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Capítulo 5

Naruto nunca imaginó que por no saber controlar sus emociones, ni analizar la situación, ahora se encontraría en el punto en que él y Sasuke volvían a ser desconocidos. Hace un tiempo eso era algo indiferente, si acaso cruzaban miradas, esas casuales que todo mundo tiene, pero ahora es otra cuestión. Él pudo conocer muchos lados de Sasuke que podría estar seguro no todos los hacen, y quería seguir conociendo un poco más de su vida. No había hablado de la situación con nadie, lidiaba con todo dentro de su mente, y realmente lo mortificaba más las miradas indiferentes que Sasuke le dirigía.

Por su lado, Sasuke podía estar en una situación similar, o quizá no tanto. Ese día sí que se enojó bastante, y ahora reflexionaba un poco su actitud en contra de Naruto, y realmente lo hacía gracias a su madre.

(. . .)

Al llegar a su casa después del bochornoso momento que pasó en el salón de clases gracias a Naruto y sus amigos, su madre no pudo ignorar la notable molestia que se veía en su mirada y sus bruscos movimientos. Antes de subir las escaleras para ir directo a su habitación, el llamado de su madre le detuvo. 

—¿Hijo? —la mujer se adentró en la sala, mirándole extrañada. —¿Te pasa algo?

—No. —respondió seco sin sonar grosero, su madre no tenía la culpa de lo que había pasado así que no tenía por qué desquitarse con ella. —Solo un mal día.

—Te conozco lo suficiente como para saber que algo te pasó. ¿Quieres hablar al respecto?

La conocía, sabía que su madre no se quedaría tranquila hasta no saber lo que había pasado. Tomó aire y se devolvió en sus propios pasos, dejó la mochila sobre el sillón y se sentó dejando caer el peso de su cuerpo sobre los cojines. Mikoto se sentó a su lado, a la espera de que él quisiera iniciar la conversación.

—Pasa que el idiota de Naruto me involucra en sus problemas y como no tiene las agallas de resolver las cosas se atrevió a besarme delante del salón, diciendo que somos novios.

—¿Y qué sucedió para que pasara eso?

—Por la ex de él, o... su casi ligue, no sé. La chica con la que hace un tiempo intentó tener una relación. Él dice que las cosas no salieron bien, que dejaron de intentarlo, y que la chica estuvo detrás de él queriendo una segunda oportunidad; él en lugar de ser honesto y decirle que ella no le interesa de esa manera, prefirió mentirle diciendo que estaba en una relación conmigo, según para que ella dejara de sentirse interesada. En su momento accedí ayudarle, pero le pedí que buscara aclarar las cosas porque no quería ser parte de un chisme. Hoy llegué al salón y me recibió con demasiada confianza, luego uno de sus amigos le dijo que nos diéramos un beso porque no creía que fuéramos novios y el imbécil lo hizo.

—Realmente todos aquí tienen un poco de culpa, hasta tú.

—¿Yo?

—Sí. —le tomó una mano a su hijo, en muestra de cariño —Esa niña hace mal en no respetar los sentimientos de Naruto, si él de una u otra manera le ha dejado ver que no tiene interés en regresar con ella, o volver a intentar algo, lo correcto es que ella lo acepte. Naruto por su parte, hace mal en crear una mentira con tal de evitar hablar honestamente con ella, tiene que aprender a enfrentar las cosas, no puede huir de sus problemas toda la vida. Y tú hiciste mal al aceptar ser parte de una mentira, apoyas el comportamiento evitativo de Naruto y engañas a una chica que no lo merece. Así que las cosas que pasaron hoy fueron las consecuencias de sus actos.

—Sí, pero...

—Entiendo tú molestia, créeme que sé lo que te enoja tanto. —el menor apartó la mirada. —Pero tampoco seas tan duro con él. Naruto se ve que es un buen chico, pero como todo adolescente, hay cosas que no sabrá como manejarlas, igual que tú, ambos están aprendiendo todavía. Podrías intentar hablar con él, decirle qué te molestó y alentarlo a que haga bien las cosas, por el bien de todos.

—Lo pensaré. —su madre sonrió.

(. . .)

Es así como ahora se encontraba en una situación de no saber si esperarse a que Naruto se acercara a él o viceversa, duda que la primera se haga realidad, ya que sus miradas podrían alejar a cualquiera. Le veía ahí rodeado de los amigos de siempre, no tenía oportunidad en ese momento para acercarse.

La mente de Naruto estaba hecha un lío, sus amigos hablaban de tantas cosas que no podía enfocarse en una sola, solamente tenía en mente que quería, y necesitaba, hablar con el Uchiha,

—Entonces, ¿todavía no se hablan? —Naruto miró a su amigo de cabello castaño, Kiba. —Ya pasó semana y media.

