rossi, dándose cuenta que había faltado a su palabra de no tocar sin permiso al de ojos lila.
—¿Se está disculpando?—Él solo asintió, ¿cómo es que le entiendo a pesar de no saber el lenguaje de señas? Tal vez solo soy bueno leyendo sus expresiones.—¿Por qué me detuvo...?—Rossi se quedó inmóvil ante la cercanía de Kostya.
Se suponía que Kostya no hace mucho se estaba disculpando por tocar la mano de Rossi, sin embargo en este momento se encuentra tan cerca que ambos podían sentir la respiración del otro sobre su rostro, pero el de ojos con heterocromia no lo hizo con doble intensiones, él solo quería ponerle su bufanda a Rossi.
—¿Esto?—Toca la peludita bufanda gris.
Estuvo a segundos de tumbarle los dientes sin embargo, mi puño se quedó a medió camino al percatarme que solo él solo quería cubrir mi cuello, con su bufanda. ¿Me vio con cara de frío?
Este cuerpo está acostumbrado a grandes temperatura de frialdad, por lo que este frío no es un problema pero no es lo mismo para mí, en mi cerebro hay registrada las diferentes temperaturas que podría soportar, son registros de mi vida como Rossi cuando viví en este lugar.
«Sus manos están frías y sus mejillas rojas por el clima.» Apunto el cielo, tocó su rostro para que Rossi entendiera un poco mas «Por lo menos la bufanda calentará sus mejillas...nos vemos.» Salió casi corriendo, con sus dedos rojos ya que, sin ser esa su intención había tocado las mejillas de Rossi.
—¿Qué le pasa?—Susurró, cubriendo la mitad de su cara con la bufanda.—Sale huyendo como si fuera yo un perpetrador y la víctima pero debo de aceptar que, fue lindo ver su cara de poker volverse tímida...¡Que idioteces estoy diciendo!—Nego rápidamente con su cabeza.
En eso su guardaespaldas estacionamiento el auto frente a él, abriendo la puerta para joven maestro. Rossi subió al auto no sin antes percatarse de una mirada penetrante en su nuca, a la cual no iba a darle una mirada porque sabía a quién pertenecía.
—¿Quiere que le dé una advertencia a ese hombre de apellido Medrano?—Preguntó Jes.
Tuve que contenerme para no romperle los dientes por faltarle el respeto a mi joven maestro, como se atreve hablarle así al único heredero de la familia Petrov. El cual es considerado un príncipe dentro y fuera de la organización Petrov.
—No es necesario, puedo con él.—Sere el único en ponerlo en su lugar.—No le vayas a decir a mi papá, mucho menos a mi tío.
No quiero que ellos lo eliminen antes de que yo le haga pagar, es mi venganza, por lo tanto quiero hacerlo solo. No voy a involucrar a nadie más en mi pelea.
—Sabe bien que no lo haré, como su guardaespaldas mi único trabajo es cuidarle y obedecer sus órdenes al pie de la letra, sin objeciones, sin cuestionar.—Quiero que confíe en mí, que vea que soy de confianza.—De mi boca no saldrá nada si así lo quiere.
—Eso esperó.
No confío del todo en Jes, porque sé muy bien que su lealtad está primero con mi papá, tío. Pero estoy tratando de creer que es posible confiar con él.
—Tengo que hablar con mi papá y tío sobre mi decisión de debutar como modelo.—¿Se molestarán?
—Estoy seguro que lo apoyarán.—Hablo con confianza.
—¿Lo crees?—Si se o ponen es posible que quieran llevarme nuevamente a Rusia.
Puedo darme cuenta que ellos dos, son personas respetadas y con mucho dinero (me dieron una tarjeta negra y una dorada) por lo que no podría oponerme a su mandato, pero encontraría una manera de quedarme aquí.
—No lo creó, estoy muy seguro. Créame que ello dos lo apoyaran.—Es su niño, no hay cosa en la que no lo complacería.
