+18 capitulo 43
Rossi se llevó una gran sorpresa ante el cambio drástico de un Kostya bastante dominante, solo le basto subirse a la cama y arrodillarse en medio de las piernas del mas joven para que todo a su alrededor cambiará y de que manera. Observando fijamente y lujuriosamente al de ojos lilas.
‹Mi cuerpo no ha parado de tiembla ya sea por la emoción o por el nerviosismo ante sus sutiles pero tan acalorados toques; las yemas de sus dedos acariciando mi pie son febriles brasas frotándose sobre mi piel. Sucede lo mismo al ver cada una de sus ardientes expresiones que me dejan sin aliento y dificultando el tragar hasta mi propia saliva.
Kostya tal vez se sienta igual que yo, pero no demuestra nada de nerviosismo mientras lame mi cuerpo algo que debería sentirse extraño, incómodo pero es todo lo contrario. Me gusta y se siente bien cada vez que me toca o lame los brotes de circula de mi pecho.
No obstante, lo que me pone mas nervioso es esa gran nariz de elefante entre sus piernas. ¡Es la primera vez que veo un miembro tan grande como eso! ¿Llegará entrar? Tiene que, ¿verd?›
Rossi no quería seguir viendo como Kostya se ponía el preservativo extra grande, de esa manera cría que se dejaría de sentir nervioso pero sus ojos no querían mirar a otro lado. Sus ojos querían seguir observando detenidamente esa cosa.
—Nmgh~—Poco a poco va perdiendo la concentración y su mente poniéndose en blanco con cada roce de los labios de Kostya.
"Soy nuevo en esto y pueda que me equivoqué lo que provoqué incomodidad... ¿Me podría guiar si eso llegará a pasar?" Preguntó tímidamente mientras le enseñaba la pantalla del celular a Rossi.
Al tener la mirada hacia abajo el mayor no se percató de la sorpresa en los ojos de Rossi, este último no se imaginaba tampoco creía que él estuviera a poco de ser la primera vez de Kostya. Era increíble el hecho de que un hombre tan masculino, atractivo, con un cuerpo destructivo como el que tiene Kostya no haya tocado nunca íntimamente el cuerpo desnudo de otra persona.
—¿Seré su primera vez?—Pregunte incrédulo y él solo asintió con sus orejas enrojecidas... Demasiado adorable.
También sería la primera vez de Rossi en su nueva vida pero mentalmente se podría decir que ya era un buen conocedor, sabía como funcionaba la unión de dos cuerpos.
‹En mis años de estudiante y como médico he aprendido incontrolables cosas, sé muy bien como es el tener relaciones sexuales pero no es lo mismo saberlo visualmente, mentalmente que ya en el acto, poniéndolo en práctica.
Me hace sentir inseguro mas si no puedo comunicarme correctamente con Rossi, me gustaría preguntarle si lo estoy haciendo bien pero no puedo estar usando mi celular o la manos... Eso haría perder el momento.›
Kostya nunca se arrepentido con respecto a perder la voz y siguen si hacerlo, pero en este instante se lamenta el no poder hablar y decirle con palabras a Rossi lo mucho que le gusta asimismo lo nervioso que se encuentra asi no lo muestre.
—No es necesario que hablemos verbalmente.—Sostiene en sus manos el rostro de Kostya, haciéndo que lo vea fijamente.—Solo dejemos que nuestras miradas y cuerpos hablen por si solos.—Beso los labios entreabiertos del contrario.
Rossi se contrajo al sentir una de las manos de Kostya en sus sensibles botones rosas, mientras que la otra recurría su abdomen hasta llegar enmedio de sus piernas, ahí con sus dedos separó un poco los pliegues de sus caderas y presionó la entrada que lo llevaría a disfrutar del más glorioso oasis.