—Sabes que si alguien no hubiese sido tan inoportuno, ahí estaría con él. ¿De cuándo acá le pides a los demás que se besen?

—¡Tenía que saber que no mentías! Y sí lo estabas haciendo. —le miró mal. —Era eso o haber dado por hecho que había perdido.

—Ya no se trata de una estúpida apuesta. —dio como última respuesta y se bajó del escritorio para salir del salón, de todas formas, todavía faltaban unos cuantos minutos para que la hora del almuerzo terminara.

Sasuke le vio salir. Tomó su celular y fue detrás de él.

Naruto vislumbró a Hinata a lo largo del pasillo, parecía esperar a alguien mientras soltaba largos suspiros. Quizá cometería un grave error, pero tenía que hacerlo. Aceleró el pasó para alcanzarla.

—¡Hinata! —la chica se sobresaltó y miró en su dirección, sus mejillas se vieron notoriamente sonrojadas.

—H-hola...

—¿Esperas a alguien? —miró a los lados, no había nadie conocido cerca. Detrás suyo, Sasuke se detuvo y solo los observó. No podía escucharlos.

—A mi hermana... pero creo que va a atrasarse.

—Necesito hablar contigo de algo importa, ¿puede acompañarme? 

—Sí... claro.

Ambos se encaminaron juntos a las afueras del instituto, el día estaba bastante soleado, así que muchos preferían estar dentro para evitar el fuerte calor. Así podría asegurarse un poco de que nadie los observaría. Se detuvieron cerca de los jardines, Naruto se sintió incómodo.

—Escucha, hay algo de lo que realmente tenemos que hablar. Me siento cansado de toda esta situación. —suspiró. —¿Recuerdas lo de Sasuke y yo? Todo eso que se dijo de nosotros. —la chica asintió. —Como ya te pudiste haber dado cuenta, todo fue mentira. Y lo fue porque básicamente fui un cobarde que no supo cómo manejar la situación y lo terminé involucrando a él.

—Sé que tienes una apuesta con Kiba, los escuché hablar al respecto hace unos días.

—Sí, ese es otro tema que no lo hablaré ahorita. A lo que quiero llegar es que en primer lugar, es obvio que Sasuke y yo no somos novios, ni ligues, ni nada, creo que ni amigos. Nunca hubo nada más que meras conversaciones. Si dije lo que dije, es porque no pude ser honesto contigo. En su momento, sí me hubiese gustado intentar tener una relación contigo, pero no sé qué fue lo que pasó que de un pronto a otro todo cambió. No quiero a mi lado a una persona que se deje llevar por todo lo que yo haga o diga, quiero a alguien diferente, y esa persona... no fuiste tú. —la chica bajó la mirada, decepcionada por lo que estaba escuchando. —Eres una chica muy linda y amable, y estoy seguro que en algún momento encontrarás a alguien que te quiera de la manera en que lo mereces, pero esa persona no creo ser yo.

—Yo... entiendo. Discúlpame si en algún momento... te hice sentir incómodo.

—De eso no te preocupes. No pasa nada. —le brindó una sonrisa.

—¿Vas a arreglar las cosas con él?

—Más que arreglar algo, necesito pedirle disculpas.

—Entiendo. Yo... te agradezco por haber sido sincero conmigo.

La chica sonrió, aunque claramente se veía afectada por la situación. Hinata se retiró del lugar a los pocos segundos la campana que indicaba el regreso a clases sonó, justo a tiempo. Naruto emprendió camino a su salón, extrañamente se sentía más ligero, parece que es realmente cierto que hablar de esas cosas incómodas o que evitamos nos quitan "un peso de encima". Hasta sentía un poco mejor su humor. Solo faltaban dos cosas, y ambas estaban en el mismo salón.

En mitad de la clase, pensaba cómo sería su siguiente movimiento, y en medio de sus planes, le sorprendió que Sasuke le había pasado un pedacito de papel. El Uchiha le hizo un gesto de que lo viera y así lo hizo. Sus ojos se abrieron asombrados al ver lo que le había escrito.

"Tengo pendiente cumplir el trato por leer el libro, ¿no vemos al final de clases?"

No pudo evitar sonreír, le miró y asintió. Una curiosa felicidad lo invadió desde dentro.

No pudo evitar que la otra mitad de la jornada de clases se le hiciera un poco larga. Realmente estaba ansioso en poder hablar con Sasuke, o bien, saber qué motivo impulsó al otro a escribirle esa nota. Al sonar la campana, tomó sus cosas y quiso adelantarse primero, no quiere volver a levantar chismes sobre ellos dos, así que prefiere ir a esperarle afuera. Su amigo, Kiba, se interpuso en su camino.

—¿Te parece si vamos a comer algo?

—No puedo, ya tengo planes. —Sasuke salió del salón primero. —Pero si quiero decirte algo.

—¿Ah sí? ¿Qué es? —los demás del grupo de sus amigos se empezaron a juntar.

—Ya no quiero seguir con la apuesta.

—¿Cómo dices?

—No, aceptarla me trajo muchos problemas y la verdad es que ya no tengo interés en ir detrás de Sasuke solo por una apuesta, si me le acerco quiero sentir que lo hago porque quiero. —pasó a un lado de ellos, despidiéndose con un movimiento de mano. —¡Nos vemos!

El grupo de chicos se quedó observando en dirección a la puerta del salón.

—¿Alguien más se ha percatado que últimamente Naruto ha cambiado? —interrumpió Ino. Los demás asintieron.

Mientras tanto, al salir del instituto, Naruto vio a Sasuke de pie al lado de los portones al recinto. Esbozó una sonrisa y se apresuró para llegar a su lado. Le entregó la nota que lo invitaba a salir y por primera vez sintió que su acercamiento era natural.

—¿Entonces? ¿A dónde me llevarás?

—Tú solo camina.

Si, definitivamente era el Sasuke que antes había tratado, pero, ¿qué había cambiado? Fueron unos cuantos metros caminando uno al lado del otro, sin decirse nada, y tan siquiera sin mirarse una vez. Naruto pensaba mil formas de poder iniciar una conversación, pero se quedaba totalmente en blanco. Realmente temía decir algo mal y cagar el acercamiento que estaban teniendo después de todos esos días.

Sasuke se desvió en una esquina para luego adentrarse en una local, parecía ser una cafetería por la decoración y el ambiente del lugar. Habían mesas redondas, un gran ventanal daba a la calle y había todo un mostrador con alimentos. El Uchiha tomó uno de los menús que estaban sobre el mostrador y buscó asiento cerca de la ventana, a Naruto le dio la impresión de que él ya conocía ese lugar, así que solo le siguió.

—Elige lo que quieras. —deslizó el menú sobre la mesa para pasárselo a Naruto. La chica que recibiría su orden ya estaba buscando la libreta y lapicero para ir a tomar la orden.

—Eh... un chocolate caliente estaría bien.

—¿Ya saben qué van a pedir? —la joven se mostró sonriente y educada. —¡Ah, hola! ¿Cómo has estado? —dijo viendo al Uchiha, Naruto miraba primero a uno y luego al otro.

—Como siempre. —respondió también amable. —Para mí sería lo de siempre, y para él...

—...eh... ¡Ah, si! Un chocolate caliente. —rió nervioso.

—Enseguida traigo su orden.

Luego vino el silencio. Naruto disimulaba una ligera incomodidad viendo cada rincón de ese lugar, hasta le parecía interesante ver a las personas en la calle. Definitivamente no estaba en condiciones de iniciar una conversación con Sasuke en ese momento, nunca esperó tener la oportunidad de hacerlo tan pronto y simplemente no había planeado nada. La conversación con Hinata la repasó consigo mismo miles de veces.

—Entonces, creo que debemos hablar de lo sucedió ese día. —empezó Sasuke. Naruto sintió un escalofrío. —Nunca tuve que ser partícipe de tu mentira, y tampoco tuve que alentarte a que la mantuvieras.

—Sasuke, yo...

—Déjame hablar. —levantó una mano en señal de que se detuviera con lo que fuese que el rubio quería decir. —Lo que hice fue ayudar a que te hundieras más en la situación con esa mujer, no supe ver tu punto y solo te decía cosas como si fuera tan simple. Que tal vez lo era para mí, pero no me detuve a pensar en qué tan complicado era para ti. —inhaló lo suficiente, no estaba acostumbrado a hacer esas cosas. —Dis...cúlpame... y también por el puñetazo, aunque sigo sintiendo que te lo merecías. —Naruto parpadeó sorprendido unos minutos antes de reaccionar.

—Mira... más bien discúlpame tú a mí por haberte involucrado en todo eso. Ya no voy a justificarme ni nada, solo quiero decirte que ya aclaré mi situación con ella. Creo que al menos lo entendió, pero, al punto que voy, es que lo hice. —apretó sus manos. —Todos estos días que no nos hablamos realmente me hicieron darme cuenta que empezaba a valorar tu compañía, quería volver a acercarme pero no supe cómo hacerlo. Quiero que sigamos como antes, que seamos amigos, que salgamos a más lugares y nos conozcamos más. Sin mentiras.