—Lo sabremos hoy en la noche, cuando hable con ellos por videollamada.—Comento.—Pasaremos al colegio por pequeño Ciel.
—Entendido.—Acelero el auto.
—No vayas a manejar de está manera cuando Ciel se encuentre dentro del auto.—Jes solo asintió.
Rossi sin darse cuenta había llevado su mirada pensativa a sus manos a una de ellas en específico, en esos ojos lilas se veía un poco de desconcierto al recordar esa mirada con heterocromia, mirándole con esa rara expresion. Rossi presentía que esos ojos querían decirle tantas cosas pero por alguna razón le era imposible, por lo que solo podía callar.
Eso es lo que le desconcierta a Rossi, del porque Kostya en momentos lo ve como si lo conocería. También estaba esa sensación de familiaridad, la presencia de Kostya no le era desconocida al del ojos lila.
‹¿Acaso bajó las escaleras corriendo porque estaba preocupado por mí? No, imposible que haya sido por eso. No obstante, ¿que hay de esa mirada en sus ojos? Logré ver una ansiedad tan anormal en sus ojos que, por un momento me hizo sentir una punzada en mi estómago. ¿Por qué? ¿Por qué tengo que estar prestándole atención a un desconocido? Ni siquiera es Axel, y él si es mi mejor amigo.› Rossi frota suavemente su rostro.
Decidiendo dejar de pensar en eso, no era momento para estar pensando en esas cosas. Tiene que estar concentrado a cien por ciento en su venganza, y nada más en eso.
—Ya estamos aquí.—Comunicó el guardaespaldas.
Rossi abrió levantemos sus ojos para mirar por la ventana, observando como todo esos niños iban felices de la mano de sus familiares, mientras que Ciel se encuentra a una esquina, solo. Mostrado anhelo. Rossi al ver eso se bajó rápidamente del auto, yendo hacia el pequeño Ciel.
—¡Es Rossi!—Exclamó bajito.
Sin percatarme de ello, yo ya estaba corriendo con mis brazos extendidos en su dirección. Sintiéndome como el niño que soy, feliz de ver a esa persona tan importante para mí. ¿Qué tiene él que me hace querer llorar pero de felicidad?
—¡Viniste por mí!
Sus ojos se iluminaron al ver entrar a Rossi, seria igual de Felice si esa persona fuera Kostya, pero para Ciel cuando se trata de Rossi, sus sentimientos son muy diferentes. Hay un incremento de felicidad en él que no sabría explicar con palabras, siente que en los brazos cálidos de Rossi, su felicidad está completa y sus anhelos desaparecen.
—Sí.—Lo levantó en sus brazos.—Sino es por ti, ¿por quién mas vendría a este colegio?—Sostenerlo en mis brazos se siente tan natural.
—¿Dónde lo está llevando?—Una maestra y varios guardias de seguridad rodearon a Rossi.—Ciel, ven aquí.—La maestra intento quitarle a Ciel, no obstante sus manos se quedaron en el aire a encontrarse con esa mirada tan fría.
— Entiendo en la posición en la que se encuentran, que es su trabajo el proteger la seguridad de sus alumnos.—Mira cada uno de ellos.—Eso me gusta, es muy bueno que no permitan que cualquier se acerque o se lleve a los pequeños.—Axel y Kostya posiblemente implementaron esas reglas, para evitar otro atentado contra Ciel.
—Joven maestro, ¿sucede algo?—Jes fulminó a todo ellos.
—No pasa nada, solo nos estamos por presentar.
—Señorita, él no es nigún desconocido.—Informó.—Él es Rossi, está viviendo padre y conmigo en la misma casa.—Rossi se tenso en la forma que se expresó el pequeño, las personas podían malinterpretar su relación con ellos dos, en espacial con Kostya.
—Lo que quiere decir Ciel es...
—Ah, ya entiendo.—Le hizo una señal a los de seguridad para que volvieran a sus puestos.
—¿Qué entiende?—Preguntó Rossi.
—Si Ciel dice que lo conoce entonces no hay problema.
‹Ciel es un niño inteligente, no se iría con nadie que no conociera ni porque lo estuvieran amenazando. Aparte, se ve muy feliz en los brazos de ese joven. El gusto del maestro Kostya no es nada simple, su pareja es demasiado apuesto quizás por eso lo tenía bien escondido.›
Rossi sintió un intenso escalofrío en su espalda y no sabía porque, pero esa mirada de esa señorita y sus pensamientos podrían ser los culpables de tales escalofríos en él.
—Con permiso, tengo que seguír supervisado los demás pequeños. Feliz tarde.—Sonrió.
—Espere...—Queria arreglar el malentendido porque su expresión lo decía todo, pero ella ya se había ido.—Le explicaré después.—Suspiro.—Jes ve a encender el auto.
—Enseguida.
—¿Padre te lo pidió que vinieras por mí?—Tenia la esperanza de que no fuera así.
—No, yo me ofrecí a venir por ti.—Sus ojos que se habían apagado un poco volvieron a brillar, con mas intensidad. ¿Está feliz? ¿Por qué le hace feliz tanto el verme?—¿No querías que viniera...?
—¡No es así!—Esconde su rostro en el cuello de su papá sin saber que lo es.—No sé si me creerá pero estoy muy alegré de que haya venido por mí, gracias.
—¿Si gustas puedo venir por ti todo los días?—Lo que escupí para arriba a caído en mi cara.
Se puede que no me iba a involucrar demasiado con este pequeño, pero verme aquí ofreciéndome para venir por él todo los días...estoy pisado arenas movedizas.
—¡Me encantaría!—No escondió su emoción.—¿No es mucho pedir que padre lo acompañe?—Vio la oportunidad y Ciel la iba aprovechar por completo.
Creó que me emocioné demasiado y hablé demás cuando debería haberme quedado callado, preguntarle en otro momento...tal vez.
—Sobre eso...—Puede que Ciel también quiera experimentar lo que siente, el poder caminar de la mano con dos personas como lo hacen los otros niños, junto a sus padres.
¿Estará sufriendo solo por que tiene un padre? Los niños en varias ocasiones son muy crueles más cuando se siente inferiores, encuentra cualquier manera para lastimar a esa persona.
—Si no está ocupado en su trabajo, entonces no le veo ningún problema el que me acompañe.—Deja cuidadosamente a Ciel, sobre el asiento trasero de auto. abrochando su cinturón.
—¿En serio?—En su cara se veía una seriedad pero en sus adentros está brincando como una pequeña ardilla, abrazando una bellota.
Ciel estaría comportado mas como el niño que es, que como un adulto. Ese muro que había construido para ocultar su lado vulnerable, muro que lo protege de sus miedos, anhelos, se estaba desmoronando de a poco.
En su momento era como si dejar que su lado infantil le podría traer problemas no solamente a él, también a su padre, tío, y personas a su alrededor por eso Ciel, prefería actuar con una mente muy madura para su edad. Pero entonces conoció a Rossi, él es alguien que calma todo los miedos de Ciel, permitiéndole al pequeño a volver a hacer lo que siempre ha sido, un niño.
—Sí, muy en serio.—Acomoda los sueltos cabellos sobre la frente de Ciel.—¿Quieres ir a comer algo antes de volver a casa?—Tras sentarse junto al pequeño, Rossi cerro la puerta del auto.
—Me gustaría.—No suelo salir muy seguido de casa, sería agradable comer con él.
—Bien.—Quiero pellizcar sus mejillas.—Jes, busca en el GPS un restaurante familiar, con juegos.
—Así lo haré.
‹Le diré por medio de mensaje a Kostya, de donde estaremos para que nos e preocupe y ni llegué a pensar que su hijo fue raptado.›
Mas no sabía que muy posiblemente Troy (asistente de Axel) estaría a punto de crear un escandalo al no encontrar a Ciel, ya que él, es el encargado de ir por Ciel. Y no lo encontrará en el colegio, nadie la aviso que Rossi iría por el pequeño.
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