‹Ni siquiera me está mirando más que solo sosteniéndo, acariciando, pero sigo sintiendo que su mirada me quema al igual que su lengua enredandose con la mía. Asimismo su dedo cubierto de lubricante frota ahí abajo, como si esperará que ese lugar se abriera por si solo lo cual no va a suceder a menos que lo empiece a...› Ahí murieron los pensamientos de Rossi tras sentir la invasión no de uno, si no que de dos dedos de una vez.
Contrayendose raramente pero lo mas raro es el hecho de que Kostya no le haya provocado nada de incomodidad al ingresar dos dedos, es más, en vez de algún ligero dolor lo que se adueñó de su ser fue una extraña pero gratificante sensación. Preguntándose si era verdad que Kostya es inexperto como asegura.
Lo que Rossi no sabía es que Kostya es un médico graduado con honores, sabe tanto del cuerpo humano tanto interior como exterior que el ingresar dos dedos en su interior y embestir en ese mismo instante de haber ingresado no le provocará incomodidad, si no que todo lo contrario; unas emocionantes sensaciones que le harán gemir.
—¡Mghn~!—Kostya que suelta mis labios y ese ruido que sale de mi boca, fue demasiado fuerte y me tomo desprevenido al grado de hacerme sentir tímido.
‹Quise mirar a otro lado para que no notará mi vergüenza, pero él no lo permitió y solo me tomo suavemente de la barbilla; haciéndome verle a los ojos, ese color tan brillante que por un instante lo confundí con los rayos del sol en un día verdaderamente frío, calentando mi ser al mismo tiempo que me decía lo hambriento que se encuentra.
Esos ojos me decían tan claramente que me querían devorar de pies a cabeza sin dejar nada de mi, lo más loco es que me excita el que me vea como su deliciosa presa mientras que yo, lo veo como el depredador más irresistible al cual me lanzó a sus brazos sin dudarlo.›
Kostya se estaba volviendo cada vez mas experto en leer la mirada y expresiones del más joven, ingresando un tercer dedo que se unió a las repetidas embestidas mientras inclina su rostro hacia adelante, muy cerca de la erecta y goteante miembro del ojos lilas.
—¡K-kostya!...—Caliente e humeda pero también suave es como se siente su boca al envolver mi virilidad.—¡Nmgh~!—Se contrajo no únicamente si mirada también su cuerpo al sentir lo blando y cálmate engullendo su virilidad.—¡¡Aaahg!!—Aprieta los dedos dentro de su interior ante la sensación placentera generada por la boca del contrario.
No sé que es mas caliente si su respiración jadeante rozando mi pelvis o su alimento como cabida bucal, bajado cada vez mas con la intención de tomarlo todo de una vez.
—¡Ugh!—Una corriente eléctrica se despliega desde su nuca hasta su entrada la que no dudó en seguir apresando esos dedos, disminuyendo las embestidas en su interior al retorcerse de placer cada vez que la lengua del mayor, se enrolla y baja hasta el tronco miembro.
‹Rossi tiene una masculina bastante grande entre sus piernas y el tener eso todo de una vez en mi boca no es tan simple como parece, pero no al grado de ser incómodo no cuando también lo estoy disfrutando.
Disfruto sentir a través de los movimientos de su cuerpo lo que le hago sentir, también puedo verlo en su mirada tan contraída y lo sigue haciendo cada vez que estímulo ambos lugares.› Kostya podría llegar al clímax con solo ver el hermoso desastre que es en estos momentos Rossi. Con su boca entreabierta liberando no solo gemidos también hilos de plata en las esquinas de sus labios.
—K-Kostya... Yo... ¡Ungh~!—Los dedos de sus pies se hunden en las sabanas mientras trataba de aferrarse a ellas.
Kostya dejó de usar su boca en cambio optó por usar su mano libre para sostener tanto su miembro y el del contrario, frotando entre sí. Mientras que sus dedos de su otra mano seguían embistiendo el interior de Rossi.