—Pensaba decirte lo mismo. —Naruto no supo qué decir, por lo que esperó que Sasuke continuara. —Lo pensé bastante, la verdad, y sí... fuiste un idiota,  pero podría darte otra oportunidad para comprobar que lo que dices es verdad. —el rubio sonrió con emoción. Definitivamente sentía como si otra gran piedra se quitara de su espalda.

—¡Sí! —extendió su mano como gesto de cerrar un trato con el Uchiha. 

—¿Sasuke? —los dos chicos en sus asientos alzaron la mirada, Naruto analizó un poco a esta persona, no lo conocía de ninguna parte, pero tenía un algo que le medio recordaba a algo. Tenía una mirada penetrante.  —¿Quién es tu amigo?

—Ehh... yo... —balbuceó el rubio

—Itachi... —Naruto miro al Uchiha, ¿él si lo conocía? ¿de dónde? —Es solo un amigo del instituto.

—Es extraño verte salir con personas que no sean aquellos tres. Me alegra que conozcas más gente. —le revolvió el cabello con gentileza, algo que avergonzó a Sasuke y le retiró la mano de un golpe suave.

—¿Y usted quién es? —en cierto modo, le hacía sentir un poco irritado tanta confianza que tenía con Sasuke, ¿quién era?

—Ah, sí, una disculpa. —esbozó una sonrisa. —El hermano mayor de Sasuke, Itachi Uchiha, mucho gusto. —sintió un escalofrío que le recorrió la espalda, espera no haber sonado demasiado irrespetuoso con él.

—A-ah, si... mucho gusto, yo soy Naruto. —rió nervioso.

—¿Qué haces aquí? —interrumpió Sasuke. —Se suponía estabas fuera de la ciudad.

—Así era, pero quise volver antes de tiempo. Ya me sentía cansado de estar en ese lugar. —suspiró. —Además que mamá me pidió que viniera, realmente pasaba por aquí a comprar algo antes de ir a casa. ¿Ustedes no vienen?

—No, no hace mucho llegamos.

—Ya veo. —Naruto se sintió ya fuera de esa conversación. —Entonces supongo que te veré en casa. Nos vemos. —dio media vuelta para acercarse al mostrador y pedir su orden. Sasuke suspiró, nunca pensó que justo se toparía con su hermano en ese lugar, y precisamente en la compañía de Naruto.

Naruto comprobaba que la familia Uchiha realmente tenía un porte demasiado imponente, y una gran educación para hablar y tratar a las personas, quizá por eso es que para muchas personas ellos tenían su atractivo. Aunque bueno, no se puede negar que físicamente también tienen lo suyo, y eso podía verlo en el mismo Sasuke.

—¿Quieres ir a otro lado? —propuso el rubio.

—¿Dónde? —puso su taza de café a un lado, ya lo había terminado, mientras que buscaba el dinero dentro de su mochila. 

—No has ido a mi casa, estoy seguro de que a mi mamá le encantará conocerte. Y puede que también esté mi papá. —le emocionaba la idea. Solo le ha hablado a su mamá de Sasuke, y al saber que ella conoce a la mamá de los Uchiha, más le fascina la idea de llevar a Sasuke a la casa.

Sasuke lo dudó por un momento, pero supuso que realmente no tiene nada qué perder, así que terminó aceptando la propuesta. Se levantó de su asiento y se encaminó al mostrador para pagar por la comida, al dar media vuelta, le hizo un gesto a Naruto para que salieran del local. 

—Antes de eso, necesito hacer unas compras. —sacó su celular, antes de salir de casa ese día su madre le había dado una lista que había puntado. —Sé porqué vino mi hermano a la ciudad, es porque pronto mi papá va a cumplir años, lo había olvidado por un momento.

—Ah... si, claro. —se acercó con disimulo para ver la pantalla del celular del otro, era una corta lista de alimentos. Suponía que eran para toda una cena entre la familia.

—Y hablando de eso. Mi madre sabía que hablaría contigo respecto a lo que pasó, así que me pidió que te dijera que estuvieras en la cena.

—¡¿Cómo?! —se detuvo. —¡Pero ni siquiera soy parte de su familia! No, no, no, ¿Qué diablos voy a hacer ahí?

—Sí, eso fue lo que le dije. —respondió mientras en su mente planificaba una ruta sencilla que les recortara el camino. —Pero ella insiste, y puedo suponer por qué.

—Apenas he ido a tu casa una vez, ¿O dos?... —trató de recordar un poco.

—Podrías ir y al rato dices que tienes que irte, eso sería todo. O no sé, piensa algo convincente. —emprendió camino, Naruto solo le siguió.

—¡Pero no te salvas de ir hoy a mi casa!

—Si, si, como digas. Camina. 

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