Todo eso lo hacía al mismo tiempo que sus miradas se unen en una sola, a través de ellas se decían tantas cosas pero especialmente; se transmitían tantas emociones que sacudía localmente sus corazones como sus cuerpos.
—¡Nmgh~!—Han empezado a entrar a esa área del pináculo del placer.—K-Kostya.—Tartamudeo, acto seguido levantó sus manos y sostiene el rostro del contrario el que lleva cerca del suyo.—Se siente bien, Kostya.—Dijo segundos antes de que capturará los labios del mayor sin importarle de dónde estuvieron antes, él solo quería besarlo mientras se entregaban al clímax.
Rossi no hizo esperar a Kostya y mucho menos recuperar el aliento cuando le estaba diciendo lo siguente, "te quiero dentro de mí, vamos.... Hazme únicamente tuyo y dejá tus huellas en mi tantas como quieras, mi Kostya." Eso último para el mayor fue como ser inyectado con éxtasis a la que llamó "su Rossi" solo el joven de ojos lilas podía hacerlo sentir de esa forma, un adicto únicamente a su mirada y todo lo que tenga que ver con Rossi.
—¡Aaahg!—Él no me hizo esperar y con obediencia penetró mi interior, entró tan rápido que ni lo sentí hasta cuando ya estaba dentro de mí.
Me sentía apresado y el respirar era como tener un resfriado solo que esto está lejos de ser igual, no me siento a morir y vez de eso me siento demasiado bien sobre todo, cuando su boca siguen dilatando mis zonas erógenas asimismo lo hace su miembro en mi interior, sacudiendo todo dentro de mí...
—¡Uhg~!—Cada una de sus embestidas son tan poderosas que de una daban en el blanco, nublando mi mente al grado de solo poder liberar obscenos gemidos.
Tuve que aferrarme fuertemente a mis hombros por temor a caerme de la cama, a lo que Kostya me abrazo con tanta dulzura que derritió mi corazón y me hizo sonreír tontamente. No había ninguna duda, Kostya me encanta.
—Me gustas... ¡¿Ugh?!—Tan profundo.
Kostya fue sorprendido con esa repentina declaración que uno de sus movimientos fue tan inmensurable que alcanzo profundidades inexploradas en el interior del joven.
—No ponga esas expresión.—Esta más asustado él que yo, ante ese extraño movimiento que de alguna manera me hizo estremecer.—Estoy bien.—Sin embargo, si fue aterrador sentí que su cosa me partiría en dos, esa estancada hasta abultó mi abdomen.
«¿Hablaba en serio?... ¿Yo, a usted le gustó? ¿No escuché mal, verdad? ¿Díganme que no es mentira?» Su corazón latía tan fuerte que Rossi escuchó claramente esos palpitos.
Ambos palpitos, porque en su interior algo mas grande estaba palpitando y eso eran las venas exaltadas. La emoción le está ganando a Kostya y el llegar a climax por segunda vez no estaba lejos.
—No escucho mal.—Acaricia el rostro del contrario.—Dije que me gustas.—Besa ambas mejillas de Kostya.—¡Aaahg!
‹Estaba por volver a repetirle lo mismo una vez más pero sus labios emocionados cayeron sobre los míos, besándome tan apasionadamente al grado de llevarme a pensar que quiere robarme hasta la última pizca de oxígeno de mis pulmones.› No obstante, en vez de preocuparse por no poder respirar se siente excitado. ¿Cómo no estarlo? Era imposible si Kostya sale y vuelve entrar sucesivamente en su interior.
Contrayendo cada célula de su cuerpo mientras hace hasta lo imposible en aferrarse a la espalda del mayor, tales embestidas logran que el cuerpo del menor se sacuda inmensamente de placer.
Kostya tampoco era ajeno a eso cuando está entrado junto a Rossi al clímax una vez más, e intoxicados de placer mientras se buscaban tanto con sus miradas asimismo sus manos, entrelazandose entré sí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro